Un documento interno de la organización insurgente revela los proyectos que se habían trazado en septiembre de 2013, once meses después del comienzo de las negociaciones. Voceros en La Habana se negaron a hablar sobre el tema.

Reactivar por lo menos tres frentes guerrilleros, intensificar la preparación de francotiradores, tomar mayores medidas en el sembrado de minas antipersonal, reactivar escuelas de formación, mejorar la disciplina de los frentes, incidir con mayor eficacia en el control de la población y hacer más efectivas las finanzas, son algunas de las tareas que se trazó el Bloque Iván Ríos (Bir) de la guerrilla de las Farc en una reunión celebrada en septiembre de 2013 en algún lugar del Parque Nacional Nudo de Paramillo.

VerdadAbierta.com tuvo acceso al documento de la relatoría de ese encuentro que tuvo como uno de los objetivos centrales organizar el funcionamiento del Área Nudo de Paramillo (Anupa), que se conformó por los frentes 5, 18 y 58, que operan en aquellas regiones de Antioquia y Córdoba que hacen parte del parque natural. Lo particular de esa reunión es que se hizo once meses después de instalada la mesa de conversaciones entre el gobierno nacional y esa organización subversiva, y en ninguno de sus temarios se abordó ese asunto.

De acuerdo con la relatoría, asistieron los máximos jefes de los frentes que conformaron lo que ellos mismos llaman la ‘Anupa’. Llegaron allí Félix Antonio Muñoz Lascarro, alias ‘Pastor Alape’, comandante del Bloque Iván Ríos y hoy miembro del equipo negociador de las Farc en La Habana; Alfredo Machado Alarcón, alias ‘Román Ruiz’, jefe del Frente 18; Jhower Man Sánchez Arroyave, alias ‘Manteco’, jefe del Frente 58; y alias ‘Darlinson’, del Frente 5.

El encuentro, que en la relatoría los mismos guerrilleros describen que se hizo con dificultades y riesgos para concentrarlos en el sitio de reunión a la dirección del Bir, pretendía crear la ‘Anupa’, una instancia organizativa que les permitiera “funcionar como colectivo evitando disgregar esfuerzos en todo sentido, sin que se pierda el funcionamiento de los frentes como estructuras”.

De acuerdo con cifras de la guerrilla, la Anupa se creó con 418 combatientes, distribuidos así: 208 del Frente 18, que opera en Ituango; 113 del Frente 5, con presencia en el sur de Urabá; y 97 del Frente 58, que actúa en el sur de Córdoba. Y tendrá como área de operaciones una región que ha sido estratégica para la guerra, donde proliferan los cultivos de hoja de coca y la minería. Bajo su influencia están los municipios de Ituango, Tarazá, Dabeiba, Mutatá y Chigorodó, en Antioquia, y Tierralta, Montelibano y Puerto Libertador, en Córdoba.

Las Farc han tenido una presencia histórica en el Nudo de Paramillo, hasta donde quisieron llegar a finales de la década del 90 a las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) a disputarle el territorio a la insurgencia, sin que lo lograran. Luego de la desmovilización de esta fuerza paramilitar arribaron las llamadas ‘Autodefensas Gaitanistas de Colombia’, conocidas también como ‘Urabeños’ y ‘Clan Úsuga’, conlas cuales sostuvo combates y luego acuerdos de dominio territorial y comercio de coca. Para contrarrestar estos fenómenos, el Estado adoptó para el Plan Troya, con fuerzas de Ejército y Policía, e instaló un batallón de alta montaña.

La reunión fue instalada por Martín Cruz Vega, alias ‘Rubín Morro’, jefe de la compañía Aurelio Rodríguez, que opera entre Risaralda y Chocó, y quien también hace parte del equipo negociador de las Farc en La Habana. El guerrillero expresó su satisfacción porque el Bir “se ha mantenido en la actividad político-militar a pesar de las dificultades que se han presentado: muerte de miembros de la dirección, bombardeos y traidores, cierto grado de incomunicación y los operativos enemigos fortalecidos por el cúmulo de información entregada por los traidores”.

Paradójicamente, el 18 de septiembre de 2013, días después de esa reunión, se entregó a las autoridades en el corregimiento La Granja, de Ituango, Medardo Maturana Largacha, alias ‘El Negro Tomás’, uno de los principales ideólogos del Frente 18 y con más de 20 años en las filas de las Farc.

