“El poder económico de las Auc dominó la negociación de paz de Ralito”: Pabón

      
Alias ‘El Profe’ conoció bien al paramilitarismo por dentro. Fue asesor, creador de páginas web, entrenador político de cuatro bloques paramilitares y asesor en las negociaciones de paz. 

  
Teodosio Pabón Contreras alias ‘El Profe’ empezó a delinquir con las Auc como un asesor del Bloque Sur Putumayo. Foto VerdadAbierta

-Perfil: El ‘Profe’ de los paramilitares

El nombre de Teodosio Pabón Contreras no tiene mucha recordación porque delinquió casi desde el anonimato. Por sus conocimientos académicos, ya que había sido rector de un complejo de centros educativos a distancia, se convirtió en cómplice del jefe paramilitar Carlos Castaño para ‘limpiarle la imagen’ a las autodefensas en todo el país.

Asesoró a los bloques Putumayo, Calima (Valle) y Centauros (Llanos), diseñándoles páginas web, escuelas paramilitares y hasta una especie de oficina de relaciones públicas para que en las regiones y fuera del país los vieran como un grupo que ya no cometía masacres ni excesos contra la población, en vísperas a la entonces negociación con el gobierno para su desmovilización.

Se convirtió en un par de años en una especie de ‘canciller’, que mantuvo contactos con las familias de las víctimas, organismos de cooperación internacional, los medios de comunicación, y fue vocero en Santa Fe de Ralito. Desde la cárcel La Picota, alias ‘El Profe’ contó cómo fue su historia en el paramilitarismo y dijo que en Justicia y Paz aún hay mucho por investigar:

¿Quién era usted antes de ingresar a las autodefensas?
Nací en Pamplona, Norte de Santander. Llegué a Bogotá sobre el año 1982. Comencé estudios en la Universidad Nacional, donde estudié Filosofía. Esa era una época muy convulsionada de la historia del país… En la misma universidad había un trabajo de reclutamiento de los diferentes grupos de las Farc, Eln y la juventud comunista. Pero quienes habíamos llegado a Bogotá en función de ser profesionales  eso no nos llamaba la atención. Sin embargo siempre había cierta presión para ingresar. En la necesidad de recursos, me dediqué a la comercialización de algunos productos en las zonas de Guaviare y ahí comencé a conocer los Llanos como comerciante.

… Después me dedico a la educación, comencé a trabajar con el Ministerio de Educación con nombramiento como profesor nacional en los Llanos Orientales, en la región de Granada, por la Uribe (Meta), pero seguía el choque ideológico en el que yo no podía aceptar la presión de las Farc para que uno hiciera parte de sus proyectos.

Eso me creó problemas y tuve que renunciar  a mis actividades como profesor en los Llanos. Entonces se me ocurrió la idea de crear una empresa privada para ofrecer servicios de educación. Me fui convirtiendo en un empresario próspero…

¿Y en dónde tenía sede?
En Aguazul, Yopal, Tauramena y Paz de Ariporo, en Casanare. La empresa fue creciendo  en razón a que el gobierno empezó a hacer unas exigencias de carrera administrativa y eso obligaba a que los funcionarios públicos tuvieran que capacitarse… Llevábamos programas de licenciatura a los maestros rurales y eso se creció tanto  que mi empresa llegó hasta el Putumayo. Allá recibí una amenaza de las Farc de que tenía que salir del territorio. Eso fue en el año 2000.

¿La amenaza es de muerte?
Sí, una amenaza de muerte y me exigían ‘vacuna’ y toda esta cantidad de cosas. Para esa época las Farc tenían presencia en las zonas rurales y las autodefensas eran la autoridad en los cascos urbanos como Puerto Asís, La Hormiga, La Dorada y Orito…

Cuando llegué a Bogotá me encontré con un conocido que estaba trabajando en el Putumayo, le conté mi situación y me dijo: “Hombre la única posibilidad que usted pueda recibir respaldo sería a través de las autodefensas, si quiere yo lo contacto con los comandantes de las autodefensas y usted cuadra alguna seguridad con ellos y sigue manteniendo su empresa”. Es así como yo ingresé a las autodefensas a finales de 2000.

¿Y usted tomó la decisión solo?
Tomé la decisión en Bogotá, viajé a Medellín. Había una afinidad en el tema de la concepción de Estado que teníamos en esos momentos ellos y yo. Para ese momento Carlos Castaño había asumido la dirección política de las autodefensas en Colombia, había dejado la dirección militar y asumió la dirección política. Y él abrió las posibilidades para que las personas con alguna formación académica ingresaran a las autodefensas. Ese fue el camino por el cual yo ingresé.

