16 excombatientes de las Farc recibieron por parte de la Universidad Javeriana Cali un diploma que los reconoce como gestores de diálogo social intercultural, planeación territorial y construcción de paz. Además, 21 terminaron su preparación para validar el bachillerato y continuar con sus estudios superiores.
El acuerdo de paz alcanzado entre el gobierno nacional y el grupo subversivo más antiguo del país sigue dejando escenas inéditas que hace algunos años hubieran sido inimaginables.
En la tarde de ayer, ante la mirada y aplausos de parte de la comunidad académica de una de las universidades privadas más grandes del país, de representantes de la industria vallecaucana, de funcionarios de diferentes estamentos del Estado, de miembros de agencias de cooperación internacional, de la comunidad jesuita, de líderes de comunidades étnicas y de sus familiares, un puñado de excombatientes de las Farc que dejaron sus armas en la Zona Veredal de La Elvira, Cauca, recibieron un diploma que representa el comienzo de una nueva vida.
Los discursos de quienes intervinieron en la ceremonia de graduación coincidieron en señalar que ese encuentro es una muestra más de que la guerra con las Farc se acabó, y que sienta las bases para que se repliquen escenarios de reconciliación y construcción de paz territorial. Lo anterior no sólo por el hecho de que hombres y mujeres que se formaron para la guerra en antaño, ahora lo hicieron para trabajar por la construcción de paz, sino porque en un mismo espacio convergieron de manera fraternal diferentes actores de la sociedad.
El primero en tomar la palabra fue el rector de la Universidad, el padre Luis Felipe Gómez Restrepo, quien, tras explicar el propósito y los alcances del diplomado, resaltó el compromiso de las Farc para cerrar el conflicto armado por la vía del diálogo y destacó sus compromisos desde el cese unilateral al fuego hasta la dejación de armas.
Acto seguido, les dio un mensaje de aliento a los graduados: “Estamos aquí para decirles bienvenidos a la paz, la guerra ya terminó… Por eso estamos aquí para animarlos y apoyarlos. No están solos en su empeño de ponerle fin a la guerra y de construir la paz territorial. Hoy, simbólicamente, queremos darles la bienvenida a la sociedad, lo hacemos aportando en su formación y capacitación, con nuestro grano de arena, al esfuerzo que todos debemos hacer para continuar la marcha hacia la paz, contribuyendo al desarrollo rural integral con enfoque territorial”.
Asimismo, resaltó que quienes intervinieron en las capacitaciones fueron testigos de un proceso de transformación personal. “A la audacia que implica la decisión de hacer la paz, la valentía de cambiar el método de las luchas políticas, se sumó en nuestros estudiantes durante este diplomado y proceso de preparación para el bachillerato, el compromiso con su formación, la capacidad para reflexionar sobre sus concepciones previas y la apertura para establecer diálogos con los profesores y los estudiantes de la Universidad que participaron en este proceso”, señaló el rector, concluyendo que se debe permitir que “nuestra democracia sea abonada por el perdón, la verdad y la reparación, para que nos podamos reconocer todos, para que Colombia sea una casa en donde todos podamos convivir en armonía”.
La verdad integral, propósito de exparas y guerrilleros de las Farc
Tras recibir los diplomas que representan la culminación de casi cuatro meses de estudios en los que cada fin de semana parte de la Zona Veredal de La Elvira se convirtió en un aula de clases universitaria, ‘Clara Zetkin’ tomó la vocería de sus compañeros de estudios: “Hoy la Universidad Javeriana de Cali da una enorme muestra al país de cómo concretar la voluntad de aportar a la transformación de la sociedad, de cómo dejar atrás los miedos y obstáculos que impiden encontrarse y trabajar juntos por un mismo objetivo”.
Además de agradecerle a la Universidad, aprovechó la oportunidad para destacar la importancia del cumplimiento de los acuerdos de paz, especialmente los relacionados con la reincorporación de los excombatientes, quienes necesitan “procesos de formación y de homologación de saberes: son esenciales y representan uno de los mayores retos que como organización asumimos tras la decisión de transitar hacia la legalidad”.
Otra persona que tuvo palabras de agradecimientofue Jorge Torres Victoria, más conocido como ‘Pablo Catatumbo’, jefe del recientemente desaparecido Bloque Occidental y miembro del Secretariado de las Farc: “Lo que ustedes hacen, muchachos y muchachas, es ejemplo para todas las Farc. Muchísimas gracias, y continúen así. Finalmente, de nuevo quiero agradecer sinceramente a la Universidad Javeriana por su disponibilidad para la reincorporación educativa de las Farc-Ep. En un escenario tan complejo en el que vivimos, en el que la institucionalidad se caracteriza por el incumplimiento y la lentitud, es de admirar que una universidad privada asuma con total disposición y entrega parte de la educación de los guerrilleros. Hechos como este, nos permiten conservar la esperanza en una patria nueva, dialogante, eficiente y constructora de futuros”.
