“Esperamos que Drummond y Prodeco reparen a las víctimas del Cesar”: Marianne Moor

      
La coordinadora del Programa para América Latina de Pax (antes Pax Christi), contó a VerdadAbierta.com qué efectos ha tenido su investigación El lado oscuro del carbón en el Cesar, que hace referencia a las presuntas alianzas entre paramilitares y las empresas carboníferas.

Marianne Moor, coordinadora del Programa para América Latina de Pax.Si las multinacionales mineras Drummond y Prodeco, que explotan carbón en el departamento del Cesar y venden a Holanda, Alemania e Inglaterra, no reparan a las víctimas de la violencia paramilitar, la organización holandesa Pax pedirá a las empresas de energía más grandes de Europa que dejen de comprarle el mineral.

Esa es la apuesta de Pax desde el pasado mes de junio cuando presentó en varios países europeos y en Colombia el informe El lado oscuro del carbón, la violencia paramilitar en la zona minera del Cesar, en el que da a conocer, según testimonios de víctimas, exparamilitares y excontratistas de las mineras, la presunta alianza entre el Frente Juan Andrés Álvarez del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) y esas dos empresas.

Hasta ahora los resultados de la incidencia política que emprendió la organización internacional ha dado algunos resultados en el plano político y empresarial europeo, pues logró que visitara la zona minera del Cesar la presidenta de la Comisión de Asuntos Ambientales y Agrícolas del parlamento alemán, Bärbel Höhn, perteneciente al Partido Verde, para conocer de cerca el impacto ambiental que deja la explotación del carbón, y además, que en noviembre lo hagan la ministra de Comercio Exterior y Cooperación Internacional de Holanda, Lilianne Ploumen, y cinco ejecutivos de las empresas E.ON, GDF Suez, EDF, Enel, RWE, Iberdrola y Vattenfall, que compran el 70 por ciento del carbón que explotan Drummond y Prodeco.

Lo que no ha avanzado mucho es el acercamiento con las mineras. Ninguna de las dos acepta sus vínculos con los paramilitares y, por tanto, no reconocen a las víctimas. Prodeco ha aceptado diálogos con Pax, mientras que Drummond se ha cerrado a cualquier acercamiento para hablar de reparación. (Ver: El lado oscuro del carbón).

Marianne Moor, coordinadora del Programa para América Latina de Pax, estuvo en la zona minera junto con la parlamentaria alemana para conocer la situación ambiental y a su vez presentar a las víctimas del Frente Juan Andrés Álvarez, el informe El lado oscuro del carbón, que da cuenta de los 59 mil desplazados, los 2.600 homicidios (selectivos y masacres) y los 260 desaparecidos que dejó la violencia paramilitar (Ver ‘La historia del ‘Juan Andrés Álvarez’). Presentamos apartes de la conversación con Moor.

VerdadAbierta.com (VA): ¿Qué hace Pax en la zona minera del Cesar?
Marianne Moor (MM): Somos un movimiento de paz holandés y llevamos casi treinta años trabajando en Colombia. Siempre iniciamos trabajos por solicitud de víctimas o de ciudadanos. En este caso había una solicitud por parte de victimas para apoyarlas en temas de orden sicosocial, legal y en el de incidencia política para hacer visibles sus problemas.

Iniciamos una investigación, de la que quedó evidente que había una relación, según muchos testimonios, entre la presencia de las empresas mineras y la violencia paramilitar, y hemos profundizado mucho en esta afirmación de los exparamilitares. Es una investigación que demoró tres años, encontramos bastantes testimonios bajo juramento sobre los supuestos lazos económicos entre las empresas mineras y los paramilitares del Frente Juan Andrés Álvarez.

VA: ¿Por qué a un movimiento holandés le interesan las víctimas de los paramilitares de esa zona de Colombia?
MM: Para nosotros como movimiento de paz europeo es interesante porque estas empresas mineras (Drummond y Prodeco) venden su carbón en grandes volúmenes a Holanda y Alemania, y eso quiere decir que de alguna manera estamos involucrados también como países europeos.