Reactivar frentes

Lo que pretendían las Farc con la Anupa fue concentrar esfuerzos en una zona rica en recursos naturales, pero también plagada de hoja de coca y minería ilegal. Foto: Archivo Semana

En la reunión no solo se habló de reactivar antiguos corredores de movilidad entre los frentes y de crear unos nuevos que garantizaran la coordinación en las áreas que comprende el Bir, sino de reconstruir por lo menos tres estructuras que, en el pasado, fueron reducidas por las autoridades.

“En cuanto a los frentes desarticulados como el 47, 9 y el Furja (Frente Urbano Rural Jacobo Arenas) tenemos que desarrollar planes precisos para retomar el área, enviando camaradas con capacidad para operar en estas áreas centrando el trabajo en organización e inteligencia para ubicar apoyos que garanticen su permanencia nuevamente en la región”, se dijo en aquella ocasión.

El Frente 47 actuó en límites de los departamentos de Antioquia y Caldas, y comenzó a desarticularse en mayo de 2008, cuando se entregó su jefe, Elda Neyis Mosquera, alias ‘Karina’. El Frente 9, que operó en el Oriente antioqueño, fue afectado drásticamente en 2011, cuando Fuerzas Militares abatieron en la región de Samaná, Caldas, a José Luis Naranjo García, alias ‘Gabriel’, uno de sus últimos jefes. En lo que respecta al Frente Urbano Jacobo Arenas, que tuvo acciones en Antioquia y el Eje Cafetero, las autoridades también minaron su capacidad operativa y redujeron a sus miembros.

A futuro

Uno de los mayores problemas que tiene el parque nacional Nudo de Paramillo son las minas antipersonales y explosivos artesanales. Foto: Archivo Semana

En el apartado “balance y proyecciones” se destacan dos temas centrales: la formación de francotiradores y el manejo de las minas antipersonal y otros explosivos. Con respecto a lo primero, se estableció la necesidad de formar tiradores como una estrategia de combate: “tenemos el material humanoque con un adecuado equipamiento y entrenamiento podemos mejorar en esta modalidad. Tenemos la urgencia de preparar camaradas en esta especialidad en todos los frentes del Bir”.

Y sobre los artefactos explosivos sembrados en áreas rurales, se lamentaron de las afectaciones causadas a la población civil en los últimos años. Al respecto, concluyeron que “estamos obligados a tomar todas las medidas para evitar se siga afectando con esta modalidad a la población, como no minar caminos y trochas con dispositivos de presión o enredaderas”.

La relatoría consignó la discusión sobre las “políticas organizativas y militares para retomar las áreas perdidas”, que refleja cómo se ha articulado el Bir a las organizaciones comunitarias y el papel que cumple el llamado ‘Partido Comunista Clandestino de Colombia’, conocido como ‘PC3’, que hace parte de su estrategia política, tanto en áreas rurales como urbanas.

Con respecto al PC3 se trazaron como meta “desarrollar campaña sostenida con balances periódicos de organización y crecimiento, formando los cuadros desde las mismas masas”, y sobre las milicias, se habló de su fortalecimiento y cualificación “en todo sentido para que puedan desenvolverse con dinamismo y combatividad dentro de la clandestinidad que exigen las condiciones de lucha presentes, no formar grandes grupos donde todos se conocen, porque se pierde compartimentación y quedan expuestos a la acción del enemigo”.

La jefatura del Bloque Iván Ríos admitió que “en ocasiones por falta de disciplina y sacrificio de algunos mandos y guerrilleros hemos sumado un considerable número de muertos, heridos y lisiados”, lo que llevó a los comandantes a plantear la reactivación de “las escuelas del Bloque para cualificar el cuerpo de mandos, a combatientes y milicianos y ponernos a la altura que requiere la confrontación”.

En este apartado se expuso una relación de bases militares, puestos de policía y bases paramilitares ubicadas en diversas áreas que están dentro y en los alrededores del Nudo del Paramillo, entre ellas en Dabeiba, Mutatá, Ituango, Chigorodó, Cañón del río San Jorge en Córdoba, la troncal de Medellín a la Costa Atlántica y Tierralta. En total ubican 22 “objetivos militares”, sobre los cuales tienen labores de inteligencia permanente.

Incidencia social

Las Farc reconocen que se mueven en el comercio de cocaína en asocio con bandas criminales emergentes en el área de Nudo de Paramillo. Foto: Archivo Semana

Otro de los aspectos que llama la atención en esta relatoría es el balance sobre los procesos de incidencia social en organizaciones comunitarias en aquellos municipios donde tienen control armado. Destacan, en ese sentido, la presencia de 10 líderes del PC3 en la región donde opera el Frente 18 que, a su vez, “incide en tres procesos organizativos que han venido ganando en experiencia y coordinación”.

