En la madrugada del 11 de marzo de 2000, cientos de habitantes de este pueblo en Bolívar se vieron obligados a abandonar su vidas luego de que las Auc masacran a varias personas.
“Queremos volver y rogamos a Dios mañana tras mañana porque eso pueda ser una realidad ya que eso facilitaría el vivir de muchas personas”.
El 11 de marzo de 2000, a eso de las 5:00 de la madrugada comenzó el éxodo para los habitantes del corregimiento de Mampuján.
Entre risas y viejos recuerdos de lo que era su vida en el antiguo Mampuján, un joven de la comunidad contó como fue la llegada de las Auc ese 10 de marzo en horas de la noche.
“Eran familias y familias las que cogieron camino para el municipio de María La Baja, Bolívar, teníamos que salir antesde las 10:00 de la mañana porque la amenaza de los paramilitares era que si llegaban ese domingo y encontraban a alguien lo mataban.
El sábado 10 de marzo estábamos jugando fútbol cuando llegaron los paramilitares a las 5:00 de la tarde, mi papá me dijo que fuera a la casa y trajera la cédula porque estaban pidiendo papeles. Recuerdo que durante ese camino vi como estaban pateando las puertas y pensé que eso no podía ser el ejército.
Cuando llegué a la plaza ya la gente estaba reunida. En un poste había un hombre alto con pasa montañas y por allí nos hicieron pasar uno por uno, él hacia señas con la cabeza diciendo que no.
Afortunadamente de la comunidad de Mampuján no consiguieron a nadie de los que ellos estaban buscando porque no nos habíamos interesado por el conflicto, ni con unos ni con otros.
Como no consiguieron a nadie, la fila se desbarató y comenzaron a amenazar a la gente diciendo que nos iba a suceder lo mismo que en El Salado, “ni los perros van a quedar” dijo aquel hombre.
Dentro de mí pensaba que nos iban a matar, unas mujeres se desmayaron y luego nos enteramos que mientras estábamos en la plaza a las que se habían quedado en la casa las habían violado; también se llevaron las cosas que ellos consideraban valiosas, prendas y electrodomésticos.
No solamente fue un desplazamiento, ni un momento de tortura, sino un saqueo a la comunidad. Por ejemplo, al señor de la tienda se le llevaron la plata y en los camiones que traían cargaron la mercancía, otras cosas las quemaron y dañaron con gasolina como el azúcar.
Recordar eso es triste porque lo que le hicieron a esta comunidad va más allá de las perdidas materiales, los jóvenes no tienen principios ni valores y lo peor que se le ha hecho a la gente es hacerle entender que lo que se les hizo fue un favor. En el antiguo Mampuján no teníamos los servicios que tenemos en Mampujancito, (nuevo lugar donde levantaron las viviendas).
En el corregimiento se nos estaban vulnerando los derechos. Debería existir una política de enseñanza a la comunidad sobre todo a las campesinas.
A pesar de que no teníamos esos servicios públicos no eran necesarios porque vivíamos bien, había autonomía. Por ejemplo, teníamos un puesto de salud y el médico venía los miércoles, allí éramos atendidos, o si la gente quería podía ir a un médico particular y comprar las medicinas; ahora tenemos una afiliación a una ARS y no gozamos de salud, de un buen servicio ni de recursos para ir a un médico particular”.
¿Por qué el desplazamiento?
“Un domingo veníamos de sembrar la tierra cuando vimos un poco de botas en el arroyo y mi papá dijo: ‘bueno, se metió esa gente (…) la guerrilla vino para acá’. Cuando llegamos al pueblo, que estaba muy poblado, efectivamente los vimos y la gente estaba muy asustada.
Ese fue el principio de la desgracia y tristeza que hoy se está viendo, nunca imaginamos esto. Luego entraron las Auc queriendo tomar el control y fue peor.
Al momento que desplazan a Mampuján las Auc suben a las veredas cercanas y matan a 11 personas. Recuerdo a un señor que todos los años se ganaba el premio al mejor cultivador de Ñame.
