Este grupo guerrillero pretende adelantar conversaciones con el gobierno nacional para alcanzar un acuerdo que ponga fin a su alzamiento en armas contra el Estado. En su historia, hay una práctica sistemática de uso de minas antipersonal que afecta a las comunidades.
La historia de la guerrilla del Eln no solo está ligada al espíritu evangélico del sacerdote Camilo Torres; también al uso de artefactos explosivos como estrategia de guerra contra las Fuerzas Militares, lo que llevó a sus bloques y frentes a “instalar” minas antipersonal en buena parte de las zonas donde ejercen dominio armado.
Un repaso al pasado de este grupo alzado en armas desde hace 52 años muestra que fueron los primeros en usar artefactos explosivos contra la Fuerza Pública. Se emplearon inicialmente en áreas rurales del municipio de San Vicente de Chucurí, Santander. (Leer más en: San Vicente de Chucurí y las minas del Eln)
Las primeras referencias de accidentes que dejaron las primeras víctimas se registraron en la década del setenta en la región que hoy comprende los municipios de El Carmen y San Vicente de Chucurí, donde se dio una fuerte confrontación entre el Eln y el Ejército Nacional.
En las investigaciones realizadas por la Fiscalía General de la Nación, que quedaron consignadas en el documento de macroimputación que le atribuye la responsabilidad de 15.896 crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad, se incluyeron 520 casos de siembra de minas antipersonal presentados entre 1991 y 2014.
El uso recurrente de estos artefactos explosivos no ha cesado. “Partes de guerra” de los distintos frentes de esta organización guerrillera dan cuenta de nuevos hechos. El Frente de Guerra Oriental reportó denotación de una mina contra patrulla del Ejército el 26 de febrero de este año en la vereda Charo Centro, del municipio de Saravena, Arauca. Los reportes se repiten para el año 2015, sobre todo para este departamento.
Esa realidad contrasta con declaraciones de miembros del Comando Central del Eln, quienes en febrero del año pasado afirmaron que estaban dispuestos a desminar aquellas áreas de su influencia. La promesa le fue hecha al Llamamiento de Ginebra, una organización no gubernamental fundada en 2000 con el objetivo de “promover el respeto de las normas internacionales humanitarias por parte de los actores armados no estatales” y de impulsar la prohibición del uso de las minas antipersonal.
“Al llamamiento de Ginebra manifestamos nuestra disposición de contribuir al desminado en las zonas donde hemos sembrado minas”, precisó este jefe insurgente, quien de paso admitió varios errores al utilizar estos artefactos explosivos, “pero en ningún momento ha sido con propósito de afectar a la población protegida. En algunos casos no se levantaron mapas de los sitios minados y no se recogieron las minas”.
Alias ‘Ramiro Vargas’, explicó que las minas antipersonal las usan los distintos frentes del Eln “para la seguridad del área de nuestros campamentos y para contener el avance de fuerzas enemigas”.
Ante el eventual inicio de negociaciones entre el gobierno nacional y este grupo guerrillero, VerdadAbierta.com presenta el escenario de minas antipersonal en aquellos territorios de presencia histórica del Eln, con el propósito de resolver algunas preguntas que expliquen a fondo el problema que genera su uso para las comunidades campesinas y cuáles serán los desafíos para su erradicación en el caso de lograrse un acuerdo con esa organización subversiva. (Leer más en: ¿Cómo llega la guerrilla del Eln a la Mesa de Diálogos?)
De acuerdo con datos de diversos centros de investigación, el Eln tiene presencia en regiones del país que se destacan por ser áreas de frontera, explotación de hidrocarburos, enclaves de cultivos de hoja de coca para uso ilícito y actividades mineras ilegales. En todas ellas hay minas antipersonal desde hace varias décadas.
