Los paramilitares de la Casa Castaño se armaron con fusiles provenientes de Bulgaria, Rusia y Estados Unidos. Lo hicieron montando empresas fachada y en complicidad con militares.
Carlos Castaño era quien hacía los contactos para la importación ilegal de fusiles AK desde Bulgaria. /Foto archivo Semana –Los Castaño, ‘los Tangueros’ y el origen del Bloque Bananero en el Urabá – El ‘Para-Estado’ delUrabá – La sombrilla legal de los paramilitares en Urabá – Los reclamantes de tierras y la muerte en Urabá – Bandas criminales impiden reparar a víctimas del Urabá – “El Gobierno quiso callarme”: Alias ‘H.H’ |
Un fiscal de Justicia y Paz demostró la manera en que Vicente Castaño compró fusiles provenientes de Bulgaria, importados de forma ilegal y en complicidad con militares y algunos funcionarios públicos.
Durante una audiencia de control de legalidad en contra del extraditado jefe del Bloque Bananero de las Auc, Hébert Veloza alias ‘H.H.’, la Fiscalía demostró que entre 1999 y 2001 los paramilitares ingresaron al país por lo menos 15.000 fusiles en tres hechos de tráfico distintos.
El Bloque Bananero, de ‘H.H.’ que delinquió en el Urabá antioqueño, el Bloque Élmer Cárdenas, de Freddy Rendón Herrera alias ‘El Alemán’ que estuvo en el Urabá chocoano, y el Bloque Catatumbo, a cargo de Salvatore Mancuso alias ‘El Mono Mancuso’ en el Catatumbo, fueron los tres grupos que recibieron esas armas con las que asesinaron a miles de personas en Chocó, Antioquia y Norte de Santander.
La empresa fachada y los militares
El primer caso explicado por la Fiscalía fue el de 7.740 fusiles AK-47 y 1.000 piezas que supuestamente iban a ser exhibidas en una feria en Bogotá y que iban a ser comprados por el Ejército, sin embargo terminaron en las manos Vicente Castaño, quien luego las vendió a sus franquicias paramilitares en Urabá y Norte de Santander.
La historia de este cargamento hubiera pasado por alto, de no ser porque las autoridades le incautaron a los paramilitares 124 fusiles MPK-MS y AK en un operativo. El caso llegó a un despacho judicial que le siguió la pista a los seriales de las armas y tras una investigación, encontró que los fusiles ingresaron al país con una pantomima en la que participaron presuntamente varios militares.
El caso quedó en la impunidad porque el fiscal general de la época, Luis Camilo Osorio, no investigó a un general que presuntamente estaba involucrado. No obstante, el documento presentado por la Fiscalía documentó cómo los paramilitares hicieron la compra.
Para ingresar las armas al país, dos militares en retiro se aliaron con Humberto Agredo, un empresario que ha sido mencionado en varias versiones libres por los exjefes paramilitares Rodrigo Pérez Alzate alias ‘Julián Bolívar’, Salvatore ‘El mono’ Mancuso y Raúl Emilio Hasbún alias ‘Pedro Bonito’, como hombre de confianza de Carlos Castaño.
Según el documento elaborado por la Fiscalía, Agredo era el representante de la empresa Arsenal Bulgaria, que supuestamente le ofrecía al Ejército una muestra de armas provenientes de ese país, que luego las fuerzas militares compraran esos fusiles. Para realizar la compra, era necesario contar con una empresa importadora que se llamó Importadora Equipos y Repuestos de Colombia.
A partir de los documentos encontrados por la Fiscalía, el ingreso de las armas al país fue autorizado por un general mediante el Certificado de Uso Final 0114 del 29 de abril de 1999, el documento en el que aseguró que el armamento sería usado por las fuerzas militares. Las armas llegaron a Bogotá por avión para ser expuestas en la feria y las 1.000 piezas para fusil, según le informó Agredo al general, entraron por el puerto de Buenaventura.
Por orden de las fuerzas militares, las mil piezas podían dejarlas en la región para supuestamente ponerlas a prueba. Pero en versiones libres, alias ‘H.H.’y Salvatore Mancuso aseguraron que esos fusiles llegaron a Vicente Castaño, jefe de las Autodefensas de Córdoba y Urabá. “Yo sé de eso. Fue Humberto Agredo. Fueron como 7.000 fusiles y dos o tres millones de cartuchos. Los trajeron desde Bulgaria. Sé que entraron por el Pacífico, por Buenaventura”, dijo Mancuso en versión libre del 16 de enero de 2007.
Fusiles camuflados en urea
El segundo caso de tráfico de armas fue confesado por Raúl Emilio Hasbún alias ‘Pedro Bonito’ en versión libre del 25 de julio de 2008. Según el exjefe paramilitar del Frente Arlex Hurtado del Bloque Bananero, él fue el puente para importar desde Bulgaria 4.200 fusiles que ingresaron por el Urabá antioqueño.
El exjefe paramilitar contó que fue Carlos Castaño quien le dio la orden y de nuevo contaron con la complicidad de Humberto Agredo.
“Nos encontramos con Humberto en un hotel en Bogotá. Él me dijo que ya había hecho varios ingresos de armas con las Auc por el puerto de Buenaventura, pero que ya por ahí no se podía porque había tenido problemas, que tocaba por un puerto de Urabá”, dijo Hasbún.
