Este momento, de expansión de los grupos paramilitares, coincide con un significativo crecimiento de las Farc, pero a su turno con el declive del ELN. No obstante, las Farc, en la administración Pastrana, muestran sus primeros signos de debilitamiento que se intensificarán en la primera y segunda administración de Álvaro Uribe.
Las Farc continuaron con la ofensiva que habían iniciado en la primera parte de la administración Samper. Se sucedieron ataques de envergadura en San Juanito en Meta (Febrero de 1997), Juradó en Chocó y Arauca (Julio 1997), Patascoy en Nariño (Diciembre 1997), El Billar en el Caquetá (Marzo de 1998), El Castillo en el Meta (Mayo 1998), y Tamborales en el Urabá ( Agosto 1998), para no mencionar sino los principales. De estos años datan buena parte de los secuestrados de las Fuerzas Militares y la Policía, muchos de los cuáles están en poder de esta organización. Esto ocurrió al mismo tiempo que se producían movilizaciones de cocaleros en Putumayo, Caquetá y Guaviare, principalmente. Para algunos autores los planes militares de las FARC buscaron un salto cualitativo a una guerra de movimientos, escenario que finalmente no se produjo. El último gran ataque, la toma de Mitú, ocurrido en los inicios de la administración Pastrana, en noviembre de 1998, se convirtió a la postre en un enorme revés pues cientos de guerrilleros fueron dados de baja; se puso así en evidencia su debilidad en lo que respecta resistir ataques aéreos.
No obstante el impulso militar de las FARC en la administración Samper, esta guerrilla cedió mucho poder político y militar en una de las regiones que estratégicamente tenía más significado: el Urabá. Esto ocurrió principalmente entre 1996 y 1997, como consecuencia de la actuación de grupos paramilitares, pero así mismo por la presión militar de las fuerzas del orden. En este contexto cobraron fuerza paulatinamente las AUCy las Farc abandonaron el área plana, bananera, y se replegaron a la serranía de Abive.
En la administración Pastrana la situación cambia. Si bien se plantea un proceso de paz, y el despeje de cinco municipios, a la postre las negociaciones no dan resultado y la zona de distensión, que se creó el 7 de noviembre de 1998, se rompió en febrero de 2002. Múltiples factores impidieron el éxito en las negociaciones. Con mucha frecuencia las conversaciones se interrumpieron o se congelaron. Igualmente se evidenció la ocurrencia de violaciones a los derechos humanos en el interior de la zona de distensión, y en particular de homicidios, el cautiverio de secuestrados, amenazas y desafíos a las autoridades locales, la negativa para que existiera una instancia de verificación, la utilización de la zona de distensión como retaguardia para organizar ataques, factores que con el tiempo les causaron un enorme desgaste.
Contrario a lo que se podría pensar, el accionar de las Fuerzas Militares en la administración Pastrana, lejos de disminuir, se incrementó considerablemente, tal como se aprecia en el gráfico. El aumento entre 1998 a 2001 es considerable, pero el salto más grande se da en 2002, explicable por el desarrollo de la operación Tanathos, destinada a recuperar el control de la zona de distensión en cuatro municipios del Meta y uno del Caquetá. De hecho, mientras tuvo vigencia la zona de distensión, las FARC sufrieron golpes muy grandes. Sus planes para atacar a Puerto Lleras, Puerto Rico y San Juan de Arama, en el departamento del Meta, en 1999, lejos de ser un éxito, le implicaron significativas bajas después de que sus hombres fueron bombardeados por la Fuerza Aérea Colombiana; se ratificaba de nuevo que su desventaja aérea le traería grandes dolores de cabeza. En la administración Pastrana, mientras se realizaban las negociaciones, el impulso de las agrupaciones paramilitares y en particular de las AUC y el Bloque Central Bolívar, fueron significativos. Esto a su turno contribuyó en el debilitamiento de las Farc y especialmente en la costa caribe.
Un tema de especial importancia es el de los secuestros masivos y el secuestro de personajes. Ingrid Betancourt fue secuestrada el 23 de febrero de 2002 cuando se dirigía al municipio de San Vicente del Caguán, donde tres días antes se habían roto las negociaciones de paz entre el gobierno de Andrés Pastrana y las Farc. Pasó así a engrosar una lista de secuestrados en la que se encontraban políticos e integrantes de las Fuerzas Militares y la Policía. Las Farc habían iniciado una política para lograr un intercambio humanitario a raíz de la avalancha de secuestrados de la Fuerza Pública en la administración Samper y fue un tema que se manejó en la zona de distensión en la administración Pastrana.