VA: ¿Qué arrojó la investigación en lo que tiene que ver con las víctimas, específicamente de esa región colombiana?
MM: En términos de números de víctimas el hecho victimizante más grande es el desplazamiento, después los asesinatos selectivos, las masacres y desapariciones. Nosotros enfocamos nuestra investigación en el Frente Juan Andrés Álvarez porque ellos estaban, según los testimonios, pagados por las empresas mineras y además operaban muy cerca de las minas. Según nuestras estimaciones, que son bastantes conservadoras, por lo menos 59 mil personas fueron desplazadas, 2.600 asesinadas y 240 desaparecidas forzadamente.

VA: ¿Y de los vínculos con las mineras?
MM: Lo que hemos encontrado en la investigación son testimonios de paramilitares que operaban en la zona, de excontratistas de las empresas mineras que dicen que ellos fueron testigos de conversaciones sobre los pagos y testigos de la entrega de los pagos, de la plata, incluso de uno de los ex contratistas que durante muchos años canalizó fondos a través de su empresa de Drummond para el Frente Juan Andrés Álvarez.

VA: ¿Para qué era la alianza empresas mineras-paramilitares?
MM: Lo que dicen los exparamilitares que operaron en la zona es que había como un acuerdo general, que las empresas mineras querían más seguridad en la zona. Seguridad en términos empresariales, porque ellos tenían el problema de los atentados de la guerrilla y querían quitarse de encima a la guerrilla, y la orden según alias ‘El Tigre’ era limpiarle la zona de la guerrilla, de los milicianos y también de los civiles para quitarse el problema.

VA: ¿Cuál fue la reacción de las empresas mineras Drummond y Prodeco después del informe El lado oscuro del carbón?
MM: Ya habíamos tenido una reacción de ellos antes de publicar el informe, eso es importante decirlo. Es decir, la reacción de ellos queda dentro del informe, eso es un capitulo, y se pueden leer todos los argumentos. Pero en resumen lo que dicen es que ellos nunca han estado involucrados con la violencia paramilitar y que nunca han pagado, y que ellos no le creen a los exparamilitares encarcelados y a sus afirmaciones bajo juramento.

Sin embargo, ha sido más fácil dialogar con Glencore, la casa matriz de Prodeco, hemos hablado con el ejecutivo general de Glencore y con ellos por lo menos se puede hablar del tema de reparación de víctimas. Eso no quiere decir que ya han dado un paso en esa dirección, pero el diálogo es posible. Con Drummond hasta ahora no ha sido posible ese diálogo y solamente nos encontramos con esta empresa en espacios internacionales donde, por ejemplo, los ministerios u organizaciones internacionales los inviten a ellos y a nosotros y hacemos nuestro discurso. Drummond está mucho más cerrado.

VA: Pax buscaba captar la atención internacional, especialmente de las empresas de energía europeas que compran el carbón del Cesar. ¿Lo lograron?
MM: Eso sí, en Europa hemos logrado la atención del público, de la política y también de las empresas de energía. Ya salió a la luz pública todo el tema de los supuestos pagos de las empresas mineras a los paramilitares, hemos tenido un debate fuerte sobre la responsabilidad de las empresas de energía y ese es un tema muy importante.

Holanda, Alemania e Inglaterra son compradores de carbón colombiano, somos el cliente más grande de las empresas de carbón de Colombia, entonces esas empresas tienen una responsabilidad también y le hemos pedido abiertamente que dialoguen con Drummond y Prodeco sobre el tema de las víctimas y si ellos no quieren, si las empresas mineras no quieren hablar sobre ese tema, entonces nuestra recomendación es dejar de comprar el carbón allá.

VA: ¿Eso es fácil lograrlo?
MM: Eso es un debate a nivel internacional fuerte que va a durar mucho más tiempo, en este momento parece que las empresas de energía por razones económicas están muy interesados en subir la compra de carbón colombiano, entonces eso de alguna manera les da mucho peso político y económico para exigir muchas cosas a Drummond y Prodeco, y ojalá que ellos utilicen ese poder que representan en su conjunto para influir en la política de Drummond y Prodeco frente a las víctimas.

