Estamos asustados. Lo que padece el mundo desde hace varios meses nos está aterrando como nunca lo habíamos imaginado. Afrontar situaciones que solo veíamos en películas, buenas y malas, nos llena de angustia. El ser humano no está acostumbrado a la incertidumbre, a la oscuridad, a la zozobra. El país inicia un camino demasiado difícil, que en Europa ya transitan desde hace varias semanas. Mueren abuelos y abuelas, padres y madres, hermanos y hermanas, hijos e hijas, nietos y nietas, tíos y tías. Muchos en soledad. Nada puede ser más doloroso.

Las soluciones, entre ellas esa vacuna salvadora que aún se desconoce, parece lejana. Grandes científicos trabajan en encontrar la fórmula que evitará una catástrofe mayor de lo que ya es. Puede que algunos se enriquezcan con ese antídoto, pero eso siempre ha pasado con muchas cosas: alguien inventa algo y se lucra. Es el sistema en el que vivimos. Ojalá la tragedia que enfrentamos ayude a cambiar algunos eslabones de esa estructura económica que tanto daño ha hecho.

Mientras tanto, ¿qué hacer? Si la trayectoria de contaminación sigue como va, en unas semanas podremos tener confinamientos en casa más rigurosos. Pero aislados, solos o con nuestras familias, podremos labrar otra óptica de la vida, quizás más sencilla, austera, esencial, reflexiva, profunda. Si aprovechamos la oportunidad y sobrevivimos, como esperamos que ocurra, confiamos en que seremos mejores personas, mejores familias, mejores vecinos, elementos esenciales para una mejor sociedad.

En VerdadAbierta.com estamos pensando en nuestras próximas tareas, que tenemos y muchas, y definiendo si es viable publicar algunas de las investigaciones que están en remojo. ¿Nos leerán? Esa es la pregunta que nos hacemos. Y queremos que ustedes nos ayuden a resolver.

Como periodistas, no dejamos de pensar en las comunidades afectadas por las adversidades en nuestro país y queremos seguir ofreciéndoles nuestro portal para que hablen de sus dificultades, pero también de sus sueños. Tampoco dejamos de pensar en los daños que han ocasionado algunos al medio ambiente y queremos escribir sobre ello; y no podemos olvidarnos de los líderes, lideresas y autoridades étnicas. ¿Qué ha pasado con sus procesos?

No vamos a dejar de trabajar. Somos un equipo que se formó en el ambiente del teletrabajo y eso nos ha enriquecido. Queremos enviarles a nuestros fieles lectores un mensaje solidario en medio de tanta adversidad, presente y futura. No perdamos la fe. Autocuidémonos, es la mejor alternativa: en las manos de cada uno está la seguridad de todos.

¡Saldremos adelante!