En algunas de esas áreas comparte dominio con otros grupos armados ilegales, tales como las Farc, una disidencia del Epl y estructuras criminales ligadas a actividades de narcotráfico. Por ello no es una tarea fácil tratar de identificar la responsabilidad de un fenómeno como el del uso de artefactos explosivos para atribuírselo a un solo grupo alzado en armas o a aquellos que hacen parte del crimen organizado.
No obstante, Verdadabierta.com se dio a la tarea de ubicar cuatro regiones históricas donde el Eln ha tenido presencia armada y por momentos ha sido hegemónico su control social y territorial, para determinar la magnitud no solo del daño actual sino de lo que podrá significar para un futuro las tareas de desminado.
Áreas minadas
Norte de Santander es el quinto departamento en registrar un mayor número de víctimas por minas antipersonal en el país. El Carmen y Teorama son los municipios más afectados por la presencia de estos artefactos explosivos. El año 2006 registró un aumento considerable en el número de víctimas a nivel nacional. En el caso de Norte de Santander, esta tendencia se presentó en el año 2005, cuando se dio un cambio en la estrategia guerrillera para defenderse y proteger sus cultivos de hoja de coca, como respuesta a las operaciones militares.
La complejidad en determinar a qué actor armado corresponden las áreas minadas radica en la coexistencia de las Farc, el Eln y el Epl en este territorio. El uso actual de estos artefactos puede estar asociado con el control de corredores de movilidad y defensa del territorio.
En amplias zonas de Arauca, Boyacá y Casanare hace presencia el Frente de Guerra Oriental, la estructura más activa y numerosa del Eln. El empleo de minas antipersonal en esta región se asocia con una estrategia de control territorial y no tanto con tácticas de repliegue o de tipo defensivo. Particularmente en Arauca, uno de los departamentos más afectados por la presencia de estos artefactos explosivos, el uso de minas antipersonal por parte del Eln está vinculado con el control de los corredores estratégicos empleados para el narcotráfico. Sin embargo, como respuesta a la ofensiva militar que tuvo su pico más alto entre 2002 y 2005, el Frente de Guerra Oriental incrementó el uso de minas antipersonal para evitar una confrontación directa con la Fuerza Pública.
En el informe el “ABC del Eln, evolución del Frente de Guerra Oriental”, publicado por la Fundación Ideas para la Paz (Fip) en abril de 2015, se establece que el uso de minas antipersonal por parte de este frente comienza a ser una práctica consolidada a partir del año 2000, hecho que coincide con un incremento en la capacidad de combate de esta estructura guerrillera. Por otro lado, Eduardo Álvarez, Coordinador del área de Dinámicas del Conflicto y Negociaciones de Paz de la Fip, señaló que no sería extraño que gran parte del territorio que está minado en partes de la frontera con Arauca sea muy cerca al río Arauca y a sus afluentes para impedir el paso de ciertas poblaciones.
En la actualidad, Tame es el segundo municipio que reporta mayor número de víctimas en el país. Los accidentes más recientes con estos artefactos se registraron el pasado 15 de marzo del presente año cuando tres militares y dos civiles activaron una mina antipersonal en la vereda Mata Oscura del municipio de Arauquita, Arauca.
La estructura guerrillera del Eln en Nariño es pequeña, pero activa en términos de ataque a la infraestructura y contra miembros de la Fuerza Pública. La lógica del minado puede obedecer a la protección de corredores estratégicos de salida hacia el Pacífico con el fin de proteger a su vez los controles de insumos para su producción y de tráfico de armas.
El accidente más reciente, que dejó un muerto y un herido, que se presentó en este departamento ocurrió en el resguardo de El Sande, en la vereda Chagui en elmunicipio de Santacruz Guachavez el pasado 2 de mayo.
Este departamento ocupa el cuarto lugar en número de víctimas antipersonal. Uno de los municipios más afectados por la presencia de estos artefactos es Samaniego. En 2009 habitantes de la vereda de El Decio estuvieron confinados por cuatro meses debido al uso indiscriminado de minas antipersonal por parte de los actores armados ilegales.
