Tras 26 meses de fase exploratoria, el gobierno nacional y este grupo guerrillero acordaron una agenda de negociación de seis puntos para alcanzar el fin de ese conflicto armado. VerdadAbierta.com presenta una radiografía de la situación actual de la segunda guerrilla más grande del país.
Una estructura reducida y afectada militarmente. Así llega el Ejército de Liberación Nacional (Eln) a la Mesa de Diálogos con el gobierno nacional luego de una ardua fase exploratoria que duró dos años y dos meses.
Este grupo insurgente, que nació a mediados de la década del 60, tiene presencia actualmente en 99 municipios con sus cinco frentes de guerra, que agrupan a 38 frentes y a varias columnas, comisiones y compañías. Se calcula que cuenta con dos mil hombres en armas. Tales cifras demuestran una reducción significativa de su estructura. Hace un par de décadas contaba con 4.700 integrantes, distribuidos en siete frentes de guerra con 38 frentes rurales, 7 regionales en escenarios urbanos y 38 compañías móviles.
Esa reducción se explica en parte por la arremetida paramilitar de finales de los 90, que le quitó territorios clave en el Bajo Cauca antioqueño, el sur de Bolívar y el Catatumbo; y el posterior fortalecimiento de la Fuerza Pública, a partir del año 2000.
Según el informe Auge y declive del Ejército de Liberación Nacional, de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), desde el año 2002 se dio un marcado descenso en el número de integrantes y de las acciones armadas de este grupo armado ilegal, que “ya no cuenta con capacidad ofensiva que involucre esfuerzo militar significativo, e incluso varias de sus estructuras no registran presencia activa”.
Además, la FIP señala que “si bien han desaparecido más de una decena de frentes rurales, la casi totalidad de las estructuras urbanas y 25 compañías móviles, no cabe duda de que el Eln mantiene la capacidad necesaria para generar perturbación”.
De acuerdo con los registros de la Fundación Paz y Reconciliación, las acciones de esta guerrilla empezaron a disminuir año tras año desde el 2000, cuando cometieron 744 y su pico bajo fue en 2009 cuando realizaron 64.
A partir del año 2010 volvieron a aumentar sus acciones y desde 2013 se hicieron mucho más fuertes. Diferentes analistas consideran que esos aumentos, dados a partir de 2013, están relacionados con los contactos previos al actual proceso de paz, con los cuales pretendía hacerse ver más fuerte y presionar al Gobierno Nacional para sentarse a negociar.
En medio de esa lógica de generar presión armada, apelando para ello al secuestro, la voladura de la infraestructura energética y petrolera, así como el ataque constante a la Fuerza Pública, el país vivió en los últimos seis meses los ataques más fuertes de esta guerrilla.
El pasado 26 de octubre, cuando las dos partes preparaban un encuentro definitivo para ultimar los detalles para la posible instalación de la Mesa de Diálogos, guerrilleros del Eln emboscaron a una patrulla de militares y policías que escoltaban a una comisión de la Registradora Nacional en Güicán de la Sierra, Boyacá. En ese hecho, que es calificado como el golpe más grande que le ha propinado a la Fuerza Pública, murieron 11 soldados y un policía.
Posteriormente, a raíz del quincuagésimo aniversario de la muerte del cura Camilo Torres, quien fue uno de los principales líderes de esa guerrilla, el Eln decretó un paro armado entre el 14 y el 17 febrero, en el que cometió diferentes acciones en diversas regiones del país. Según reportes de la Defensoría del Pueblo, en 25 municipios de 10 departamentos, se cometieron alrededor 56 acciones, entre ataques a la Fuerza Pública, atentados a la infraestructura e instalación de retenes ilegales.
Entre los hechos más graves están el asesinato de tres policías, dos en Nariño y uno en Norte de Santander; el ataque con explosivos a la infraestructura eléctrica en Arauquita (Arauca), Aguachica (Cesar) y Mallama (Nariño), que dejaron a oscuras durante varios días a cientos de personas; el atentado contra el Oleoducto Caño Limón – Coveñas en Arauquita, que causó el derrame de crudo en la zona; y la suspensión del transporte público en varios municipios del oriente del país.
Esa intensión de generar presión armada se refleja en los hechos cometidos entre 2012 y el pasado 28 marzo. Según registros de la Fundación Paz y Reconciliación, durante ese periodo, el Frente de Guerra Oriental fue el que más acciones cometió, con 633, seguido por los frentes Occidental (403), Nororiental (238), Darío Ramírez Castro (195) y Suroccidental (171).
Haga clic en cada año para ver en detalle el número de acciones por frentes del ELN. Fuente: Fundación Paz y Reconciliación.
