El alcalde de Toribío, Cauca, Alcibiades Escué, pide que el gobierno nacional se articule con las comunidades en los territorios para alcanzar una exitosa implementación de los acuerdos de paz y asegura que están dispuestos a aliarse con las empresas.
Acuerdo con las Farc tiene capítulo étnico)
La autonomía de los indígenas en Colombia ha sido reconocida por diferentes decisiones judiciales, desde el respeto a sus tierras hasta la aplicación de un modelo propio de justicia, incluso en el Acuerdo de paz. (Ver:Por eso no sorprende que ahora los indígenas, especialmente los Nasa del norte de Cauca, se sientan preparados para trabajar en la implementación de lo pactado entre el gobierno nacional y las Farc. Pero por las palabras del alcalde de Toribío, Alcibiades Escué, pareciera que esta unión aún no se ha consolidado.
En entrevista con VerdadAbierta.com, el mandatario de uno de los pueblos más azotados por el conflicto armado, especialmente por las tomas de las Farc, asegura que los indígenas pueden aportar desde su propia experiencia y que lo que necesitan es trabajar junto con el Estado e, incluso, con las empresas. (Ver: Toribío empieza a dejar la guerra atrás)
Indica además que desde hace cerca de 40 años, los Nasa tienen un plan de vida con cuatro ámbitos diferentes que sirven para regirse a sí mismos y a la vez para aportar paz en el territorio. Éste va desde la expresión cosmogónica del pueblo indígena, las posibilidades económicas del territorio del municipio de Toribío y sus corregimientos de Tacueyó y San Francisco, hasta la fortaleza de la familia y de la Guardia Indígena.
VerdadAbierta.com: Alcalde, ¿cómo sirve el propio gobierno que ejercen los Nasa para la implementación del Acuerdo de paz?
Alcibiades Escué: “Uno de los ámbitos del Plan de Vida es la gobernabilidad. Este busca fortalecer primero la familia como institución, articulado a las visiones cosmogónicas y a las normas nacionales que reconocen los derechos de los indígenas. A partir de ahí se fortalece la Guardia indígena y con estos dos aspectos sale muy beneficiado el poder local porque puede ejercer mayor control. Eso ya está reconocido. Ahora esperamos que haya una articulación entre las entidades territoriales y las autoridades indígenas, que también se pueden articular con la empresa y la región”.
V.A.: ¿Qué ha pasado para generar sinergia entre gobierno e indígenas en la implementación del Acuerdo de paz?
A.E.: Antes de eso hay que hablar del plan de reparación integral para las víctimas Nasa de Toribío, que constituye casi los cuatro ámbitos que se tiene en el plan de vida. Ese plan fue aprobado el año pasado y lo que se planea ahora es cumplir con lo que está ahí, que fue acordado entre las autoridades indígenas y la Unidad para las Víctimas.
V.A.: ¿Y frente a la implementación?
A.E.: Yo quiero aclarar que a la comunidad indígena no se le puede declarar de exfariana ni del gobierno. Es víctima. Si es víctima, el gobierno nacional lo que tiene que hacer es implementar los acuerdos desde el punto de tierras, reparación de víctimas, hasta los cultivos ilícitos. El gobierno con el tema de los cultivos de marihuana más que dilatar para saber de quién son, debe agilizar la reglamentación para que se dé el uso medicinal y, en caso de ser necesario, el uso industrial. La erradicación ayuda. A eso la comunidad no se opone, pero el problema se agrava porque no se le arregla. Si el gobierno está dando una salida, no tiene que estar intentando golpear.
V.A.: Respecto al uso medicinal de la marihuana, ¿han pensado en aliarse con las empresas para producirla?
A.E.: Con el caso de la marihuana, ya hay una ley para legalizarla para uso medicinal. Lo que se espera con el Plan de Vida es que el gobierno reglamente lo más pronto posible para que entren no solo las farmacéuticas sino, además, para que se conviertan en aliados. Hay familias también que han venido haciendo la transformación de manera tradicional. Ya están planteadas las alternativas.
V.A.: Es decir, sí están dispuestos a aliarse con farmacéuticas internacionales
A.E.: Los indígenas no quieren sersólo productores sino también transformadores, algún día alcanzar a ser comerciantes. Aquí la intención no es tumbar farmacéuticas o impedirlas. Es que se instale capacidad para la transformación y el mercado. No quieren ser meramente arrendatarios. Sí vendrían las alianzas que pueden ser con la empresa privada, pero mejor sería entre comunidades indígenas y una empresa estatal.
V.A.: ¿Qué les ha respondido el gobierno?
A.E.: Como no ha reglamentado, deja a merced de las multinacionales. Ahí es donde está el riesgo.
V.A.: ¿Y las empresas?
A.E.: Se ha hablado con la industria de Valle del Cauca para trabajar otros temas de conflictos territoriales e industriales. Ahí hay que hacer pactos. Pero que quede claro que no se habla de un etnocentrismo ni de un gueto territorial, sino de abrir desde lo local una alianza con reglas claras y en igualdad de condiciones o donde las ventajas no sean desproporcionadas. Eso también está en el Plan de Vida de los indígenas Nasa.
V.A.: Usted ha denunciado la presencia de otros grupos armados en Toribío tras la salida de las Farc. ¿Qué está sucediendo?
A.E.: Más que decir que es una denuncia, es un riesgo y es el riesgo del acuerdo y Toribío ya está viviendo ese miedo: que haya alguna gente de las Farc que no confió del Estado y prefirió irse a su finca con su familia. Pero como ellos conocen el asunto de armas, pueden armarse con delincuencia común o ser absorbidos por otros grupos armados de izquierda o de las Autodefensas Gaitanistas. Ahí hay riesgos que no son ajenos para los que vivimos en el territorio.
V.A.: Pero también la seguridad es parte de la responsabilidad del gobierno local…
A.E.: Sí, pero también del gobierno y de las Farc para que se cumpla lo acordado. Por otra parte, hay que entender a las autoridades indígenas y a la Guardia Indígena como aliados para tratar de mitigar esos riesgos. No hay que dejarlo coger ventaja. Los militares o la Policía no fueron capaces antes. Ahora hay que darle la oportunidad a la Guardia Indígena.
V.A.: ¿Qué ha pasado entonces con esos espacios que las Farc dejaron?
A.E.: La comunidad indígena es la que ha ejercido el control del territorio pero se ha evidenciado un riesgo que expresamos ante el gobierno nacional, en los consejos de seguridad, con la Gobernación del Cauca, los militares y los policías. El gobierno tiene que tener la capacidad: si va a militarizar, que militarice. Pero si es capaz de controlar los espacios de otra manera y empieza a ejercer… esa es la tarea que tiene.
V.A.: Como alcalde, ¿qué le pide y qué le propone al gobierno nacional?
A.E.: Además de política es de voluntad y actitud. Se puede articular con las autoridades indígenas pero dándole el valor que eso significa. No es articulación como mandadero, sino dándole condiciones y fortaleciendo sus capacidades de ser independiente de concepciones políticas totalmente diferentes. Es fortalecer esas autoridades, hacer que la Guardia Indígena actúe dando algunas condiciones básicas. Tenerlo como aliado y no como un mendigo o que es su enemigo. De lo contrario, va a fracasar.