Hace más de diez años, en el corregimiento de Micoahumado, municipio de Morales, se llevó a cabo un ejercicio de desminado unilateral por parte del Eln. Este ha sido un territorio en disputa por diferentes actores armados debido a su riqueza en recursos naturales, como el oro y el petróleo, y a su ubicación estratégica.
En diciembre de 2002 se presentó el mayor escalamiento del conflicto cuando la población quedó en medio de un fuego cruzado entre los paramilitares del Bloque Central Bolívar (Bcb) y el Frente José Luís Solano Sepúlveda del Eln. Mientras los primeros se asentaron en las escuelas, en la cancha de futbol y en otros lugares públicos, así como en las casas de los mismos pobladores, los segundos emplearon minas antipersonal en diferentes puntos. La comunidad quedó confinada debido al uso de minas, a los enfrentamientos entre paramilitares y guerrilla, y al bloqueo de la entrada al corregimiento por parte de este último grupo armado ilegal.
La presión de la comunidad organizada en una Asamblea Popular Constituyente hizo que el Eln desminara la carretera San Pedro de la Plaza, El Reflejo, La Caoba y la Guásima, “mediante la remoción manual de minas, designando de entre sus combatientes a un grupo de expertos que ubicara los campos minados y elaborara un mapa”.
No obstante, la situación en esta zona es compleja. Por el recrudecimiento de la confrontación entre el Eln y tropas del Ejército hay problemas en Montecristo, Micoahumado y Morales, donde se está recurriendo al empleo de minas antipersonal.
¿Para qué minan?
Las minas antipersonal instaladas por el Eln han servido a los propósitos de brindar seguridad a sus campamentos y contener el avance de la Fuerza Pública u otro contrincante. Sin embargo, estos artefactos explosivos también han sido empleados por este grupo armado para la protección de cultivos ilícitos, como señaló para VerdadAbierta.com el Mayor Manuel Cardona, Director de Guerra de Minas del Centro Nacional Contra Artefactos Explosivos y Minas (Cenam) del Ejército.
Este grupo guerrillero emplea minas de tipo artesanal. En un informe especial de la Fundación Seguridad y Democracia, se señala que todos sus combatientes saben armar e instalar estos artefactos, entre ellos los conocidos como “quiebrapata” y “sombrero chino”, activados ya sea por la víctima o a control remoto.
Yeison Villamil, Gerente de Operaciones de Halo Trust, la primera y única organización que en el momento realiza procesos de desminado humanitario en el país, aclaró que en algunos casos es difícil establecer las diferencias entre las minas empeladas por las Farc o el Eln.
No obstante, en áreas cercanas al Carmen del Viboral y otras zonas del suroriente antioqueño, en donde ha existido control territorial por parte del Eln, las minas que se han encontrado son más sofisticadas, más durables y de mejor calidad. Estas minas antipersonal empleadas por esta organización alzada en armas son principalmente de alambre de tropiezo y son iniciadas de manera eléctrica, aclaró Villamil.
Una de las consecuencias de la instalación masiva de minas es la confinación de las comunidades, que no pueden salir a los centros poblados o a sus lugares de trabajo. En diversas regiones del país, las unidades guerrilleras informan a los pobladores sobre la ubicación de esos artefactos. Lo perverso es que si por alguna razón un civil activa uno de ellos es obligado a pagarla. Exigencias de este tipo se han dado en Nariño y Antioquia.
Si bien los diálogos entre el gobierno nacional y este grupo subversivo están en un momento de crisis por cuanto el Comando Central no acepta condicionar la apertura de la mesa de negociaciones al cese de la práctica del secuestro, diversos sectores sociales y políticos esperan que ese obstáculo sea superado y rápidamente se concrete un acuerdo sobre desminado, lo que aliviará la situación de seguridad de cientos de comunidades en sus zonas de influencia.