Éver Veloza, alias ‘HH’, el primer comandante paramilitar que será extraditado a Estados Unidos, confiesa haber matado a miles de personas, dice que Vicente Castaño está vivo, desnuda los vínculos de las AUC con los militares y habla sobre los pagos que recibieron de las multinacionales.
Éver Veloza se convertirá en el primer gran jefe paramilitar en ser extraditado a Estados Unidos. Conocido con los alías de ‘Hernán Hernández’, ‘Carepollo’ y ‘HH’, este hombre deberá responder ante una corte estadounidense por cargos relacionados con narcotráfico. Aunque otros miembros y colaboradores de las AUC están purgando penas en cárceles norteamericanas, la importancia de la decisión radica en que Veloza es un ‘pez gordo’ en el mundo de los paramilitares.
En 1994 ingresó a las nacientes autodefensas fundadas por los hermanos Carlos y Vicente Castaño. Ese mismo año fue enviado a la zona de Urabá, con la misión de disputarles a las Farc esa región estratégica. A sangre y fuego, Veloza rápidamente consolidó municipios estratégicos, como Turbo y Apartadó, para los paramilitares. En cuestión de meses consiguió por medio de una estela de masacres y miles de desplazados convertir a Urabá en un fortín clave para los paramilitares. Desde su ingreso a los paras siempre estuvo al lado de Vicente Castaño, a tal punto que se convirtió en su mano derecha. Veloza fue el comandante del temible Bloque Bananero con influencia en toda la zona de Urabá y debido a sus ‘logros’ fue encargado del Bloque Calima, con influencia en los departamentos del Valle y Cauca.
Veloza hizo parte del Estado Mayor de las Autodefensas y durante años siempre estuvo en las decisiones fundamentales que tomaba la cúpula de los paramilitares. Es uno de los jefes más antiguos y poderosos de las AUC y conoce como pocos los oscuros secretos de los paramilitares. En 2004 fue uno de los primeros en desmovilizarse, junto con un ejército de más de 1.000 hombres. Pero meses después, al igual que Vicente Castaño, decidió no presentarse ante las autoridades cuando el presidente Álvaro Uribe ordenó que los paras deberían estar concentrados en La Ceja y más tarde en la cárcel de máxima seguridad de Itagüí. Esa decisión hizo que el gobierno anunciara que Veloza había perdido los beneficios concedidos por la Ley de Justicia y Paz. Después de permanecer durante meses en la clandestinidad, en abril pasado fue capturado por la Policía y ahora está a la espera de ser extraditado. Veloza habló con SEMANA.
SEMANA: ¿Vicente Castaño está vivo?
Éver Veloza: Hasta donde yo sé, está vivo y espero que siga vivo por mucho tiempo más. No hace mucho, poquito antes de que me capturaran, me mandó una carta donde me dijo que le ayudara a averiguar por qué lo estaban acusando de la muerte de Yolanda Izquierdo. Él dice que no fue y me pidió que le ayudara averiguar quién fue. Me dijo que estaba decidido a un encuentro con el gobierno donde se hicieran efectivoslos acuerdos verbales que se habían hecho. A finales de marzo me llegó esa carta.
SEMANA: ¿Pero diferentes sectores y personas, incluidos varios comandantes paramilitares como ‘Macaco’, dicen que está muerto?
E.V.: ‘Macaco’ dijo que hace un mes no tienen comunicación con él. Pero el que no lleguen cartas no quiere decir que esté muerto.
SEMANA: ¿Si Vicente Castaño está muerto, es posible que, como ocurrió con Fidel Castaño, sólo se confirme años más tarde?
E.V.: Son épocas diferentes. Cuando mataron a Carlos estábamos en armas y fue imposible ocultar su muerte. Creo que ahora sería imposible ocultar la muerte de Vicente.
SEMANA: ¿Vicente Castaño negoció con la DEA?
E.V.: Él es un convencido de que había que negociar con Estados Unidos . No sé si tenía algún arreglo con la DEA. Lo que sí sé es que después de la desmovilización estaba negociando un asilo en Italia o en España, seguramente con alguna injerencia de los norteamericanos.
SEMANA: ¿Con quién hizo esos contactos?
E.V.: No sé, pero eso lo echó para atrás porque se generó mucho malestar en las autodefensas y él lo reconoció. Lo estaba haciendo secretamente y cuando la gente se dio cuenta, lo admitió y dijo que estaba abriendo un camino para otros comandantes.
SEMANA: Pero ese tipo de acuerdos secretos a espaldas de los otros jefes paras podría ser un poderoso motivo para que alguno de ellos que se sintió traicionado lo matara.
