El escándalo por el control paramilitar llega al oriente del país. Las investigaciones en Casanare involucran inicialmente a un congresista, seis alcaldes y varios comandantes de Policía.
Desde 1999, Carlos Guzmán, alias ‘Salomón’, usó su trayectoria como líder cívico para el trabajo político con los paras. En esta foto de 2002 en el lanzamiento de una confederación de ONG aparece junto al hoy alcalde de Aguazul, Leonel Torres. |
Los remolinos impetuosos de eventos en Casanare que le sirvieron como material a José Eustasio Rivera hace 83 años para La Vorágine, no han cesado. En esta región en los últimos años se tejió una maraña de relaciones entre grupos paramilitares, millonarios recursos de regalías y políticos que ahora llevan a que allí se escriba un nuevo capítulo de la para-política. Por los avances de las investigaciones todo parece indicar que la situación del departamento llegó a ser tan grave, que dejaría como algo menor lo que vivió recientemente el vecino Arauca, donde capturaron a buena parte de su clase dirigente por posible complicidad con el ELN.
Casanare, con apenas 280.000 habitantes, ha sufrido varios azotes en los últimos tiempos. En sus tierras se libró quizá la más cruenta guerra entre dos poderosos grupos paramilitares. El liderado por Germán Darío Buitrago, alias ‘Martín Llanos’ y el que se autodenominaba Bloque Centauros, encabezado por Miguel Arroyave, alias ‘Arcángel’. Allí también sus habitantes han visto cómo la mayoría de las regalías petroleras -más de 500.000 millones de pesos al año- se despilfarran o simplemente desaparecen. Mientras tanto, parte de su clase política se acomoda al mejor postor armado con quienes llegaron a componendas de coadministración. Las evidencias de estas últimas son lo que ha puesto entre ojos de la Fiscalía a seis alcaldes de los municipios más ricos del departamento (ver recuadro).
Las autoridades tienen documentos de 2003 en los que los entonces candidatos -hoy alcaldes- de los municipios de Monterrey, Tauramena, Villanueva, Maní y Sabanalarga firmaron un acuerdo de esta clase con el grupo paramilitar de ‘Martín Llanos’. En un documento de 14 puntos se comprometieron a entregarles el 50 por ciento del presupuesto municipal, además de darles el 10 por ciento de toda la contratación y de garantizarles cuotas en altos cargos de la administración, entre otras cosas.
El testigo clave en este proceso es Carlos Guzmán, alias ‘Salomón’, quien fue jefe político de ‘Martín Llanos’. En sus declaraciones también involucró al alcalde de Aguazul, el municipio que recibe más regalías de todo el país, y al representante a la Cámara Óscar Wilches. Del primero dijo que no era necesario que firmara documentos, pues “pertenecía a la nómina”, lo que el señalado niega, y del segundo dijo que buscó en varias oportunidades que la intimidación paramilitar le sirviera a su causa política. Los involucrados que firmaron aseguran que fue bajo presión. Por su parte, Wilches dice que sí asistió a una reunión con ‘Llanos’, pero que no hizo ningún acuerdo para compartir el poder.
Estas graves acusaciones son las que evalúan las autoridades. En principio le han dado credibilidad a ‘Salomón’, pues hay evidencias de su poder dentro de la estructura de ‘Llanos’ y de su capacidad de infiltrar movimientos políticos y sociales.
Sin embargo, de su testimonio no dependen todas las investigaciones quehay contra dirigentes y autoridades casanareñas. Hace varios meses un video entregado por otro jefe paramilitar llevó a la cárcel a uno de sus ex gobernadores, Miguel Ángel Pérez, condenado por recibir financiación de los paras a su campaña. Otras denuncias le sirvieron a la Procuraduría General para iniciar investigaciones contra los seis comandantes de Policía de los mencionados municipios, como lo anunció la semana pasada.
Esto, sumado a varios asesinatos en que las autoridades evalúan su posible relación con las delaciones, han hecho que el ambiente político en este departamento esté más caldeado que nunca.
Los oscuros episodios relacionados con el poder de ‘Martín Llanos’ en la administración pública de Casanare son apenas la cuota inicial de un escándalo que seguramente va a involucrar a más políticos, autoridades y miles de millones de pesos de regalías. No hay que olvidar que en la guerra entre grupos paramilitares, ‘Llanos’ fue el perdedor y luego la gente del Bloque Centauros tuvo por varios años el control utilizando las mismas técnicas que usaba su antecesor. Por eso es que en esta nueva versión de ‘La Vorágine’ aún faltan muchos capítulos por escribirse.
Publicado en SEMANA, Fecha: 02/24/2007 – Edición 1295