Sí se pudo (captura de ‘H.H’) SEMANA

      

La captura de ‘H.H.’ es un duro golpe para los paras. Le esperan 40 años de cárcel, a menos que se convierta en delator. Su caída puso a temblar a amigos y enemigos.

El año pasado, cuando Éver Veloza (‘Hernán Hernández’ o ‘H.H.’) decidió volver a las armas, el gobierno no podía creerlo. Desde su desmovilización en 2004, había sido uno de los jefes paramilitares más comprometidos con los desmovilizados, y de los pocos que aceptaba con conformidad el rumbo que estaba tomando el proceso de paz. Hasta el día que el gobierno decidió concentrar a los jefes de las autodefensas en una amable cárcel de La Ceja. Veloza nunca llegó al sitio de concentración y decidió jugarse su suerte junto a Vicente Castaño. Al fin y al cabo, ambos estaban siendo señalados en ese momento de haberse confabulado para matar a Carlos Castaño, y así favorecer a los mafiosos que buscaban una silla en Ralito.

Desde su fuga, H. H. empezó su cuarta guerra. Había vivido la primera como miliciano de las Farc en Turbo, cuando aún era camionero. Después cambió de bando y se unió a las autodefensas de los Castaño, donde llegó a ser uno de los hombres de confianza de Vicente y Carlos. A mediados de los años 90 se convirtió en el comandante de los paramilitares en todo el eje bananero. Y lo más importante: controlaba la salida de cocaína en todo el Golfo de Urabá. Los narcos de todo el país le pagaban peaje por este paso, lo que lo convirtió en uno de los hombres más ricos de la región. Los crímenes en los que participó son innumerables. Incluso se le atribuye la participación en acciones realizadas por las autodefensas en Medellín, como el asesinato de Jesús María Valle, y en Bogotá, como el atentado contra Wilson Borja.

A principios del año 2000 se instaló en el Valle del Cauca, de donde es oriundo, y se puso al frente del Bloque Calima, cuyo dueño era Diego Murillo, ‘Don Berna’. Un frente dedicado al narcotráfico, pero al que se le atribuyen delitos atroces como la masacre del Naya. En esta región estaba cuando entregó las armas en 2004, y parecía que su vida daría un giro hacia los negocios y la política. De hecho, en sus fincas ubicadas en el corregimiento El Dos de Turbo, se iniciaron ambiciosos proyectos de agroindustria. Reunía a empresarios y políticos que lo trataban con denodado respeto, ya que era parte del estado mayor negociador de las AUC. Invirtió en empresas de aseo, entre otros negocios. Hasta cuando volvió a las armas.

De él se tuvo noticia en septiembre pasado, cuando un grupo liderado por Pedro Oliverio Guerrero, ‘Cuchillo’, atacó una finca en Meta donde estaba ‘H.H’. Éste logró escapar, pero no dos mujeres que se encontraban con él y que fueron asesinadas brutalmente, una de las cuales era su compañera sentimental. Desde ese momento la guerra no ha tenido tregua. ‘H.H.’ junto a Vicente Castaño y alias ‘Don Mario’ crearon un ejército al que popularmente se le conoce como Los Paisas, y cuyo objetivo es doblegar a ‘Cuchillo’ y apropiarse de las rutas del narcotráfico en los Llanos Orientales. Pero este ejército tiene otra zona de retaguardia en el suroeste antioqueño, donde todavía sigue en armas alias ‘René’. Justamente en esta zona fue capturado el martes pasado ‘H.H’. Miembros de la Dijín llegaron a una finca ubicada entre Bolombolo y Tarso. Al darse cuenta de que sería capturado, Veloza quiso escapar lanzándose al río Cauca. Cuando se vio en riesgo de morir, desistió de su huida y pidió ayuda. Junto a él había cinco personas más, tres fusiles, 13 celulares y un computador portátil. Con esta detención, la Policía demostró que sí se puede atajar la tragedia que se viene si los ex paramilitares se siguen rearmando impunemente.

Sobre los hombros de Veloza recaen muchos crímenes atroces, es posible que sea pedido en extradición y perdió los beneficios de la Ley de Justicia y Paz. Al abandonar el proceso de paz, hizo el peor negocio de su vida. Ahora tendrá muchos años de cárcel y su captura desatará, seguramente, peligrosas retaliaciones.


Publicado en SEMANA, Fecha: 9/04/2007 – Edición 1301