Entonces yo regresé al Putumayo. Comencé a trabajar con las autodefensas más cerca, asesorándolos. Me permitieron que conversara con ellos, les di algunas ideas. Para ese entonces recuerdo que había un niño que sufría cáncer y que estaba pidiendo que las Farc le liberaran al papá. Entonces yo les propuse (a las autodefensas) que hiciéramos como una especie de movilización en el Putumayo y a esos señores les encantó la idea e hicimos una movilización creo que única, con un carácter político en Putumayo y lo hicimos en diferentes pueblos. Era la primera vez que el pueblo se levantaba en contra de las FARC  en el Putumayo.

Eso tuvo resonancia en el estado mayor de las autodefensas y es entonces cuando el comandante Carlos Castaño dijo: “Yo quiero conocer a ese que está haciendo esas cosas por allá, porque esas cosas son las que necesito”. Entonces el comandante ‘Rafa’ (Rafael Antonio Londoño Jaramillo) me llamó.  ‘Rafa’ tenía para ese momento un problema con los Castaño porque ‘Rafa’ era una especie de antítesis de lo que la organización de autodefensas concebía.

¿Cómo era ‘Rafa’ en el Putumayo?
‘Rafa Putumayo’ era un hombre de Antioquia, bastante desordenado en su vida, pero lo movían sus intereses económicos. Entonces él como comandante de las autodefensas autorizaba cualquier cosa siempre y cuando tuviera dividendos económicos para su bolsillo. Él se entendía directamente con Vicente Castaño, porque para ese momento lo que había en el Putumayo eran Accu (Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá).

‘Rafa’ era un delincuente que tenía liderazgo dentro de los delincuentes del Putumayo. Entonces ‘Rafa’ comienza  trabajar con Vicente Castaño, pero tenía muy malas relaciones con Carlos Castaño. Pues alrededor de ‘Rafa’ estaban asuntos de prostitución, de drogas, de alcohol, era toda la antítesis de lo que yo creía como autodefensa. Pero cuando ‘Rafa’ se dió cuenta de que a Carlos Castaño le causaba interés que una persona en el Putumayo esté haciendo lo que yo propuse,  entonces ‘Rafa’ me dijo: “Váyase y háblese con Carlos, usted encárguese de trabajar las propuestas que Carlos Castaño le diga”.

Usted se reunió con Carlos Castaño, ¿cómo fue eso?

Yo viajé a Córdoba con ‘Rafa’ a comienzos del 2001 y Carlos Castaño me había dado quince minutos para reunirme con él en una propiedad en Córdoba.  Empezamos a hablar y la conversación se nos convirtió en una conversación de cuatro horas, además que él hablaba más que cualquier otra persona. Pero cuando uno lograba mantener una comunicación con un hombre con la formación que él tenía en ese momento y se va pasando el tiempo, la conversación se volvía más agradable y más profunda. Ya se comenzaba a hablar de proyecciones políticas, de la organización de las autodefensas… Él veía que si había la posibilidad de trabajar conmigo y me dijo: “Devuélvase entonces para allá, adelante algunas otras tareas a ver como cuadramos lo del Putumayo”.

¿Qué era lo que tenía en la cabeza Carlos Castaño?  
En ese momento digamos que Carlos había asumido el asunto mundial de la calificación de terrorismo que se le estaba dando a todas las organizaciones armadas ilegales. Las Farc en ese momento estaban el caos de la zona de distensión y las autodefensas estaban señaladas como grupos terroristas, se habían vivido todas esas masacres. Es decir, la presentación  de imagen política de las autodefensas en Colombia estaba totalmente destrozada.

Carlos Castaño ya veía la eventualidad  que había que ingresar a un proceso de negociación y de que las autodefensas habían perdido el horizonte ideológico que se había concebido inicialmente y entonces había que hacer primero una limpieza de la imagen, hacer un trabajo de concientización política de las tropas porque eso ya se había salido de madre.

Ante la opinión pública y la sociedad tocaba mostrarles que las autodefensas sí son una organización con una formación política, que sí hay una concepción política en la creación de una organización de autodefensas. Digamos que ese fue el camino.

Yo llegué en el momento en el que había que hacer ese trabajo, entonces me regresé al Putumayo.  Allá ‘Rafa’ reunió a todos los comandantes y les dijo: “’El Profe’ viene de donde Carlos Castaño. Entonces cuando me ven como la persona que viene de la casa Castaño, automáticamente todos quedan subordinados.

¿Qué hizo? Tengo entendido que usted los asesoró con una página web, también en una ong y en unas escuelas paramilitares…

Creamos una página de Internet y en Colombia Libre, que era la página principal de las autodefensas, nos abrieron un link para que pudieran entrar a buscarnos a nosotros. Empezamos a generar documentos, editoriales, nuevos conceptos y toda esa cantidad de cosas.

Pero también en la página de internet se creó un link de “contáctenos” y aunque parezca increíble en ese momento, cuando no había tanta tecnología en esa región, la gente empezó a entrar a ese link a dar quejas, a contar los malos tratos que estaban recibiendo en un lugar o en otro. Las autodefensas habían creado para ese momento una figura en ‘Don Berna’ (Diego Fernando Murillo) que era la inspección general de las autodefensas. Yo trabajé también con ‘Don Berna’ contándole las situaciones que estaban viviendo, hablé con los comandantes y ellos comenzaron a darle un trato distinto a la población, Creé la primera Escuela de Formación de Autodefensas en el Putumayo.

