La vida de dos hombres por un caballo

      
En enero del año 2003 se creó el grupo urbano de sicarios de Cartagena. Alias ‘Geño’, fue el jefe de esta banda durante casi dos años, y ha empezado a confesar varios asesinatos en Cartagena que iban camino a la impunidad.
En breve: En versión libre Eugenio Reyes Regino alias ‘Geño’ confesó el ex jefe del Bloque Héroes del Canal del Dique Uber Bánquez Martínez conocido como ‘Juancho Dique’ organizó un grupo de sicarios en Cartagena para asesinar por encargo.

Nombres de otros paramilitares mencionados: ‘Orejita’,’El Pollo’, ‘Guerrilla’, ‘Juancho Dique’, ‘El Cali’

Sitios que mencionó: Cartagena.

A comienzos del año 2003 la vida de un carnicero y la de un carromulero en Cartagena valía menos que la de un caballo de paso fino.

La venta ilegal de carne de caballo es muy común en los barrios periféricos y en los mercados públicos de muchas ciudades de la costa y del país, pero a Humberto Ramos Martínez, quien tenía un expendio en el barrio El Pozón, nunca se le ocurrió que al venderla terminaría pagando con su vida. El y un zorrero, que hacia acarreos de materiales de construcción, fueron asesinados por robar y vender al público un corcel de propiedad de un conocido ganadero de la región.

La historia la reveló ante la fiscal 11 de la Unidad de Justicia y Paz de Barranquilla, Eugenio Reyes Regino, alias ‘Geño’, el cabecilla urbano en Cartagena de una banda de sicarios del Frente Canal del Dique entre enero de 2003 y abril de 2004.

También conocido como ‘Orejita’, dijo que en el año 2003 el Bloque Héroes de los Montes de María organizó el grupo urbano de Cartagena que llegó a tener 12 sicarios asesinando día y noche. Unas veces a petición de sus jefes y otras de comerciantes, ganaderos y empresarios que daban nombres de personas a eliminar porque eran drogadictos, prostitutas, ladrones, pandilleros de barrio y a sicarios de la misma organización criminal porque se salían del redil.

El caballo de paso fino que terminó costándole la vida al par de hombres, pertenecía a un ganadero de la región, pero ‘Geño’ no pudo pronunciar correctamente su nombre, o se lo sabía incompleto, pero dice que lo conoce. Que puede identificarlo. Ese ganadero fue quien dio la orden de asesinar al carnicero y al carromulero. A éste último por robarse el caballo de las pesebreras del coliseo de ferias y al carnicero por descuartizar la próspera vida de un fino caballo. El animal costaba 70 millones de pesos, según informaron al exjefe de sicarios.

El homicidio fue realizado por ‘El Pollo’ y ‘Guerrilla’, dos miembros del grupo ya muertos. La orden la dio Juancho Dique. Primero fue asesinado el día 8 de febrero en el barrio Las Palmeras, frente a un CAI, el carnicero. Unas semanas después el carromulero. Eran los primeros días del grupo urbano de Cartagena, que tenía como jefes a alias ‘Geño’ y a alias ‘El Pollo’ y la orden de su jefe, Uber Bánquez Martínez, conocido como ‘Juancho Dique’, era matar sin tregua para que los comerciantes, empresarios y ganaderos mordieran el anzuelo de que estaban haciendo “limpieza social” y comenzaran a pagar un impuesto de seguridad al grupo.

Los primeros muertos fueron gratis y caían por montones. Al principio, dijo Geño, el cabecilla ‘Juancho’ les puso sueldo de 700.000 pesos a los patrulleros y de un millón a los jefes de sicarios.

“Pero como no mostrábamos resultados nos bajó el salario”, agregó, y fue entonces cuando comenzó una intensa actividad criminal que tenía como rasgos típicos homicidios cometidos por sicarios que huían en motos.

El cabecilla del frente ‘Juancho Dique’ los acosaba diciéndoles que sólo había visto un muerto en El Universal, el periódico de la ciudad. Más homicidios era un mensaje claro para sus clientes y benefactores.

Hace dos semanas, Aleider García Soto, alias ‘El Primo’, uno de los doce sicarios de Cartagena, habló del ritual sicarial. Había transportadores en moto, había gatilleros, había taxistas; en síntesis, había una división del trabajo: alguien que daba las órdenes y un engranaje que las ponía en marcha. Aunque ‘Geño’, cree que en quince meses pudieron haber cometido en Cartagena 180 homicidios, el Centro de Observatorio del Delito, Cosed, registró más de 300 asesinatos por año.