Alias ‘Pedro Bonito’ contó que ambos pensaron cómo camuflar las armas en una supuesta importación de urea, un fertilizante que se utiliza para las plantaciones de banano y que se conseguía en Bulgaria y Rusia.
“Yo conocía a un abogado y le comenté el asunto como un negocio personal, que era traer la urea y venderla en Bogotá. Le dije encárguese de la importación, yo de la venta. El abogado no sabía en lo que se había metido”, dijo el exjefe paramilitar.
Según alias ‘Pedro Bonito’, el abogado contrató con las bananeras Banadex y Chiquita Brands el descargue y bodegaje de la mercancía. “A diferencia del puerto de Buenaventura, el de Zungo es más artesanal. El abogado contrató los servicios y se autorizó el desembarco. De los 14.000 sacos que iban en el cargamento, 2.000 llevaban los fusiles escondidos. Era muy difícil que los encontraran”, contó el paramilitar en versión libre.
‘Pedro Bonito’ explicó que una vez confirmó la llegada del barco, organizó un operativo para asegurar la mercancía que, por orden de Carlos Castaño, debía ser entregado a Freddy Rendón Herrera alias ‘El Alemán’, jefe paramilitar del Bloque Élmer Cárdenas. “Se dispuso de un esquema de seguridad, con ‘puntos’ en el puerto, en el batallón así como un grupo de choque en el embarcadero de Nueva Colonia. Si algo sucedía, por ahí sacábamos las armas”, dijo.
El exjefe paramilitar no recordó el mes pero dijo que esa ‘importación’ ocurrió en 2000 y que en la noche celebraron. “Nos emborrachamos. Carlos Castaño me felicitó y me dijo que le entregará todas las armas al ‘Alemancito’. Alias ‘04’ fue el encargado de ir donde el ‘Alemán’ y decirle dónde estaban los bultos con las armas. Él movilizó a sus hombres y las recogieron”, contó.
En contraprestación, alias ‘Pedro Bonito’ dijo que Castaño le regaló la pistola personal y un reloj marca Rolex. El ‘Alemán’ le regaló los contenedores donde venían las armas, y con ellas Hasbún construyó una casa en una de sus fincas para interrogar a guerrilleros, documentó la Fiscalía.
La ruta del Otterloo
El último caso documentado por la Fiscalía fue el que Freddy Rendón alias ‘El Alemán’ aceptó en noviembre de 2009. Durante una audiencia en la que aceptó cargos en sentencia anticipada por tráfico de armas, el exjefe paramilitar del Bloque Élmer Cárdenas dijo haber participado en el ingreso de 3.000 fusiles AK-47 y munición en noviembre de 2001.
Según un informe de inteligencia presentado por la Fiscalía, las armas fueron compradas en complicidad con policías de Nicaragua y transportadas en el barco Otterloo de bandera panameña. El barco zarpó del puerto de Veracruz, México, con nueve contenedores que llevaban pelotas de caucho. Luego, arribó al puerto Bluff, en Nicaragua, y de allí al puerto El Rama del mismo país donde cargó el material bélico en 14 contenedores, indicó el informe.
Desde El Rama, el Otterloo regresó a Bluff donde reportó que su destino sería el puerto de Colón, en Panamá. Sin embargo, desvió la ruta al puerto Zungo Embarcadero, en el Urabá antioqueño. “Después de dejar la carga, el barco partió al puerto de Barranquilla donde cargó toneladas de sorgo con destino a Venezuela y luego a Surinam. Luego regresó al Panamá”, señaló la Fiscalía.
Algunos exjefes paramilitares contaron que Vicente Castaño comercializó esas armas, vendiendo lotes de a 5 millones de pesos a los bloque paramilitares a su cargo. Uno de los grupos que se armó con los fusiles transportados por el barco Otterloo fue el de Nuevo Antioquia, un subgrupo del Bloque Bananero, integrado por 150 hombres que delinquió en Turbo.
Por este caso, un Juez Especializado de Antioquia condenó a tres funcionarios de la Dian por haber permitido el ingreso de este armamento. Un cable de Wikileaks, publicado por Semana, reveló que la Embajada de Estados Unidos expresó en su momento indignación con la Corte de Panamá, por haber rechazado los cargos contra los responsables de ese tráfico. Por este hecho, les revocó la visa a algunos implicados y le suspendió la cooperación a la Corte de ese país.
Aunque parte de las 15.000 armas pudieron estar en la entrega que hicieron los diferentes grupos paramilitares durante la desmovilización, cada Bloque entregó un número de armas proporcial al número de hombres que se desmovilizaron. Cuando el Bloque Bananero se desmovilizó el 25 de noviembre de 2004, los paramilitares entregaron 351 armas. Un análisis realizado por parte de la Fiscalía coincidió con lo confesado por los exjefes paramilitares. Un perito explicó durante la audiencia que tras analizar las armas, encontraron que 105 provenían de Bulgaria, 60 de Rusia y 68 de Estados Unidos.
“Concluimos que en 95% de las armas los seriales fueron borrados y 82% estaban en buenas condiciones”, dijo el investigador.