El años de 2002 es importante también por la llegada al poder de Álvaro Uribe. la relación entre ataques de las FARC y los contactos armados por iniciativa de las Fuerzas Militares, cambia radicalmente; mientras los primeros disminuyen, los segundos aumentan en forma considerable, situación que aparece claramente expresada en el gráfico respectivo. Esto en buena medida es consecuencia de la política de Defensa y Seguridad Democrática que permitió cambiar la actitud de las Fuerzas Militares, tomar la iniciativa en el conjunto de la confrontación y llegar cada vez más a espacios antes descubiertos por el Estado. Se crearon Comandos Conjuntos, Batallones de Contraguerrilla y Brigadas Móviles, Fuerzas Especiales Urbanas, Unidades de Protección de Carreteras, Batallones de Alta Montaña y Unidades para la Protección de Infraestructura, además de que nacieron dos nuevas Divisiones. Aumentó considerablemente el pie de fuerza y la Policía llegó a todos los municipios del país y a algunos corregimientos poblados que no la tenían, esquema que se complementó con la presencia de soldados de mi pueblo. De gran importancia fue el desarrollo del Plan Patriota, y en el marco de este de las operaciones Libertad Uno en Cundinamarca, JM en Caquetá, Emperador en Meta y otras; igualmente la Operación Marcial en el oriente antioqueño.
En lo relacionado con el ELN el período 1997 a 2002 marcó el inicio de su declive. En lo esencial, su proyecto de dar un salto en la guerra, tal como se explicó en el momento número dos, no se produjo. En la práctica, los frentes que conformaron los tradicionales “frentes de guerra” fueron muy golpeados y los que subsistieron siempre estuvieron lejos de dar un salto cualitativo para conformar “fuerzas militares de área” o batallones. Estos frentes sufrieron golpes contundentes por parte de las Fuerzas Militares, de un lado, y de las estructuras paramilitares, del otro, y en buena medida perdieron influencia en las zonas planas, de donde tradicionalmente habían transferido excedentes económicos y se replegaron en zonas montañosas desde donde cada vez más se les dificulta fortalecer sus finanzas a causa de lo cual han tenido un retroceso militar significativo. Igualmente las Farc ingresaron a sus zonas y lograron tener mayor protagonismo militar.
Esto fue evidente en las zonas en donde sus estructuras eran más fuertes y se planteaba el salto. El proyecto de Área ABC (Arauca, Boyacá y Casanare) no se llevó a cabo a pesar de que ahí tenía presencia el frente Domingo Laín, en Arauca, tradicionalmente el más rico y fuerte de la organización, que perdió protagonismo a costa de las Farc, fue golpeado por los paramilitares y la Fuerza Pública le restó capacidad para sabotear el transporte de crudo atentando contra el oleoducto Caño Limón – Coveñas. En el Magdalena Medio el ELN fue muy debilitado desde los noventa por los paramilitares y en Barrancabermeja fueron desalojados pues sus bases sociales fueron golpeadas y hubo una fuerte migración de las redes del ELN a las toldas de sus contrincantes, proceso que se consolidó en 2002. Tampoco el ELN tuvo éxito en conformar el Área nor occidental, en el nordeste antioqueño, ni en crear el Área Industrial en el oriente antioqueño, en donde fueron golpeados por paramilitares y las Fuerzas militares; en esta última región los paramilitares arremetieron con especial fuerza entre 1998 y 2002, siendo los Bloque Metro y Héroes de Granada, el segundo después que el primero, los que ganaron más influencia en su momento, mientras que las Fuerzas Militares desplegaron la operación Marcial en 2002 y 2003, con lo que el ELN quedó replegado y disminuido en zonas montañosas de esta región.
Tampoco en la zona en donde tradicionalmente se movieron los frentes que intregraban el Frente de Guerra Nor Oriental, en el sur del Cesar y el departamento de Norte de Santander, el proyecto arrojó resultados. Los paramilitares ya habían debilitado al ELN en las zonas planas del Cesar desde la segunda mitad de los noventa, y en el Catatumbo, los paramilitares y las Farc, a raíz de la expansión de cultivos de coca desde 1999, dejaron al ELN relegado a un tercer lugar, replegado en zonas montañosas y en sectores ubicados en la frontera con Venezuela. Igualmente el ELN fue muy debilitado en el sur de Bolívar, en la serranía de San Lucas, donde pretendió crear la Fuerza de Área Darío Ramírez Castro. Las estructuras paramilitares se apoderaron de buena parte de las zonas planas atraídos por la existencia de cultivos enzonas intermedias, al tiempo que el ELN perdió influencia en la economía minera, principalmente alrededor del oro, de donde extrajo recursos en el pasado, y a la postre quedó replegado en la parte más montañosa.
