A pesar de liderar dos máquinas de guerra: el Bloque Bananero y el Calima, Éver Veloza García estuvo por fuera del radar de las autoridades hasta que se desmovilizó. Pero una vez comenzó a ventilar las alianzas entre ‘paras’, Fuerza Pública, empresarios y políticos, fue extraditado.
“Era un total desconocido. No tenía órdenes de captura ni condenas, fue identificado e individualizado tras la desmovilización”. Con estas palabras, la fiscal que lideró durante más de siete años las investigaciones contra ‘HH’, explica la complejidad del caso de un personaje que dijo mucho sobre la guerra ocurrida entre 1994 y 2004, pero cuya extradición a los Estados Unidos en 2009 dejó verdades a medias.
Veloza ingresó a las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (Accu) como paramilitar raso y con el paso del tiempo se ganó la confianza de los hermanos Castaño Gil, en particular la de Vicente, y ascendió dentro de este grupo armado hasta comandar los bloques Bananero en el Urabá antioqueño y el Calima en Valle del Cauca y sus alrededores. Para el momento de la negociación de paz con el gobierno nacional, ocurrida en julio de 2003 en Santa Fe de Ralito, Córdoba, ya era miembro del Estado Mayor de las Auc.
Se vinculó a las Accu después de que las Farc le roboran un camión en el que transportaba mercancía al Urabá. Luego lo recuperó pero se tuvo que desplazar a Meta por temor a represalias. A finales de 1994, los hermanos Castaño sembraron la semilla del que sería el Bloque Bananero, cuando enviaron a un grupo de 20 hombres -entre ellos Veloza- al municipio de Turbo y emplearon contra la guerrilla “la táctica de la pulga: entrar, golpear y salir de la zona”. Ese grupo fue conocido como ‘Los Escorpiones’ y cobraron fama por las decenas de asesinatos de personas que eran señaladas como supuestos colaboradores de la insurgencia.
A mediados de 2000 fue enviado a Valle del Cauca para que armara otro grupo de autodefensas, esta vez en Buenaventura, pues las Accu ya hacían presencia en el departamento desde el año anterior. Sin embargo, a raíz de las quejas de ciertos empresarios porque el comandante del primer grupo, David Hernández, alias ’39’, tenía a las autodefensas al servicio de algunos capos del Cartel del Norte del Valle, los Castaño decidieron entregarle el mando de toda la región a ‘HH’. Una vez tomó las riendas del Bloque Calima, inició su expansión desde el centro hacia el Pacífico, el sur, e incluso, hacia el vecino departamento de Cauca. Tiempo después el Calima tendría tentáculos en Huila, Quindío y Antioquia.
La maquinaria de guerra del Bloque Calima
A raíz del proceso de paz que inició el gobierno del expresidente Álvaro Uribe con las Auc, ‘HH’ desmovilizó los dos bloques a los que perteneció. Primero fue la entrega de armas del Bloque Bananero, ocurrida el 25 de noviembre de 2004, en el corregimiento El Dos, de Turbo, Antioquia; y luego vino la del Bloque Calima, el 18 de diciembre de 2004, en el corregimiento Galicias, de Bugalagrande, Valle del Cauca. En total dejaron las armas 1.015 combatientes.
Pese a ese par de desmovilizaciones, el arranque del proceso de justicia transicional de ‘HH’ fue accidentado, e incluso, algunas personas señalan que debió ser excluido de ella. Inicialmente, el gobierno decidió retirar su postulación del proceso de Justicia y Paz porque no acató el llamado que les hizo el 14 de agosto de 2006 a los jefes desmovilizados de las Auc de recluirse en el centro de detención de La Ceja, Antioquia, argumentando que había vuelto a delinquir.
No obstante, la versión de Veloza es diferente. Uno de sus abogados, que pidió mantener en reserva su identidad, le dijo a VerdadAbierta.com que como no tenía orden de captura, no tenía por qué cumplir con la cita en La Ceja. Posteriormente, fue detenido el 3 de abril de 2007, el mismo día que la Fiscalía 21 de Derechos Humanos le dictó su primera orden de captura, por su responsabilidad en la masacre de El Naya, ocurrida en la Semana Santa de 2001.
El gobierno volvió a insistir con su expulsión de Justicia y Paz porque había vuelto a delinquir, pero la Fiscalía decidió empezar a indagarlo en versiones libres porque no recibió pruebas de ninguna autoridad sobre supuestos hechos delictivos tras la desmovilización, y porque fue capturado por hechos relacionados con el conflicto armado.