Se determinó que sobre esos tres procesos se mantendría “orientación y asesoría” con el fin, de evitar que “malas orientaciones o incidencia de los llamados asesores y acompañantes se generen situaciones que no corresponden a los lineamientos políticos que nos hemos propuesto alcanzar”.

Destacaron también la influencia del Frente 58 en un proceso organizativo que, según se detalló, “ha venido ganando experiencia y coordinación con los demás procesos regionales y nacionales”. Adicionalmente, se hizo referencia a un proceso de retorno de campesinos que “se han venido organizando en sus propios procesos que ya han sido víctimas de la judicialización por parte de los organismos represivos del Estado”.

En cuanto a la influencia del Frente 5 se hizo un listado desus procesos de incidencia y por el número, es el que más procesos sociales apoya. Para septiembre de 2013, fecha de la relatoría, se incidía en un proceso organizativo que se estaba gestando en el municipio de Dabeiba y en 8 juntas de acción comunal; adicional a ello sumaron 16 juntas de acción comunal de Peque, 10 en el corregimiento San José de Apartadó, 4 en Carepa, 3 en Saiza (Córdoba).

Con respecto a Medellín se hizo referencia a la existencia de “cinco células y dos escuadras de milicias”. En el pasado, según los jefes guerrilleros, alcanzaron a tener “20 células”, pero “por problemas de infiltración enemiga el proceso se desarticuló”. Al respecto, decidieron “dejar quieto ese proceso hasta clarificar”.

Acerca de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, una organización creada en 1997 como resistencia a la guerra y que constantemente es señalada de tener nexos con las Farc, se determinó que “se mantiene respeto a las gestiones de la comunidad de Paz de San José (de Apartadó) en la que hay algunos militantes del PC3”.

Frente a programas estatales como Acción Social (que ya no existe), Plan Colombia, Colombia Responde, Familias Guardabosques y Familias en Acción, los guerrilleros del Bloque Iván Ríos anunciaron que abrirían un debate con las comunidades beneficiadas con esas iniciativas gubernamentales “para buscar ganar conciencia en la movilización para exigirle al Estado inversión social dentro del marco de la producción campesina o el crecimiento humano de las comunidades urbanas, con su participación directa en la elaboración de proyectos que les permita enraizarse en su territorio”.

Sobre el reclutamiento, particularmente de menores de edad, se concluyó que “no pueden ingresarse porque es violación a las normas de reclutamiento”, pero se hizo una diferenciación que no es clara con aquellos que llaman “refugiados”, sobre quienes se dijo “es necesario tomar otras medidas que no afecten la vida interna, ni se generen procesos de descomposición de ellos mismos por la irresponsabilidad en la relación de gente adulta con niños”.

Alianzas con “bandidos”

Las discusiones sobre las alianzas con grupos armados ilegales conocidos como ‘bandas criminales emergentes’ también tuvieron un espacio en la reunión del Bloque Iván Ríos. Se destaca la manera cómo se refieren esas estructuras, a quienes llaman “bandidos”, y se confirma que entre las Farc y ellos hay acuerdos, cuyo manejo se centralizó en alias ‘Román Ruiz’ y ‘Manteco’.

En la relatoría se observa la preocupación de mantener comunicaciones de alto nivel con “los bandidos” y se ordena “suspender cualquier comunicación con jefes de bajo rango y mucho menos guerrilleros en estas actividades”. Lo particular es que pese a las alianzas, califican a esos grupos como “enemigos nuestros” y definieron que “cualquier relación debe ser entendida como un alto al fuego en dirección a neutralizar su actividad criminal contra las masas y sus organizaciones”.

Los jefes del Bir determinaron que los acuerdos a los que se lleguen con “los bandidos” se deben respetar e imponer su cumplimiento. También se establecieron normas en su relación con ellos: “no comprometernos con nada que no podamos cumplir, no permitir su presencia en áreas de control nuestro, comprometerlos a que nos suministren información […] suministrarnos material de guerra, abrirnos paso en las zonas que tenemos por recuperar, pagar el impuesto por las propiedades, parar la compra de tierras en áreas de nuestro manejo”.

Dado que esta alianza también incluye el componente de la producción de cocaína, se determinó elevar “los precios a los productores de base y que nos promocionen públicamente nuestro nombre como aliados de ellos”. Se fijó, además, “redactar los acuerdos pero no darles archivos con nuestro nombre”.