E.V.: No. A nadie le convendría en este momento la muerte de Vicente, menos a los de Itagüí porque, mal que bien, él es un Castaño, tiene vocería, es escuchado y puede recuperar los acuerdos verbales que se hicieron en Ralito. Además, también les sirve de chivo expiatorio porque le echan la culpa de todo lo que pasa.
SEMANA: ¿Pero no es mejor un chivo expiatorio muerto que uno que esté vivo y que se pueda defender?
E.V.: No necesariamente. Por ejemplo, hagan una radiografía de dónde están funcionando los grupos emergentes en el país y miren si esas zonas eran de influencia de Vicente Castaño. Hagan el cruce. Lo que pasa es que como está por fuera, dicen que él está rearmando todas esas bandas. Nosotros no manejamos esas zonas, las nuestras eran otras. Si él estuviera muerto, pues no se puede justificar ni explicar que un muerto maneje esas bandas. Si estuviera muerto, tendrían que mirar quiénes son los que verdaderamente manejan esas bandas
SEMANA: Usted y Vicente Castaño estaban metidos hasta el cuello en el negocio del narcotráfico y enviaron toneladas de coca al exterior.
E.V.: Lo que yo pude saber de Vicente con respecto al narcotráfico fue lo del cobro de impuestos, que era la obligación que yo tenía. En esa parte yo asumo responsabilidad y él que era el cerebro de todo eso. Pero que Vicente haya mandado una lancha, eso nunca lo vi. El acabose de las autodefensas vino con la vinculación de algunos comandantes con el narcotráfico. Yo reconozco que cobré impuestos hasta el día que me desmovilicé por órdenes de Vicente Castaño. Ese es uno de los motivos para que me hayan pedido en extradición. Pero yo estoy acusado es por conspiración y no como dijeron los medios, que fui declarado narco puro. Acá nunca he tenido procesos por narcotráfico.
SEMANA: Pero sería ingenuo pensar que sólo se limitaron a cobrar ‘impuestos’ cuando usted fue el comandante de una zona estratégica para el negocio del narcotráfico como Urabá.
E.V.: Por ahí en el 97-98 Vicente comenzó a hablar de cobrarles impuesto a la droga. En ese entonces, Vicente coloca un impuesto de cinco millones de pesos por lancha que salga por esas zonas controladas por las AUC en esa parte de San Onofre. En ese entonces éramos yo y otro muchacho de las AUC los encargados de recibir parte del dinero en ese sector. Esa plata iba hacia Vicente, eso se llevó a cabo como hasta el 99.
SEMANA: ¿Cuánto podían recoger mensualmente?
E.V.: Se recogían 200 ó 300 millones de pesos mensuales, que para ese tipo de negocio era poco. Después Vicente dice que subió el impuesto a 50 dólares en todas las zonas. De esos 50 dólares se le entregaban 25 a Vicente, 25 eran destinados para el crecimiento de los grupos y el sostenimiento de nosotros. Después se fue subiendo el impuesto; a lo último quedó en 200 dólares.
SEMANA: Para el envío de droga y otras actividades ilegales en la zona de Urabá, ¿usted tuvo colaboración de miembros de la Fuerza Pública?
E.V.: Sí hubo colaboración de la Fuerza Pública, tanto de la Policía como del Ejército
SEMANA: ¿Usted realizó masacres y otro tipo de acciones con la colaboración de miembros de Fuerza Pública en la zona de Urabá?
E.V.: Hubo estrecha relación con Ejército y Policía. Si no hubiera existido colaboración y coordinación con la Fuerza Pública, habría sido imposible lograr lo que se hizo, porque eso era total dominio de las Farc y del EPL.
SEMANA: Cuando usted llegó a la zona de Urabá al frente del bloque, ¿quién era el comandante militar en la zona?
E.V.: El general Rito Alejo del Río
SEMANA: De 1 a 10, siendo 10 el máximo de colaboración, ¿cómo califica la ayuda que las autodefensas recibieron del general Del Río, por ejemplo?
E.V.: En ese entonces, en Urabá fue donde comenzamos la guerra. De Del Río y de toda la Fuerza Pública yo creo que puedo calificar la colaboración con un 10.
SEMANA: ¿Cómo funcionaba esa relación?
E.V.: Mediante operaciones conjuntas, coordinaciones e información que nos proporcionaban. En algunas ocasiones miembros de la Fuerza Pública nos daban las listas de gente para que nosotros los ejecutáramos. En ese momento ellos lo hacían por desespero del yugo de la guerrilla y del desespero de la impotencia de ellos para operar legalmente con la Constitución porque les era imposible combatirlos. Con el Ejército fuimos a combate muchas veces, pero por ahora no voy a mencionar más nombres.