¿Cómo eran esas escuelas de formación?     

Una Escuela de Formación era un territorio seguro. Se creó un espacio físico parecido a los batallones donde hay unas pistas de entrenamiento, unas aulas, una enfermería donde trataban de enseñar a quienes correspondía. Lo que propuse hacer fue que a los patrulleros se les diera una formación básica militar, orden cerrado, manejo de armas cortas, de armas largas. Yo no era experto en el tema pero dentro del grupo uno conseguía las personas que hicieran esa formación.

Una vez terminado el proceso básico que era de unos tres meses uno empezamos a hacer un proceso de cualificación del personal  y había unos que se iban para la tropa. Dentro de la cualificación del personal estaban por ejemplo los que tenían alguna formación académica, los que eran bachilleres. Entonces buscábamos otros cursos más especializados para formar enfermeros de combate, para ubicaciones, algunos comandantes solicitaban gente para manejar el tema de los explosivos y otros que para reparación de radios. En mi trabajo seleccionaba algunas personas de para crear una escuela de formación política. Eso eran unos grupos más reducidos.

¿Y esas escuelas graduaron gente?
Eran unos 15 que fueron los primeros que yo formé. La nueva restructuración que le hice al Putumayo es que a cada frente, compañía y escuadra, le puse una persona encargada de la orientación política. Una parte era conocer los estatutos, leer  y  escuchar noticias, lo que estaba pasado en la zona del Caguán. La otra era mantener una relación más frecuente con la población civil.

Usted firmaba como ‘Andrés Arango’, ¿eso era en ironía al proceso gobierno-Farc?
Sí digamos que allá teníamos que utilizar un nombre. La clave del éxito en mi trabajo era la clandestinidad y había que utilizar un nombre. En ese momento la figura del momento era Andrés Pastrana Arango y en una conversación algún muchacho me dijo: “Creo que lo único bueno que tiene  de Pastrana es la mamá, la señora Arango”. Entonces yo dije: “Ve, voy a utilizar ese nombre  Andrés Arango y así nació el nombre”. Para entonces, las malas relaciones que había entre ‘Rafa Putumayo’ y Carlos Castaño siguieron ahondándose.

Pese al ‘trabajo político’ que a usted le encomendaron, ¿considera que en el Putumayo hubo desmadres?
Claro, totalmente…

Que usted recuerde, ¿cuáles?
Bueno, por ejemplo se recogían a las personas y se sancionaban. Algunas de las sanciones que se aplicaban a las mujeres era desnudarlas, ponerlas en una camioneta y darles una vuelta por el pueblo. Cuando yo toco ese tema la gente se escandaliza y es que realmente es un hecho para escandalizarse. Pero más debería escandalizar unos grupos armados ilegales tienen todo el control del territorio. A mí me parece más preocupante saber que en un pueblo donde hay fiscalía, policía, ejército se pueda hacer una cosa de esas.

No creo que donde supuestamente el Estado está ejerciendo su soberanía un grupo de paramilitares puedan montar un camión con cuatro mujeres desnudas y darles una vuelta por todo el pueblo.

¿Y eso por qué lo hacían? ¿Las acusaban de qué?
Por muchas razones, de pronto que por chismes .Aunque es grave el hecho, a mí me parece mucho más grave lo otro, que estando la fuerza pública, las autoridades y el Estado, un grupo ilegal pueda hacer una cosa de esas en un pueblo como Puerto Asís que para entonces era un pueblo grande.

¿Qué otros excesos cometieron?
Por ejemplo, la calificación que se hacía de que todo el que usara botas de caucho era guerrillero y allí se cometieron muchos homicidios por esa razón. Pues obviamente la gente que trabajaba en esos territorios tiene que usar botas de caucho porque no tienen para andar con tenis Nike porque es una zona cocalera y toda economía del Putumayo giraba alrededor del cultivo de la coca. Si la gente tenía digamos un prototipo de indio, entonces también era guerrillero y lo mataban.

¿Y masacres?     
No, en el período que yo estuve no hubo masacres.

Pero cuando cometían esos excesos, usted no intervino… Se supone que esa era su misión.

Estamos hablando de un período histórico dentro de las autodefensas. Claro, yo hacía mis recomendaciones, incluso llevaba hasta la Cruz Roja Internacional para que hablara con ellos. Pero resulta que en las autodefensas en ese momento se comenzaban a notar unas transformaciones.

