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Detrás de las confesiones de Ever Velosa García, alias HH, sobre la forma como las autodefensas sometieron al sindicato bananero, se esconde un trama que deja mucha muerte y, de paso, una estela de impunidad, pues varios de los responsables están fuera del país.
El único consuelo que le queda a Martina es que su “muchacho” no murió arrodillado sino que corrió para intentar salvar su vida, aunque las balas lo alcanzaron en medio de las matas de banano.
De los dos trabajadores bananeros asesinados el 22 de abril de 2004, Elkin de Jesús Escobar López, un dirigente sindical, de 29 años, perteneciente a Sintrainagro, fue el único que corrió cuando vio que entre los hombres que los hicieron bajar del bus estaban alias El Tigre y San Pedro.
En toda la historia no veo a qué nivel llegaron los asesinatos???
“No corrió porque debía algo o estaba en malos pasos; corrió porque quiso salvar su vida”, pues ambos jefes paramilitares, pertenecientes al bloque Bananero de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc), al mando de Ever Velosa García, alias Carepollo o HH, eran los encargados del exterminio de los dirigentes de izquierda en la región.
“Cuando ellos llegaban; por ejemplo, a Turbo, venía en una camioneta blanca, creo, y el que se subiera a esa camioneta era hombre muerto. Con decirle que al carro ese le decíamos Camino al Cielo”.Con esa imagen, Antonio recuerda a su compañero “de lucha” en el sindicato, un joven entusiasmado por las reivindicaciones obreras, que murió víctima de señalamientos infundados, “solo por el hecho de que se atrevió a enfrentar a los patronos”.
Antonio, quien pidió omitir su apellido, es un ex directivo de Sintrainagro, exiliado durante un tiempo fuera del país y ahora “en uso de buen retiro”, con un bajo perfil y ganándose la vida como comerciante informal en las transitadas calles de Medellín.
“Ese día también mataron a Gustavo Alberto Gutiérrez López, primo de Elkin”, cuando ambos iban en un bus con destino a su lugar de trabajo: una finca bananera ubicada en zona rural de Turbo, en el Urabá antioqueño.
“No, no los dejaron llegar… Los mataron en la carretera”, cuenta Martina, al explicar que supo, por terceras personas, “que los hombres pararon el bus, hicieron bajar a los muchachos y la emprendieron contra lo que ellos decía que eran guerrilleros”.
Equivocación
Con un “jamás”sentencia lo equivocado que estaban los asesinos y repite en cada sentencia que “fue una equivocación, una lamentable equivocación”, por la que solo pide un reconocimiento público “para que le devuelvan la dignidad a Elkin”.
“Nos acabaron a bala y quienes se quedaron tuvieron que volverse patronista”, agrega Antonio, que hace más de 10 años no se asoma por Urabá. “Lo único que sé es que las cosas cambiaron y cambiaron mucho”.
El anonimato ha salvado a Antonio. Por eso, se mantendrá así, porque no cree en el arrepentimiento de los ex jefes paramilitares “ni en las palabras de HH cuando pide perdón por los errores cometidos”.
Velosa García pidió de manera pública ese perdón en una audiencia de imputación parcial de cargos en la que dijo que él mismo se había encargado de “hacer trabajar” a los sindicalistas.
Se refirió a que, con fusil en mano, llegaba a las fincas bananeras a “obligar” a los trabajadores bananeros a mantener la producción y a hacer caso omiso de las indicaciones de los dirigentes sindicales, en una época en que los directivos de Sintrainagro buscaban mejores condiciones de vida para sus agremiados.
En una nota sobre las bananeras yo hago una relación de cuánto le pagaron las empresas a las convivir… dónde metes esto?? https://www.verdadabierta.com/web3/justicia-y-paz/versiones/80-versiones-seccion/599-raul-hasbun-a-juicio-por-contribuciones-de-bananeras
Muchos de esos dirigentes quedaron tirados en las zanjas de arrastre del banano, con un tiro en la cabeza por su condición de supuesto “guerrillero o colaborador de la guerrilla”, el pretexto que utilizaban las autodefensas para acabar con quienes ellos denominaban de manera imprecisa y arbitraria: “objetivo militar”.
Por ahora, en la imputación parcial de cargos, la Fiscalía ha documentado elementos probatorios que demuestran la muerte violenta de 19 sindicalistas en Urabá y la de 13 dirigentes de la Unión Patriótica (UP), también en esa región antioqueña. (Ese es el número??? me parece bajo… cuántas personas asesinaron en Urabá en la época más violenta???
Aquí metámosle algo de contexto cuándo entraron las Auc a la zona? cuántos muertos? cómo constituyeron las convivir?
Adicional a los crímenes de Elkin y Gustavo, Velosa García reconoció que el 25 de marzo de 1996, hombres bajo su mando y haciéndose pasar como milicianos de las Farc, llegaron a la finca La Teca, en la vereda Churidó, de Apartadó, de donde obligaron a salir a la gente para que asistiera a una reunión.