En cuanto al tipo de acciones, entre 2013 y el pasado de 28 de marzo, el Eln cometió 176 ataques a la infraestructura petrolera, tuvo 185 combates, realizó 236 hostigamientos, hizo 55 ataques con francotiradores, minó 71 campos, instaló 51 retenes ilegales y cometió 39 secuestros.
Haga clic en cada año para ver en detalle el número de acciones por tipo. Fuente: Fundación Paz y Reconciliación.
Jorge Restrepo, coordinador del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), considera que a pesar de los esfuerzos que el Eln ha realizado desde 2013, no llegan tan fortalecidas en el ámbito militar a la Mesa de Negociación. “Las acciones de los últimos meses no han llevado a un fortalecimiento militar porque ese número de acciones no ha generado ningún tipo de cambio. No han generado golpes contundentes, campañas militares sostenidas, desalojar a la Fuerza Pública de ciertas regiones o impedir la explotación de recursos naturales”, declaró.
En cambio, para Eduardo Álvarez, coordinador del Área de Dinámicas del Conflicto y Negociaciones de Paz de la FIP, estas acciones demuestran que el Eln no es un ejército que cuenta con control territorial en lo militar, pero que sí está en la capacidad de cometer acciones de mediana capacidad bélica.
“La ofensiva militar derrotó estratégicamente a las guerrillas, pero tácticamente no, son inderrotables en lo militar. Por eso hoy en día comenten acciones de mediano y de bajo esfuerzo, como fueron las acciones que hicieron en los lugares donde aún tienen presencia en los últimos meses, que implican pocos hombres y poco esfuerzo militar, pero que tienen alto impacto en la opinión pública”, indicó Álvarez.
Uno de los grandes interrogantes sobre cómo llega el Eln la Mesa de Diálogos es el grado de cohesión que existe entre sus diferentes frentes de guerra para negociar una salida al conflicto armado, puesto que, a diferencia de las Farc, esta es una guerrilla con una estructura más horizontal y sus frentes cuentan con cierta autonomía.
A esto se suma que los principales miembros del Eln, que pertenecen al Comando Central (Coce), integrado por ‘Gabino’, ‘Pablo Beltrán’, ‘Antonio García’, ‘Ramiro Vargas’ y ‘Pablito’ o ‘Pablo Arauca’ -a partir de finales de 2014-, desde hace másde una década se encuentran fuera del país para evitar golpes militares en su contra.
En particular llama la atención ‘Pablito’, quien está al mando del Frente Domingo Laín, una unidad que opera en Arauca y cuenta con el 60 por ciento de la capacidad de guerra del Eln. Posee amplios recursos, derivados de las rentas que le genera la extorsión a las empresas petroleras. Su ventaja estratégica la ofrece operar en la frontera con Venezuela.
“En los últimos 15 años el ELN ha tenido un declive muy importante en casi todo el país, y su estructurara armada más importante, que pareciera que fuera un Eln paralelo, es la que comanda ‘Pablito’ y no se sabe qué rol va a tener en esta negociación. ¿Va a ser un palo en la rueda, lo van a lograr montar en la negociación o se puede presentar una disidencia, como ocurrió en los 90 con el EPL y (Francisco) Caraballo?”, cuestionó Álvarez.
Por otro lado, Ariel Ávila, investigador de la Fundación Paz y Reconciliación, plantea que a pesar de que el poderío del Eln se ha reducido y de que su estructura es más pequeña, esa guerrilla no se debe analizar por su cantidad hombres alzados en armas, puesto su organización es diferente a la de las Farc.
“Las Farc son una organización militar intentando hacer política: el Eln es una organización política intentando hacer la guerra. Es decir, al Eln no se le puede medir por hombres-fusil, ellos no son sólo eso: tienen una base social más fuerte que la de las Farc y está más extendida a nivel urbano”, indicó.
Las peleas del Eln en el acuerdo con el Gobierno
Álvarez también plantea que, a diferencia de las Farc, el Eln llega a la Mesa de Diálogos con una base social bastante fuerte: “Es un grupo que su base no es tanto la campesina sino la sindical y la obrera, y en esa medida el tema de asambleas populares que plantea en diferentes partes del país le permite llegar fortalecidos en lo social, y eso está plasmado en el acuerdo publicado”.
Sin embargo, de cara a la opinión pública, el Eln llega con una imagen debilitada a la Mesa de Negociación. Al privilegiar el secuestro y la extorsión como forma de financiación, esta guerrilla se ha ganado el repudio de amplios sectores de sociedad. El pasado 21 de marzo liberó al cabo Jair de Jesús Villar Ortiz a quien tuvo retenido durante 46 días; y dos días después dejó en libertad -previo pago rescate- a Ramón José Cabrales Camacho, ingeniero y asesor de la Gobernación de Norte de Santander que fue secuestrado el 3 de septiembre de 2015.