Antes de esa época las autodefensas tenían una formación militar bastante fuerte, digamos que la formación militar que se dio desde las escuelas de formación en Córdoba por hombres como Carlos Castaño, como ‘Doble Cero’ (Carlos Mauricio García), donde la disciplina militar era muy importante. Pero a partir de ese momento también comenzó a hacerse fuerte dentro de las autodefensas la estructura financiera, tanto así que los financieros terminaron digamos ejerciendo mucho poder sobre la estructura.

Con ‘Rafa’ se podía hacer todo lo que fuera menos tocarle el tema financiero y digamos que él tenía alguna estructura paralela encargada de manejar todo su dinero. Ahí ya hay un rompimiento total de ‘Rafa’ con Castaño y entonces digamos que ‘Rafa’ se pasó a trabajar conel Bloque Central Bolívar. Las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, Accu, dejan de tener algo que ver allá en el Putumayo y yo quedé en esa posición de “yo para donde voy”.

¿Usted viajó entonces a Córdoba?

Si a fines de 2001 y conversé otra vez con Carlos y él me dijo: “Pues hombre, un trabajo importante que habría que hacer sería en el Calima” (bloque paramilitar en el suroccidente del país a cargo de Hébert Veloza alias ‘H.H.’).

  
Alias ‘El Profe’ se convirtió en pocos años en el asesor de Carlos Castaño. Foto VerdadAbierta

Antes que pasar al Calima, quería preguntarle, ¿qué diferencia había entre Carlos y Vicente Castaño?
Las posiciones que tenían eran totalmente distintas. Con Vicente Castaño no fue mucho lo que conversé, con él hablaba muy poco. Pero Vicente Castaño tenía una visión empresarial, si producía dinero era bueno. Esa concepción de Vicente es la que finalmente termina haciéndole daño  a la estructura de autodefensa porque digamos, utilizando el símil de lo empresarial, pues que entonces ya se podían vender franquicias.

Ese es otro capítulo y Carlos Castaño ya para ese momento  tenía una concepción más política, ya había madurado políticamente mucho. Él ya tenía una visión global de lo político, además en su vida privada él ya estaba sufriendo con el asunto de su esposa, de su hija con complicaciones de salud. Él veía la necesidad de entrar en un proceso de negociación.

Entrado el 2002 hubo acercamientos con la Iglesia Católica y Carlos comenzó a mirar un camino hacia una negociación política, que fue otro de los motivos que terminaron ahondando las diferencias entre las estructuras de las autodefensas: los que querían seguir manejando las autodefensas como un negocio y los que definitivamente querían  un camino político.

Había que asumir dos posibilidades: seguimos siendo una estructura empresarialmente poderosa con un aparato militar que obedeciera a los interés económicos de la organización o nos convertimos en un proyecto político con una estructura militar fuerte que pudiera acompañar a ese proyecto político para hacer un proceso de dejación de las armas y que el Estado asumiera la  soberanía del país. En resumen Carlos tenía un proyecto político y Vicente tenía un proyecto empresarial.

¿Cree que entre estas divisiones ellos (los hermanos Castaño) perdieron el poder de varios de esos grupos que habían armado por el país?

En ese momento se había perdido mucho poder. A ver, ¿qué hace que una estructura tenga poder? Primero, que sea una estructura compacta y sobre todo que haya un orden jerárquico.  Aquí digamos que el orden jerárquico se atomizó porque por decir el Bloque Central Bolívar era autónomo como bloque. Cada uno de los bloques era autónomo, eso fue lo que llamaron confederación, pero eso fue una manera de tapar una debilidad.

Entonces si yo le vendo a usted mi territorio y mis hombres, usted asume como comandante el control, entonces ya no tiene por qué estar subordinado a mí porque usted es el único comandante que está ahí.

¿Con qué bloques pasó eso? ¿Cuáles sospecha usted que eran franquicias?

Yo conocía a las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, Accu, que eranla casa matriz de las autodefensas en el ámbito nacional. Pero ya por decir el Bloque Central Bolívar era un bloque bastante grande, muy independiente. Digamos que de las Accu solamente estaban los Bloques Bananero y Calima; el Bloque Norteya no era tan Accu. El Bloque Norte estuvo subordinado a las Accu ideológica y militarmente, con una concepción de autodefensa bastante válida, pero cuando comenzó a crecerse económicamente en el Catatumbo, el bloque dejó de ser lo que era.

Por ejemplo el Bloque Centauros si seguía perteneciendo a las Accu. Entonces me queda más fácil hacer el recuento. ¿Las Accu se quedo con qué? Con los Bloques Bananero, Calima y Centauros. Lo demás ya era entregado.

¿Que pudo haber sido negociado por Vicente Castaño…?
Pudo haber sido negociado, sí.

Pasemos otra vez a Calima. ¿Castaño le dijo que hiciera lo mismo que hizo en el Putumayo con el Calima?
A comienzos de 2002 el Bloque Calima estaba sufriendo un problema de imagen también en razón a la masacre del Naya. Cuando conversamos con ‘H.H.’ yo le planteé a él, el mismo ‘trabajo’, el de la construcción política de la organización. A él también le llamó la atención y es cuando creé  las mismas Escuelas de Formación Política de Autodefensas. Se hizo una restructuración del Bloque, se creó una página web para manejar relaciones con esas comisiones de paz que tenía el Cauca, con los defensores del pueblo.