Reyes Regino se declaró culpable de haber ordenado y participado la muerte de 17 personas con nombres, fechas, sitios y en algunos casos los móviles.

Los primeros muertos caídos por orden del grupo urbano de Cartagena fueron en enero de 2003. Al principio, dijo ‘Geño’, se hacían cosas chiquitas, mataban presuntos cuatreros y las “rémoras” que afeaban los negocios del sector de El Amparo, un cruce de caminos en el que se encuentran la Troncal de Occidente que viene de Medellín y la Cordialidad, que comunica con Barranquilla. Desde ese sitio se distribuye tráfico hacía el centro por su principal arteria la Pedro de Heredia y hacia la zona petroquímica y portuaria de Mamonal. Además, está rodeada de barrios populares. Es un caldero en ebullición.

También aseguró que asesinaron a pandilleros de los barrios La Esperanza, San Francisco y La Candelaria, porque no dejaban entrar a los camiones que distribuían la leche, las gaseosas y otros productos que comercializaban en las tiendas. Los camiones eran asaltados y ante la inseguridad y los atracos constantes, los camiones repartidores optaron por entregar a los tenderos los productos en la vía principal de estos barrios.

A veces se demoraban días en ejecutar una orden y Juancho Dique los presionaba.

Aseguró que los comerciantes de El Amparo les pedían que limpiaran la zona de ladrones que atracaban a sus clientes y las discotecas del sector también pagaban. Mencionó entre otras a famosas discotecas de las afueras de la ciudad como Rocky Key, Cacique Show, La Bombonera y Acuario, que aportaron para que se hiciera “limpieza social” en el vecindario. También mencionó que unos hermanos propietarios de una carnicería también les solicitaron un homicidio contra dos muchachos que tenían apabullada la zona con robos y atracos.

Pero también mataron a gente de la misma organización criminal, informantes y sicarios que jugaban a “la.doble”. Como fue el caso de Fabio Alexander Saavedra, a quien apodaban ‘El Cali’, quien informaba al grupo sobre actividades de otras bandas criminales que cometían robo a bancos, comercio y fleteo. Una vez por esta fuente supieron que iban a atracar a una compra venta grande la ciudad y como tenían contacto con la Dijin les pasaron el dato a través de Jhon David, quien tenía una oficina de cobro y le reportaba directamente a Juancho Dique, y además tenía contactos con la policía. Cuando reveló su fuente un capitán de la policía le dijo que ‘El Cali’, se estaba infiltrando en el grupo paramilitar para darle información al comandante de la policía de ese entonces, Jesús Antonio Gómez Méndez.

También fueron asesinados ladrones, mendigos y drogadictos. Por eso ‘Juancho Dique’, cada vez que ‘Geño’ o ‘El pollo’ lo llamaban para consultarle un homicidio, terminó diciéndoles que cuando estuvieran seguros de que fueran delincuentes, los mataran sin preguntar. Así persiguieron a los ladrones de cable de energía que eran denunciados por la misma comunidad que robaban los cables para sacarle el cobre y revenderlos.

Pero ‘Geño’ no siempre seguía al pie de la letra las órdenes de Juancho Dique, como cuando le ordenó matar a Heberto Gómez, cuyo nombre era José Gómez Ocampo, y quien durante un tiempo había recogido finanzas para la organización, pero entregaba las cuentas incompletas.

Geño dijo que Gómez Ocampo le tenía confianza y le dijo que se fuera de la ciudad porque habían ordenado matarlo. La idea de Juancho Dique era llevarlo engañado a la base de los paramilitares en Ñanguma y allá se quedaba sepultado o lo tiraban al Canal del Dique. Pero con la advertencia se escondió, pero no se fue de la ciudad. Sin embargo, otro miembro del grupo que le debía una plata fue el señuelo para “recogerlo”. Lo citaron en una discoteca y allí lo mataron.

El grupo de sicarios urbanos de Cartagena mató a dos hombres que valían menos que un caballo de paso fino y la fiscalía en todos estos casos dictó resoluciones inhibitorias. Hasta ahora, pues la verdad de los “pequeños” homicidios cometidos por cualquier motivo y que iban camino de la impunidad, comienza a conocerse con las versiones ante la unidad de justicia y paz.

Alias ‘Geño’ aseguró que en próximas versiones confesará la autoría otros 27 homicidios.