El día que ‘Macaco’ entró a las Auc

      
El extraditado ex jefe paramilitar del Bloque Central Bolívar, Carlos Mario Jiménez alias ‘Macaco’, contó nuevos detalles sobre su vida, el secuestro de su esposa, la creación de ‘Los Caparrapos’ y su entrada a las autodefensas.  

   
El ex jefe paramilitar  Carlos Mario Jiménez alias ‘Macaco’ narró detalles de su vida como el secuestro de su esposa y un atentado del Eln en su contra. foto:Archivo revista Semana  

Sobre el historial delictivo de Carlos Mario Jiménez alias ‘Macaco’ o ´Javier Montañez’ dentro de las autodefensas del Bloque Central Bolívar -Bcb- es mucho lo que se sabe. Sin embargo, de la historia personal de este jefe paramilitar que se convirtió en una ficha clave dentro de la estructuras de las Auc y en un millonario narcotraficante, era poco lo que se había podido documentar. 

Desde una cárcel de Miami, Florida, donde ha estado recluido desde su extradición en mayo de 2008, Jiménez Naranjo ha venido entregando detalles a fiscales delegados ante Justicia y Paz de su vida que lo llevaron a ser un colaborador de las autodefensas y a crear un grupo de seguridad personal conocido como ‘Los Caparrapos’.

Además de relatar detalles del secuestro de su esposa Rosa Edilmira Luna Córdoba por parte de alias ’Pedro’ hijo de Jacobo Arenas y un atentado del Eln del que fue víctima, alias ‘Macaco’ ha hablado de sus primeros contactos con la Casa Castaño y de cómo se convirtió en el comandante general del Bcb.

El origen de la venganza de ‘Macaco’
Carlos Mario Jiménez alias ‘Macaco’ nació en Envigado, Antioquia el 26 de febrero de 1966. Estando muy pequeño, él y su familia se mudaron al barrio Santa Teresa en Dosquebradas, Risaralda. En esta localidad, adelantó sus estudios de primaria en la escuela Guillermo León Valencia; luego, pasó al colegio Diocesano de Dosquebradas, en donde cursó hasta tercero de bachillerato. Abandonó las aulas de clase para trabajar con su padre, Mario Jiménez, en el expendio de carnes y en el comercio de ganado. Su constante inquietud en esa época llevaron a que familiares y amigos lo apodaran ‘Macaco’.

En 1983, con 17 años de edad, Jiménez Naranjo tomó la decisión de trasladarse a Puerto Asis, Putumayo, donde empezó a trabajar con Óscar Henao, un amigo de la familia que le prestó el dinero necesario para que incursionara en el negocio de la venta de combustible. Las ganancias le permitieron arrendar un estadero conocido como El Cosmos y una estación de gasolina llamada Los Recuerdos.

Cinco años después, ‘Macaco’ conoció a la viuda Rosa Edilmira Luna Córdoba, extraditada actualmente por el delito de narcotráfico, con quien se fue a vivir en la finca Animalandia, en Puerto Asís.  La tranquilidad de la pareja se rompió en 1991 cuando la señora, heredera de las propiedades de su esposo muerto, fue secuestrada por el Frente 32 de la guerrilla de las Farc a cargo de alias ‘Pedro’, quien se decía era hijo de fallecido comandante subversivo Jacobo Arenas.

El grupo guerrillero exigió al principio un pago de 250 millones de pesos, pero Jiménez Naranjo logró negociar y reducir el pago a 125 millones más la entrega de dos motores fuera de borda avaluados en 14 millones cada uno. No obstante, las amenazas en su contra continuaron por varias razones: de un lado, se había negado a reunirse con las guerrilla en varias ocasiones y, de otro, debido a que sus negocios eran frecuentados por funcionarios del DAS, lo que lo llevó a ser señalado por los insurgentes como “auxiliador” de las fuerzas del Estado.

Primeros contactos con autodefensas

   
 La finca La Esmeralda de propiedad de Carlos Mario Jiménez Naranjo alias ‘Macaco’ sirvió como centro operativo del Bloque Central Bolívar en Antioquía. Foto: VerdadAbierta  

Según lo dicho por Jiménez Naranjo, esas circunstancias lo obligaron a abandonar Putumayo y a dejar sus negocios. Se trasladó entonces al municipio de Curillo, Caquetá, donde administró por algunos meses el local comercial El Tunjo. 

