La selva, otra víctima

      

Las cifras de deforestación en los últimos años en Colombia vienen en descenso, pero igualmente revelan una enorme destrucción. En Guaviare se tumbaron 24.230 hectáreas de bosque el año pasado, un territorio más grande que el que ocupa un país como El Salvador. Falta apoyo a los colonos para que puedan progresar sin talar; las economías ilegales crecen a punta de fusil; y las distancias son tan lejanas y de difícil acceso, que sobrepasa a las autoridades ambientales.