Con motivo de la Semana de la Verdad en Antioquia, VerdadAbierta.com presenta una recopilación de lo que ha publicado sobre el paramilitarismo en ese departamento, donde perpetraron masacres, provocaron desapariciones, generaron desplazamientos, robaron miles de tierras, asesinaron a líderes bajo la excusa de la ‘lucha’ contrainsurgente.
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Desde el 1 de agosto, se realiza en Medellín la Semana de la
Verdad en Antioquia, un evento que busca poner sobre el tapete lo que ha sido la violencia paramilitar en esta región, a través del debate público y de poner en la agenda pública la verdad como un aspecto de la construcción de paz y la no repetición.
La Semana por la Verdad llega a Antioquia luego de jornadas en Meta (12 al 16 de julio) y los Montes de María (19 al 23 de julio) en dond se debatió lo que pasó en esas regiones colombianas. Bajo el slogan ‘Contar nuestras verdades, escucharnos y conversar son pasos que nos llevan a no repetir la historia’ esta semana se realizarán una serie de actividades para poner de relieve la verdad en el departamento de Antioquia.
En Antioquia se han programado conversatorios, talleres, jornadas pedagógicas, conciertos, expresiones artísticas y culturales en Campamento, Granada, San Francisco, Rionegro y Medellín, entre otros lugares. En estos espacios se discutirá la verdad desde las perspectivas de las víctimas, la empresa privada, los gobiernos, la academia, las organizaciones no gubernamentales, la justicia y desde la perspectiva periodística.
Las Semanas de la Verdad son impulsadas por VerdadAbierta.com, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo-PNUD, a través de su programa Art-Redes, y la Alianza Interregional de Comunicación, iniciativa que agrupa procesos de comunicación desde las regiones.
En Antioquia, la realización de la Semana por la Verdad recibe el apoyo del Programa de Promoción de la Convivencia, las secretarías de educación municipales y las asociaciones Aspoa, Aproviaci, Asovida, Casa de la Cultura municipio de Granada, Fundación Portafolio Humano, Madres por la vida municipio de Campamento, Mesa de Derechos Humanos y DIH del Oriente Antioqueño, Pastoral Social (Diócesis Sonsón-Rionegro), Redepaz-Antioquia, Universidad de Antioquia, Corporación Manapaz, Prodepaz, Amor y ACA. Y los medios regionales agrupados en la Mesa de Medios de Orienta Antioqueño, el portal Inforiente y la Asociación de Emisoras en Red, Asenred.
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Los ‘paras’ en Antioquia
El paramilitarismo en Antioquia surgió a comienzos de la década del ochenta de la mano de los narcotraficantes Pablo Escobar Gaviria y Gonzalo Rodríguez Gacha, quienes se sintieron afectados por las acciones de grupos guerrilleros. En tierras del Magdalena Medio, en límites con Boyacá, se instalaron campos de entrenamiento en los cuales decenas de hombres y mujeres recibieron instrucción militar por parte de mercenarios extranjeros, entre ellos el israelí Yair Klein. Tras los entrenamientos de rigor, fueron apareciendo en diversas regiones del departamento grupos antisubversivos que pretendían atacar posiciones de la insurgencia. En esa época sobresalieron hombres como Fidel Castaño, Henry Pérez, Alonso de Jesús Baquero, Iván Roberto Duque y Ramón Isaza.
Las autodefensas se expanden por todo el país y llegan al Urabá antioqueño, donde los hermanos Fidel, Carlos y Vicente Castaño montan las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU) a comienzos de 1994. Los Castaño fueron apoyados por ganaderos, bananeros y por miembros de la Fuerza Pública.
Ya en 1997, cuando los paramilitares delinquen en varias regiones del país por lo que se monta una confederación de grupos paramilitares bajo la supuesta idea de acabar con las guerrillas.
En Antioquia delinquieron diversos bloques y frentes, copando casi todo el territorio regional: Bloque Metro, Bloque Suroeste, Bloque Elmer Cárdenas, Bloque Noroccidental, Bloque Cacique Nutibara, Bloque Héroes de Granada, Bloque Central Bolívar, Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio, Bloque Bananeros y Bloque Mineros.
Una vez pactado con el Gobierno nacional la desmovilización, los grupos paramilitares fueron dejando sus armas en actos colectivos. Fue así como entre noviembre de 2003 y agosto de 2006, la totalidad de los bloques y frentes de las AUC y de las ACCU.
Una vez postulados a la Ley 975, conocida como de Justicia y Paz, decenas de hombres de esas organizaciones paramilitares han confesado cientos de crímenes, explicado cómo se articularon a fuerzas legales para perpetrar sus acciones y narrado los mecanismos a través de los cuales curtieron de sangre el departamento.