Entre 1993 y 1994 ‘Macaco’ se desplazó con Rosa Edelmira al Bajo Cauca antioqueño, región minera y ganadera, en donde para ese entonces ya hacían presencia un grupo de autodefensas liderado por el narcotraficante Ramiro Vanoy Murillo, alias ‘Cuco Vanoy’, quien luego se convertiría en el jefe del Bloque Mineros de las Auc.

‘Macaco’ fue asesorado por varios ganaderos de la región en la compra de dos predios que se convirtieron en las bases de los paramilitares de la región, una de ellas fue la finca La Esmeralda, ubicada en el corregimiento Piamonte, del municipio de Cáceres, zona en la que hacía presencia la guerrilla del Eln. Para evitar perder sus bienes y salvaguardar su vida y la de su familia, decidió colaborar con la estructura de ‘Cuco’ Vanoy. 

En 1996 ‘Macaco’ adquirió la finca Villa Yomara, la cual hoy está siendo pedida por su dueño quien asegura que nunca vendió sino que fue despojado por los paramilitares del Bcb. Según versión del dueño original, “miembros de las Auc llegaron a la finca, le pidieron las escrituras de la finca y le dijeron que si no la vendía él,  vendía mi viuda. Fuimos a una notaria en Cáceres con alias ‘El Mugre’, se hizo el traspasó y apenas me dieron para los pasajes de regreso”.

El día que ‘Macaco’ entró a las Auc
El 7 de diciembre de 1996, ‘Macaco’ fue víctima de un atentado perpetrado por la ‘Compañía Compañero Tomás’ del Eln en un sitio conocido como las Agüitas, área rural del corregimiento Piamonte. En estos hechos, murieron calcinados dos de sus allegados, un comandante operativo del Ejército adscrito al Batallón Rifles y un paramilitar solamente conocido con el alias de ‘Armando’.

Esa acción subversiva empujó a Jiménez Naranjo a dejar de ser un colaborador de los grupos paramilitares del Bajo Cauca antioqueño y a armar su propio grupo de seguridad para comenzar la venganza contra la guerrilla del Eln. Además de apoyo militar, pusó a disposición de las nacientes estructuras armadas bajo su mando las fincas Villa Yomara y La Esmeralda, propiedades que se convirtieron en las bases operativas de una facción de lo que luego se llamaría el Bloque Central Bolívar.  

A finales de 1996, Jiménez Naranjo empezó a ser conocido como alias ‘23’ y contrató a los hermanos Vinicio Virgues Mahecha, alias ‘Jota Jota’ o ‘22’, Armando Virguez Mahecha, alias ‘Queso’, Erbert Virguez Mahecha  y a Héctor Edilson Duque, alias ‘Monoteto’ o ‘28’, con quienes conformó su primer grupo de autodefensas que denominó ‘Los Caparrapos’ debido a que la mayoría venían de Caparrapí, Cundinamarca.

Un año después, Vicente Castaño convocó a una reunión en una finca ubicada cerca al municipio de Caucasia, a la que fueron invitados tanto comandantes como líderes de las pequeñas estructuras que existían en la región para que se integraran a las Autodefensas de Campesinas de Córdoba y Urabá (Accu).

En este encuentro le fue asignada a ‘Macaco’ la zona de Barro Blanco, en inmediaciones de Tarazá,  pero finalmente cambió con José Roberto Porras Pérez,  alias ‘La Zorra’, y quedó como comandante de Piamonte, Puerto Colombia y Segovia. Poco a poco, el grupo de Jiménez Naranjo empezó a ganarse la confianza de los hermanos Carlos y Vicente Castaño por sus resultados en la lucha antisubversiva.

Para acabar de conformar su grupo paramilitar asentado en el corregimiento Piamonte, desde Barro Blanco llegó un grupo de 40 patrulleros comandado por Arturo Torres Pineda, alias ‘Juan Carlos’, con el que se consolidó la zona.

‘Los Caparrapos’ continuó con la entrada de nuevos miembros con lo que se comenzó un proceso de expansión hasta Puerto Colombia, incursionaron en Pueblo Claro, San Marcos, Pueblo Rico, Los Corchos, Cejas de Segovia, Los Azules y El Tigre, una amplia zona ubicada entre las subregiones del Bajo Cauca y el Nordeste de Antioquia.

‘Los Caparrapos’ llegaron en 2000 al corregimiento de Puerto López, del municipio de El Bagre, donde establecieron una base permanente. Desde allí se expandieron hacia Zaragoza y, posteriormente, hacia el sur de Bolívar, donde tomaron el nombre de Bloque Central Bolívar.

