Aunque aún no se sabe si el jefe de este grupo armado del Catatumbo está vivo o muerto, muchos se preguntan si él y su estructura hacen parte de una guerrilla o de una simple banda criminal.
Víctor Ramón Navarro, alias ‘Megateo’, de la guerrilla del EPL, volvió a ser protagonista el pasado fin de semana por cuenta de una noticia que aún las autoridades no confirman: su muerte. Este hombre de 39 años y nacido en San Calixto (Norte de Santander), tomó relevancia nacional en 2013 cuando el ministro de defensa del momento, Juan Carlos Pinzón, anunció una recompensa de 2 mil millones de pesos por su cabeza. En una entrevista exclusivapara la Revista SEMANA ese mismo año, ‘Megateo’ habló de los 50 hombres armados que lo acompañan y la convicción de querer abrir las puertas al diálogo con el Gobierno. Las ametralladoras y los impecables uniformes en el reportaje de la revista eran la imagen moderna de un frente escondido en las montañas de Santander.
Sin embargo, información de inteligencia militar y testimonios de desmovilizados del EPL, conducen a la pregunta si ‘Megateo’ realmente lidera un grupo guerrillero o una banda criminal dedicada al narcotráfico. Es más, algunos cuestionan si, 24 años después de firmados los acuerdos de paz con el Gobierno, aún se puede hablar del EPL como un grupo armado vigente.
El Catatumbo, en términos estratégicos, ha sido determinante para las guerrillas y el proyecto paramilitar (Bloque Catatumbo). Tal como ocurre con Urabá –Antioquia y Chocó- o el Cauca, sus habitantes todavía sufren desplazamientos, muertes selectivas, amenazas, extorciones y abandono por parte del Estado. ‘Megateo’ ha aprovechado esta última condición para ganarse a la población. En lugares como La Vega de San Antonio, un corregimiento de Playa de Belén en el norte de Santander, no se mueve una aguja sin su consentimiento; incluso, hasta la fuente de la plaza principal fue construida por sus hombres.
Pero una vez fuera de sus dominios, ‘Megateo’ dista de las prácticas comunes del EPL o, por lo menos, de lo que era está organización antes de 1991. Hay varios argumentos que hacen a pensar que no es más que un poderoso y carismático líder de una banda criminal.
El primero de ellos tiene que ver, precisamente, con la desmovilización. Alrededor de 2500 hombres del EPL dejaron las armas en 1991 bajo el gobierno de César Gaviria. Tras dicho pacto, quedaron 13 grupos disidentes regados por todo el país, uno de ellos –El Libardo Mora Toro- en esta zona del norte de Santander, pero sin mayor capacidad de acción. Álvaro Villarraga, exEPL y hoy funcionario de Centro Nacional de Memoria Histórica, deslegitima históricamente a esta facción señalándola de “mero fenómeno de degradación”, pues ninguno de sus 50 hombres comparte ni el pensamiento, ni el programa de lo que fue el EPL.
En segundo lugar, ‘Megateo’ nunca hizo parte del EPL antes del proceso de paz. Él fue reclutado por la disidencia siendo menor de edad y los pocos hombres que la conformaban, o fueron exterminados por las otras guerrillas, el Ejército y los paramilitares, o engrosaron las filas del Bloque Catatumbo que llegó a la zona en 1999. Según algunos desmovilizados, el grupo que hoy está siendo acorralado en la vereda El Guayabón es incapaz de consolidar un movimiento insurgente.
Y en tercer lugar, para las autoridades, esta facción del EPL siempre ha sido considerada un carteldel narcotráfico. Por allí se comercializa la mayor parte de la droga que se produce en El Catatumbo y que sale por Venezuela. Además, gran parte de las actividades ilícitas, las hacen en alianza con la banda ‘los Rastrojos’.
No se sabe si, de estar vivo, ‘Megateo’ aún considere mantener las puertas abiertas para dialogar con el gobierno tal cual lo está haciendo las Farc y, eventualmente, el ELN. Este operativo demuestra que él y su medio centenar de hombres están siendo tratados militarmente como una mera banda criminal.