La prensa de los ‘Urabeños’

      
Han empezado a conocerse los medios –impreso y digital — de esta Bacrim en los que asegura que es “una organización político-militar de resistencia civil en armas”.

Fragmento de facsímil del periódico que distribuyen los llamados ‘Urabeños’Un nuevo paso en su búsqueda del reconocimiento político dieron las llamadas ‘Autodefensas Gaitanistas de Colombia’ (Agc), también conocidas como ‘Los Urabeños’, al definir en su segunda y más reciente conferencia de comandantes, que tuvo lugar el 25 de septiembre de 2013, que son “una organización político-militar de resistencia civil en armas, de carácter social, transitoriamente en la ilegalidad”.

Este grupo también es llamado “Clan Úsuga”, debido a que su jefe es Dairo Antonio Úsuga David, alias ‘Otoniel’, quien ha transitado por la ilegalidad desde hace más de 30 años, inicialmente como guerrillero del Epl y luego como integrante de diversas facciones de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc). (Ver: De maoistas a capos)

El documento, conocido por VerdadAbierta.com, presenta un ideario, fundamentos militares, políticos y sociales; y asegura que está reformando sus “estatutos de constitución y régimen disciplinario”. Este grupo armado ilegal insiste en justificar su rearme alegando que el gobierno nacional no les cumplió una vez dejaron sus armas y se desmovilizaron colectivamente de los distintos bloques y frentes de las Auc a los que pertenecieron.

“El incumplimiento del gobierno con las garantías jurídicas a los desmovilizados, la falta de políticas claras, el aumento de los problemas sociales generadores del conflicto, la persecución y el exterminio al que nos vimos sometidos cuando todavía nos encontrábamos cumpliendo con nuestro proceso de paz, nos llevaron a tomar esta dura decisión”, se lee en el preámbulo de los estatutos.

También hacen referencia en ese apartado a las comunidades y aseveran que el regreso a las armas se debió, además, “a su clamor, para que no las dejáramos en manos de los grupos generadores de violencia, ante la indolencia del Estado y el olvido de sus promesas de ocupar los espacios que fueron liberados y que estaban de nuevo en peligro”.

Tales consideraciones son muy similares a las que llevaron al poderoso jefe paramilitar Vicente Castaño Gil, uno de los gestores de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc), a tomar distancia del gobierno nacional y a no someterse a las directrices dictadas por el entonces presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, que terminaron en la extradición de por lo menos 16 jefes paramilitares en mayo de 2008.

“Doctor Restrepo, no le diga al país que no tenemos nada qué reclamar, cuando las burlas y los incumplimientos fueron múltiples”, escribió Castaño Gil desde la clandestinidad en noviembre de 2006 al entonces Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, cuando intentó negociar su entrega a las autoridades para acogerse a las normas de justicia transicional. Este ex jefe paramilitar permaneció oculto hasta el momento de su asesinato en el Urabá antioqueño, al parecer el 12 de marzo de 2007, a manos de hombres bajo el mando de Diego Fernando Murillo Bejarano, alias ‘Don Berna’, sin que hasta el momento sean claras las razones.

En una declaración pública, Restrepo admitióque Castaño Gil, conocido con el alias de ‘El Profe’, “siempre expresó sus dudas frente al tema del cumplimiento gubernamental a los compromisos adquiridos; él (Castaño) encarna, en gran medida, todas las desconfianzas de los jefes paramilitares”.

Nacen ‘Los Urabeños’
Esas dudas llevaron a Castaño Gil a delegar en Daniel Rendón Herrera, alias ‘Don Mario’, la conformación de una estructura armada que copara, en principio, los territorios de otros jefes paramilitares en los departamentos de Antioquia y Córdoba, y, posteriormente, se expandiera a otras regiones del país.

Alias ‘Don Mario’ emprendió esa tarea con la fuerza de las armas, el conocimiento que tenía del negocio del narcotráfico desde sus tiempos de pertenencia al Bloque Centauros de las Auc en los Llanos Orientales y un discurso político que volvía a repetir la que el gobierno les había incumplido a los desmovilizados.