El exjefe paramilitar rindió su primera versión el 29 de octubre de 2007. A partir de ese momento confesó cientos de crímenes que cometieron los hombres bajo su mando y reveló los nombres de quienes presuntamente apoyaron la creación, el accionar y la expansión de los grupos que comandó. Sus confesiones permitieron entender diferentes fases del paramilitarismo y del conflicto armado, como la complicidad de miembros de fuerzas militares y policiales, los apoyos que recibieron por parte de empresarios y narcotraficantes, los vínculos que tejieron con políticos para detentar poder, y las traiciones que se dieron dentro de las Auc.
Fuerza Pública
En varias de sus versiones ‘HH’ explicó que “sin la ayuda de la Fuerza Pública habría sido imposible sacar adelante la guerra en el Urabá”. En dichas audiencias habló de la supuesta complicidad que tuvieron oficiales y miembros de la Brigada 17 del Ejército con el Bloque Bananero y habló de patrullajes conjuntos. El 29 de octubre de 2007 declaró que cuando las autodefensas llegaron a Urabá en 1995, los contactos con la Fuerza Pública fueron realizados por Carlos Mauricio García, alias ‘Doblecero’, un excapitán del Ejército que posteriormente fue el jefe del Bloque Metro.
“Paramilitarismo en Urabá no habría sido posible sin Fuerza Pública”: FiscalíaLa complicidad entre militares y paras en el Urabá Antioqueño
Uno de los señalados de esa unidad militar fue su comandante, el general (r) Rito Alejo del Río, quien estuvo al frente de ella entre 1995 y 1997, época en la que el Bloque Bananero se expandió y cometió cientos de crímenes. ‘HH’ indicó que Del Río les prestó ayuda logística y que era amigo de Carlos Castaño y de ‘Doblecero’. Sobre los contactos que los paramilitares tenían con el general (r), el 11 de febrero de 2009 contó que una vez él sacó a dos supuestos guerrilleros que estaban detenidos en la Brigada 17 con sede en Carepa, para asesinarlos en Buenaventura porque supuestamente habían secuestrado a la esposa de un militar en Valle del Cauca.
Otro oficial mencionado con nombre propio por el exjefe paramilitar fue el capitán (r) Byron Carvajal, conocido por ser el responsable de la matanza de un grupo de antinarcóticos de la Policía en Jamundí, Valle del Cauca. De éste dijo que sus tropas hicieron patrullajes y cometieron asesinatos juntos: “todos esos operativos que hizo Carvajal, o que fueron conseguidos para Carvajal, donde hubo bajas, siempre fueron con nosotros o hechos por nosotros y legalizados. Había muchos soldados que andaban de civil con nosotros y se hacían pasar como un miembro más de las autodefensas”, aseguró.
Por otro lado, en entrevista con el diario El Espectador el de 1 agosto de 2008, ‘HH’ declaró que el Bloque Bananero empezó a desaparecer a sus víctimas por pedido de miembros de la Fuerza Pública. “Nosotros cometimos muchos homicidios y tenemos que responder. Pero ellos también han de responder. En Urabá, cuando empezamos, todos los cuerpos se dejaban donde se mataba a la gente. Después de un tiempo, la FP (Fuerza Pública) comienza a presionar: que nos dejan seguir trabajando, pero que desaparezcamos las personas. Ahí es donde se empiezan a implementar las fosas comunes”.
‘HH’ se confiesa (entrevista de El Espectador)
En Valle del Cauca, donde estuvo al frente del Bloque Calima, también reveló los nexos con miembros de la Fuerza Pública. Por ejemplo, contó que los paramilitares que permanecían en la zona de Calima-Darién, eran protegidos por policías, quienes mensualmente recibían dinero dependiendo de su rango: a los tenientes les pagaban 500 mil pesos, a los sargentos 300 mil y a los agentes 200 mil.
Refirió que sus hombres contaron con ayuda de oficiales de los batallones de Buga y Palmira. De este último, indicó que los sargentos González y Castellanos les suministraban material de intendencia, radios y celulares. Además, que González les entregaba información y les daba nombres de personas para ser asesinadas.
A raíz de la masacre de El Naya, ‘HH’ contó que le pidió a Armando Lugo, alias ‘El Cabezón’, que realizara coordinaciones para conseguir material de guerra y que el Ejército moviera parte de sus tropas para que los paramilitares pudieran llegar a esa región donde asesinaron a más de 20 personas en la Semana Santa de 2001.
