Empresarios europeos vinieron a ver con sus propios ojos cómo funcionan Drummond y Prodeco en el Cesar y a escuchar a las víctimas de los paramilitares que responsabilizan a estas empresas de haber tenido nexos con las Auc.
Esta semana siete víctimas del paramilitarismo venidas del eje minero el Cesar se sentaron en Bogotá con una importante delegación europea, encabezada por la ministra de Comercio Exterior y Cooperación para el Desarrollo de los Países Bajos, Lilianne Ploumen, para hablar de lo que han padecido en las zonas donde trabajan las carboníferas Drummond y Prodeco.
Ploumen estuvo acompañada por ejecutivos de las cinco empresas que más le compran carbón a las mencionadas multinacionales; por cuatro ONG que evalúan el desempeño de las empresas en materia de derechos humanos y dos parlamentarios holandeses. Todos ellos escucharon en la casa del embajador de los Países Bajos los relatos sobre el despojo de tierras ocurrido en Santafé; el desplazamiento tras la masacre de Concordia; el asesinato de sindicalistas y las muertes selectivas en el corregimiento de Rincón Hondo. En la reunión también participó el exministro de Ambiente Manuel Rodríguez, quien ha sido reconocido crítico de la minería en materia ambiental. Las víctimas, en un llamado unánime, le pidieron a la delegación europea que interceda para que Prodeco y Drummond tengan un diálogo con ellos. (Lea: Paramilitares reconocen crímenes en Pueblo Bello y Codazzi)
La gira de la ministra y los empresarios se produce cuatro meses después de que la organización no gubernamental Pax publicara un informe en el que asegura que estas empresas carboneras, de las que Europa es el comprador mayoritario, habrían tenido vínculos con el Frente ‘Juan Andrés Álvarez’ de las Auc en el departamento colombiano del Cesar. Este frente cometió por lo menos 2.600 asesinatos selectivos, asesinó a unas 500 personas en masacres, hizo desaparecer a más de 240 personas y causó más de 59.000 desplazamientos forzados entre 1996 y 2006, de acuerdo a la información de la Policía Nacional recopilada por el informe de Pax. (Vea aquí el informe)
El informe, como era de esperarse, se ha convertido en objeto de discordia. Drummond dice que Pax hizo las “publicaciones difamatorias”, a pesar de que la multinacional presentó evidencias que califican como “incontrovertibles” de que los testimonios eran falsos. Marianne Moor, vocera de Pax, por su parte, argumenta que los testimonios provienen de tribunales de Justicia y Paz en los que se escucharon a víctimas, excomandantes paramilitares, exempleados de las mineras, abogados de derechos humanos y autoridades de Colombia. Y aclara que el informe no pretende judicializar a las mineras sino señalar un problema ético y moral.
La ministra y sus acompañantes viajaron al Cesar junto a la viceministra de Minas de Colombia, María Isabel Ulloa, para ver con sus propios ojos lo que ocurre en la mina de carbón más grande que tiene Drummond en el país, la Pribbenow, ubicada entre los municipios de El Paso, La Jagua de Ibirico y Chiriguaná. La visita fue facilitada por la propia empresa, quien le dijo a VerdadAbierta.com que la delegación conoció todo el proceso del carbón y las “políticas y protocolos que implementa la compañía con el fin de tener una operación […] que evite impactos en el medio ambiente” y para la sociedad en general. A pesar de que Moor era parte de la delegación, la carbonífera no autorizó su ingreso.
Moor destaca que el 60 % del carbón que producen Drummond y Prodeco son comprados por Holanda y Alemania, y el 50 % de ese producto proviene del Cesar. En su concepto la gira ha sido muy importante porque “por primera vez las empresas de energía se declararon públicamente a favor de un diálogo entre las mineras y las víctimas”.
A su regreso a Bogotá, la ministra Ploumen sólo dijo que había sido un día constructivo para el “diálogo y la confianza, teniendo en cuenta lo que ha sucedido” y aseguró que hay mucho interés de las partes en dialogar.