La toma paramilitar de Ibagué

      
En 2001 el Bloque Tolima de las autodefensas ingresó a Ibagué, cometiendo masacres y extorsionando a la población. Varios desmovilizados contaron en Justicia y Paz como intentaron tomarse esta ciudad.
 
En Ibagué los paramilitares del Bloque Tolima asesinaron, secuestraron y extorsionaron a la población.Foto VerdadAbierta.com

Carlos Castaño, las convivir y los paramilitares en Tolima
Página web Bloque Tolima

 

El 13 de abril de 2001 los paramilitares del Bloque Tolima de las Autodefensas Unidas de Colombia, por órdenes de Carlos Castaño comenzaron a tomarse a sangre y fuego a Ibagué.

Según se conoció en una audiencia de Justicia y Paz, la ola de terror que se desató en esa ciudad la iniciaron solo 13 hombres, quienes desde ese día, repartieron panfletos y pintaron grafitis alusivos a las Auc en en varios barrios de la capital del Tolima.

La incursión fue coordinada por Juan Alfredo Quenza, conocido con el alias de ‘Elías’ y se empezó a planear desde el 3 y 4 de abril en San Luis, Tolima. Allí, ‘Elías’ le ordenó a Juan Alfredo Quenza alias ‘Oscar’, y a Pompilio Quiñonez Sánchez, alias ‘Tocayo’, que reclutaran a un grupo de personas para conformar una red urbana, que debían entrar de civil a la ciudad con la excusa de ubicar a presuntos integrantes de la guerrilla, pero en el fondo lo que buscaban era controlar la ciudad y la región, por medio de extorsiones y amenazas.

El ex jefe paramilitar y segundo del Bloque para la época de la incursión, Humberto Mendoza Castillo, alias ‘Arturo’, testigo de esa reunión, le contóa la Fiscalía en versión libre que “se creó este grupo urbano, para que el bloque creciera, y ejercera control en las áreas en donde supuestamente había presencia de milicianos”.  ‘Arturo’ agregó que bucaban quitarle a la guerrilla las vacunas que le cobraban a los comerciantes de la ciudad.

‘Oscar’ y ‘Tocayo’ reclutaron en solo siete días a José Armando Lozano, alias ‘Soldado’, Plinio Rodríguez Fernández, alias ‘El Tuerto’, Nelson Rubiano Ramírez, alias ‘Monochangua’, Marco Willar Guzmán Barreto, alias ‘Indio’, Pedro Nel Hurtado Toledo, alias ‘Pedro’, alias ‘Mauricio’ (la Fiscalía aun no ha podido establecer la identidad de este paramilitar), Luis Eduardo Conde Valencia, alias ‘Arandu’, Cesar Augusto Mora Guzmán, alias ‘Tayson’,  y el colaborador conocido como ‘Pancho’ o ‘Kika’.

La Fiscalía estableció que esta red tenía a dos personas encargadas de las extorsiones: Ricaurte Soria Ortiz y Édgar Linares Real alias ‘Jairo’, quienes llegaron a boletear a los comerciantes de Ibagué.

Sin mayor discreción que la de utilizar la noche para ocultar su identidad, los paramilitares pegaron afiches en los muros de la ciudad y repartían propaganda a taxistas y conductores en la calle.

A través de estos mensajes los ‘paras’, además de informar de su llegada, empezaron a anunciar una mal llamada limpieza social.  “Autodefensas Unidas de Colombia, presente. Muerte a guerrilla, milicianos, auxiliadores de la guerrilla,  extorsionistas, cuatreros,  y destierro a los ladrones del sector”, era la consigna de la propaganda paramilitar al tiempo que invitaban a la gente a ser parte del grupo armado ilegal.

la Fiscalía documentó que de esta manera comenzaron a aparecer personas asesinadas con carteles en sus cuerpos señalándolas de guerrilleros, ladrones o drogadictos, principalmente en barrios como El Salado, Ricaurte, Boquerón, al igual que en la vereda El Chucurí, a solo 15 minutos de Ibagué, y en los municipios de Rovira y Piedras.

Los ex integrantes del Bloque Tolima, Ricaurte Osoria, César Augusto Mora y Humberto Mendoza, le contaron a la Fiscalía que la información que ‘Oscar’ tenía sobre los presuntos integrantes del frente 21 de las Farc había sido comprada a un cabo de Ejército que hacía parte del grupo de inteligencia de la Brigada que tiene sede en Ibagué o a un integrante de la Sipol con sede en Bogotá.

