Político de izquierda de Norte de Santander, erael favorito para llegar a la gobernación de su departamento cuando lo mataron en 2003.
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Tirso Vélez, nació en septiembre de 1954 en un hogar humilde de Agua Clara, corregimiento de Ocaña, Norte de Santander.
Muy joven ingresó a las Juventudes Comunistas y repartía el periódico Voz del Partido Comunista en las plazas de los pueblos de su departamento. Vélez era un muchacho sensible, apasionado por las letras, la poesía y la música. Un amigo recuerda que “un sábado por la tarde, en agosto de 1978, conocí a Tirso Vélez, acariciando canciones de protesta en su guitarra en el parque principal de El Zulia, Norte de Santander”.
En 1982 se graduó en Sicología de la Educación en el Centro Latinoamericano de Dianética, en Bogotá. Consecuente con su compromiso social, se volvió profesor en escuelas rurales de su región. Llegó en 1987 a Tibú, donde fue profesor y conoció a Isabel Obregón con la que tuvo a sus dos hijos, Rubén Darío y Miguel Ángel.
En 1992, encabezando una coalición de izquierda, Vélez fue elegido alcalde de Tibú por la Unión Patriótica (UP). Propuso soluciones para buscar la paz en su región y le solicitó al gobierno y a la guerrilla cesar las hostilidades e iniciar un diálogo.
Las primeas polémicas en su gestión empezaron cuando Vélez rechazó la llegada de 3.000 soldados a su región y pidió a cambio que el gobierno mandara 50 profesores. En el Ejército empezaron a insinuar que el alcalde de Tibú tenía relaciones con la guerrilla.
Pero fue su poema “Tibú, un sueño de paz” que terminó de enfrentarlo con los mandos militares de Norte de Santander.
“Para que exploten bombas de pan y de juguetes
y corran nuestros niños entre escombros de besos.
Lancita… mi soldado… recuerda que Jacinto, el hijo de la vieja campesina,
se fue para la guerrilla buscando amaneceres, persiguiendo alboradas.
Que no regrese muerto, no le apagues su lámpara.
Porque la vieja espera pegada a su camándula
pidiéndole a las ánimas que no le pase nada”.
Tras la publicación del poema el general Hernán José Guzmán, comandante General del Ejército en la época, le solicitó a la Procuraduría que investigue a Vélez disciplinariamente. El senador de la UP, Manuel Cepeda, asesinado en 1994 por los paramilitares, en una columna en el periódico comunista Voz dijo sobre los polémicos versos que “para la derecha y los mandos militares en Colombia, definitivamente la poesía es peligrosa”.
En agosto de 1993 Vélez recibió amenazas de las autodefensas y en septiembre de ese año fue detenido por el DAS por presunta colaboración con el ELN. Aunque, tras varios meses en prisión, fue dejado en libertad por falta de pruebas, Vélez dejó la alcaldía de Tibú y se fue a vivir a Venezuela.
Después de su alcaldía en Tibú Vélez se alejó de la UP y formó un movimiento de izquierda, independiente y pacifista. Así fue diputado de Norte de Santander, miembro de la Comisión Nacional de Paz y uno de los fundadores de la ONG Redepaz.
En 2003 se presentó a las elecciones para la gobernación de Norte de Santander con el Polo Democrático. Poco antes de su asesinato lideraba las encuestas con 24 por ciento de preferencias.
El 4 de junio de 2003 dos hombres abordaron a Tirso Vélez, su esposa y un amigo en pleno centro de Cúcuta. Un sicario disparó varias ráfagas sobre el grupo. Asesinó a Vélez con seis balazos e hirió a su mujer y a su acompañante.
“Tirso se desplomó ya muerto sobre mí y me mandó al suelo. El asesino se dio vuelta, me buscó y me apuntó a la cabeza. Yo me encogí y lo miré con todo el rencor que nunca había sentido. Me dio cinco tiros, pero no fui consciente de que estaba herida. Recogí el portafolio de Tirso, los celulares y pedí ayuda. Llegué por mis propios medios a la Clínica San José. Estuve 16 días en la clínica, no pude ir ni al velorio ni a las exequias de Tirso”, recordó en la revista Cambio Isabel Obregón, la viuda de Tirso Vélez.
La justicia
Por el crimen de Tirso Vélez la Fiscalía dictó medida de aseguramiento contra Jhonatan Sepúlveda, ex paramilitar, como coautor material, contra Jorge Iván Laverde, alias ‘El Iguano’, ex comandante del Bloque Catatumbo de las AUC y contra Armando Alberto Pérez Betancourt.
Un juez de Cúcuta condenó a José García Mazo, alias ‘Bizco’, a 22 años de prisión por el asesinato de Vélez. Sin embargo’El Iguano’, Sepúlveda y García se acogieron al proceso de Justicia y Paz.
La verdad
En sus versiones libres ‘El Iguano’ confesó ser el autor intelectual del crimen. Como autores materiales ‘El Iguano’ inculpó a José García Mazo, alias ‘Bizco’, que está preso, a Carlos Andrés Palencia, alias ‘Visaje’ y a Enrique Rojas, alias ‘Gato’, que según dijo fue asesinado.
“La orden fue de Salvatore Mancuso, tras conocerse por información de que Vélez hacía parte de la estructura del frente 33 de las Farc”, aseguró ‘El Iguano’. “Fue un favor político” agregó.
Mancuso, en versión libre de enero de 2007 aceptó haber dado la orden de asesinar al ex alcalde de Tibú, por ser presunto auxiliador de la guerrilla.
Para la viuda de Vélez “Mancuso, de manera infame, dijo que a Tirso lo habían matado por subversivo. Atentó también contra su honra. Fue como haberlo asesinado dos veces. Por eso creo que este proceso no es más que un montaje, una manipulación de la verdad. Porque Mancuso no pierde, pierden sus víctimas”.
La reparación
La familia del ex alcalde de Tibú no ha recibido reparación por el crimen. De todos modos, lo que dice Isabel Obregón es que: “en circunstancias como esta, verdad, justicia y reparación son palabras que suenan vacías. La única reparación posible para mí y para mis dos hijos, de 17 y 14 años, es que nos digan la verdad completa. No que a Tirso lo mataron por guerrillero, sino que nos expliquen exactamente a quiénes les convino su muerte, quiénes se beneficiaron con ella”.