Gracias al Acuerdo de Paz pactado en La Habana, los labriegos han recobrado la esperanza para el desarrollo del sector rural. En este departamento tienen el mismo deseo y de mano de los PDET esperan que se logre reactivar este sector productivo, de notable importancia para la región.
La Serranía de Perijá es considerada como un territorio de gran importancia en el país por su diversidad biológica. Ubicada en el norte del país entre tres departamentos: Cesar, La Guajira y Norte de Santander; y limita con Venezuela.
Pero más allá de lo que comprende esta cadena montañosa donde se encuentran bosques húmedos, secos y páramos, para muchas personas representa su hogar en el cual nacieron, se han criado y por el que siguen trabajando diariamente con todos los esfuerzos que eso implica.
Ahora de la mano de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), sus pobladores esperan que se empiecen a dar avances definitivos en la mejora de las condiciones de esta zona a fin de que puedan ver fortalecida la actividad comercial que realizan en este territorio, que se basa en agricultura y ganadería, y que, en consecuencia, traería una mayor calidad de vida.
De acuerdo con José Chona, campesino y líder de esta zona, quien reside en la vereda El Silencio del corregimiento Los Encantos, municipio de La Paz, allí hay mucha ilusión y esperanza de que los PDET traigan lo que los campesinos esperan. Esto representa la oportunidad de dejar atrás de manera definitiva los estragos del conflicto en estas tierras.
“El infierno que vivimos, lo cruel que fue la guerra, la miseria que dejó la guerra, eso no queremos que en nuestras comunidades se vuelva a repetir”, dice Chona. “La comunidad del Perijá, al igual que la mayor parte del departamento, no se dedica más sino a trabajar y producir para sobrevivir, porque en realidad estamos sobreviviendo. Ya no queremos más violencia, no queremos más guerra”.
Precisamente el PDET que agrupa esta subregión, que se denomina Sierra Nevada – Serranía del Perijá – Zona Bananera, y los 17 municipios de Cesar que tienen jurisdicción en la Serranía de Perijá, ocupan el 60,9 por ciento del departamento. Justamente de estos municipios seis se encuentran priorizados por los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial como parte de los ocho que aporta Cesar a esta iniciativa, pactada con la antigua guerrilla de las Farc en el Acuerdo de Paz firmado en Bogotá en noviembre de 2016.
Para Chona y los demás campesinos que se encuentran en esta región de Cesar, con el PDET está dada la oportunidad de fortalecer su labor y salir adelante: “Por ejemplo, la carretera es un desastre. Ya se pavimentaron 4,8 kilómetros, digamos que eso es algo importante como campesinos, pero siguen quedando cualquier cantidad de kilómetros”
El labriego detalla que existen veredas que cuentan con hasta nueve kilómetros en las mismas condiciones, con lo que no pretenden que los pavimenten todos, pero que por lo menos se vayan adecuando algunos tramos, como la vía central de Los Encantos que son aproximadamente 16 kilómetros y sólo tiene cinco pavimentados.
Para Chona la atención a las vías es fundamental para la actividad comercial de los campesinos, entre otras razones porque en Los Encantos se produce café, aguacate, cacao, plátano, malanga, frijol, tomate de cocina, lulo y una amplia gama de productos agropecuarios más.
Desde luego, como reconoce el líder comunitario, la comercialización de estos productos es la que pone al campesino en desventaja por todo lo que se requiere para transportar los productos desde donde se cosechan hasta donde se venden. Por ejemplo, el intermediario toma el producto a muy bajo precio mientras que en el mercado los valores son mucho más altos, algo que considera que es también una injusticia para los habitantes de la ciudad, puesto que por citar un caso si un kilo de lulo vale $1.500, una persona de Valledupar lo compra hasta en $5.000 el kilo.
“Me parece injusto tanto porque al campesino no se lo pagan bien como para la persona de la ciudad que le cuesta demasiado, creo que eso está mal tanto para el departamento, como la ciudad como para el productor”, agrega Chona.