Una de las primeras incursiones de ese grupo le fue sugerida en 1998 por Carlos Castaño a ‘Macaco’ y a uno de sus hombres de confianza, Rodrigo Pérez Álzate, alias ‘Julián Bolívar’. La idea era realizar una incursión al sur del departamento de Bolívar, sobre el eje del río Magdalena, una zona históricamente dominadapor el Eln y sede de su Comando Central.

En una reunión celebrada en la finca La Siete, del municipio de Valencia, en el departamento de Córdoba, los hermanos Vicente y Carlos Castaño le prometieron a ‘Macaco’ y a ‘Julián Bolívar’ que le enviarían 350 hombres para apoyar la incursión, los cuales nunca llegaron.

No obstante, una facción paramilitar entró al Sur de Bolívar por el corregimiento de Cerro Burgos, de Simití, el 11 de junio de 1998 con un grupo de 90 paramilitares que saquearon las casas, intimidaron a la población y asesinaron a tres personas señaladas como subversivos. 

Para noviembre de 1999, Carlos Castaño ordenó asesinar a Guillermo Cristancho Acosta, conocido como ‘Camilo Morantes’, jefe de las Autodefensas Campesinas de Santander y Sur del Cesar, dejando un vacío de poder en la región. 

Unaño después, Castaño llama nuevamente a ‘Macaco’, que para ese año también era conocido con el alias de ‘Javier Montañez’,  y a ‘Julían Bolívar’ para reorganizar los grupos y crear el Bloque Central Colombiano para que agrupara los frentes del Magdalena Medio, Santander, Nariño, bajo Cauca y sur de Bolívar.

Por diferencias entre los comandantes no fue posible crear el Bloque Central Colombiano, pero la iniciativa derivó en la constitución del Bloque Central Bolívar, del que ‘Javier Montañez’ o ‘Macaco’ sería el comandante general; Pérez Álzate, alias ‘Julían Bolívar’, sería designado como subcomandante, y como asesor político estaría Iván Roberto Duque Gaviria, alias ‘Ernesto Báez’.

Discusión sobre compra de “franquicia”
El desmovilizado David Hernández López, alias ‘Diego Rivera’, quien hizo parte del grupo de asesores políticos de ‘Ernesto Báez’, fue el paramilitar que comenzó la teoría sobre la supuesta venta de ‘franquicias’ por parte de la Casa Castaño a narcotraficantes que querían por medio de Justicia y Paz, evitar la extradición.   

 Fue en versión libre en mayo de 2008 que Hernández López aseguró que Jiménez Naranjo había adquirido la franquicia de las autodefensas de Nariño, las cuales se llamarían después Frente Libertadores del Sur’, por un pago de 2 mil millones de pesos que al parecer le dieron a Diego Fernando Murillo Bejarano, alias ‘Don Berna’.

De acuerdo con la versión de Hernández López, en 1998, ‘Don Berna’ le propuso a ‘Macaco’ crear un ejército para que les cuidera las ‘cocinas’, es decir, los centros de producción de cocaína. “Eso de combatir a las guerrillas era un sofisma de distracción”, aseguró Hernández y dijo que fue ‘Don Berna’ quien llevó a ‘Macaco’ a donde los Castaño para hacer la negociación.

Frente a estos señalamientos, alias ‘Don Berna’ ha dicho en versión libre que “no había una persona más mentirosa que el señor Hernández puesto que fue Vicente Castaño quien le presentó a Carlos Mario Jiménez, que nunca se vendieron grupos paramilitares y que fueron los Castaño quienes buscaron a ‘Macaco’ para que manejara las autodefensas de la región y no al revés”.

De la misma forma, Rodrigo Pérez Álzate aseguró que gracias a un investigador que contrató su defensa podía confirmar que Hernández López había mentido varias veces en sus versiones.

“Hernández dijo que había sido parte del Batallón Guardia Presidencial y que tenía dos semestres de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, pero cuando preguntaron si alguien lo conocía en el batallón y en la universidad nadie dio razón de él”, agregó ‘Julián Bolívar’. Finalmente aseguró que ‘Macaco’ comenzó sus contactos con el narcotráfico luego de haber sido nombrado comandante del Bloque Central Bolívar y que incluso éste había tenido que ofrecer sus propiedades como garantía  a la Casa Castaño.

Aún quedan varios capítulos de la vida deCarlos Mario Jiménez Naranjo sin resolver proceso, entre otras razones por su condición de extraditado, tal como lo reconocen algunos altos funcionarios de la Fiscalía General de la Nación.

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