El reciente asesinato de un líder campesino e integrantedel movimiento político Marcha Patriótica en zona rural del municipio de Carepa, Urabá antioqueño, deja en evidencia el avance de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia a zonas de antiguo dominio de las Farc, poniendo en grave riesgo la vida de dirigentes sociales, activistas y comunidades campesinas e indígenas.
El nuevo año no arranca nada bien para los líderes campesinos, los dirigentes comunitarios y defensores de derechos humanos del Urabá cordobés. En la mañana del pasado 11 de enero, miembros de la Policía Nacional hallaron el cuerpo sin vida de José Yimer Cartagena Úsuga, vicepresidente de la Asociación Campesina del Alto Sinú (Asodecas) e integrante del movimiento político Marcha Patriótica. Horas antes, miembros de esta organización política habían denunciado públicamente su desaparición forzada.
Según informaron voceros de Marcha Patriótica, José Yimer partió en la mañana del 10 de enero desde la vereda El Cerro, en límites con el municipio de Tierralta, Córdoba, rumbo al casco urbano de Carepa, Urabá antioqueño, pero al llegar al sitio conocido como La Petrolera fue abordado por varios hombres que se movilizaban en una camioneta color blanco, quienes lo obligaron a subirse al automotor. “Y a quienes alcanzaron a ver algo los amedrentaron, que no podían decir nada”, señalaron los voceros del movimiento político.
Tal como lo pudo establecer VerdadAbierta.com con integrantes de la Defensoría del Pueblo, Regional Córdoba, el líder campesino, reconocido por promover diálogos de paz en su región, venía recibiendo intimidaciones desde finales de 2016 por parte de integrantes de las llamadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia (Agc). Con su muerte ya son 129 los integrantes de Marcha Patriótica asesinados desde su fundación en 2010. Sin embargo, lo que más preocupa a los integrantes de este movimiento político es que hechos como este se pueden repetir en el Urabá antioqueño y cordobés.
“Todos los integrantes de Marcha Patriótica del sur de Córdoba -Tierralta, Montelíbano- han recibido amenazas en los últimos meses. También hay una situación muy delicada de los miembros de Marcha en (corregimiento) San José de Apartadó, en Carepa, en (corregimiento) Nuevo Antioquia y también se están presentando tensiones en Dabeiba y Peque (occidente de Antioquia)”, declararon voceros de esta organización política a VerdadAbierta.com
Avance ‘gaitanista’
Para los miembros de Marcha Patriótica, la muerte del dirigente campesino constituye prueba fehaciente de las denuncias formuladas desde finales de 2016 y las cuales, dicen, no han sido atenidas ni por las autoridades civiles ni militares sobre la creciente expansión de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (Agc), también conocidas como ‘Clan del Golfo’, organización criminal que consolidó su presencia en el norte del Urabá antioqueño y ahora busca incursionar en territorios anteriormente dominados por la guerrilla de las Farc, sobre todo en el sur de Córdoba.
Y quienes están padeciendo los efectos de dicha expansión son los líderes campesinos. En efecto, mediante Informe de Riesgo 037-16 de Inminencia del 23 de noviembre de 2016, el Sistema de Alertas Tempranas (SAT) de la Defensoría del Pueblo llamó la atención sobre la situación de alta vulnerabilidad en que se encontraban los líderes sociales, dirigentes indígenas, los transportadores fluviales, integrantes de la Asociación de Campesinos del Sur de Córdoba (Ascsucor) y Asociación Campesina del Alto Sinú (Asodecas) y, en general, todos los habitantes de la zona de confluencia de la represa Urrá I, por cuenta de la expansión de los ‘gaitanistas’ hacia territorios de donde salieron los frentes 5, 18 y 58 de las Farc con el fin de iniciar el camino hacia la legalidad bajo los acuerdos con el gobierno nacional.
De acuerdo con el SAT de la Defensoría, los guerrilleros ya comenzaron a abandonar sus dominios territoriales para preconcentrarse en inmediaciones del corregimiento Crucito, de Tierralta, Córdoba, de donde partirán hacia la vereda Gallo de este municipio, designada por el gobierno nacional y las Farc como la Zona Veredal de Normalización y Tránsito (ZVNT). Esta situación viene siendo aprovechada por los ‘gaitanistas’ para ingresar a tierras del sur cordobés a través las localidades antioqueñas de Carepa, Chigorodó y Mutatá.