¿Qué recursos tienen?

Uno de los informes presentados fue el de las finanzas del Bir. Allí dejaron claro que las entradas fundamentales se centran en impuestos a la minería y a la coca (que para efectos de camuflar el tema, la llaman ‘café). Para septiembre de 2013, fecha del encuentro según la relatoría, el Frente 18 tenía, como reserva, 96 barras de oro.

En sus cuentas registran que “en minería se recoge el 15% de la producción, el 10% para el dueño de la tierra y el 4% para las organizaciones comunitarias incluyendo la junta. Por ‘café’ 400.000. A ganaderos de más de 100 cabezas proponemos establecer tarifa de 10.000 mil pesos por cabeza al año, se tendrá en cuenta excepciones de acuerdo a compromisos políticos y financieros de otro tipo con ciertos propietarios. A transportadoras, comerciantes y contratistas de cualquier obra el 10% de las utilidades”.

También se fijaron nuevos “impuestos”, particularmente al comercio de tierras, que será gravado, según los guerrilleros: “con el 10% al comprador y con el 20% al vendedor cuando se trate de personas extrañas a la región. Cuando el negocio es entre miembros reconocidos de las comunidades no obra esta norma”.

Sobre la consecución de recursos se tomaron dos decisiones adicionales: “Explorar posibilidades de tributación a los compradores de madera, a camiones y embarcaciones que la transportan, haciendo una relación de los costos de viaje y la utilidad. Podría tenerse en cuenta a dueños de planchones para gravarles 2 mil pesos por rastra que compren”, y “explorar posibilidades financieras en Hidro-Ituango, invirtiendo en transporte, que además permitiría recoger información”.

Los recursos se manejan con espíritu empresarial, ajustando sus ingresos al presupuesto. El Bir determinó “ejercer control en el gasto, trabajar bajo presupuesto y tener en cuenta las contribuciones de las masas para liquidar como entradas”, y se les pidió a los jefes de finanzas de cada frente “cumplir con la planilla de gastos”.

Y así como hay ingresos y gastos operativos, también se desprende de la relatoría información sobre las inversiones del Bloque Iván Ríos, las cuales, se advirtió, “tienen que ser objeto de evaluaciones estableciendo sus utilidades o pérdidas cuando las haya, así como sus proyecciones”.

De otro lado, se fijaron normas en el manejo de los recursos: “cualquier inversión antes de hacerla debe presentarse el proyecto a las respectivas direcciones, Frente, Bloque y Secretariado, acompañado del respectivo proyecto de inversión, administración y proyección de utilidades y retorno del capital invertido. De igual forma debe presentar el informe del personal encargado de la administración y su experiencia en esta actividad productiva”.

Al parecer, y según se desprende de las discusiones dadas en el Nudo del Paramillo, el Bir tiene propiedades rurales que, para la época del encuentro, eran motivo de preocupación, sobre todo su formalización.

Al respecto, se dijo que “para legalizar propiedades que dispongan de títulos, exploraremos préstamos con entidades crediticias dentro de los planes de fomento agropecuario. Las decisiones para esta experiencia deben ser aprobadas por la dirección del bloque y el secretariado”. Se ordenó, además, que “las fincas deben llevar una contabilidad clara en lo invertido y lo producido para evaluar su rentabilidad y su proyección”. Y se aclaró que el Frente 18 adelanta un proceso de parcelación en una vereda bajo su influencia.

Indisciplina educativa

En las discusiones que se dieron en Nudo de Paramillo también se abordó el tema de la educación en las filas de los frentes que conforman el Bir y se hizo un examen crítico a lo que para esa época venía ocurriendo. Una de las quejas puestas en la mesa fue el descuido educativo bajo la excusa de lo que llamaron la “situación operativa”, lo que generó la tarea de motivar la “preparación política e ideológica, valorando y promocionando a quienes se preocupan por estudiar”.

La conclusión más drástica fue que “la guerrillerada antigua tiene dificultades para la educación política, es perezosa, además es raquítica la participación de algunos mandos y combatientes en los procesos educativos”, lo que generó en el Bir la idea de que los mandos no solo se pueden valorar por sus acciones en el campo de batalla.

VerdadAbierta.com buscó vía telefónica a los negociadores de las Farc que están en La Habana, especialmente a ‘Pastor Alape’ y ‘Rubín Morro’, a quienes se les quiso preguntar, entre otras cosas, si esta agenda estaba vigente, pero ambos tomaron la decisión de no referirse al tema.