Entonces comenzamos a hacer un acercamiento más a nivel humanitario, a devolver algunos cuerpos que aparecían. A través medios de comunicación, también explicábamos donde estábamos, cuáles eran los territorios que ocupábamos, esto para esclarecer que no todos lo muertos que aparecían eran del Bloque Calima sino también de las Farc.

Adelanté algunas conversaciones con bloques vecinos porque el Valle no era todo Calima. Hablamos con el  Bloque Central Bolívar, con los vecinos del Nariño para hacer como una especie de delimitación de jurisdicciones para no crear problemas entre los bloques. Ese fue todo el trabajo que se hizo en el Bloque Calima.

Tengo entendido que es por esa época que lo nombraron miembro del estado mayor de las Auc…

No. En 2002 los acercamientos con la Iglesia Católica para un eventual proceso de negociación los hacen las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, Accu, es decir, directamente Carlos Castaño. Él llamó a algunas personas que consideraba podían serle útiles para enriquecer el debate que se va a dar y es cuando me llevan a mí. Yo me convertí en un asesor de ese proyecto, y es que con Carlos Castaño al lado todo salía más fácil. Para ese momento Bloque Central Bolívar (Bcb) estaba aparte. Es más, cuando comenzaron las mesas de negociación en Colombia se abren cuatro mesas distintas: las de las Accu, que la lideraba Carlos Castaño; la del Bcb, que la lideraba ‘Macaco’ (Carlos Mario Jiménez), ‘Báez’ (Iván Roberto Duque) y ‘Julián Bolívar’ (Rodrigo Pérez Alzate); la de ‘Martín Llanos’ (Héctor Germán Buitrago), y la de Meta y Vichada, que la lideraba ‘Guillermo Torres’ (José Baldomero Linares).

Y usted estaba con la mesa de las Accu…

Allí fue donde se hizo la primera concepción de negociación. Qué era lo que íbamos a negociar, cómo lo íbamos a hacer y entonces comenzamos a trabajarlo ahí. Luego paralelamente empezó a trabajar el Bcb en una negociación por allá en otro territorio y ese es otro de los capítulos oscuros  que tiene las autodefensas.

Las últimas negociaciones no las termina haciendo las Accu porque si miramos la mesa de negociación, de Accu no había nada ahí. Después de la muerte de Carlos Castaño en 2004 prácticamente las Accu dejaron de existir, no hicieron parte de la negociación. No creo que hoy alguien pueda decir que las Accu estuvimos en la negociación con el gobierno nacional.

¿Entonces la vocería ahí quién la tomó? 
 
La tomó el grupo económico más fuerte. La cara ideológica y política de la autodefensa es cubierta por la cara económica que había. Ellos son los que se convierten en negociadores. ¿Cómo llego yo a la mesa de negociación? Primero con las Accu de Carlos Castaño como asesor de la primera propuesta, luego me paso al Bloque Centauros y ahí el comandante Miguel Arroyave, quién no tenía ni idea de lo que se estaba haciendo, me dijo: “Usted es el que sabe, nos vamos juntos, yo soy en miembro representante pero usted está al lado mío”. Entonces yo hice parte y tuve conocimiento de todo lo que pasó en la negociación, pero yo era una especie de asesor.

Ahora que habla de ‘asesor’ tengo entendido que a ‘Fernando’, un paramilitar del Calima, se le ocurrió reclutar jóvenes en las universidades privadas de Bogotá. ¿Cómo fue eso?
No, lo que pasa es que cuando yo llegué al Bloque Calima, ‘Fernando’, una de las personas que trabajaba con ‘H.H’ (Hébert Veloza, jefe paramilitar), me dice que ellos habían hecho una reunión con algunos estudiantes de la universidad en el lago Calima, más o menos con 25 personas.

Yo ya venía trabajando esa idea, eso me recordaba cuando era estudiante en la universidad y que se hacía ese trabajo proselitista, entonces tenía esa idea pero realmente en el Valle no se hizo por distintas razones, porque eran tantas las cosas que había que hacer que ese tema no lo alcancé a hacer. Yo vine a trabajar más directamente ese tema cuando llegué a Bogotá, cuando me vine con el Bloque Centauros (grupo paramilitar que delinquió en los Llanos y Bogotá).

En el Valle la otra posibilidad que trabajamos nosotros fue la creación de una, no exactamente, ong, una cosa que se iba a llamar ‘Stop the War’. Entonces vine a Bogotá, conseguí una oficina, pusimos una sede en Bogotá, sacamos una licencia en Cámara y Comercio. La idea para ese momento, pues yo estaba patrocinado por Carlos Castaño, era poner una especie de frente de relaciones públicas de las autodefensas a nivel internacional.