SEMANA: ¿Usted va a optar por la estrategia a la que han acudido otros jefes delas AUC que mencionan como colaboradores a militares que ya están muertos?
E.V.: No. Voy a contar todo. Pero por ejemplo, por dar un nombre, uno de los que más nos ayudaron fue el coronel Carvajal que está detenido en Cali. Él era capitán, patrulló conmigo y con mi tropa y no una sola vez, sino cantidad de veces, y combatimos la guerrilla juntos, hicimos operaciones juntos. Lo de Carvajal fue en el 95
SEMANA: ¿Cómo conoció usted a Carvajal?
E.V.: Él era capitán del Ejército en la zona de Urabá. A Carvajal lo conocí porque él mismo se me presentó en Turbo. Un día yo entré a un centro comercial y él estaba ahí y me preguntó que si yo soy era el ‘Mono Veloza’ y me dijo que quería conversar conmigo y así fuimos haciendo amistad y hablando, hasta llegar a hacer operaciones en conjunto.
SEMANA: Para ese momento usted ya estaba buscado por la justicia y era plenamente reconocido como el jefe paramilitar de la zona. ¿Cómo le planteó la colaboración?
E.V.: En la zona todo el mundo sabía que yo era el comandante del Bloque. Carvajal lo que me dijo es que él quería operar conmigo para que no fuéramos a tener problemas ambos en la zona
SEMANA: ¿Cómo coordinaban?
E.V.: Directamente él y yo o subalternos míos coordinaban con él también. Yo entraba a la brigada o yo iba a donde él estaba.
SEMANA: ¿Cuántas ‘operaciones’ hizo usted con Carvajal?
E.V.: No tengo el número, pero fueron muchas y no sólo con Carvajal, sino con otros miembros de la Fuerza Pública. Lo menciono como por dar un nombre concreto y demostrar que yo no voy a hablar de muertos.
SEMANA: ¿Con Carvajal planeó o ejecutó alguna de las masacres o desapariciones en las que usted participó?
E.V.: Eso no se lo voy a responder en este momento, pero sí hubo enfrentamientos y contactos con la guerrilla estando nosotros con tropas de Carvajal.
SEMANA: ¿Ustedes le pagaban a Carvajal por la ‘ayuda’?
E.V: Él lo hacía por convencimiento. Todo el tiempo que estuvo en la zona nos ayudó, hasta cuando lo trasladaron.
SEMANA: Aparte de los militares, ¿usted recibió ayuda y pagos de empresarios de las bananeras con el pretexto de combatir a la guerrilla?
E.V.: Los bananeros siempre pagaron impuesto, ese era el acuerdo con nosotros. La idea era que se reactivara la economía bananera allá. Todas las compañías tuvieron contacto directamente con Carlos y con Vicente.
SEMANA: ¿Y con usted?
E.V.: Estuve en varias reuniones. Pero llegó este señor Hazbun que hacía parte de una compañía bananera y quedó encargado de manejar el tema del banano. Raúl Hazbun llegó con la idea de cobrarles creo que eran 80 dólares por caja.
SEMANA: ¿Una de las multinacionales que hizo aportes a las autodefensas fue Chiquita?
E.V.: Sí.
SEMANA: ¿Las empresas multinacionales patrocinaban y les indicaban a ustedes a qué sindicalistas u otro tipo de personas tenían que asesinar?
E.V.: A nosotros nos hacían los aportes como darle en cualquier otra parte del país, pero en últimas éramos nosotros los que tomábamos las decisiones. Nosotros éramos los que hacíamos trabajo en la zona e identificábamos quiénes eran de las Farc y decidíamos si ejecutábamos o no ejecutábamos.
SEMANA: ¿En qué consistía la ‘ayuda’ con las multinacionales y los bananeros?
E.V.: En esa época los sindicatos estaban muy fuertes y había mucha huelga. Lo que hacíamos, y era el compromiso, era obligar a los trabajadores a ir a trabajar a las plantaciones. El que desobedecía la orden y noiba a trabajar, ya sabía qué le pasaba.
SEMANA: Aparte de los militares y empresarios, ¿usted ayudó o recibió peticiones para ayudar a políticos en Urabá, en el Valle y en Cauca, que eran las zonas que estaban bajo su mando?
E.V.: No hablo de todos los políticos, pero hay políticos muy parecidos a los narcos. El narco se alía con quien sea por el dinero y muchos políticos tienen como objetivo llegar al poder y se alían con quien sea para lograr ese poder.