Pese a la negativa de Gustavo Antonio Vargas Úsuga, dirigente de Sintrainagro, y a los ruegos de Rosmira del Socorro Guisao Castro, quien les imploró que, por sus tres hijas, nada le hiciera, ambos recibieron varios disparos de arma larga y luego de muertos, uno de los paramilitares le cortó el cuello a la mujer.
Esa lista de dirigentes asesinados por el bloque Bananero aparecieron también Luis Álvaro David Olivero, Jairo Alberto López Manco, Elmer Antonio Urquijo Beltrán, Luis Antonio Espitia González, Arcesio Gallego Lozano, Misael Antonio Moreno Córdoba, Rogelio Mosquera Palacio, Ángel Huberto Zabala Bejarano, Dayro Darío Pérez Negrete y Elías García Díaz.
El trato
Esas muertes se justificaron bajo el esquema de la lucha contrainsurgente, emprendida por Carlos Castaño y sus hombres en Urabá y otras regiones del país, pero lo que en esa época no sabían los dirigentes de Sintrainagro -y que en la audiencia explicó HH- es que más que matar a los “objetivos militares”, las autodefensas tenían un compromiso con algunas empresas bananeras de prestarles seguridad y evitar que la guerrilla torpedeara la producción de la fruta.
HH sostuvo que durante sus audiencias de versiones libres confesará, en caso de que no lo extraditen a Estados Unidos, su participación y la de sus hombres en unos 90 asesinatos de dirigentes sindicales de Urabá, Valle y Valle del Cauca.
En esas diligencias debería quedar claro también que incidencia directa o indirecta tuvieron los tratos de empresas estadounidenses como la Chiquita Brands con las autodefensas para la labor de exterminio del sindicato.
HH le dijo a Verdad Abierta que ese trato existió y tuvo un enlace importante: Raúl Hazbun, alias Pedro Ponte o Pedro Bonito, el encargado de hacer el puente entre la convivir Papagayo y las autodefensas en la misión de “prestar seguridad” a la empresa Bandex, filial de la multinacional en Colombia.
Hazbun, a juicio de Velosa García, es hombre clave en esa investigación porque se encargaba de vigilar que el dinero prometido por la empresa llegara a las arcas de las autodefensas, unos tres centavos de dólar por caja de banano exportado.
Con ese dinero -aceptó HH- se compraron armas, se pagó el “sueldo” a los combatientes y se financiaron operaciones, las cuales como lo ha confesado el mismo desmovilizado jefe paramilitar acabaron con la vida de centenares de personas.
La justicia estadounidense se pronunció sobre este hecho y condenó a la empresa a pagar una millonaria multa, tasada en 30 millones de dólares, una vez los directivos de Chiquita aceptaron los tratos con las autodefensas.
La Fiscalía General de la Nación ante la decisión de la justicia estadounidense le pidió al gobierno de ese país que entregue el monto de la multa para indemnizar a las víctimas del paramilitarismo en Colombia y, por aparte, el ente investigador adelanta un proceso de extradición contra quienes suscribieron el acuerdo.
Esto está confuso… pasas a los nombres de los directivos pero no explicas el proceso por el que se llegó a esto… un fiscal inició una investigación contra xxx número de directivos de la Chiquita Brands en Colombia quienes contaron cómo se reunían XXX número de veces… no sé el detalle de cómo se llegó a esto…
Quiénes son
Cuál es la conexión con estos nombres????
Entre ellos están Cyrus Freidheim, Roderick M. Hills, Robert Olson, Morten Arntzen, Jefrey D. Benjamin, Robert F. Kistinger, James W. Fischer, Carl H. Linder, Keith Linder, Steve Warshaw, David J. Ocleshaw, Durk I. Pager, Jaime Sierra, Steven Stanbrook, Fernando Aguirre, Hill Albrinck, Cyrus F. Freidheim Jr., Mario Méndez, Bill Tsacalis y Alejandro Bakoczy.
Todos trabajaron para la empresa entre el primero de enero de 2001 y el 31 diciembre de 2004, en cargos como la Presidencia, algunas vicepresidencias y otros de alto nivel en Colombia y en la casa matriz, ubicada en Cincinnati, Ohio.
Estos directivos le confesaron a la justicia de su país que le pagaban a las Auc por medio de la creación de falsas cuentas de contabilidad, al utilizar figuras de incremento salarial a sus empleados en Colombia.
La legislación estadounidense prohíbe a sus nacionales hacer cualquier tipo de tratos con grupos considerados por el Departamento de Estado de ese país como terroristas y las Auc están en esa lista desde el 10 de septiembre de 2001.
Ante los hechos y las evidencias, Antonio y Martina coinciden en que la sola confesión no basta, porque sienten que su dolor poco importa en una sociedad que es indolente frente a ciertas víctimas del conflicto armado. Sintrainagro sigue vivo, como institución y muchos dirigentes actuales pretenden que el sacrificio de estos hombres sirva, en parte, de base para garantizar un trabajo en condiciones dignas y seguras.