Nosotros queríamos poner una oficina y se habían adelantado algunas conversaciones con unos amigos para poner una oficina en Alemania y para poner de pronto una oficina en Madrid para comenzar a exportar el tema y más que estábamos en una negociación. Pero la muerte de Carlos tumbó todas las posibilidades políticas para hacer este tipo de acciones.

¿Pero ustedes alcanzaron a tener esas oficinas?
Alcanzamos a tener la oficina acá en Bogotá. La oficina funcionó y adelanté algunas conversaciones con personas pero sobre todo para nosotros eran importantes los medios de comunicación, porque los medios daban mucha información mala de nosotros, de la parte negativa de las autodefensas. Entonces había que comenzar una movida con los medios y Santa Fe de Ralito se convirtió en ese escenario interesante para poderlo hacer. Por eso, yo permanecí allá más en Córdoba que en el Calima.

¿Y en qué momento usted dice me voy del Calima? En una versión libre, usted dijo que fue por una reunión de alias ‘Fernando’ con Juan José Chaux (ex gobernador del Cauca)…
Eso es verdad, lo que pasa es que las personas que se acercan a una organización como las autodefensas lo hacen por tres motivos: las personas están con un grupo ilegal por miedo, por intimidación; hay otras que lo hacen porque no hay otra alternativa, si estamos hoy con la guerrilla y no hay guerrilla sino autodefensa pues estamos con la autodefensa, y hay otras personas que se acercan porque tienen una actitud delincuencial y lo pueden utilizar a su favor.

Es ese el caso de Juan José Chaux* en el Cauca, quien tenía una posición delincuencial. Él pretendía que porque era un personaje tan importante en el Cauca, entonces él podía manejar a la estructura de la autodefensa a su acomodo y digamos que ‘Fernando’ si permitía que Juan José interviniera en cosas de intimidación a políticos y todo ese tipo de cosas.

Entonces, cuando una vez ‘Fernando’ me llevó a donde Juan José Chaux y nos propuso que nos daba 50 millones de pesos para que nosotros elimináramos a un contendor político que había en Popayán, creo que fue un señor de apellido Negret, entonces le dije: “Eso no es conmigo, primero usted no hace parte de la estructura. Yo no lo reconozco a usted como miembro de la estructura, lo que me está proponiendo se sale de mi concepción ideológica y estatutaria de la organización”.

Entonces ahí comenzamos a tener aún más un roce, yo no sabía que él tuviera tanta cercanía con el comandante ‘H.H’ y comenzamos a tener dificultades y digamos en  medio de la guerra uno sabe que a veces es mejor retirarse porque ya uno siente que su integridad  física empieza a tener riesgos, entonces yo no podía quedarme allá.

* Juan José Chaux fue ex embajador en República Dominicana, gobernador del Cauca entre el 2004 y2007, senador entre 1998 y 2002 y representante a la Cámara entre 1990 y 1998, y concejal de Popayán. En marzo de 2011 la Corte Suprema lo llamó a juicio por presuntos nexos con grupos paramilitares. Una de las pruebas del Alto Tribunal eran las declaraciones rendidas por Hébert Veloza alias ‘H.H’, ex jefe paramilitar del Bloque Calima extraditado a Estados Unidos. En septiembre de 2011 Chaux cobró la libertad por vencimiento de términos y en febrero de 2012 fue llamado de nuevo por la Corte para ampliar indagatoria. Su caso sigue en investigación.

¿En qué momento se va usted del Calima?
Me voy en septiembre de 2003.

Y cuando sale, ¿en qué momento le dicen que se va para el Centauros?

Ya cuando salí del Calima, el gobierno estaba en su afán de mostrar desmovilizaciones y resulta que el Bloque Centauros venía librando una guerra con las Autodefensas Campesinas del Casanare, Acc. Una guerra en la que todos habían metido la mano, ese no es solo un tema del Bloque Centauros sino que ese es un tema que no he visto que lo toquen por ningún lado y seguramente a la Fiscalía tampoco le ha interesado.

Nosotros hicimos una propuesta con la gente de las Acc, estando privados de la libertad (porque las Acc no se desmovilizaron), de que ellos estaban dispuestos a crear una mesa conjunta entre Bloque Centauros y Acc, que habían sido enemigos, para esclarecer qué pasó en esa guerra, que fue lo que realmente sucedió, una guerra que supera las dos mil víctimas entre combatientes sin contar la población civil que pudo haber muerto en este enfrentamiento.

Cuéntenos ¿cómo fue esa guerra?

El Bloque Centauros tenía esta guerra con las Acc, pero estábamos en un proceso de negociación. Entonces no tenía presentación que estando en un proceso de negociación se estuviera librando una guerra tan cruenta en los Llanos Orientales. En Santa Fe de Ralito nosotros habíamos creado una  comisión que se llamaba Comité de Convivencia, en el que estaba ‘Don Berna’, yo, los delegados de la Iglesia, de la OEA, delegados del Alto comisionado para la Paz. ¿Cuál era la función de ese comité?  Ese comité era el que canalizaba las visitas que llegaban a Santa Fe de Ralito para conversar con los comandantes, las actividades, quienes iban, quienes venían, una especie de oficina de relaciones.

