Vinculan a ‘Jorge 40’ y a ‘El Paisa’ a masacre de Kankuamos

      

Tras la condena de dos ex ‘paras’ por el asesinato de cuatro indígenas en 2002, la Fiscalía tendrá que investigar la responsabilidad de los exparamilitares en la incursión armada.

La Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia le pidió a la Fiscalía que investigue la participación de Rodrigo Tovar Pupo, alias ‘Jorge 40’ y Leonardo Enrique Sánchez Barbosa, alias ‘El Paisa’, exjefes del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) en la masacre de cuatro indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta.

La decisión de la Corte se produjo tras la condena de los hermanos Mario José Fuentes Montaño y Geiber José Fuentes Montaño, dos exparamiltiares del Bloque Norte, a 40 años de prisión, por el asesinato de cuatro indígenas el 8 de diciembre de 2002 en Atánquez, Cesar, la “capital” de los kankuamo, una de los cuatro grupos indígenas de la Sierra Nevada.

En el fallo, el Alto Tribunal resalta que estos asesinatos no se pueden manejar como hechos aislados y tienen que ser investigado con “una visión de conjunto que permita develar la responsabilidad de los mandos superiores que ordenaron las ejecuciones”. Por eso la Fiscalía tiene que abrir una investigación contra ‘El Paisa’, que ordenó directamente la masacre y contra ‘Jorge 40’, que era el jefe principal del Bloque Norte.

La Fiscalía tiene además que investigar un centenar de crímenes cometidos en la misma época, con la misma manera de operar contra los Kankuamo en Atánquez y sus alrededores. Según un informe de 2004 la Caravana Internacional por la Vida en el año 2002 se registraron 38 homicidios de miembros de la comunidad kankuama, 57 en el 2003 y 9 más en lo que iba corrido de 2004.

Masacre de Atánquez

En la madrugada del 8 de diciembre de 2002, 60 hombres del Bloque Norte de las Auc, ingresaron al resguardo de Atánquez, que pertenece al municipio de Valledupar, Cesar. Una parte del grupo rodeó el pueblo, asegurando los alrededores del caserío, mientras otra parte se tomó las calles y la plaza de mercado, donde había decenas de personas de la comunidad indígena ya que era domingo, día de mercado.

Después de pedirles las cédulas a las personas que estaban en la plaza de mercado, varios encapuchados señalaron a algunas de ellas, a quienes acusaron de ser presuntos colaboradores de la guerrilla. Fueron separados del resto de pobladores el Mamo del Cabildo Indígena Abel Alvarado Maestre, el profesor Gustavo Horacio Maestre  Arias y el agricultor Alfredo Antonio Borrego. Éste último les suplicó a los ‘paras’ que no lo retuvieran, pero le respondieron con una ráfaga que lo mató en el acto.

En los alrededores del mercado los ‘paras’ también retuvieron a José Manuel Cáceres, quien fue asesinado inmediatamente.

El resto del grupo fue atado y llevado a las afueras del pueblo. El profesor Gustavo Maestre fue liberado, pero los ‘paras’ capturaron al campesino Franklin Manuel Arias Arias, quien estaba con su esposa y sus dos hijos.  Horas más tarde la comunidad encontró su cadáver con señales de tortura y al igual que al mamo Abel Maestre, una de las máximas autoridades de los Kankuamo.

Según la sentencia de la Corte, la masacre hizo parte de una de las “estrategias utilizadas por las autodefensas, en aras de amedrentar y ajusticiar a quienes en su concepto eran colaboradores de la guerrilla”. Sin embargo, la Corte precisó que los Kankuamo asesinados no pertenecían a ningún grupo armado, sólo vivían en una región que se disputaba la guerrilla y los ‘paras’.