Por más de 4 décadas, las comunidades afrodescendientes de los municipios de Bagadó, Cértegui, Atrato y Lloró, en el alto Atrato chocoano, han luchado por su derecho de habitar seguramente los territorios que han ocupado por generaciones. Mientras que los horrores del conflicto armado les presionaban para marcharse, la industria minera ingresó al territorio por vías legales e ilegales.