Inicialmente, el grupor de ‘Don Mario’ se presentó como Bloque Héroes de Castaño y su conformación se dio días después de la desmovilización colectiva del último grupos del Bloque Elmer Cárdenas, bajo la comandancia de su hermano Fredy, conocido con el alias de ‘El Alemán’, ocurrida el 15 de agosto de 2006. (Ver: Gaitanistas: los herederos de ‘Jorge 40’)

El nombre de Bloque Héroes de Castaño fue mutando a medida que este grupo se fue expandiendo desde San Pedro de Urabá. Si bien para 2007 eran conocidos como ‘Los Urabeños’, su presentación política se dio el 15 de octubre de 2008 en la región del Urabá antioqueño, cuando promovió un paro armado para protestar por lo que llamaron “los incumplimientos del gobierno a los acuerdos de reinserción con los desmovilizados de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC)”. 

En esa ocasión hicieron cerrar el comercio, suspender el servicio de transporte público y afectar la vida cotidiana en el Eje Bananero. Los panfletos que repartieron tenían el logo de ‘Autodefensas Gaitanistas de Colombia’. Atrás quedó el nombre del Bloque Héroes de Castaño.

“Le queremos informar a la opinión pública nacional que en vista de los incumplimientos del gobierno en el proceso de paz que adelantó con las Autodefensas Unidas de Colombia, y el avance de la guerrilla en busca de controlar zonas donde ha ejercido control la autodefensas durante muchos años, nos vimos obligado a continuar con nuestra lucha antisubversiva y en defensa de los intereses de las comunidades más vulnerables víctimas del abandono estatal producto de la corrupción político-administrativa”, se lee en el volante que repartieron en diversas regiones del país, donde ya tenían presencia armada.

En ese momento precisaron que sus esfuerzos “irán encaminados a luchar contra la guerrilla, la corrupción, el terrorismo, el secuestro, los crímenes de estado, la politiquería, la violación a los derechos humanos y al fortalecimiento de la democracia participativa”.

Lo que vino después fue un sangriento proceso de conquista de territorios, particularmente aquellos estratégicos para el negocio del narcotráfico. Teniendo el dominio de los puertos naturales del Golfo de Urabá, se expandieron al Golfo de Morrosquillo, en Córdoba, y a medida que iban venciendo a sus más enconados rivales, entre ellos ‘Los Rastrojos’ (originados en el Valle del Cauca, como organización armada de un grupo de narcotraficantes) y ‘Los Paisas’ también surgidos una vez finalizó la desmovilización colectiva de las Auc, fueron consolidando su poderío armado, a tal punto que las autoridades caracterizan a las Agc como “la única banda criminal que hoy tienen una connotación de carácter nacional”, según dijo el presidente Juan Manuel Santos en marzo de 2013.

Las autoridades capturaron a alias ‘Don Mario’ el 15 de abril de 2009 en el Urabá antioqueño y dieron de baja a Juan De Dios Úsuga David, alias ‘Giovanni’, al amanecer del 1 de enero de 2012 en Acandí, Chocó. Como reacción, las Agc volvieron a paralizar buena parte de sus zonas de influencia, capitales y pueblos de los departamentos de Magdalena, Antioquia, Chocó, Córdoba, Sucre y Bolívar. En buena parte de Santa Marta, por ejemplo, hasta los kioskos de dulces cerraron. (Ver: Urabeños demuestran su poder regionalLos Urabeños, un poder subestimado: analistas)

Desde entonces se han reorganizado, bajo el mando del hermano de Juan de Dios, Dairo Antonio, alias ‘Otoniel’. Los estudiosos calculan que su banda tiene por lo menos 3 mil hombres con actividades ilegales en 11 departamentos del país.

Asimismo, a comienzos de 2014 se atrevieron a reivindicar a través de un panfleto distribuido en la comuna 8 de Medellín que la disminución de los homicidios del 26,5 por ciento en la capital antioqueña durante el 2013 se debió a su injerencia y no al trabajo de las autoridades: “A pesar de lo que digan las autoridades oficiales, esta enorme disminución se debe a los esfuerzos que las Autodefensas Gaitanistas de Colombia hemos desarrollado con otros actores armados del conflicto social que hacen presencia en la ciudad porque entendemos que la paz y la tranquilidad ciudadana son las más grandes contribuciones que podemos hacer buscando el beneficio de los sectores más desfavorecidos de esta población”.

¿Más que un Cartel?
Aunque alias ‘Don Mario’ está solicitado en extradición desde hace varios años por las autoridades judiciales de Estados Unidos para que responda allí por delitos asociados al tráfico de estupefacientes, y sus principales lugartenientes, entre ellos alias ‘Otoniel’, fueron incluidos en la llamada Lista Clinton desde mayo de 2013, para las autoridades la estrategia que desarrollan tiene un objetivo concreto: alcanzar un reconocimiento político con miras a lograr una salida negociada, tal como lo viene haciendo hoy la guerrilla de las Farc.