Valiéndose de la ascendencia que tiene sobre las mujeres y los hombres que dirigió cuando estuvieron alzados en armas, también señaló que necesitan “del compromiso de cada compañera y compañero que hoy finalizan este proceso, para continuar disciplinadamente el tránsito por el camino que hoy abrimos: camaradas, la consigna hoy es capacitación; estudio, estudio y más estudio. Con este acto las Farc también queremos demostrarle al país y al mundo que estamos cerrando una página de la historia y empezando a construir la de la paz”.
Visión de los constructores de paz
‘Boris Guevara’, quien lleva 17 años en las Farc y es uno de los miembros más activos de su equipo de comunicaciones, no pensó que la capacitación de la Javeriana fuera a tomar las dimensiones que alcanzó e inicialmente la vio como un deber que debía cumplir en medio de la formación de los excombatientes. “Es la primera vez que una universidad, especialmente privada, asume la responsabilidad, frente a la opinión pública y en un momento tan difícil por la polarización, de capacitarnos, darnos un diploma y traernos a su sede”, le dijo a VerdadAbierta.com tras terminar la ceremonia de grado.
Considera que ese curso lo ayudó para autocriticarse, cambiar y actualizar el discurso: “Desde la academia asumes cifras y estudios con los que refuerzas muchas ideas que uno tiene. La realidad en Colombia no se puede negar: las cifras y los estudios dejan ver la desigualdad absoluta que hay, una absoluta negligencia del Estado frente a hacer análisis en el terreno y no imposiciones centralistas que desconoce lo que sucede en los territorios. Eso refuerza mucho más lo que uno ha tenido en la cabeza, pero le da más forma y contenido para justificar lo que uno dice con argumentos creíbles”.
‘Amanda Ríos’, quien también tiene 17 años de militancia en las Farc, piensa poner el conocimiento que adquirió en el diplomado para la construcción de paz territorial y compartirlo con sus compañeros de la zona veredal: “Le vamos a meter con más fuerza a la capacitación de toda nuestra militancia fariana con el fin de que podamos aportarle al país lo mejor de nosotros”.
Para Tania Nijmeijer, quien es más conocida como la holandesa de las Farc, el diploma que cargaba con una enorme sonrisa, implica un compromiso para empezar a hacer política desde los territorios desde un diálogo intercultural: “Tenemos las puertas abiertas para empezar a hacer política y esa política tiene que venir desde los territorios, no puede ser desde arriba para abajo”.
Jonathan Murillo, uno de los jóvenesque se capacitó para validar el bachillerato, quien ingresó a las Farc cuando tenía 13 años porque “no había oportunidades” en el Medio San Juan, Chocó, sólo tiene palabras de agradecimiento porque les “abrieron las puertas para conocernos como personas, aún teniendo una fama desgarradora”. Hoy, a los 19 años, desea cursar estudios en mecánica automotriz.
Sobre qué les depara el futuro, estos excombatientes tienen muchas incertidumbres. El próximo 1 de agosto las zonas veredales dejarían sus propósitos de servir como puntos de concertación de las Farc y sus armas, y se convertirían en zonas de capacitación y reincorporación. Sin embargo, debido a los múltiples retrasos en el acondicionamiento de dichas zonas, se reprogramó para quince días después.
“Tenemos muchas incertidumbres porque el gobierno de cierto modo ha incumplido muchas cosas, y a través de la fuerza guerrillera hemos tratado de ser positivos y de imponernos frente a los obstáculos, pero siempre llega un momento en el que nos cuestionamos qué va a pasar. Creemos en la dirigencia de las Farc, en la capacidad de inventiva del pueblo colombiano y de que rodeen el proceso de paz”, señala al respecto ‘Guevara’, y agrega que “estamos tratando de no dispersarnos como ha ocurrido con muchas fuerzas guerrilleras, que es una estrategia del Estado para tratar de dividir fuerzas; queremos espacios laborales y de capacitación como éste para de nuestros compañeros”.
En un sentido similar se pronuncia Tania Nijmeijer al ser preguntada sobre qué pasará con las Farc cuando dejen de existir las Zonas Veredales y los Sitios Transitorios de Normalización: “Somos una familia, seguimos siendo una gran familia y creo que la mayoría lo siente así. No falta el que vaya a coger por su lado, porque al lado de ese proyecto colectivo también hay uno individual, eso es incuestionable. Se quieren seguir los dos caminos y no perder esa gran familia fariana”.
