Escrito por: Marcela Zuluaga Contreras

La comunidad de esta pequeña vereda cree en la implementación de la paz, pero pide una presencia más activa del Estado en su territorio. Sus expectativas no se comparan con la ejecución de las obras del denominado posconflicto.

El cerramiento de una escuela en una vereda del municipio de Policarpa, es la primera obra para mostrar de la segunda fase del Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), que hace parte de lo que se conoce como la implementación del Acuerdo de Paz suscrito entre el Estado y las Farc.

Las Canoas es una pequeña vereda del norte de Policarpa, municipio nariñense que hace parte de la región del Alto Patía. Es un territorio lejano del casco municipal que enfrenta grandes dificultades, como la falta de saneamiento básico, siendo una zona marcada por la guerra. Allí viven al menos 400 hombres, mujeres y niños que sueñan con que la paz territorial definida en los acuerdos de La Habana les permita vivir dignamente.

Una parte de estos niños y niñas se educa en el Centro Educativo Las Canoas, escuela construida en una de las pendientes de la cordillera de Los Andes. María Deyanira Ortega, quien desde hace diez años es docente en la institución, asegura que el mal estado de las vías veredales y los altos costos del transporte han hecho que los padres de familia lo piensen dos veces antes de enviar a sus hijos a clase. En la institución educativa se forman 25 estudiantes, aunque antes el promedio de alumnos giraba en 70.

De acuerdo con la Agencia de Renovación del Territorio (ART), la reconstrucción de la escuela ha sido la primera obra entregada a la comunidad en la segunda fase del PDET de la región de Alto Patía y Norte del Cauca. La comunidad fue la encargada de levantar el cerramiento del colegio, con el apoyo técnico de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC) y financiación de la ART.

Construyendo confianzas

La desconfianza de la población en el Estado se ha convertido en uno de los retos de la accidentada fase de implementación de los acuerdos de paz firmados el 24 de noviembre de 2016 con las antiguas Farc.

Esto, unido a los retrasos en la implementación, ha hecho especialmente difícil la puesta en marcha de las medidas que comprometen al Estado a reparar a estos territorios. Hoy día las comunidades no ven mayores avances en los PDET creados con el Decreto 893 de 2017, que contemplan inversiones en los territorios más afectados por la guerra.

De nada ha valido haber hecho parte de la fase participativa de los PDET que cerró la ART a finales de 2018 y en la que se recogieron las propuestas para dignificar el Alto Patía nariñense, tal como se hizo en otras 15 regiones del país.

A pesar de todo, lo que ocurre en la vereda Las Canoas parece ser la excepción a la regla. La comunidad no sólo pudo sacar adelante la iniciativa que resultaba muy importante para sus niños y niñas, sino que, además, recibió capacitación como dispone la Ley. Hoy están a la espera de los demás proyectos y procesos planeados.

Con relación a las obras, la profesora Deyanira Ortega señala que “se necesitaba que estuviera cerrad para que en el centro educativo haya más seguridad. Había muchos animales, entonces, era necesario hacer este cierre para estar más segura la planta física”.

La obra fue muy bien recibida por la comunidad. Así lo asegura Marco Antonio Valdez, un joven cultivador de café que también estudió hasta quinto de primaria en este centro educativo y es actualmente el presidente de la Junta de Acción Comunal de Las Canoas:

Tanto la comunidad como yo [estamos] muy contentos. Cuando yo era estudiante venían los políticos a prometernos lo que miramos ahorita. [Nos decían] que nos ayudarían, que esto lo vamos a cerrar así y así, pero, vea, ya tengo 36 años y nunca se hizo eso. Esto era un sueño que yo mismo lo pude ejecutar y toda la comunidad está muy agradecida por eso.

Buscando dar cumplimiento a los objetivos de la primera y la segunda fase del PDET, la ART ha entregado recursos a sus aliados, la FNC y 450 millones de pesos al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), para llevar a cabo obras del programa de Pequeñas Iniciativas Comunitarias (PIC), que son contratadas con las comunidades para que ellas mismas las ejecuten y a la par obtengan ingresos que aporten al desarrollo local.

