Bandas emergentes en el Eje Cafetero (Semana.com)

      
Pereira y sus alrededores están bajo el poder de capos emergentes de la mafia, paramilitares reincidentes y oficinas de cobro.

Desde el asesinato de Liliana Gaviria, hermana del ex presidente César Gaviria, a manos de la guerrilla, el 27 de abril de este año, el fenómeno del orden público en Pereira dejó de ser un tema local y se convirtió en un problema de interés nacional.

A raíz de la arremetida de la Fuerza Pública en la capital risaraldense no sólo se logró capturar a los autores materiales del crimen de la señora Gaviria, sino que además se develó la estructura narcoparamilitar detrás de la cual estarían hombres del ex jefe para Carlos Mario Jiménez, alias ‘Macaco’. Según los organismos de inteligencia, esos tentáculos criminales penetraron localidades como Dosquebradas, La Virginia y Cartago, en el norte del Valle.

Oficinas de cobro, escuelas de sicarios y paramilitares reincidentes, son algunos de los fenómenos que preocupan al propio presidente Álvaro Uribe Vélez a los cuales se ha referido en varias oportunidades. El más reciente de esos pronunciamientos lo realizó el lunes 4 de diciembre durante una entrevista en La W radio. “Ciudadanos me llegaron con la noticia de que grupos mal llamados paramilitares en Pereira, Dosquebradas y Cartago, están cobrando extorsiones en las plazas de mercado”, dijo Uribe. La preocupación del mandatario no es para menos.

Desde mayo pasado se desató una guerra a muerte entre bandas delincuenciales emergentes asentadas en Pereira, Dosquebradas y La Virginia, Risaralda. A esa rencilla se le endilga por lo menos un centenar de crímenes cuyo propósito era lograr el dominio territorial para la producción y la comercialización de coca.

En la disputa por el mercado interno estaban la denominada banda La Cordillera y otro grupo de supuestos desmovilizados del Bloque Cacique Nutibara de las AUC ‘importado’ desde Medellín y que se incrustó en los barrios Guadualito, Guamo, Los Pinos y Martillo en Dosquebradas, “Hay que reconocer que la tensión bajó mucho con la muerte y la captura de algunos cabecillas, pero hasta hace dos meses, Dosquebradas era un Medellín chiquito con sus cerros custodiados por hombres armados”, expresó un líder comunal de la población que no supera los 80.000 habitantes.

Observadores del fenómeno delincuencial en Pereira no descartan que una de las bandas que mostraron mayor poder bélico estuviera patrocinada por ‘Macaco’ y de quien se asegura, además, controla las supuestas escuelas de sicarios existentes en La Virginia, la cual se nutre de paramilitares reincidentes que se habían desmovilizado en diciembre de 2005 en el municipio de Santuario.

Sin embargo, el coronel José Antonio Poveda, comandante de la Policía en Risaralda, desmiente la existencia de esas oficinas de cobro y escuelas de sicarios, “No podemos negar que algunos de los 600 desmovilizados que tiene el departamento han reincidido en delitos, pero que hagan parte de esas organizaciones de las que se especula, es algo que no coincide con nuestras investigaciones”. Poveda recordó además que desde cuando se lanzó la ofensiva contra las organizaciones criminales, fueron capturados 67 integrantes de la banda La Cordillera, incautadas armas y ocupados cinco inmuebles donde se expendían sustancias alucinógenas.

No obstante, el ruido surgido alrededor de las denuncias que hizo el Presidente deja entrever que pese a la existencia de un proceso de paz con los paramilitares, algunos de sus líderes mantienen intacta su estructura armada de delincuencia y aún dominan el negocio del narcotráfico, tal como ocurre en el Eje Cafetero y el norte del Valle. El reto para las autoridades es desarticular dichas organizaciones criminales que ejercen el control de lo que algunos llaman el Eje del mal.

Publicado en Semana.com 12/08/2006 -1284