Antes de ser asesinado, el docente, abogado y representante sindical fue víctima de secuestro y tortura por parte de paramilitares y agentes de la Policía Nacional. En Barranquilla, familiares se mostraron escépticos ante las disculpas ofrecidas.

Casi dos décadas después, el Estado colombiano admitió su participación en los crímenes contra el profesor Jorge Adolfo Freytter Romero, secuestrado y asesinado en 2001 por paramilitares y miembros del Gaula de la Policía Nacional. El acto de reconocimiento de responsabilidad se llevó a cabo hace dos semanas por medios digitales y estuvo liderado por la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado.

“Se le arrebató la vida en un acto violento y sin sentido que aún hoy nos resulta incomprensible y doloroso”, declaró Camilo Gómez Alzate, director de la Agencia. “Las autoridades están para proteger a los ciudadanos y garantizar su seguridad, es inaceptable que su misión se desdibuje y deslegitime en favor de los violentos”.

La misión estatal se desdibujó al mediodía del 28 de agosto de 2001, cuando Freytter Romero fue secuestrado por paramilitares que lo interceptaron a la entrada de su casa en el barrio San Isidro, suroccidente de Barranquilla. Tenía 51 años de edad, era profesor pensionado de la Universidad del Atlántico, abogado y un reconocido representante sindical de extrabajadores de la institución de educación superior.

La alianza entre agentes de organismos del Estado con grupos paramilitares en el Atlántico para la ejecución del crimen está probada en los procesos penales seguidos a dos coautores materiales ya condenados por la justicia por cargos de tortura, desaparición forzada y homicidio: Carlos Romero Cuartas, alias ‘Montería’, desmovilizado del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc), y Rafael Mariano Silvera, exagente del Gaula.

Hay numerosa evidencia de que las muertes de Freytter y otros 29 miembros de la comunidad de la Universidad del Atlántico fueron parte de un ataque sistemático porque realizaban denuncias y se opusieron a que grupos de extrema derecha infiltraran el centro de enseñanza.

Señalamientos directos fueron expuestos ante fiscales y jueces de los tribunales de Justicia y Paz por alias ‘Montería’, quien señaló a altos directivos del centro educativo. (Leer más en: Los crímenes de la Universidad del Atlántico)

En el caso del profesor Freytter, la Fiscalía declaró su homicidio delito de lesa humanidad en enero pasado. Varios de los testimonios recaudados coinciden en que lo mataron porque cuestionó en público la corrupción en el alma máter, con énfasis en los dineros que debían destinarse para pagar las mesadas a los pensionados.

“En el momento en que están forcejeando con el fin de que se soltara de las rejas, lo golpearon y les decía que era profesor de la Universidad del Atlántico, pero sus agresores le contestaron: fuiste a hablar mierda a Bogotá”, señaló una testigo. (Leer más en: Asesinato del profesor Jorge Freytter, delito de lesa humanidad)

Al día siguiente, 29 de agosto, su cuerpo semidesnudo fue hallado con signos de tortura y disparos a un lado de la vía que conduce de Barranquilla al municipio de Ciénaga (Magdalena).

Capturar a coautores

A la ceremonia virtual asistieron familiares de la víctima, una abogada del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, representantes del Parlamento y la academia de la comunidad autónoma del País Vasco (España), y Antonia Urrejola, relatora para Colombia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

En sus intervenciones, dos de los hijos del docente reclamaron al Estado colombiano comprometerse en investigar a fondo para que se conozca la verdad completa y en contexto de lo ocurrido y evitar que hechos como este se muestren accidentales o aislados, con responsabilidades difuminadas.

Jorge Freytter Franco, hijo mayor del representante sindical asesinado, no cree que la Universidad del Atlántico sea víctima, sino victimaria: “Treinta personas no pudieron ser asesinadas por la divina providencia. La divina providencia no permitió, financió y facilitó el ingreso de paramilitares y agentes de la seguridad del Estado a la Universidad para secuestros, torturas y asesinatos. Fue la alianza paramilitar con la corrupción en la Universidad. No lo digo yo: así lo reseñan diversos testimonios y artículos periodísticos”. (Leer más en: El paso macabro de las Auc por Atlántico)

Freytter Franco denunció que hace varios años tuvo que salir de Colombia por amenazas de muerte. “No puedo aceptar su perdón. Reconozco el gesto, pero no lo acepto. Máxime, cuando el paramilitar ‘Montería’ ni siquiera ha pedido perdón y cuando no se captura o se le da de baja a los autores materiales e intelectuales, porque así lastimosamente debe ser. Estos, al parecer, siguen delinquiendo como si fueran los dueños de la impunidad”.

Su hermano Jorge Freytter Florián se refirió al peso de “una triple victimización” por la destrucción familiar, el exilio al que también recurrió y el silencio de la soledad: “Me cuesta aceptar y creer en un reconocimiento abstracto, donde las voces de lo políticamente correcto y la diplomacia nos reúnen para recordar a nuestro padre”.

En nombre de su familia, Freytter Florián solicitó la captura de los autores intelectuales y que se investigue la cadena de asesinatos, amenazas y seguimientos contra integrantes de Uniatlántico. “¿Qué políticos, militares o administradores públicos dentro de la universidad avalaron este crimen? ¿Cómo ingresaron estructuras paramilitares? ¿Por qué la alianza con el Gaula y su complicidad con personas dentro de la universidad?”, preguntó.

Pistas de algunas de las respuestas reclamadas por los hijos del profesor, abogado y sindicalistas se encuentran en la extensa sentencia proferida a comienzos del año pasado por tribunales de Justicia y Paz contra Edgar Fierro Flórez, alias ‘Don Antonio’, uno de los exparamilitares que estuvo al frente de las acciones criminales en el departamento del Atlántico. (Leer más en: ‘Ojitos Azules’, el verdadero poder del paramilitarismo en Atlántico)

La otra petición la dirigió al excomandante del Bloque Norte de las Auc, Rodrigo Tovar Pupo, alias ’Jorge 40’, quien el lunes anterior regresó deportado al país desde Estados Unidos, tras purgar una condena por narcotráfico.

“Que hable sobre cómo organizaron los diferentes asesinatos en las universidades públicas y, especialmente, la Universidad del Atlántico. Necesitamos destapar todo este entramado criminal. ¿Quiénes dieron las órdenes y de dónde salió la financiación de estos delitos de lesa humanidad?”, reclamó el hijo del docente.

Freytter Florián advirtió que otros dos presuntos coautores están identificados y tienen medidas de aseguramiento de la Fiscalía con requerimientos internacionales: el exteniente de la Policía y exmiembro del Gaula, Flover Torres Sánchez, y el patrullero Germán Sáenz Cuesta. “Hasta el día de hoy no se sabe nada de sus paraderos”.