Documental da cuenta de las recientes luchas de las comunidades indígenas del norte de Cauca para defender su soberanía. VerdadAbierta.com habló con su realizador sobre la producción y con una líder Nasa sobre los desafíos que trae la negociación de paz con las Farc.
El pasado viernes, en un foro realizado entre el Centro de Expresión Cultural y el Instituto de Estudios Interculturales de la Universidad Javeriana de Cali, se proyectó Sangre y tierra: resistencia indígena en el norte de Cauca, una pieza audiovisual de 40 minutos de duración que documenta paso a paso las movilizaciones que han realizado los indígenas de los 17 resguardos Nasa de ese departamento para defender sus territorios y exigir que se respeten sus derechos.
Teniendo como hilo conductor la narración en nasa yuwe -la lengua nativa de la comunidad- y fragmentos en español, el documental reconstruye las acciones más importantes que realizaron los indígenas en 2015. Entre ellas se encuentran la Minga de Liberación de la Madre Tierra, que los llevó a ocupar varias fincas y cuya acción generó fuertes enfrentamientos con agentes de la Policía; las concentraciones a raíz del encarcelamiento de Feliciano Valencia, uno de los líderes más visibles de los Nasa, por el supuesto secuestro de un soldado que se infiltró en la Minga Comunitaria de 2008 y que fue juzgado de acuerdo a las normas de la comunidad; y diferentes ceremonias en las que los indígenas se relacionan de manera espiritual con su madre tierra.
Ariel Arango, director y productor del documental, destaca que, a pesar de las adversidades, el pueblo Nasa ha realizado un proceso de resistencia en el que se destaca su dignidad y su intensión de vivir en paz. Sobre este último punto, señala que la visión de paz que tienen las comunidades pareciera ir en contravía a la de las negociaciones que se están desarrollando en Cuba con las Farc.
“Encuentro que acá la paz no tiene que ver con ideologías, sino con una cuestión de pervivencia. El mensaje de los Nasa tiene que ver con la pervivencia y el respeto con los recursos naturales, su idea de paz está relacionada con la protección de los recursos de la madre tierra. También que la paz está directamente asociada con su autonomía y su soberanía sobre el territorio”, le dijo a VerdadAbierta.com.
A propósito de la proyección del documental, VerdadAbierta.com habló con Luz Marina Canastroche, exgobernadora del cabildo de López Adentro y actual consejera de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (Acin).
Verdad Abierta (VA): ¿Para los Nasa qué es la paz?
Luz Marina Canastroche (LMC): Para el Nasa la paz es estar en armonía consigo mismo como persona y con todo lo que está a su alrededor. Vemos a la madre tierra como nuestro sustento. La madre tierra no nos pertenece a nosotros, nosotros le pertenecemos a ella.
VA: ¿Se ven representados con el proceso en La Habana con las Farc? Allá se habla de construir paz territorial con las comunidades…
LMC: Haciendo un análisis, esa realidad se ve muy lejos. Allá están sentados dos actores: gobierno y Farc, quienes se centran en el fin del conflicto armado. ¿Cómo se van a implementar los otros puntos de la agenda de negociación? Lamentablemente vemos que el trabajo de base que desde hace tiempo venimos realizando las comunidades indígenas, afro y campesinas en el norte del departamento, no está reflejado allá.
VA: ¿Han pedido espacios de participación en la mesa para plantear sus inquietudes?
LMC: Esos espacios se han solicitado. Como movimiento indígena tenemos unos puntos que queremos llevar a la mesa y decirles a los negociadores que la realidad en los territorios es diferente a la que están hablando. No ha habido ninguna respuesta y no vemos voluntad para que podamos manifestar nuestras inquietudes. Realmente nos están negando el derecho a la consulta.
VA: ¿Cuáles son los puntos de la agenda de negociación que más los inquietan?
LMC: En todos los puntos tenemos inquietudes, pero sobre todo en saber qué va a pasar con la Jurisdicción Especial Indígena. Ésta fue establecida en la Constitución Política de 1991 y se refiere al territorio, a la autonomía y al gobierno propio de las comunidades indígenas.
VA: ¿Ustedes qué proponen para que la Jurisdicción Especial Indígena no resulte afectada por los acuerdos del proceso de paz? ¿Qué hacer para que converjan?
LMC: El gobierno y todas sus estructuras nos van a tener que escuchar porque seguiremos exigiendo que se cumpla con la Constitución y que se respeten nuestros derechos.Hemos analizado que tenemos que seguir nuestro proceso organizativo y agotar todos los procedimientos legales. Si es necesario, llegaremos a segundas instancias y acudiremos al nivel internacional.
