El representante del Secretario General de Naciones Unidas y jefe de la Misión se va del país luego de tres años de trabajo ininterrumpido en el seno del proceso de paz. VerdadAbierta.com conoció la carta de despedida del alto funcionario, clave en el complejo proceso de dejación de armas de las Farc y en el seguimiento a la implementación del Acuerdo de Paz. Reproducimos el documento a continuación:

Queridos colegas, amigos y amigas,

Con el cumplimiento de este segundo aniversario del Acuerdo Final de Paz, mi mandato de Representante Especial del Secretario General y Jefe de la Misión de Verificación en Colombia, está llegando a su fin.

Han transcurrido tres años y medio desde mi nombramiento como Delegado del Secretario General en las conversaciones de La Habana en el verano de 2015. Después de haber encabezado varias misiones de paz, sé por experiencia que si bien es cierto que con el tiempo uno adquiere más conocimiento del país y más reconocimiento de los actores nacionales, el ritmo de un proceso de paz es tal que uno no puede pretender, después de tres o cuatro años de servicio, funcionar con la intensidad requerida. Es del interés de la Misión y del proceso de paz que haya una renovación del liderazgo de la Misión.

Aprovecho la ocasión para decirles que, haciendo el balance de lo que hemos hecho juntos en estos 33 meses desde la creación de la primera Misión en enero de 2016, estoy muy orgulloso de haber servido con ustedes, tanto con quienes estuvieron desde el inicio de la Misión como con quienes se unieron a ella más recientemente. Orgulloso de los equipos locales que, a pesar de las dificultades de todo tipo encontradas en las zonas alejadas donde trabajan, han sabido ser una fuente de confianza y de esperanza para excombatientes en sus ETCR y para las comunidades ansiosas sobre su futuro.

Orgulloso también de los equipos regionales y sub-regionales que han sabido, con diplomacia y sensibilidad, acercar al proceso de paz a los sectores más diversos de la sociedad. Orgulloso finalmente de los colegas de la Sede Nacional que son hoy interlocutores respetados, creíbles, escuchados por las instituciones de Gobierno, por todos los partidos políticos, por la sociedad civil y por la comunidad internacional.

La credibilidad de la Misión, su capacidad de convocatoria y su incidencia, se la debemos a todos y todas ustedes, colegas internacionales y colombianos, observadores y observadoras, UNVs (voluntarios de las Naciones Unidas), personal sustantivo, de apoyo a la Misión y de seguridad.

Por eso, no se sorprendan de que tengo plena confianza en el futuro de esta Misión. El proceso de paz seguirá teniendo, como ha sido el caso desde su inicio, sus fortalezas y debilidades, sus avances y sus contratiempos. Y esta Misión seguirá siendo un firme punto de apoyo para todos los que, desde el gobierno y desde la sociedad civil, aspiran a la consolidación de la paz.

Más aún, veo que esta Misión tiene una capacidad cada vez mayor de innovación, como lo han demostrado iniciativas tales como la ITPS (Instancia Tripartita de Seguridad), las mesas departamentales de reincorporación, los eventos de reconciliación, los emprendimientos productivos, el trabajo con gobernadores, jóvenes, mujeres, sector privado y pueblos étnicos. Estamos llevando nuestro diálogo con la sociedad colombiana a otro nivel, conscientes de que a pesar de las incertidumbres y los altibajos del proceso, la gente aspira a vincularse a la paz.

Estamos hoy más integrados con el trabajo del Equipo de País, como lo hemos visto con los emprendimientos productivos. Estamos más conectados a los países cooperantes y podemos propiciar la ampliación de la inversión internacional, en particular en el proceso de reincorporación. Y para finalizar, el Consejo de Seguridad sigue prestando pleno apoyo al proceso de paz y a la Misión.

Me despido entonces con la seguridad de que la Misión y cada uno y cada una de ustedes seguirán siendo dignos de la confianza que la ONU y Colombia han puesto en todos nosotros.

Jean Arnault
Representante Especial y Jefe de Misión