Llegamos a la alcaldía municipal, a la casa de la cultura, a los colegios públicos donde se paralizaron las clases por nuestra llegada, las personas que contaban con recursos pagaron arriendo pero ya después cuando se les acabo el dinero fueron a la alcaldía para que los apoyara. En esa situación estuvimos casi un año. Algunos continúan pagando en María La Baja.
Una propuesta inicial de la Alcaldía era irnos a una tierra que habían comprado para unos señores de la tercera edad, eso no nos parecía bien porque ya tenía una asignación.
Como había la idea de que estuviéramos más cerca de Mampuján, donde estaban las tierras para trabajar, y la falta era de recursos para que la Alcaldía comprara terrenos, el párroco de la iglesia católica en María La Baja, Salvador Mura, busco la plata y compró el terreno.
En marzo del año 2000 fue el desplazamiento y a finales compraron la tierra a nombre de la Organización Popular de Vivienda (OPV)”.
Inicio de nueva vida en Mampujancito o Rosa de Mampuján
“En el 2001 empezó a llegar la gente porque ya sabía cual era el lote que le correspondía, queríamos poner la luz en el nuevo lugar y para eso fuimos al antiguo Mampuján a traer las guayas, las que quedaron porque la mayoría fueron robadas. El 31 de diciembre de ese año inauguramos la luz que nosotros pusimos.
Para el 2002 la OIM y Acción Social ejecutaron un proyecto de acueducto y alcantarillado, éste último se encuentra en un 95% porque no tiene la planta de oxidación para tratar las excretas.
Para levantar las casas hubo una iniciativa propia de la comunidad, a las familias que estaban en los albergues, la Pastoral Social les entregó unos kits que constaban de cuatro láminas de zinc y se cerraba con carpas. ‘Una cosa es contarlo y otra es vivirlo’. Eso era por tres meses pero todavía, a esta fecha, hay familias que viven así desde el 2001”.
Cómo viven hoy en día
Actualmente la mayoría de casas están sin terminar, unas sólo tienen el techo y los palos como para dejar claro los linderos de cada lote, otras fueron levantadas con los materiales de las casas del antigüo Mampuján, tejas, ladrillos, puertas, rejas, entre otros materiales, que ellos fueron a buscar en cambio de dejarlos perder en el tiempo. Pero en general, a todas las casas les hace falta mucho por hacer.
“Que me den un baño digno y mi casa terminada, eso es lo único que pido” dijo una señora de 74 años de edad que recuerda con nostalgia como logró levantar su casa en el corregimiento de Mampuján.
“Duré 5 años haciendo esa casa para que tuviera los mejores materiales, pisos, cocina integral, muebles y la nevera tipo americano que hacía hielo”, esa es la que más recuerda y todavía conserva junto con otras cosas dañadas que guarda como recuerdo.
La dicha solo duró un año porque en marzo de 2000 el Bloque Héroes de los Montes de María de las Auc incursionó en el corregimiento para amenazar a la población y hacer desplazar forzadamente a 245 familias, 500 personas en total.
Unos quieren retornar y otros no
Aunque inicialmente se esta pensando en un retorno voluntario de 25 familias, esto hasta ahora es un proyecto que contaría con el apoyo de la Iglesia Menonita de Estados Unidos, explicó una mujer del corregimiento.
Las familias escogidas son las que siempre han manifestado que quieren volver, la idea es que una familia de la iglesia adopte a otra del corregimiento y la apoye económicamente y en lo público (alumbrado, puesto salud, calles, acueducto, etc) el propósito es exigirle al Gobierno que haga esta parte.
La posición de cada familia es diferente, unos quieren retornar y otros no. Durante un taller realizado en el mes de noviembre de 2009 para hablar sobre los derechos de las mujeres a la restitución de bienes, algunas de ellas comentaron que para retornar requerían “tener escuela, un puesto de salud, carreteras, agua, luz, vivienda y algunos recursos para poder trabajar”.
“El retorno tiene sus cosas favorables y otras no, yo me iría dadas las condiciones para tener una vida digna, que no tengamos que pensar en sufrir otro desplazamiento”, comentó Damaris*.