Entonces cuando yo entré a hacer el trabajo que me correspondía dentro de ese comité, los periodistas llegaban a buscarme a mí pero para preguntarme por la guerra que se estaba viviendo en el Llano y era permanente el acoso de los periodistas, de las agencias nacionales e internacionales, de cómo así que nosotros estando en unas negociaciones  y allá había una guerra.

  
Pabón Contreras participó en la desmovilización del Bloque Centauros de los Llanos. Foto VerdadAbierta

Entonces digamos que yo me volví un experto en poner una cortina para tapar lo que estaba pasando en el Llano e incluso yo organizaba comisiones con los periodistas, con los de El Tiempo, Semana, CNN, Televisión Española (TVE), EFE y yo me los llevaba al territorio, les mostraba que allá no había guerra y los metía por otro lado. Cuadraba con los comandantes por donde iba a pasar y me los llevaba por todo el territorio, tan así, que hubo momentos en los que se suspendían las actividades de guerra para yo poder pasar por regiones conflictivas como El Trincho, por el Guaviare, prácticamente pasábamos por encima de los muertos pero la idea era que no los vieran.

Tenían miedo de que se dañara el proceso…
Claro, porque lógicamente el proceso se podía dañar.

Cuando usted llega al Centauros ¿quién lo recibe? ¿A quién le rinde cuentas?

Para ese entonces  Miguel Arroyave (alias ‘El Arcángel’) era el comandante central del Bloque y ‘Don Mario’ (Daniel Rendón Herrera) era el comandante administrativo y financiero, ‘Jorge Pirata’ (Manuel de Jesús Pirabán) era el comandante militar y yo llego a ser el ideólogo. ‘Don Mario’ pues estaba solamente dedicado a sus temas financieros; ‘Jorge Pirata’ estaba inmerso en el conflicto como comandante militar y Miguel Arroyave tenía que responder por el Bloque y las responsabilidades asumidas como miembro representante en la mesa de negociación.

Entonces digamos que mi trabajo fue al lado de Arroyave, permanecíamos juntos, yo le coordinaba las salidas en helicóptero, pero yo lo llevaba a la mesa de negociación, lo traía, le traía al comisionado, lo llevaba, ese era el trabajo, yo permanecía mucho con Miguel Arroyave.

¿Cómo era Miguel Arroyave?
Cuando lo conocí inicialmente lo vi comprometido con el proceso de negociación, es más, él fue el que realmente abrió las puertas para que yo trabajara en el tema de la desmovilización pero estaba adelantándose la guerra con ‘Martín Llanos’. De pronto de un momento a otro lo vi como que cambió de idea y entonces ya no le parecía llamativa la idea de la desmovilización y la negociación, y entonces comenzó a retirarse un poquito de la mesa y me mandaba a mí.

Entonces él se había metido a fortalecer esa guerra, él quería derrotar por todos los medios a las Acc, pero aquí aparece un dato curioso, que tendrá que esclarecerse en un momento dado en los tribunales de Justicia y Paz, y es por qué razón entraron a apoyar al Bloque Centauros los Bloques Calima, el BCB, Norte, Vencedores de Arauca y Mineros. ¿Por qué ellos se metieron en la guerra? ¿Por qué enviaron tropas al Bloque Centauros para exterminar al bloque de ‘Los Buitragueños’ (así le decían a las Acc? ¿Por qué?  Estábamos en una mesa de negociación y aún así se enviaron tropas allá.

¿Y usted qué cree?
Porque había intereses económicos muy grandes en los Llanos. Pienso que es cuando Miguel (Arroyave) empieza a liderar la apropiación de esas grandes fuentes financieras que hay en el Llano.

Qué son cuáles…
En el Llano hay tres grandes fuentes financieras. La contratación en los Llanos Orientales por las regalías petroleras que son inmensas. El tema de las rutas del narcotráfico y los ‘impuestos’ que se puede cobrar al tema del narcotráfico son dos fuentes importantes. Y no sé si estoy haciendo una especulación pero es que para poder llegar a tener el control, por ejemplo, en los territorios mineros en Boyacá hay que tener el control territorial en los Llanos, pudiera ser otra fuente de financiación importante, las minas de esmeraldas, por ejemplo.

¿Y qué papel tenía Víctor Carranza?
No, en ese momento no conocí que tuviera ningún papel. Víctor era una persona autosuficiente y en su poderío de su territorio élno quiso hacer negociaciones con Miguel Arroyave.