En la Costa Caribe, su proyecto fue crear las llamadas áreas “Victor Medina Morón” y “Benkos Biohó”, la primera en las zonas de los complejos carboníferos del Cesar y La Guajira y la segunda en los departamentos de Magdalena, Atlántico, Sucre y norte de Bolívar, no funcionó. Por el contrario, la expansión de los grupos paramilitares fue especialmente clara entre finales de los noventa y principios de los años 2000. En las zonas montañosas, Sierra Nevada de Santa Marta y Montes de María, las operaciones militares fueron a su turno muy fuertes. Tampoco fue exitoso el ELN en el sur occidente donde se proyectó el Área cafetera. Con ocasión de los secuestros masivos llevados a cabo por el frente José María Becerra en la Iglesia la María y en la carretera al mar, se fortalecieron los operativos militares y se intensificó el accionar de los grupos paramilitares en la región del Naya, en el Valle del Cauca y el Cauca, limitando notablemente las posibilidades militares del ELN. Por lo demás, en Cauca y Nariño, tampoco el ELN mostró desarrollos importantes. Por el contrario, con la llegada de los cultivos de coca en Nariño, se fortalecieron las FARC y los paramilitares, relegando de nuevo al ELN en zonas muy precisas en donde tuvo tradición alrededor de la economía del oro.
Este momento, 1997 a 2002, estuvo también marcado por una postura más clara al diálogo y la negociación, por parte del ELN. Al final de la administración Samper, y después de la muerte de Manuel Pérez (abril de 1998), participa en la cumbre de Maguncia, en donde se buscaba una salida negociada al conflicto, en conjunto con representantes de la sociedad civil. En octubre de 1998, a inicios de la administración Pastrana, el gobierno declara la iniciación de diálogos con el ELN, al que le da un reconocimiento político. El eje de los planteamientos del ELN se basaba en la realización de una convención nacional. El presupuesto de la organización era que en los gobiernos anteriores, principalmente los de Gaviria y Samper, los intentos de una solución negociada habían terminado en políticas de guerra, por lo que consideraban, era más provechoso establecer un diálogo directo con los diversos sectores de la sociedad para buscarle una salida a la crisis del país. Al final de cuentas ELN vio frustrado su propósito de lograr el despeje de tres municipios del Magdalena Medio con el objetivo de buscar aproximaciones de paz y desarrollar una Convención Nacional, pues entre 1999 y 2001 tomó fuerza en el sur de Bolívar un movimiento denominado No al Despeje, en el que tuvo participación la Asociación Civil por la Paz, Asocipaz.
Si bien el ELN daba pasos para buscar una salida negociada al conflicto, varios factores fueron en su contra: 70 personas calcinadas en machuca (19 de octubre de 1998); la intensificación de secuestros masivos: 167 pasajeros de un avión de avianca secuestrados en la ruta Bucaramanga a Bogotá (Abril 1999), secuestro de La María en cercanías de Cali (mayo de 1999), secuestro en el kilómetro 18 de la vía al mar en cercanías de Cali (septiembre 2000), escalada contra la infraestructura eléctrica (enero 2000). La doble postura, diálogos por un lado, y terrorismo por el otro, le quitaron credibilidad; de hecho el gobierno le quitó el estatus político que le había reconocido.
Fuentes:
- Alfredo Rangel. Colombia: Guerra en el fin de siglo. Bogotá, Tercer Mundo – Universidad de los Andes, 1998.
- Observatorio del Programa Presidencial de DDHH y DIH. Panorama actual de los municipios que conformaron la zona de distensión. Bogotá, diciembre de 2003.
- Observatorio del Programa Presidencial de DDHH y DIH. Panorama Actual del Meta. Bogotá, junio de 2002.
- Ejército de Liberación Nacional, Comando Central, abril 20 de 2000. Firman Nicolás Rodríguez, Antonio García, Pablo Beltrán, Ramiro Vargas y Oscar Santos.
- Asocipaz asegura que representan a la mayoría del Sur de Bolívar. En El Colombiano, enero 22 de 2001.
- Mauricio Acosta y Darío Villamizar. Cronología del ELN.