Un informe elaborado por uno de los subalternos del general (r) Rito Alejo del Río, revela como el militar evitó perseguir a los paramilitares cuando fue comandante de la Brigada XVII en Urabá y además que el comando general de las Fuerzas Militares había sido advertido sobre los nexos del oficial con las Auc.
Descargue el informe de Velásquez)
El ex coronel del Ejército Carlos Alfonso Velásquez reveló un informe fechado el 31 de mayo de 1996 en el que advirtió al entonces comandante de las Fuerzas Militares, Harold Bedoya, de los posibles nexos del general Del Río con grupos paramilitares en el Urabá antioqueño y chocoano. El ex oficial dijo que el envío de esta comunicación le significó haber sido retirado de su cargo y su salida del Ejército. (El documento, que publica en su totalidad en exclusiva VerdadAbierta.com, muestra cómo en la Brigada XVII, subordinados del general Del Río cuestionaban sus decisiones y, a la vez, observaban que el oficial al parecer estaba comprometido con los altos mandos de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU) que delinquian en esa región del país.
Velásquez, quien en esa fecha era segundo al mando de la Brigada XVII del Ejército, con sede en Carepa, Antioquia, manifestó sus “sospechas” sobre a la posible relación de su comandante superior, las cuales empezó a intuir tras su llegada a esa guarnición militar en diciembre de 1995.
Según consignó el ex coronel, las Farc parecían ser el único objetivo militar del general Del Río y “no había una posición clara respecto a los paramilitares”. Como consecuencia de esa supuesta política, el ex Coronel aseveró que las comunidades de la región eran más vulnerables porque no se combatían a los ‘paras’ al mando de Fredy Rendón Herrera alias ‘El Alemán’ y los hermanos Carlos y Vicente Castaño.
La existencia de dicho informe fue revelada por el mismo Velásquez en el juicio que se adelanta contra el general Del Río por el homicidio del campesino Marino López Mena, ocurrido el 27 de febrero de 1997 en el caserío Bijao, región del Cacarica, departamento del Chocó, durante la ejecución de la Operación Génesis, adelantada por tropas especiales del Ejército que, por orden del general Del Río y por acuerdos con los mandos paramilitares, eran guiadas por hombres de los bloques Elmer Cárdenas yBananeros de las ACCU.
Durante la audiencia, y respecto a la pregunta sobre si tuvo conocimiento delos nexos de Rito Alejo con los paramilitares, el ex oficial respondió que había denuncias sobre estos vínculos a través de suboficiales acantonados en la Brigada XVII y de la entonces alcaldesa de Apartadó, Gloria Cuartas. “No existía una voluntad de lucha contra los paramilitares en la Brigada. nunca conocí de operaciones contra los paramilitares durante la comandancia de Del Río”, puntualizó el ex oficial.
Los detalles del informe de Velásquez
El informe revelado por Velásquez alertó en su momento sobre el impacto que el paramilitarismo estaba teniendo en esta región: “No existe en el señor Brigadier General Comandante de la Brigada XVII el convencimiento de que la delincuencia organizada (llamados por la gente de la región Paramilitares), es también un peligroso factor de desorden público y violencia en Urabá”.
Para sustentar su afirmación, el ex Coronel aseguró que en las políticas de Comando de la Brigada, elaboradas en 1996, no se tocó el tema del paramilitarismo, ni siquiera “tangencialmente”. Luego indicó que en el Plan Administración por Objetivos se propuso que los paramilitares y la guerrilla serían ambos objetivos de las operaciones militares, pero, posteriormente, el general Del Río firmó el plan y “trató de decir que había que cambiar algo respecto a los paramilitares, pero nunca lo especificó”.
Además, agregó que durante las reuniones de Estado Mayor nunca percibió una voluntad de lucha real del general Rito Alejo frente a los paramilitares: “no la percibí como una posición de lucha sólida y clara respecto a los mal llamados paramilitares”. El militar aseguró que como consecuencia de su petición de combatir a los paramilitares, al igual que a la guerrilla, hizo que su relación con Del Río fuera distante y aseguró que su superior lo aisló de los asuntos de inteligencia y operativos de la Brigada.
Velásquez también dijo que varios inspectores de las Fuerzas Militares que estuvieron en el Urabá en 1996 conocieron informaciones de los supuestos nexos de los militares de la Brigada con las ACCU a través de algunos soldados, quienes hablaron sobre la protección que les brindaban los paramilitares durante sus días libres.
Por último, el ex Coronel aseguró que la relación de Del Río con el paramilitarismo podría explicarse a la luz de sus vínculos con el mayor (r) Guillermo Visbal Lazcano, acusado por la Procuraduría General de la Nación por nexos con grupos paramilitares que operaban en el Magdalena Medio. Según Velásquez, este ex oficial fue, en algún momento, segundo al mando de Rito Alejo, estuvo en fiestas en honor del General y participó supuestamente en algunos intentos de chantaje contra él.
El ex oficial le manifestó al general Harold Bedoya la manera cómo se podría constatar todo lo dicho en el documento: “si usted desea verificar el grado de deslegitimación al que ha llegado el Ejército en Urabá por el pensamiento que corre en la región en el sentido de que trabajamos en alianza con la delincuencia organizada o paramilitares, disponga que se hable informal e individualmente por ejemplo con los soldados recientemente incorporados en la zona”.