Por otra parte, Guzmán aseguró que este miembro de la fuerza pública les entregó un listado de vehículos que ellos creían eran de la guerrilla, paramilitares y delincuentes comunes.

Las víctimas de esta red urbana estaban consignadas en una lista que ‘Oscar’ había elaborado, según han confesado varios de los ex paramilitares de este grupo. Humberto Mendoza dijo en versión libre que esta lista fue construida por ‘Oscar’ con información presuntamente comprada al Ejército o la Policía sobre integrantes del frente 21 de las Farc que estaban en Ibagué, los señalamientos de vecinos de la ciudad unos contra otros, la información aportada presuntamente por algunos integrantes de la fuerza pública, y con lo que los mismos paramilitares investigaban.

Pensando que la mal llamada limpieza social era una manera de ganarse el favor de los ciudadanos, los integrantes de la red urbana atacaron con especial ahínco a quienes fueron señalados de ser “indeseables” por sus vecinos o la comunidad en general.

Según dijo a VerdadAbierta.com Martha Lucía Mejía, fiscal 56 de Justicia y Paz, estos mensajes generaron zozobra y angustia en la población, por lo que se les imputó el delito de terrorismo.

El despacho 56 de Justicia y Paz ha identificado 18 homicidios cometidos por esta red urbana, por los cuales ya imputó cargos en contra de Luis Eduardo Conde Valencia, alias ‘Arandú’, Ricaurte Osoria Ortiz, alias ‘Visaje’, Humberto Mendoza Castillo, alias ‘Perro de Monte’, Pedro Nel Hurtado, Pompilio Quiñones Sánchez, Cesar Augusto Mora, alias ‘Tayson’ y Jorge Armando Lozano, alias ‘Soldado’.

La masacre de San Isidro
Entre los crímenes que fueron imputados por la Fiscalía a este grupo de paramilitares, se encuentra la masacre cometida en el barrio San Isidro el 28 de junio de 2001, y en la que fueron asesinados Gustavo Parra Gómez conocido como ‘El Viejo’, Gustavo Antonio Parra Perdomo, José Vicente Herrera conocido como ‘Nikima’ y Lisirio Arredondo. 

Gloria, madre de una de las víctimas de esa masacre le dijo a VerdadAbierta.com que los paramilitares habían anunciado su llegada al barrio con volantes intimidantes, en los que estaban escritos los nombres de por lo menos 20 personas a las que amenazaron acusándolos de guerrilleros, ladrones y drogadictos, y entre ellos estaba el nombre de su hijo.

Ese viernes vísperas de San Pedro, se levantó temprano para ir a atender un negocio que le habían dejado cuidando. Cuando salía de su casa, un vecino la llamó afanado y le preguntó si a su hijo le decían ‘Michín’. Desconcertada, la mujer le contestó que no, entonces el hombre le preguntó por el nombre de su hijo, porque en la radio habían informado que acababan de matar a unos jóvenes.  Su hijo aparecía entre los baleados.

Al poco tiempo, un amigo taxista llegó a la casa diciéndole: “se comieron a su hijo, lo asesinaron”, y le ofreció llevarla al lugar del asesinato. Cuando llegó el lugar estaba rodeado de Policía y Ejército, y aunque no pudo ver la escena del crimen, a los pocos minutos le confirmaron que a su hijo lo habían matado supuestamente por ser guerrillero.

Sin superar el dolor de la muerte, la mujer intentó averiguar por sus propios medios las verdaderas razones y por los responsables del crimen, pero muy pronto recibió advertencias y amenazas que la obligaron a salir de la ciudad por más de seis meses, junto con su madre y otra hija.

El 10 de octubre de 2001, en un operativo de la Policía, la mayor parte de los integrantes de esta red urbana del Bloque Tolima fueron arrestados. La mayoría de los ex miembros de esta red se desmovilizó en 2005 desde la cárcel. Sólo unos meses después de que este grupo fuera neutralizado los jefes del Bloque Tolima organizaron nuevamente una red urbana, la cual comenzó a delinquir en diciembre del mismo año.

Según ha dicho a la Fiscalía alias ‘Tocayo’, en la lista que manejaban los paramilitares estaba en nombre de ‘El Viejo’, señalado de ser un vendedor de estupefacientes.

La noche de la masacre ‘Oscar’ ordenó a ‘Soldado’, ‘Monochagua’ y ‘Pedro’ atacar la casa de la víctima, y asesinar a todo aquel que supuestamente estuviera comprando drogas en el momento.