Propuesta indecente (Semana)

      
Un grupo de jefes paramilitares le ofreció al gobierno la verdad sobre sus vínculos con políticos y empresarios, con la condición de que se convirtiera en un secreto de confesión.
Los jefes paramilitares, aquí reunidos en el matrimonio de Carlos Castaño, han intentado precionar al gobierno buscando beneficios. Foto Archivo Semana

Detrás de la campaña mediática que quedó en evidencia esta semana, cuando Salvatore Mancuso apareció hablando en varias entrevistas, hay una historia de propuestas que los jefes paramilitares le hicieron al gobierno con mensajeros que incluyen políticos involucrados, obispos y facilitadores de paz. Mancuso prepara el terreno para su declaración ante los fiscales de Justicia y Paz que reanudará este martes.

Los mensajes empezaron a llegar el lunes 8 de mayo. El senador Miguel de la Espriella llegó al Palacio de Nariño acompañado de Eleonora Pineda. Sostuvieron una reunión con el presidente Uribe por más de una hora. Los políticos le contaron al Presidente que Mancuso días atrás les había aconsejado buscar al senador Gustavo Petro, para que por su cercanía al presidente Hugo Chávez les ayudara a buscar asilo en Venezuela. Porque era inminente que el propio Petro los implicaría con las autodefensas y su destino fijo sería la cárcel.

Los senadores continuaron en su relato, pero la información pareció más una advertencia. Según Mancuso, las revelaciones que tiene programadas ante la justicia desatarían una crisis que desestabilizaría al gobierno al involucrar en algunos de sus asuntos al ministro del Interior, Carlos Holguín; al ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, y al vicepresidente, Francisco Santos. El Presidente los escuchó hasta terminar su relato, le recordó a De la Espriella que nada tiene que temer él y repitió lo que ha dicho todo este tiempo: “¡Que lo que tenga que decir, que lo diga!” El Presidente manifestó que está cansado de los chantajes de los paramilitares y de que se amenace con anuncios apocalípticos que se viene la crisis. “¡Pues que se venga, pero de una vez!”. Esta versión la dio a conocer a SEMANA el jefe de prensa de la Casa de Nariño, César Mauricio Velásquez.

La propuesta más atrevida llegó el jueves. El asesor de paz de Antioquia, Jaime Jaramillo Paneso, y monseñor Nel Beltrán, obispo de Sincelejo, llegaron hasta donde el Presidente a comunicarle, de nuevo, que los jefes paramilitares estaban preocupados por lo que podrían desencadenar más revelaciones. Y que por esto le proponía al gobierno que dividieran la verdad en dos. Una parte, la llamada verdad criminal, quedaría en manos de la justicia, y la verdad de la para-política y de las relaciones con los empresarios y multinacionales sería oída sólo por la Iglesia, bajo el secreto de la confesión.

Mancuso además le mandó decir a Uribe que la extradición ya no lo preocupaba porque él estaba en negociaciones directas con Estados Unidos.

El Presidente senegó a todo, según cuentan en Palacio y lo ratifican los asistentes. Y de nuevo les repitió a estos emisarios que no aceptaba ningún tipo de propuestas de los paras y que no sólo veía inviable la propuesta, sino que advirtió que de haber algún tipo de información que afectara a él y a su familia, ésta debía ser escuchada por la justicia y que ojalá en público. Y sobre la extradición, el Presidente contestó que por más negociaciones que él intente con el país del norte, la suerte de su extradición está en sus manos.

La Iglesia también rechazó la oferta. El presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana, monseñor Luis Augusto Castro, intervino y fue tajante: “La Iglesia no se presta para eso”, dijo.

La propuesta proveniente de Itagüí quedó muerta de inmediato. La intención de los jefes paramilitares esgrimida por los emisarios es que con sus revelaciones se puede generar en el país una ola de violencia, de traiciones y de venganzas que no contribuye a la reconciliación. Lo cierto es que ninguna de las ideas fue aceptada y el gobierno el viernes en la tarde anunció que trasladará a Salvatore Mancuso de centro de reclusión. Este lunes, el Ministro del Interior y el alto comisionado para la Paz, Luis Carlos Resptrepo, estarán con los jefes paras en la cárcel. Son, sin duda, momentos decisivos.

Publicado en SEMANA Fecha: 05/12/2007 – Edición 1306