El documento expuesto por el Coronel Velásquez también reveló que su postura crítica frente a la inacción de la Brigada XVII contra las ACCU le significó la pérdida de confianza de su mando superior. Ejemplificó esa situación con dos casos particulares sobre los cuales recibió fuertes llamados de atención: el seguimiento que le estaba adelantando grupo UNASE del Ejército al entonces conductor de la alcaldesa de Apartado, Gloria Cuartas, y la visita que recibió de varios funcionarios de la organización no gubernamental FEDES (Fundación para la Educación y Desarrollo), quien quería hablarle de un atentado que había sufrido uno de sus colaboradores en Urabá.
En cuanto al seguimiento del conductor, se afirmaba en la Brigada que al parecer utilizaba el vehículo de la Alcaldesa para cobrar extorsiones a nombre de las FARC. De acuerdo con el relato que hiciera el ex oficial Velásquez, lo único que hizo al respecto fue recomendar que “el asunto se manejara con mucho cuidado, pues un paso en falso podría desencadenar un escándalo político en Apartadó”, asunto que fue interpretado por la comandancia de la guarnición militar como una intromisión por lo que recibió la orden de no meterse “en asuntos operacionales del UNASE”.
Sobre la visita de la funcionaria de FEDES, Velásquez fue recriminado por su superior porque la entrada a la guarnición militar al parecer no fue registrada en el cuaderno de la guardia. Lo que explicó al respecto es que efectivamente había dado la orden de dejar entrar a los visitantes, pero en ningún momento dijo, según él, que no se anotara la entrada.
Durante la audiencia, la ex alcaldesa de Apartadó Gloria Cuartas, afirmó que la violencia que vivió el municipio de Apartadó entre 1995 y 1997 fue producto de una política de terror de Estado que contó con la complicidad del general Rito Alejo del Río, del entonces gobernador de Antioquia, Álvaro Uribe Vélez, y de su secretario de gobierno, el fallecido Pedro Juan Moreno. “Había un acuerdo político para el exterminio. No se movía nada en Apartadó sin la autorización de los paramilitares con el general Rito Alejo del Río” puntualizó Cuartas.
El juicio contra Rito Alejo del Río continuará la próxima semana y se esperan nuevas revelaciones, entre otras de varios desmovilizados del Bloque Elmer Cárdenas de las ACCU que operaron en la región de Urabá y que fueron citados por el juez que adelanta el caso. Se espera que durante el proceso de juzgamiento se sigan develando cómo fueron las alianzas tejidas entre las ACCU, miembros de la Fuerza Pública y empresarios para “pacificar” esta región agroindustrial de Antioquia, pues eso es lo que realmente está en juego en este asunto.
La defensa del General
Para el ex General, las declaraciones de los paramilitares también son consecuencia de sus operaciones en el pasado contra el narcotráfico. “Durante mi carrera he combatido todas las expresiones violentas que se han manifestado, sean guerrilleros o paramilitares”, aclaró el ex militar.
“Las declaraciones de los paramilitares están desinformando al país. La presión de las ONG y de los entes investigativos, y tras las negativas de extradición, han llevado a que estas personas empiecen a mencionar nombres… uno ve como les pagaron para que inculparan a gente de bien”, señaló Del Río y aseguró que nunca supo sobre la presencia del Bloque Élmer Cárdenas de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en Urabá. Para el General, ese bloque se conformó hacia diciembre de 1997, fecha en la que murió Elmer Cárdenas, y que coincidió con su salida de la zona. “Sobre ‘El Alemán’ vine a saber que existía muchos después”.
Pero ese argumento no coincide con el expuesto recientemente por alias ‘el Alemán’ ante los fiscales de Justicia y Paz, quien reconoció que entre él y el ex oficial había aprecio mutuo. “Yo le aprendí a apreciar y creo que me apreciaba este señor”.
Según el ex paramilitar, ese aprecio lo llevó a comunicarse a través de un intermediario con el ex general Rito Alejo Del Río para decirle que había llegado la hora de decir la verdad y de precisar las relaciones que los paramilitares tuvieron en la región de Urabá con distintos sectores sociales, políticos y militares en el tiempo en el que éste fue comandante de la XVII Brigada.
“Me parece, General, que ya es tiempo de que usted diga la verdad. En un acto de franqueza y de amistad con usted General, le mando decir que ya no hay cómo seguir callando una verdad que es conocida a pedazos”, sostuvo ‘el Alemán’ en el mensaje enviado al ex general a través de un emisario de quien no precisó su nombre por razones de seguridad ni la fecha de la gestión.
De acuerdo con lo relatado por el ex paramilitar, en el mensaje enviado al ex general destacó las bondades de la Ley 975, conocida como de Justicia y Paz, y la calificó de “perfecta”, pero agregó que estaba llegando a un estado en el que se tendrán que decantar las relaciones que tuvieron los grupos paramilitares que operaron en el Urabá antioqueño con funcionarios de la Fuerza Pública, así como con sectores sociales, políticos y empresariales.
En el cruce de mensajes y de acuerdo con lo relatado por alias ‘el Alemán’, al parecer este ex oficial del Ejército le comunicó que seguramente a él también le iba a tocar decir la verdad, a lo que el ex paramilitar reaccionó celebrando la decisión y se mostró esperanzado en que así fuera, “en aras de que el país conozca la verdad”.
Sin embargo, lo dicho por el ex general Rito Alejo Del Río en Bogotá contradice esa versión y, por el contrario, rebate toda relación con los grupos paramilitares. La justicia tendrá la última palabra.