En medio de una procesión religiosa en Puerto Boyacá, cuatro sicarios dispararon contra Henry de Jesús Pérez, el principal jefe de los paramilitares del Magdalena Medio. Doce días antes, su padre Gonzalo había sido asesinado cerca del parque principal de ese municipio. Los Pérez fueron claves en la expansión y consolidación militar, política y económica en el Magdalena Medio. Fundaron la Asociación Campesina de Agricultores y Ganaderos del Magdalena Medio (Acdegam), la fachada legal de las autodefensas, además estuvieron detrás de masacres como La Rochela, Honduras y La Negra en Urabá, de los cursos del mercenario israelí Yair Klein y de la consolidación de la primera ola paramilitar a finales de los ochenta. Estos asesinatos fueron atribuidos a Pablo Escobar, el capo del cartel de Medellín, con quien estaban en guerra. Sin embrago después de los atentados, varios jefes ‘paras’ acusaron a Luis Eduardo Meneses, alias ‘Ariel Otero’, el segundo al mando en Puerto Boyacá, de estar detrás de los crímenes.
Henry Pérez, el enemigo de Pablo Escobar
Henry de Jesús Pérez y Gonzalo de Jesús Pérez