VA: ¿Básicamente es hacer la consulta previa para la implementación de los acuerdos que surjan en Cuba?
LMC: Claro, tienen que hacer la consulta. Es un derecho que no se pueden saltar.
VA: ¿Qué piensan de la posibilidad de que se creen zonas de concentración en cercanías de territorios indígenas para el proceso de dejación de armas?
LMC: Nuestros territorios y la comunidad han sido muy afectados por los actores armado. Por lo tanto, el movimiento indígena ha dicho que no va a permitirlas, menos cuando no ha sido consultado el tema. Las Farc y el gobierno avanzan en la identificación de municipios para desarrollar esa parte, pero la comunidad ha dicho que el territorio no se debe prestar porque lo han violentado bastante.
Aquí lo que se nos viene es una gran lucha en la defensa del territorio. No podemos permitir que unos extraños vengan a implementar sus planes. Hoy es fuerte el tema de defensa territorial y tenemos dificultades porque hay diferentes intereses en juego y no se está teniendo en cuenta qué está pensando el indio, qué está pensando el negro y qué está pensando el campesino.
VA: Con relación al tema de justicia, ¿los desmovilizados que pertenecen a comunidades indígenas deben ser juzgados por la justicia transicional o por la tradicional?
LMC: Hay varios casos en los que ha tocado llamar al orden y remediar esa desarmonía de los que se fueron a la guerra. La jurisdicción ordinaria no debe pasar sobre la indígena en los casos de los que quieran retornar a los territorios. El que está en casa, tiene regalas. El que llegue tendrá que acatar las normas y criterios de la justicia tradicional; se les aplicaría remedio y rearmonización.
VA: Tras la condena a Feliciano Valencia por el supuesto secuestro de un militar que se infiltró en la minga de 2008 ustedes han dicho que se les está violando el derecho a la autonomía. El proceso de paz de La Habana busca fortalecer la participación en las regiones y generar apertura democrática, ¿cómo ven ese punto?
LMC: El gobierno nos deja entredicho la Jurisdicción Especial Indígena. Con el caso de Feliciano, no es él como tal, sino la jurisdicción en general. Si mañana no nos quieren reconocer la jurisdicción para el ejercicio de control territorial y de llamar al orden, cualquiera de nosotros podría correr la misma suerte. Quieren quitarnos esa herramienta para hacer control. El compañero Feliciano tiene una condena, pero es un caso que va en el marco de la gobernabilidad y la autonomía. Para nosotros es un desconocimiento y quieren poner la ley ordinaria sobre nuestras propias normas.
VA: ¿Qué piensan de la propuesta de crear Zonas de Reserva Campesina?
LMC: Ese es un tema que está sobre la mesa interétnica -espacio no gubernamental en el que las tres comunidades de la región buscan consensos- y hemos ido adelantando ese trabajo. Nos hemos escuchando entre nosotros, estamos identificando las necesidades de tierras de cada uno y analizamos cómo nos tenemos que proyectar. Hoy no nos podemos quedar pensando en indio solo, en negro solo o en campesino solo; aquí la lucha es en conjunto, respetando las diferentes formas de vida. Identificamos quiénes estamos en la zona y hacia dónde nos vamos a proyectar para seguir fortaleciendo los planes de vida de cada uno de los pueblos interétnicos que habitamos la zona.
VA: Es decir, ¿ustedes están dialogando por su cuenta para construir paz, evitar conflictos y no pedir tierras que pretende otro?
LMC: Sí, es un trabajo que venimos realizando años atrás, porque tuvimos problemas de tierras entre nosotros. Tenemos que seguir proyectándonos en conjunto.
VA: Actualmente en el norte de Cauca han proliferado los cultivos de marihuana y algunos se dan en el interior de territorios indígenas ¿Cuál es la postura de ustedes ante esta situación?
LMC: Es un tema muy álgido y surge en parte por descuido del gobierno. Nosotros hemos hecho propuestas para generar inversión y alternativas productivas para que la población no caiga en esa actividad. Eso ha generado que entre gente de otros departamentos a cultivar marihuana. Frente a eso hemos hecho acercamientos de diálogo y planteamos que el territorio no se recuperó para ese fin, pero resulta que hay otra gente que se está aprovechando de la situación. El comunero dice que el cabildo no da nada, pero resulta que nosotros no tenemos los recursos suficientes para invertir y que las familias cambien de cultivo. Esperamos que con el proceso de paz esto se pueda solucionar.