VA: ¿Pero es solo una sugerencia a las empresas de energía de Europa o ya habido una respuesta de estas?
MM: El resultado más concreto de toda esta incidencia y de atención del público y la política es una visita que va a tener lugar en noviembre próximo de la ministra holandesa de Comercio Internacional, cinco ejecutivos de las empresas de energía holandesas y tres parlamentarios para verificar en la zona minera del Cesar el impacto de las actividades mineras. Después seguiremos adelante con el debate sobre nuestra responsabilidad como países europeos, la violencia acá y más que todo, la responsabilidad de las empresas de energía.

VA: ¿Por qué regresaron a Colombia, específicamente al Cesar, a presentar el informe El lado oscuro del carbón?
MM: Lo que pasa es que en junio nos tocó varios lanzamientos en varios países europeos y además en Colombia, entonces todo eso fue a nivel nacional. Sin embargo, las víctimas del Cesar querían saber todos los detalles de la investigación y ellos también merecen un lanzamiento especial, en un ambiente cerrado, seguro para ellos, para conocer los detalles de la investigación, el seguimiento y la incidencia que hemos hecho en Europa, y también para que hagan preguntas.

VA: ¿Por qué es importante que la parlamentaria alemana Bärbel Höhn haya estado en el Cesar?
MM: La señora Höhn es una parlamentaria alemana con una trayectoria muy larga y con bastante peso político. Ella es del Partido Verde y ha trabajado toda su vida laboral en el tema ambiental relacionado a actividades mineras. Ha sido Ministra de Energía y Asuntos Ambientales en su departamento, que es el departamento más fuerte de Alemania, ella conoce muy bien el tema y está muy interesada en conocer los impactos ambientales de las minas en el Cesar para generar un debate en el parlamento nacional de Alemania y un debate con las empresas de energía, las cuales ella conoce muy bien por su trayectoria.

VA: ¿El Movimiento de Víctimas de Multinacionales en el Cesar que Pax ayudó a conformar qué avances ha tenido?
MM: Digamos que el inicio del movimiento de víctimas fue antes de la publicación de nuestro informe, estas víctimas representan realmente un grupo pequeño de la totalidad de víctimas de la zona minera del Cesar, pero es un grupo activo, ellos reciben apoyo sicosocial, y se están organizando poco a poco. Lo que pasa es que hay mucho miedo entre ellos, de hecho han tenido una vida muy traumatizada a raíz de las violaciones que ellos han vivido y como la violencia no ha acabado aun en la zona, ellos siguen con este temor de que el trabajo dentro del movimiento de víctimas le pueda traer problemas, esa es una dificultad que tenemos, sin embargo, poco a poco ellos se están organizando.

VA: ¿Según su percepción, se sienten las víctimas de la zona minera del Cesar reparadas?
MM: Una pequeña parte de las víctimas en el Cesar han recibido una reparación por parte del Estado, pero ninguna víctima que yo sepa, dentro de la zona minera ha sido reparada por las empresas mineras y tenemos que distinguir muy bien entre una reparación por parte del gobierno colombiano y la reparación por la responsabilidad empresarial de las empresas mineras que han estado involucradas de alguna manera en la violencia paramilitar, y eso requiere un proceso por aparte en el cual el gobierno colombiano podría participar, pero lo ideal es que sean las mineras las que lo inicien.

VA: ¿Las empresas mineras ya saben que la reparación a las víctimas es lo que se espera?
MM: Eso ya lo saben y desde el inicio se lo hemos venido pidiendo a nivel internacional. Que las empresas mineras inicien con las víctimas un dialogo sobre las condiciones para la reparación. Pero ni siquiera se ha iniciado un dialogo, o un pre dialogo sobre la reparación. Entonces estamos en eso y ojalá que la visita de la delegación holandesa vaya a ayudar en eso.

VA: ¿Cómo sería la reparación a estas víctimas, si se logra que Drummond y Prodeco acepten hacerlo?
MM: Sobre la reparación hay estándares internacionales bien claros. La reparación de alguna manera tiene que incluir un perdón, una garantía de no repetición y eso requiere un cambio en la mentalidad y en la política de las empresas en cuanto a las violaciones actuales y además una reparación que podría tener muchas formas, no estoy hablando en nombre de las víctimas, porque el diálogo debería ser entre las empresas y las víctimas, pero personalmente yo creo que una reparación colectiva sería lo más fructífero. Pero al fin y al cabo son las víctimas las que tienen que definir eso y lo tienen que hacer en grupo.