La masacre del Naya y los militares
Según confesó ‘El Cabezón’, antes de ser excluido de Justicia y Paz porque intentó extorsionar al senador Luis Fernando Velasco y a la exsenadora Dilian Francisca Toro para no vincularlos en sus declaraciones, realizó coordinación con el comandante de la Tercera Brigada del Ejército, Francisco René Pedraza; con el comandante del Batallón Pichincha, Tony Alberto Vargas Petecua; y con el capitán Mauricio Zambrano.
Empresarios y narcotráfico
Sobre el origen del Bloque Calima se ha hablado de la petición que empresarios y narcotraficantes de la región les hicieron a los hermanos Castaño para que instalaran uno de sus grupos en Valle del Cauca debido a las avanzadas de las Farc y del Eln. El 30 de mayo de 1999 el Eln realizó un secuestro masivo en la iglesia La María de Cali, que llenó de zozobra a la comunidad vallecaucana; y el domingo 17 de septiembre del año 2000, las Farc secuestraron a 70 personas que estaban en dos restaurantes ubicados en el kilómetro 18 de la vía Cali-Buenaventura.
Según confesó ‘HH’ ante fiscales de Justicia y Paz, para el año 2000 Édgar Lenis, fallecido expresidente de Avianca, se reunió con los hermanos Castaño en Urabá y otros empresarios de apellidos Escarpeta, Mejía y Guzmán, quienes decían ser familiares de secuestrados de esas dos ‘pescas milagrosas’. Después de ese encuentro, los Castaño enviaron dos emisarios, conocidos como Hernán Gómez y Carlos Spa, para que hablaran con otros empresarios de apellidos Vásquez, Valencia y Flórez, quienes se quejaron porque el grupo paramilitar estaba al servicio de narcotraficantes.
Por esta razón, Carlos Castaño le quitó el mando a Hernán Hernández, alias ’39’, y envió a ‘HH’, quien se encontraba en el Bloque Bananero, a Valle del Cauca para que reorganizara al Bloque Calima. Veloza confesó que llegó a la región a mediados de 2000 y buscó recursos económicos para expandir el grupo más allá del centro del departamento.
Entre las personas que mencionó en una versión libre están: María Clara Naranjo Palau, gerente del Ingenio San Carlos; Bernardo Tezna, exgerente de ese ingenio entre 2003 y 2004; Andrés Orozco, compañero sentimental de Naranjo; Luis Fernando Castro, ganadero y expresidente de la Plaza de Toros de Cali; Manuel Mosquera, tío del exgobernador de Cauca Chaux Mosquera; y el periodista Mario Fernando Prado. Según él, de estas personas recibieron 250 millones de pesos, los cuales eran recogidos por alias ‘Gordo Pepe’, exsecretario de Vicente Castaño, y las reuniones fueron auspiciadas por Édgar Lenis en la finca El Corcovado, propiedad de Manuel Mosquera, ubicada en Buenos Aires, Cauca. Esta información fue expuesta por la Fiscalía ante el Tribunal de Justicia y Paz de Bogotá el pasado 28 de enero, durante la contextualización del Bloque Calima en la audiencia de legalización de cargos por la masacre del Naya.
Por otro lado, en su versión libre del 6 de marzo de 2008, ‘HH’ contó que, tiempo después, los empresarios dejaron de aportar dineros y que Vicente Castaño se puso en contacto con narcos del Cartel del Norte del Valle para suplir esas finanzas. “Para esto se organizan unas reuniones con personas vinculadas al narcotráfico como fue ‘Don Diego’ Montoya, ‘Rasguño’, ‘El Mocho’ Arcángel; otra vez baja Vicente, ‘Don Berna’ y el doctor ‘Ernesto Báez’. Se hace una reunión, ellos acuerdan dar una cuota de 250 millones de pesos entre todos, que se los entregaban directamente al señor Vicente Castaño por intermedio de alias ‘Pepe’”, declaró.
Sin embargo, estos narcotraficantes también le quitarían su apoyo al grupo paramilitar, porque empezaron a buscar contactos con la justicia norteamericana y su negociación se podría ver afectada si los relacionaban con una organización catalogada como terrorista.