Las cuentas de ‘Amanda Ríos’ indican que las zonas veredales irán hasta mediados de octubre, y al mismo tiempo le surge la gran pregunta de qué pasará después. “Esperamos que realmente se cumplan todos los puntos pactados en el Acuerdo, necesariamente los que tienen que ver con nuestra reincorporación. Para ese entonces estará constituido nuestro partido político y nos dedicaremos a lo que nos hemos convertido: a trabajar de forma abierta por la paz en Colombia”, le dijo a VerdadAbierta.com.
Por otro lado, Henry Acosta, el empresario que fungió como intermediario para que el gobierno nacional y las Farc se sentaran a dialogar, considera que la reincorporación de los excombatientes de las Farc finalmente inició con la clausura del diplomado de la Javeriana, en un acto que nunca se llegó imaginar, y resaltó que “ellos van a ser los que lideren la reincorporación y la reconciliación de más de 200 excombatientes y 500 campesinos en La Elvira”.
Paz territorial, el epicentro
Manuel Ramiro Muñoz, director del Instituto de Estudios Interculturales de la Universidad Javeriana Cali, que estuvo a cargo del diplomado que inició el pasado 3 de abril, explica que siguiendo con la misión esa institución, desde tiempo atrás el rector tomó la “decisión audaz” de adoptar a los territorios Caldono y de La Elvira, pues serán epicentros de construcción de paz y de implementación de los acuerdos.
“Preocupados por los incumplimientos, los atrasos, la incapacidad del Estado en lo local y la polarización política, dijimos vamos a rodear a esos territorios. Y hemos ido a conversar con las comunidades desde hace meses y a prepararlas para que sean las protagonistas de la reincorporación de los guerrilleros”, le dijo a VerdadAbierta.com.
Asimismo, explica que el diplomado no fue dictado “para que la Universidad muestre que está a favor de las Farc, no. Está a favor del fin del conflicto armado, y allí les damos la bienvenida. Trabajaremos con las Farc, no para las Farc”. Y en ese sentido, lanzaron otros seminarios para que líderes de las comunidades étnicas y campesinas del norte de Cauca, al igual que oficiales de la Fuerza Pública, se capaciten en las materias de diálogo intercultural, planeación territorial y construcción de paz.
El primero inició con los cabildos indígenas de Caldono, en donde existe un punto de concentración de las Farc. “Es una misión plural, no sólo con las Farc; es con el Ejército y las comunidades campesinas, afro e indígenas de los territorios. El tema del fortalecimiento de capacidades para pasar la página de la guerra es un compromiso de las universidades en general, y de la Javeriana en particular”, plantea Muñoz.
Y agrega que “estamos convencidos de que el fin del conflicto armado es una gran oportunidad para las comunidades. Para que eso sea real, la gente tiene que estar preparada y fortalecerse; quienes tienen que liderar el proceso de construcción de sus territorios, con la ayuda del gobierno y de las Farc, son las comunidades. Esa es una apuesta fuerte y dura que están haciendo la Universidad Javeriana y el Instituto de Estudios Interculturales”.
Para Rodrigo Ante Meneses, uno de los investigadores del Instituto de EstudiosInterculturales que participó en la coordinación del diplomado, ese curso es de vital importancia para las demandas de la implementación del Acuerdo Final, pues “Las Farc en su tránsito de actor armado a actor político y social, va a entrar en el marco de la complejidad de actores que existen en una región como el norte de Cauca, que es muy diversa porque existen autoridades étnicas territoriales desde lo indígena, lo campesino y lo afro”. Sobre todo, resalta que fue una apuesta muy importante trabajar para “entender esas diferentes figuras jurídico-territoriales y que se deben generar espacios de interlocución en el marco de la implementación de los acuerdos para respetar los derechos de esas comunidades”.
Crónica de un juicio en las entrañas del Cauca
Por último, Muñoz señala que los estudios comparados de paz muestran que el fin del conflicto armado es un asunto del gobierno y de las guerrillas, pero la construcción de paz depende del nivel cualificado de participación de la sociedad y de las comunidades: “A mayor nivel de participación cualificado, mejor reincorporación, mejor tránsito de la guerra a la paz; con menos participación, podríamos tener desastres como los de El Salvador y Guatemala, en donde la violencia mutó de política a delincuencia común. Es un asunto de responsabilidad de toda la gente que cree que este país se merece un mejor futuro”.
Y esa es una apuesta más que surge desde Cali, que como capital-región, que le está metiendo fuertemente el hombro a la reconciliación y a la construcción de una paz territorial estable y duradera. Al esfuerzo de la Universidad Javeriana se suman diversas iniciativas como la de la Alcaldía de crear un programa de gestores de paz que reúne a pandilleros, víctimas del conflicto armado y excombatientes de diversos grupos; el de la Gobernación Departamental de otorgarle dos cupos a las Farc en su Consejo de Paz; el de unos universitarios que crearon una campaña para que por medio de cartas se amenice la reconciliación con los subversivos que están en las zonas de concentración y las ciudades; entre otras.