Por ser uno de los frentes más importantes del Eln, que agrupa el 60 por ciento de la fuerza militar y es vital para su financiación, VerdadAbierta.com presenta una reseña del Frente de Guerra Oriental.
Frente de Guerra Oriental, el motor del Eln
La estructura más activa y con mayor número de integrantes de esta guerrilla se ubica en el corredor conocido como el ABC – Arauca, Boyacá y Casanare –, cerca de la frontera con Venezuela. Con más de 400 combatientes, representa la principal fuerza militar. Fue responsable, en gran medida, del paro armado ocurrido en febrero de este año. Según la FIP, a este frente se le atribuyen cerca del 40% de las acciones armadas.
Sin embargo, el verdadero fortín militar y económico del Eln está en Arauca con el Frente Domingo Laín Sáenz. Los frentes Adonay Ardila Pinilla y José David Suárez aún hacen presencia militar en Casanare y Boyacá, pero es la más baja reportada en los últimos 15 años.
La creación y expansión del Domingo Laín, considerado el Frente más ‘rico’ del Eln, ha sido vital a esta guerrilla. Todo comenzó a finales de los años 60 con un grupo de colonos que, impulsados por programas del Incora y la Caja Agraria, llegaron a la región del Sarare. Estos colonos se unieron a Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (Anuc) y desde allí promovieron los primeros paros cívicos, decepcionados por el poco acompañamiento del gobierno. Las cosas no cambiaron y a mediados 70 se contactaron con los miembros del Eln que para ese entonces estaba en Barrancabermeja y Bucaramanga.
La creación de este frente fortaleció a una guerrilla que estaba a punto de desaparecer, luego de que una fuerte operación militar en Anorí, Antioquia, en 1973. El grupo, como los demás frentes, comenzó a secuestrar ganaderos y a expandirse por pueblos a lado y lado de la frontera. Pero el dinero llegó luego de la construcción del Oleoducto Caño Limón–Coveñas, que inició operaciones en 1985, a cargo de la empresa estadounidense Occidental Petroleum.
El Eln es la guerrilla que más atentados a realizado contra la infraestructura Petrolera y Arauca ha sido el departamento más golpeado, de acuerdo con la Fiscalía hay registro de más de 180 acciones de este tipo. “El Eln fue construyendo su identidad revolucionaria en el territorio, basada en la denuncia por las políticas de extracción petrolera y la soberanía nacional. (…) esta postura de oposición a la explotación petrolera se fue integrando una propuesta de modelo de desarrollo, que proponía que la renta que generan los hidrocarburos se debía invertir en bienestar para la población”, resalta el estudio de la FIP.
Este frente, que actualmente es dirigido por Gustavo Aníbal Giraldo Quinchía, alias ‘Pablito’, se financia con extorsiones a las empresas petroleras, actividades de contrabando (especialmente de gasolina y ganado), el cobro del paso a vehículos de carga y la prestación de servicios de seguridad. Este poder económico le ha permitido, a diferencia de otras estructuras, tener cierta independencia frente a las directrices políticas y militares del Comando Central (Coce), máxima instancia de dirección del Eln. De hecho, ha sido el que históricamente más resistencia ha puesto a negociar con el gobierno.
Bajo el mando de ‘Pablito’, hijo de una de las familias de colonos que llegó a Sarare, el Frente de Guerra Oriental recibió duros golpes. Sobrevivió en 2002 la llegada de los paramilitares en a sus zonas de injerencia (‘Los Buitragueños’ en Casanare y el Bloque Libertadores de Arauca enviado por los hermanos Castaño) y al aumento de los combates con las Fuerzas militares durante los ocho años la seguridad democrática del expresidente Álvaro Uribe, quien declaró Arauca como Zona de Rehabilitación y Consolidación del Orden Público.
En 2006, después de la desmovilización de los paramilitares, el Domingo Laín se enfrentó abiertamente con las Farc, guerra que dejó por lo menos 800 muertos y que terminó en 2010, luego de que las guerrillas pactaran una división del territorio. Durante esa disputa, el 8 de enero de 2008, las autoridades capturaron a ‘Pablito’ en Bogotá, pero su estadía en la cárcel fue corta, pues se fugó en octubre de 2009.
El poder del Domingo Laín fue confirmado el año pasado, cuando el Eln cumplió 50 años de existencia, en el V Congreso. ‘Pablito’ fue nombrado miembro del Comando Central, lo que para expertos y académicos fue un mensaje de que el ELN llegaba unido a las conversaciones de paz con el gobierno. (Leer más en: ‘Pablito’: el fiel de la balanza en el Eln)