‘HH’ habla sobre narcotráfico en Tribunal de Justicia y Paz
Para solucionar sus problemas financieros y no depender de aportes de terceros, los paramilitares del Bloque Calima buscaron nuevas fuentes de financiación, entre ellas el gramaje, es decir, el cobro de determinada suma de dinero por cada kilo de cocaína que pasara por sus territorios. Su principal fuente de financiación se estableció en Buenaventura, la cual servía para abastecer casi todos los gastos del grupo. Allí, les cobraban 50 dólares por kilo a narcotraficantes como Víctor Patiño Fómeque, ‘Don Diego’, ‘Rasguño’, ‘Chupeta’, entre otros.
Si bien ‘HH’ se refirió a las finanzas del Bloque Calima desde el año 2000, el grupo paramilitar se instaló en el centro de Valle del Cauca en julio de 1999. Sobre la llegada y sus primeros meses de financiación habló Jesús Ignacio Roldán, alias ‘Monoleche’, quien perteneció a las Accu y fue muy cercano a los hermanos Castaño.
“Las autodefensas llegaron al Valle del Cauca por solicitud de empresarios, ganaderos y cañeros, quienes enviaron un emisario, de nombre Édgar Lenis, a hablar con Carlos Castaño, con el objetivo de montar un grupo de Auc en el Valle del Cauca; que ellos lo financiaban, toda vez que estaban cansados de la guerrilla, ya que en el secuestro de la iglesia La María en Cali, habían sido víctimas de este flagelo”, contó ‘Monoleche’ en una versión libre que fue presentada por la Fiscalía en la audiencia de legalización de cargos de enero de este año.
Agrega que los Castaño enviaron a sus emisarios, entre ellos ‘Diego Vecino’, el exjefe paramilitar que acaba de salir de prisión por cumplir su pena de ocho años de cárcel, a sostener una reunión en una finca del ganadero Fernando Castro, a la cual asistieron “Édgar Lenis, Jorge Humberto Agredo, Fernando Castro conocido como ‘El Tori’ Castro, Javier Falaún, Ernesto Mejía Maya, Alberto Sinisterra Vélez, Leónidas Toro, Montiel Restrepo, Ibáñez de Bedout, Jaime Tascón, Jaime Betancourt y el doctor Mosquera”.
Indicó que los asistentes se comprometieron a aportar una primera cuota de 500 millones de pesos y de sostener a un grupo de 200 hombres, pero con la condición de que no estuvieran involucrados narcotraficantes. Sin embargo, según cuenta ‘Monoleche’, la financiación sólo duró tres meses porque ‘Don Diego’ y ‘Rasguño’ le propusieron a Vicente Castaño la posibilidad de financiar más hombres. Este testimonio explicaría el porqué de la salida de alias ’39’ del Bloque Calima.
Políticos
En sus versiones libres ‘HH’ también habló sobre dos políticos de peso que tuvieron relaciones con el Bloque Calima. El primero fue el senador Juan Carlos Martínez Sinisterra, quien fue condenado por la Corte Suprema de Justicia por el delito de concierto para delinquir a raíz de las presiones que los paramilitares ejercieron en Buenaventura para que votaran por él en las elecciones parlamentarias de 2002.
El segundo fue Juan José Chaux Mosquera, exgobernador de Cauca y exembajador de Colombia en República Dominicana. “El señor gobernador tuvo vínculos con ‘Fernando Político’, quien era el representante político del Bloque Calima. Estuvo conmigo en una cumbre de las autodefensas en Urabá, en la finca La 21, en donde estábamos todos los comandantes de autodefensas hablando sobre la política del país y una posible negociación de Carlos Castaño”, declaró. Por estos hechos, y por el supuesto apoyo electoral que dieron los paramilitares, Chaux sigue siendo investigado por la Corte Suprema, pero se encuentra en libertad.
También habló de los nexos que tuvo con Fernando Santa, exalcalde de Puerto Tejada, “quien fue una persona activa y una persona muy cercana a las autodefensas, que nos colaboró en muchos sentidos. Con ese hay videos de cuando nos ayudó a desmovilizar a las bandas de Puerto Tejada. Fernando Santa prácticamente era un autodefensa más, ese sí donde yo estuviera, iba. Nos colaboraba, nos daba información, inclusive en algún momento tuvo un escolta de nosotros. El tipo era prácticamente un autodefensa más”.
Los tapados de los ‘paras’
En medio de versiones libres ante la Fiscalía y audiencias ante los magistrados de Justicia y Paz, ‘HH’ también reveló varios secretos de las Auc. Uno de los más reveladores fue la desmovilización de los falsos bloques para que narcotraficantes se camuflaran como paramilitares o para inflar la cifra de desmovilizados.