La postura de Zulema* es diferente, ella considera que en el antigüo Mampuján se tenía todo, “allá uno tenía vida propia, tranquilidad, trabajo, todo, ahora en este nuevo lugar todo se vuelve difícil”.
La tierra en Mampuján
La abogada de la sede regional Bolívar de la CNRR, Martha Salazar, comenta que hasta el momento lo que han encontrado en materia de tierras es que algunos tienen la calidad de propietarios (podrían tener entre 20, 60 y 80 hectáreas); otro grupo es de poseedores que estaba asentados en el corregimiento, unas 160 viviendas sin escrituras públicas, ellos dicen que desde la fundación del pueblo en 1882 la tierra ha pasado de propietario en propietario; existe otro caso grande de tenedores, cerca de 70 personas que no tuvieron tierras pero cultivaban en la de un amigo ya fuera en calidad de préstamo o por arriendo, situación muy habitual en Mampuján y el último es de parceleros que fueron objeto de reforma agraria en predios que entregó el INCODER, antiguo INCORA, hay dos grupos uno de 13 parcelas y otro de 10, esas personas tienen problemas de deudas.
Cartografía social
Un taller para recopilar información de fuente comunitaria sobre víctimas de desplazamiento y pérdida de bienes, derechos sobre la tierra, causas y formas del despojo de bienes, con el fin de contrastarla con la fuente institucional ya recaudada, fue lo que se realizó en el mes de febrero con la comunidad de Mampuján.
Hasta el momento y con la información física, comunitaria y legal se han podido identificar cerca de 270 predios.
Las víctimas acceden a sus derechos
La sede regional de la CNRR, la Fiscalía General de la Nación y la Defensoría del Pueblo realizaron jornadas de atención a víctimas en Mampuján y en San Cayetano en agosto de 2008. Como primera medida se orientó a la población en todo el tema jurídico y luego con la Defensoría del Pueblo se trabajó en todo el nombramiento de los defensores públicos y con la Universidad San Buenaventura se hizo una reconstrucción de la memoria.
En este espacio también se diligenciaron unas fichas para identificar tanto daños colectivos como individuales, cómo estaban antes del desplazamiento, qué paso durante y cómo están ahora.
También se logró hacer una jornada en el colegio Diógenes Arrieta donde se transmitieron audiencias de Edwar Cobos Téllez, allí habló de los hechos cometidos en Mampuján y las Brisas, donde asesinaron a cerca de 11 personas.
Lo que se encontró fue a una comunidad campesina que tenía unas dinámicas sociales, económicas y políticas de relación con otras comunidades y veredas cercanas a Mampuján pero con el desplazamiento todo esto se rompió.
“Mampuján no era guerrillero”
En julio 9 de 2009 en la audiencia legalización de formulación de aceptación de cargos al postulado a justicia y paz Uber Enrique Bánquez Martínez, conocido como ‘Juancho Dique’, se refirió a Mampuján y dijo que la guerrilla tenía retenes a la entrada de la curva pero que era necesario aclarar que pasaban por allí más no vivían en el corregimiento.
Ellos bajaban de sus campamentos ubicados en Las Brisas y El Loro hacían los secuestros y dejaban las camionetas en el puente o subían hasta el Yucal.
El 10 de marzo
se día en Mampuján nos encontramos con gente de diferentes bloques, el grupo de Amaury comandante de un frente de “Jorge 40” y alias “Gallo” de Mancuso. Amaury se relaciona con Rodrigo Mercado Pelufo, conocido como ‘Cadena’ quien reunió al pueblo y los tildó de colaboradores de la guerrilla y da la orden de desplazamiento.
Por qué los desplazaron
ecesitaban quitar a la población civil para no permitir que el miliciano se infiltrara, era la ideología de Rodrigo quien decía que “si le quitaban presencia a la guerrilla tomaban control”.
Como en el Loro, municipio de San Juan, Rodrigo no encontró campamentos de la guerrilla la orden era arremeter contra todo.