Ellos lo dicen abiertamente: “creemos en la Paz y somos conscientes de que la vía del diálogo nos llevará algún día a ella, estamos dispuestos a interlocutar con todos los actores del conflicto social armado -legales e ilegales- en busca de una solución definitiva, que ponga fin al conflicto social interno de nuestro país”, resaltan en sus estatutos.

Sus nuevos estatutos definieron lo que ellos llaman “los objetivos políticos”, y concretaron varias tareas para lograrlos. Entre ellas aseguran que harán “oposición política y militar al aparato armado de los grupos generadores de violencia”. No se percatan de la contradicción que lleva este término, pues siendo ellos un grupo armado generador de violencia, de seguir sus principios tendrían que hacerse oposición a sí mismos.

También dicen que hacen “oposición política y estratégica al Estado rescatando el monopolio de las armas delegado por el pueblo y supliendo para la sociedad los vacíos e inconsistencias del estado en el cumplimiento de la preceptiva constitucional que le ordena garantizar la vida, el orden social, la pazciudadana, el patrimonio, la justicia social, la dignidad y la seguridad, entre otros”.

Asimismo se proponen “representar y defender como actores políticos los intereses de amplios sectores de la sociedad, cuyos derechos han sido desconocidos, amenazados o violados por el estado y otros grupos armados legales e ilegales”.

Pretenden también participar en la “transformación de las estructuras políticas, económicas y sociales del Estado, dentro de un contexto de concertación encaminado al logro de la paz”, y de manera reiterada advierten de la necesidad de buscar “una salida política y negociada para el logro de una paz verdadera y sostenible” a través de dos mecanismos: el primero de ellos es la construcción de “un proyecto político de alcance y dimensiones nacionales que involucre a todas las partes en conflicto”; y el segundo, “facilitar el estudio de una salida negociada al actual conflicto armado, de tal manera que la solución política prime sobre la solución militar”.

Una de las estrategias que adoptaron para dar a conocer su pensamiento político es recurrir a sus propios medios de comunicación, tanto impresos como digitales. Desde hace varias semanas, vienen distribuyendo en sus áreas de influencia un periódico llamado ‘El Gaitanista’, que tiene como fecha de edición mayo de 2014 y que, según ellos, buscan “llenar un vacío inmenso que existe con respecto a la información que sobre la Organización ofrecen los parcializados medios de comunicación del país”.

En su editorial, firmado por el “Estado Mayor AGC”, se precisaron los objetivos de esta publicación: “Hemos concretado hoy un viejo anhelo de nuestra organización, tener un medio de comunicación para poder entablar un diálogo permanente con las comunidades y con nuestros hombres en toda la geografía nacional […] se edita con el fin de ofrecer una información permanente y actualizada sobre nuestra Organización, pero también sobre el futuro de nuestra patria, escuchando lo que tenga que decir todas las voces que posean una opinión pertinente sobre el devenir del conflicto colombiano”.

En esa primera edición se refirieron a la restitución de tierras y aclararon que “respetan a los campesinos que están haciendo sus legítimas reclamaciones”; también reseñaron los diálogos de paz con la guerrilla de las Farc en la Habana, Cuba, sobre lo cual dijeron que “manifestamos con prudencia apoyo al proceso”; y precisaron su plataforma ideológica, entre otros temas.

Aparecen otras contradicciones evidentes, porque si bien aseguran defender la vida y los derechos humanos, amenazan con eliminar a quienes se les opongan a sus planes.

Asimismo, complementan su estrategia comunicativa con un portal en Internet que esta organización armada ilegal lanzó el pasado 26 de febrero y que, curiosamente, tiene controles que evita ser rastreada por los distintos buscadores en la web.

En su editorial digital se consignó que el portal tiene las mismas intenciones del periódico impreso, solo que a diferencia de aquel, éste viene firmado por “el comandante Otoniel”, en representación del “Estado Mayor AGC”.

Estos mensajes pueden indicar dos cosas: constituyen una estrategia cínica para darle un disfraz político a su organización que está involucrada con el narcotráfico y con otros negocios criminales, y buscar así evadir el acoso de la fuerza pública que les ha dado varios golpes, y negociar una salida; o son además, expresión distorsionada y violenta del descontento que hay en varias regiones con la política y la corrupción imperantes, y de ahí que sus reclamos y postulados se parezcan tanto a los de las guerrillas y a muchos que hicieron los grupos paramilitares que los antecedieron.