Cunde la zozobra en el norte de Cauca

      

La muerte violenta de dos mujeres indígenas en los últimos días y las frecuentes amenazas de presuntos grupos posdemovilización contra líderes sociales en lo corrido del año, están acabando con la tranquilidad que sus habitantes empezaron a disfrutar a raíz de la disminución del conflicto armado por la tregua unilateral sostenida por las Farc desde julio del año pasado.

zozobra caucaLas comunidades indígenas del norte de Cauca están en alerta por las amenazas y los asesinatos de los últimos días. Foto: VerdadAbierta.com.En la tarde del pasado 17 de abril, indígenas del resguardo López Adentro, del municipio de Caloto, encontraron sin vida y decapitado el cuerpo de Rubiela Coicué, de 39 años de edad, comunera de la etnia Nasa. Dos días después, sobre la vía Panamericana y a tres kilómetros del municipio de Timbío, fue encontrado el cuerpo de otra mujer de facciones indígenas, con un impacto de bala en su cabeza.

La primera víctima era una persona que no lideraba procesos organizativos en las comunidades indígenas y padecía trastornos psiquiátricos, según le contaron sus familiares a la Policía. Al parecer no tenía amenazas y deambulaba por diferentes municipios. Sobre la segunda víctima, no se tienen mayores datos y hasta el cierre de esta nota figura como NN.

Por el momento ningún grupo armado ilegal se ha atribuido la responsabilidad de estos hechos, y tanto las autoridades indígenas como judiciales de la región se encuentran en labores de investigación para establecer quiénes son los autores materiales de estos feminicidios y cuáles fueron sus motivos.

No obstante, estas dos muertes han despertado miedo entre las comunidades indígenas del norte de Cauca, pues temen que sean parte del cumplimiento de las amenazas que han recibido a través de panfletos firmados por grupos a los que denominan como “paramilitares”.

“Existen amenazas generales en el norte de Cauca, llevamos cinco desde el principio del año”, dijo Edwin Mauricio Capaz, coordinador del Tejido de Defensa de la Vida de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (Acin). (Leer más en: ¿Por qué las Águilas Negras ‘sobrevuelan’ con amenazas en Cauca?)

A esta situación se suma la presencia de hombres fuertemente armados que transitan en camionetas con vidrios polarizados en la vía que comunica a los municipios de Corinto y Caloto, quienes, según lo denunciado por las comunidades, también han amenazado e intimidado a algunos indígenas.

“No se han identificado, pero por su forma de actuar, por los vehículos de alta gama y por portar armas de largo alcance, se determina que no son delincuencia común. Las amenazas que han hecho en el territorio dejan entrever que no se trata de simple delincuentes, sino de paramilitarismo. Esta situación se ha presentado especialmente en el último mes y medio”, denunció Capaz y agregó que en esos municipios también han circulado panfletos firmados por las llamadas ‘Águilas Negras’, en los que establecen toques de queda a partir de las diez de la noche y hasta primeras horas de la mañana.

Por otro lado, el coronel Édgar Orlando Rodríguez, comandante de la Policía del departamento, enfatizó que en la región no existen bandas criminales, y que los panfletos alusivos a las ‘Águilas Negras’ son “apócrifos”, por cuanto las investigaciones del Centro Integrado de Inteligencia contra Bandas Criminales, conformado por varias entidades del Estado, concluyen que ese grupo armado nunca ha tenido presencia en la región.

En cuanto a la denuncia sobre la circulación de hombres armados que merodean entre Caloto y Corinto, el coronel Rodríguez explicó que en ese sector hay un circuito de comercio ilegal de marihuana, en el que incluso hay cultivos dentro de los resguardos indígenas, y precisó que esos hombres se dedican a su comercialización, especialmente hacia Cali, la capital del vecino departamento de Valle del Cauca.

“Se han hecho algunas capturas de personas con escopetas y fusiles, y se ha establecido que son personas que se dedican al tráfico de estupefacientes en grandes cantidades, especialmente de marihuana. No hemos establecido, hasta el momento, la existencia de un grupo que pertenezca a bandas criminales, pero sí que son personas dedicadas al narcotráfico”, le dijo el oficial a VerdadAbierta.com.

Sobre la presencia de cultivos de marihuana en resguardos indígenas, Esneyder Gómez, uno de los consejeros de la Acin, reconoció que algunas personas han recurrido a la siembra de ese cultivo de uso ilícito ante las dificultades económicas por las que atraviesan.

“Eso no es mentira y es un problema nacional. No sólo es de comunidades indígenas: en Caquetá, en Putumayo y en Meta, encontramos casi la misma situación. Aquí está en apogeo la marihuana, así como en los noventa estuvo la amapola. Estamos trabajando para ver cómo podemos intervenir esa situación”, indicó el nativo.

Mientras las autoridades indígenas aducen la existencia de nuevos grupos paramilitares que los están afectando, y tanto el Gobierno Nacional como la Policía insisten en que no existen tales grupos, el asesor de Paz del departamento, Walter Aldana, considera que esta reciente ola de intimidación proviene de otros sectores que buscan generar zozobra.

“Existe un coletazo en el departamento de Cauca por el efecto de los avances de la negociación de La Habana. Hay sectores que están en contra de la posibilidad de la firma del acuerdo, que generan hechos de zozobra: estamos hablando de hombres armados patrullando en Cajibío y Caloto, de panfletos en los últimos meses… ¿Son ‘Águilas Negras’, ‘Rastrojos’ o ‘Urabeños’? Sea quien sea, son fuerzas irregulares que están por fuera del Estado, y en esa medida esa es la preocupación del gobierno departamental”, dijo Aldana.

Por su parte la Defensoría del Pueblo alertó sobre la situación a través de un comunicado, solicitó a las autoridades avanzar en las investigaciones para “identificar a los responsables, capturar a los autores materiales e intelectuales y adoptar las medidas preventivas a fin de evitar episodios semejantes”; asimismo, insistió en que debe darse “protección prioritaria para las mujeres como sujetos especiales de derechos y para las comunidades indígenas en su condición de poblaciones vulnerables”.

En las últimas semanas, el país ha atravesado por un fuerte debate sobre la existencia o no del paramilitarismo. En esa discusión, diferentes organizaciones sociales, así como la guerrilla de las Farc, han pedido que el Estado reconozca que el paramilitarismo persiste y que lo enfrente de manera frontal. Sin embargo, algunos analistas del conflicto armado esgrimen que en la actualidad existen grupos delincuenciales que tiene un aprendizaje heredado de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc), interesados en controlar economías ilegales. (Leer más en: ¿‘Gaitanistas’ le hablan con armas al proceso de paz?)

Lo cierto es que, en medio de esa discusión, diferentes panfletos relacionados con grupos surgidos tras la desmovilización de las Auc han circulado en Cauca; asimismo, además de estas dos mujeres, cuatro líderes sociales fueron asesinados en los tres primeros meses del año, entre ellos Maricela Tombé, quien se desempeñaba como presidenta de la Asociación Ambiental de Playa Rica, del municipio de El Tambo.

Con todos estos graves sucesos, la tranquilidad que trajo la tregua de las Farc se desvanece como agua entre los dedosde las manos, y como afirma Capaz, “el norte de Cauca no sale de una acción de afectación, y ya está cayendo en otra”.