SEMANA: Pero ¿qué políticos lo buscaron?
E.V.:Varios, en muchas partes. Pero hoy yo soy un convencido de que en este tema de la para-política hay gente que quiere afectar a otros porque no les pudieron ganar en las urnas. Por ejemplo, el comandante Mancuso, que lo quiero y lo estimo mucho, terminó enredando a Juancho López sólo porque son enemigos de toda la vida. Y ahora Juancho López está en la cárcel dizque porque fue colaborador de Mancuso.
SEMANA: A usted lo vincularon como uno de los responsables de la muerte de Carlos Castaño. ¿Cuál fue su participación?
E.V.: En los medios se dijo que yo lo había matado. Como usted sabe, ‘Monoleche’ se hizo responsable de la muerte de Carlos. Él fue el que estuvo en el operativo que terminó con la muerte de Carlos. Eso no se planeó como dicen con el Estado Mayor, no hubo reunión, ni colecta. Fue una decisión que tomó Vicente, dio la orden a un grupo y se ejecutó la orden.
SEMANA: ¿Por qué Vicente tomó esa decisión?
E.V: Porque Carlos ya se estaba ganando muchos enemigos de toda clase. Mucha gente lo quería matar, Vicente analiza y ve que si no toma la decisión, a él también lo matan. Si cualquier otro mata a Carlos, esa persona coge mucho poder. El poder que perdería la casa Castaño sería enorme y quien tomara esa decisión de matar a Carlos tendría que matar también a Vicente. Entonces eso lo forzó a tomar la decisión. Y muchos otros problemas personales. Hacía tiempo venían discutiendo por diferentes conceptos en la negociación. Carlos llamaba a Vicente narco. Tuvieron muchos problemas al final.
SEMANA: Pero Vicente efectivamente era un narco, de hecho, vendió franquicias de las AUC a varios reconocidos capos…
E.V.: No puedo decir si Vicente vendía las franquicias o no. Pero sí les daba el aval y el nombre de él a muchos de los grupos del país. Eso fue muy berraco porque cualquiera llegaba y tomaba poder. Entonces los que llegaban con plata montaban un grupo y eso no era justo. Los viejos le decíamos que no nos parecía.
SEMANA: Usted, al igual que Vicente Castaño, se desmovilizó pero se voló cuando el gobierno ordenó recluir a los jefes paramilitares en La Ceja y perdió todos los beneficios de la ley. ¿Por qué huyó?
E.V.: Nunca salí del proceso. Yo me desmovilicé, el Bloque Bananero fue el primer grupo que se desmovilizó de Ralito, inicié el proceso de reinserción que fue modelo a nivel nacional en Urabá. Luego el Comisionado me dijo que por seguridad era mejor que saliera de Urabá porque Inteligencia había detectado que la guerrilla me iba a hacer un atentado allá. Me trasladé a Medellín, el Presidente hace un llamado voluntario a que se presenten en el centro de reclusión en La Ceja. Muchos fueron capturados, supuestamente conducidos, pero uno no puede ser conducido cuando no ha sido citado a una fiscalía. Yo asumí esa posición porque no tenía orden de captura y era un llamado voluntario. Yo estaba esperando que se fijara la fecha de versión libre y me iba a presentar. Nosotros no nos presentamos a La Ceja porque la conducción era voluntaria, no obligatoria.
SEMANA: Usted estaba huyendo. Cuando usted fue capturado estaba escondido en una finca
E.V.: No, yo estaba normal en una finca, salía a Medellín. Lo que pasa es que creían que conmigo cogían a Vicente, que yo lo tenía debajo de la cama
SEMANA: ¿Usted ya fue notificado de su extradición a Estados Unidos?
E.V: El gobierno dice que me sacó de Justicia y Paz y que por eso puedo ser extraditado, porque no me presenté a La Ceja. Me parece injusto porque yo sólo tengo delitos de autodefensa, mientras que hay muchos que son pedidos en extradición por cocaína. Hay muchos como ‘Gordolindo’, el ‘Tuso’ y los ‘Mellizos’. Otros tienen órdenes de captura porque conformaron grupos después de la desmovilización, que es el caso de ‘Macaco’. ‘Ernesto Báez’ goza de todos los beneficios aunque reconoció que tenía mando sobre el grupo de Caldas que nunca se desmovilizó y todavía está en el monte. El ‘Tuso’ se desmovilizó sólo un año después de que se desmovilizó el grupo al que pertenecía.
Publicado en SEMANA, Fecha: 6/08/2007 – Edición 1318