“Desde el 9 de septiembre de 2016 se tuvo conocimiento de la llegada de un contingente de hombres vestidos con uniformes camuflados y portando armas largas, con brazaletes de las Agc, provenientes del Urabá antioqueño a las veredas El Cerro, El Llano, La Luna y La Estrella. Este mismo grupo permaneció en la zona unos dos meses y posteriormente se dirigió (el 3 de noviembre de 2016) al centro poblado del corregimiento Saiza, donde permanecieron hasta el 17 de noviembre de 2016 de manera intermitente. Allí abordaron a los campesinos para decirles que no tuviesen miedo, que ellos venían a asumir el control del territorio para evitar la entrada de otros grupos armados a la región.”, según se lee en el Informe.
El hecho generó pánico y zozobra entre los pobladores de Saiza, situación más que entendible si se tiene en cuenta que este caserío, incrustado en el corazón del Nudo de Paramillo, ha sido escenario constante de una guerra que parece perpetuarse. El 22 de agosto de 1988 guerrilleros del Frente 5 de las Farc atacaron la única estación de Policía que han tenido los saiceños; mientras que el 14 de julio de 1999, los paramilitares de Carlos y Vicente Castaño masacraron 14 campesinos, quemaron varias viviendas y obligaron al éxodo de todos los lugareños.
Información recopilada por esta Agencia del Ministerio Público señala que los ‘gaitanistas’ vienen forzando la venta de predios en las veredas Buchegallo, La Luna y La Estrella, en límites con el municipio de Tierrralta, hecho que ha generado la respuesta violenta de miembros del Frente 5 de las Farc, quienes han amedrentado a varios labriegos.
A ello se suman crecientes denuncias de abusos sexuales por parte de miembros de las Agc en veredas como San Felipe de Cadillo y el asesinato del campesino Armando Bedolla Fabra, ocurrida el 10 de septiembre de 2016 a manos de los ‘gaitanistas’ en esta misma vereda. Denuncias consignadas por el SAT de la Defensoría señalan que su cuerpo fue desmembrado.
Interés ‘narco’
¿Por qué el interés de los ‘gaitanistas’ por los territorios que vienen abandonando las Farc? Todas las hipótesis apuntan a asumir el control de la población, del territorio y de la economía ilegal del narcotráfico que viene creciendo en Córdoba, tal como lo muestra el monitoreo a los cultivos de hoja de coca que anualmente realiza la Oficina en Colombia de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc).
El más reciente informe de esta dependencia muestra un notable incremento en las hectáreas sembradas con hoja de coca en el departamento de Córdoba, que pasó de tener 560 hectáreas en 2014 a 1.363 ha en 2015, lo que representa un aumento de más del 143 por ciento. El 77 por ciento de los cultivos cocaleros se encuentran en jurisdicción del municipio de Tierralta, principalmente en áreas del Parque Nacional Natural Paramillo, siendo a su vez el parque natural del país más afectado por la presencia de cultivos ilícitos: 774 ha aproximadamente.
Lo anterior supone varios riesgos para el proceso de dejación de armas de las Farc, toda vez que los hechos que viene denunciando el SAT de la Defensoría se registran a varios kilómetros de la vereda Gallo, de Tierralta, designada como una de ZVNT. Si bien en el pasado las Farc y los ‘gaitanistas’ establecieron sendos pactos para el control y manejo de la economía ilegal del narcotráfico en el Paramillo, aún es incierto el futuro de estos pactos -y de la actividad económica como tal- una vez este grupo guerrillero deje sus armas.
Las preocupaciones también giran en torno a las disidencias que pueda generar al interior de las filas de las Farc la creciente presencia de los ‘gaitanistas’ en la región y la permanencia de una oferta de “trabajo ilegal”. ¿Habrá mandos medios o, incluso, guerrilleros rasos, que se opongan a los términos del Acuerdo de Paz y decidan continuar lucrándose del negocio del narcotráfico que viene consolidándose peligrosamente en el sur de Córdoba? Son algunas de las preguntas que se formulan líderes campesinos, movimientos políticos y organismos humanitarios.
Porlo pronto, los miembros de las organizaciones campesinas del sur de Córdoba esperan acciones contundentes de las autoridades de Policía y militares frente a los ‘gaitanistas’; que se esclarezcan los hechos que rodearon el asesinato del líder campesino José Yimer Cartagena Úsuga y que más casos como este no se vuelvan a repetir.