La participación de la FNC está definida por un convenio firmado en 2015 entre el Comité Departamental de Cafeteros de Nariño y la antigua Unidad Administrativa para la Consolidación Territorial (UACT), cuyas funciones ahora están a cargo de la ART. (Descargar: Informe obras PDET Policarpa)

Al respecto, Marco Antonio Valdez destaca que “nos tuvieron en cuenta y esos recursos, $66.200.000) que nos dieron los invertimos bien. Se trabajó bien y quedó muy motivada la comunidad porque el trabajo que se hizo fue muy bien hecho”.

Sobre el proceso de contratación y el manejo de los recursos, agrega que: “La ART le gira a la Federación de Cafeteros y la Federación viene al municipio a mirar las comunidades para ver las obras, a ver qué se va hacer y a contratar a las asociaciones y a las Juntas de Acción Comunal”.

Necesidades pendientes

Sin embargo, una obra de baja cuantía como esta, cuyo presupuesto era de 66 millones de pesos, no resuelve todos los problemas de una vereda distante de la cabecera municipal como Las Canoas. La comunidad también propone, en el marco del PDET, que se construya el acueducto y un escenario deportivo y cultural, pues en este territorio no hay un lugar adecuado para que la gente se reúna. Además, esperan que la alcaldía de Policarpa les cumpla con el apoyo para las obras mencionadas y con la construcción de un muro de contención para el centro educativo, puesto que el actual está a punto de caerse, poniendo en grave riesgo a los niños.

La profesora Deyanira Ortega recuerda que hace tres años el muro se empezó a derrumbar y hasta el momento no se ha logrado que la alcaldía intervenga: “En este momento estamos viéndonos con Personería […] Estamos en un gran peligro, por los niños. Afortunadamente, no les ha pasado nada. Aquí es una parte muy lluviosa, hay mucha agua y cada que viene el invierno […] Estamos en una zona de riesgo y peligrosa. Necesitamos que, de alguna forma, nos den solución”.

¿Se cumplirán las expectativas de la comunidad?

Para este año, el presupuesto para los PDET es de $151.723’360.883, que salen de los recursos de los municipios, la cooperación internacional, el Presupuesto General de la Nación, el Sistema General de Participaciones y el Sistema General de Regalías.

Sin embargo, las demoras que la ART ha presentado para poner en marcha el Plan de Acción para la Transformación Regional (PATR), que avalaron las comunidades, las administraciones locales y otros actores clave de la cordillera nariñense, ha generado incertidumbre porque aún no se sabe cuáles son los proyectos priorizados, cómo se estructurarán y qué alcances tendrán.

Esto, además, se agrava porque ha sido poca la información que la ART ha compartido con las comunidades desde enero de 2019, cuando inició su proceso de planeación estratégica. Hasta el momento, sólo se sabe que desde el pasado 25 de mayo, contrató a la firma externa Unión Temporal Renovación, conformada recientemente por la Universidad Sergio Arboleda y el Centro Educativo Nacional Cenasel, que se encargará de la estructuración de los proyectos que se pondrían en marcha durante los próximos diez años en todos los PDET del país.

De acuerdo con Alejandra Jojoa, gestora territorial de dicha entidad, esto se debe a que “nos dimos cuenta de que no hay proyectos aún estructurados”, asunto fundamental para financiar cada una de las 3.400 iniciativas consignadas, por ejemplo, en el PATR de Alto Patía y Norte del Cauca.

Mientras corre el tiempo, a la profesora Deyanira le preocupa que el proceso de la ART termine yendo en contravía de lo expresado por los habitantes de Las Canoas: “A aquí hay un acuerdo entre los de la comunidad. Que no vengan a ordenar [ni a decir] ‘esto se va hacer’, sino a ver las necesidades de la comunidad”.

Mientras tanto, en esa vereda siguen pendientes de que sus expectativas sean satisfechas con la implementación de los PDET porque, como dice Marco Valdez, “de la ART nos dijeron que sí venían más obras sociales, pero que tocaba esperar un poquitico”.