Por su parte Luis Carlos Castro, también residente de esta zona, asegura que las principales necesidades que tienen están relacionadas con las vías terciarias, por lo que están a la espera de que se hagan algunos kilómetros de placa huellas, varios puentes y también que se haga mejoramiento de vías.
Sumado a esto tienen el anhelo de que los puestos de salud veredales sean dotados, así como las escuelas en las que, además, se espera que se legalicen los terrenos, porque fueron en su momento regalos de los dueños de las fincas y no tiene títulos de propiedad.
Poco a poco
Las obras van llegando paulatinamente. Con la inclusión de municipios de la serranía como La Paz se han ido efectuando algunos proyectos en beneficio de las comunidades. Este municipio ha sido, de hecho, uno de los que más inversiones ha recibido por parte de la Agencia de Renovación del Territorio (ART).
El sector que ha sido atendido con prioridad es el que Chona y Castro han resaltado como la necesidad más apremiante de sus comunidades: las vías. El tema fue incluido por los pobladores de La Paz en la formulación del PDET para atraer inversiones que apunten directamente al desarrollo del campo, tal como se pactó en el primer punto del Acuerdo de Paz, que propende por una reforma agraria integral.
Como parte de la estrategia de mejoramiento de vías que hace parte de Plan 50/51, impulsado por la ART, se destinaron recursos por 881 millones de pesos, provenientes del Presupuesto General de la Nación, con los cuales, según la ART, se intervinieron 61 kilómetros en los siguientes tramos carreteables:
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Se destinó una interventoría con un valor de $99.741.659 y para cuyo fin se suscribió un convenio entre la ART y la Alcaldía de La Paz que ya se encuentra finalizado y del cual el Consorcio Vías de La Paz fue el ejecutor. Dentro de los detalles de dicho convenio, que figura como N° SC-0008-2017 en el Secop I, se señala, por ejemplo, la falta de contratación de las Juntas de Acción Comunal, algo que no se hizo al no encontrar organizaciones de este tipo totalmente constituidas que pudieran involucrarse en la ejecución.
Otras obras
Además de las intervenciones viales, por medio de las obras de Pequeña Infraestructura Comunitaria (PIC), uno de los componentes de los PDET, también se han hecho algunas inversiones en el municipio de La Paz. Las obras ya han sido entregadas o están en revisión de interventoría. Así pues, se han dispuesto cerca de 1.785 millones de pesos para diversos proyectos que comprenden adecuación de aulas, parques y otras vías.
Puntualmente en el caso de las vías, se formularon siete proyectos, dos de los cuales ya han sido entregados y cinco más están en revisión de interventoría, de acuerdo con informes de la ART.
Al respecto, José Luis Martínez, presidente de Asojuntas del municipio de La Paz, comenta: “Fui la persona encargada del proyecto del Riecito Bajo, hicimos 102 metros de placa huella con la comunidad, una obra que hace rato necesitaba”. En esa obra se invirtieron 82 millones de pesos y la ejecutó esa organización comunitaria.
De acuerdo con este líder comunal, ese tramo vial se priorizó porque era el más crítico que había en la vereda Riecito Bajo, del corregimiento de San José de Oriente. “No había cómo entrar un carro porque era un camino de herradura. Hoy damos gracias al gobierno nacional y a la ART por tener los ojos en nuestro municipio, La Paz”, expresó Martínez.
Otra de las inversiones en vías terciarias importantes para la comunidad campesina se hizo en la vereda El Tesoro, donde se adecuaron cuatro kilómetros con una inversión de 74 millones de pesos. Mientras que se encuentran en revisión de interventoría otros proyectos.
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Entre tanto las comunidades de estos territorios se preparan para que se den más pasos con relación a la ejecución de los PDET, puesto que, como ellos mismos sostienen, esperan que el gobierno nacional siga apuntándole a esta región, que quiere recobrar su productividad y ser la despensa agrícola del Cesar y de departamentos cercanos. Esa es la ilusión de los campesinos.