A pesar de que en varias oportunidades el presidente Álvaro Uribe le ha dado a su bancada la orden de sacar adelante la prórroga de la ley de Justicia y Paz, el proyecto sigue estancado en el Senado de la República, lo que mantiene en el limbo el futuro jurídico de aproximadamente 25 mil desmovilizados.
Lo curioso es que el ponente de la iniciativa, el senador del Partido de la U Juan Carlos Vélez, dice sentirse “desmotivado” por la falta de respaldo por parte del mismo ministro del Interior y Justicia, Fabio Valencia Cossio, y del fiscal general encargado, Guillermo Mendoza Diago.
“A mi modo de ver ha faltado mucha voluntad del Ministro, que fue quien radicó el proyecto y debe hacer el lobby. Tampoco se ha visto la presencia del Fiscal. Esto es grave pues puede dar al traste con todo el proceso de reinserción. El único que ha tenido interés es el alto comisionado para la Paz, Frank Pearl”, le dijo Vélez a El Espectador.
La iniciativa busca que se puedan acoger a los beneficios de la Ley de Justicia y Paz los miembros de los grupos armados al margen de la ley que se desmovilizaron después del 25 de julio de 2005, y que, de acuerdo con cifras del ponente, serían 25 mil personas, entre ex paramilitares y ex guerrilleros, que gracias a la norma tendrían condenas de entre cinco y ocho años después de reparar a las víctimas y dar a conocer ubicaciones de fosas comunes y nombres de dirigentes que los respaldaron, entre otros aspectos.
El Espectador pudo establecer con altas fuentes del Congreso que es precisamente este punto sobre la verdad y sus consecuencias, como las posibles delaciones de los ex combatientes, lo que ha puesto en jaque el proyecto dentro del Senado, “pues muchos parlamentarios temen que se den a conocer sus nexos con grupos de paramilitares”.
Vélez reconoció que en el Senado hay poco ambiente para la discusión de la prórroga, lo que se demuestra, según sus declaraciones, con que el proyecto últimamente ha sido ubicado en puestos como 49 y 51 en el orden del día de los asuntos para tratar en la plenaria. “Esperamos que hoy se dé el milagro; estoy muy desanimado y muy desconcertado”, agregó.
Entre los desmovilizados que hoy se encuentran en el limbo están Karina, ex comandante del frente 47 de las Farc, que delinquía en el noroccidente del país —especialmente en el sur de Antioquia y norte de Caldas—, así como los miembros de otras tres columnas de ese grupo guerrillero, los del Ejército Revolucionario Guevarista (Erg), que operaba en Chocó, y los reinsertados de 20 bloques paramilitares.
Publicado en El Espectador – Fecha: 16/12/09