¿Pero él se reunió con ustedes?
Él reunió con Miguel y conversaron algunas cosas, pero no llegaron a ningún acuerdo. Por esa razón para Miguel, Víctor Carranza se convirtió en objetivo militar y pues habría que mirar el ‘mapa de la campaña’, así como en el colegio nos enseñaban la campaña libertadora. Habría que mirar solo con un sentido lógico la campaña que hizo el Bloque Centauros y hacía donde se dirigía.

¿Y hacía donde iba el bloque?
(Dibuja un mapa en un papel). Digamos que tenemos aquí a Villavicencio, entonces tenemos aquí el departamento del Meta, por acá está Vichada, por acá nos metemos al Guaviare, por acá nos metemos al Casanare y entonces acá nos metemos a Boyacá, y acá nos encontramos con Cundinamarca…

La función connatural de un grupo de autodefensas militarmente es la eliminación o por lo menos debilitar a su enemigo natural que es la guerrilla, pero si usted mira el mapa de las operaciones, entonces en este territorio entre Casanare y Boyacá está la fuerza de las Acc. Todo el poderío militar del Bloque Centauros, del Bcb, Calima, Mineros, Norte y Vencedores de Arauca, todo ese poderío militar tenía esta ruta. Como no se llegó a donde se tenía que llegar, no me puedo atrever a decir para dónde era que iban, pero la orientación lo conduce a uno a Boyacá.

¿Y qué eran? ¿tierras? ¿minas?
Esmeraldas.

En una reciente audiencia, varios postulados del Centauros contaron que en medio de la guerra con las Acc, Arroyave quitó muchas tierras. ¿Cómo fue el despojo en los Llanos?
Si es que todas las guerras en Colombia han sido por tierras y sobre todo los Llanos orientales tienen ese problema, el problema de las tierras. Los grandes terratenientes desde la época pues de la historia querían tener el control de la tierra, todos. Los papás de los presidentes, los abuelos de los presidentes que tenemos son los dueños de las tierras, eso es un conflicto nacional.

Pero para entrar en el contexto, claro que sí, donde entraban las autodefensas y cualquier grupo armado ilegal sabe que su riqueza principal son las tierras. Lo hacen las Farc desde su condición y lo hizo la autodefensa también.

¿Y cómo lo hicieron Miguel Arroyave o ‘Don Mario’?
No, Miguel Arroyave no lo hizo: lo hizo el Bloque Centauros. ¿Cómo se hace? Los territorios donde hay presencia guerrillera son territorios pobres, donde hay problemas de guerra, donde nadie quiere invertir, porque el que quiere invertir es el que tiene plata, eso es una regla lógica. Pero el que tiene plata no invierte  donde hay territorios guerrilleros, invierte es donde hay territorios de autodefensas porque se supone que se les garantiza la seguridad.

Entonces Miguel Arroyave hace ese trabajo como se hizo en todos los distintos bloques del país, por diferentes figuras se hace apropiación de tierras ya sea porque se quitan o porque la gente decide vender también voluntariamente o porque otros los presionan para que los vendan y volvemos a tener el control de todas esas tierras.

¿Y para qué se usaron?
Se usaron para obtener fincas, para hacer arreglos. Al mejorar las tierras y al mejorar la seguridad entonces una finca que estaba en 300 mil pesos la hectárea, si hoy mira los precios de las tierras en los Llanos donde estuvo el Bloque Centauros, las hectáreas están a cinco millones, a seis millones, a diez millones de pesos. La pregunta es ¿en donde están las tierras? Porque es que Miguel Arroyave murió pero no se las llevó, las tierras están allá todavía.

¿En qué municipios?
En todos los que estuvo el Bloque Centauros. En Meta, Guaviare y parte de Casanare.

¿Y se quedaron en manos de testaferros?
A mí me parece que los que están ahorita versionando sobre el tema deben ser más claros en eso, no decir Miguel Arroyave quitó las tierras, sino decir cuáles fueron las tierras que quitó. Hacer el recorrido y decir esta finca, esta otra finca, este territorio, porque allá están las tierras y entonces le corresponderá al Estado por medio de sus organismos de investigación verificar por qué ese propietario es dueño de esas tierras.

¿Pero usted si cree que le despojo fue grande?
Estamos hablando de miles y miles de hectáreas, por ejemplo, yo leía en estos días el tema de las 10 mil hectáreas que entregó ‘Don Mario’ para reparación. Es que ni ‘Mario’, ni ‘Pirata’, ni ninguno puede hacer entrega a nivel personal de tierras y propiedades para reparación, esas eran propiedades del Bloque Centauros, que deben entregarlas para reparación, sí, pero no a título personal.

Haciendo un balance de su paso por el paramilitarismo, ¿cree que valió la pena tanta muerte?
El proyecto de las autodefensas si respondió al interés de personas muy poderosas, todavía siguen en ese poder y digamos que el mismo proceso cuando se volvió un proceso de tipo judicial en el que lo que importa es la cantidad de muertos, de huesos y fosas sigue tapando lo que realmente era.