En marzo de 2011, durante una audiencia de imputación decargos ante el Tribunal de Bogotá, dijo que los bloques Pacífico, Héroes de Tolová, Héroes de Granada y Cacique Nutibara realmente no existían en las Auc.
A alias ‘Gordo Lindo’ le crearon un bloque para desmovilizarlo
Sobre el Bloque Pacífico, dijo que este era un grupo pequeño que operaba en el sur de Chocó con 20 hombres y cobraba gramaje a embarques de cocaína de Luis Hernando Gómez, alias ‘Rasguño’, el cual fue inflado para que el narcotraficante Francisco Javier Zuluaga, alias ‘Gordolindo’, se desmovilizara como Auc. En medio de esa jugada, Rodrigo Zapata, alias ‘Ricardo’, quien estaba encargado del grupo y era conocido como el Canciller de las Auc, se desmovilizó como un simple patrullero del Bloque Calima para pasar desapercibido ante las autoridades. Este testimonio de ‘HH’ y una carta que le envío al Fiscal General en agosto de 2012, fueron clave para que ‘Gordolindo’ fuera excluido de Justicia y Paz.
Los bloques fantasmas según ‘HH’
Sobre los otros tres bloques, que estuvieron al mando de alias ‘Don Berna’, dijo que el Héroes de Granada no existía cuando el gobierno estaba negociando con las Auc; que el Héroes de Tolová era un frente del Bloque Norte que se convirtió en bloque para la desmovilización; y que el Bloque Cacique Nutibara era una fachada de la Oficina de Envigado y de las pandillas de los barrios de Medellín.
“¿Quién protege a alias ‘Lucas’?”
En junio de 2012 habló sobre otro importante paramilitar que pasó de agache tras la desmovilización: Jacinto Alberto Soto Toro, alias ‘Lucas’, quien fue el encargado de las finanzas de las Accu en Antioquia a mediados de los 90 y tuvo vínculos con cómplices de los hermanos Castaño. “Cuando iniciamos en las Accu la relación con los bananeros era con los Castaño y con ‘Lucas’. Pero eso era ilegal, entonces luego se buscó la manera de hacerlo legal a través de las Convivir”, dijo en versión libre y cuestionó que esté libre sin haber respondido ante la justicia.
También hizo parte de las luchas fratricidas al interior las Auc: participó en la guerra que varios bloques le declararon al Bloque Metro de ‘Doblecero’ porque se negaba a que narcotraficantes tuvieran asiento en la mesa de negociación de paz con el gobierno, y después participó en la cacería que Vicente Castaño ordenó para asesinar a su hermano Carlos, entonces jefe político y líder de las Auc.
Lo último que pidió Carlos Castaño antes de ser asesinado
“Los que dieron muerte a Carlos eran mis trabajadores. Vicente da la orden de matarlo, yo mando la gente, ‘Monoleche’ va con ellos. Carlos estaba en una tienda en una vereda consultando internet. Allá llegó la gente, él se voló pero una avanzada nuestra lo cogió vivo. ‘Móvil 5’ (uno de los ‘paras’ del grupo) lo mató y lo enterró”, dijo en una de las audiencias. Tiempo después, y como prueba de ese crimen, le entregó a los fiscales de Justicia y Paz la memoria USB que usaba Carlos Castaño, en la que aparecen los nombres de políticos, militares y policías que trabajaron con las Auc.
Por otro lado, reveló que crímenes como los del humorista Jaime Garzón, el defensor de derechos humanos Jesús María Valle Jaramillo, el profesor de la Universidad de Antioquia, Hernán Henao, y los investigadores del Cinep Elsa Alvarado y Mario Calderón, los ordenó Carlos Castaño, pero que en ellos participaron de forma directa e indirecta miembros de la Fuerza Pública.
‘HH’ en versión libre sobre el reclutamiento de hombres del Epl
Incluso, contó cómo reclutaron guerrilleros del Epl para robustecer a las autodefensas en Urabá. Uno de los casos fue la conversión de alias ‘Giovanni’ de guerrillero a paramilitar, quien después de desmovilizarse con las Auc se convirtió en jefe de la Bacrim de Los Urabeños; y el caso de una falsa desmovilización del Epl con la supuesta complicidad del Ejército, cuyos hombres terminaron en las filas de los Castaño luego de entregar las armas.
Las consecuencias de la extradición
Estos son algunos de los hechos que Éver Veloza García, conocido como ‘HH’ o ‘Carepollo’, contó ante fiscales de Justicia y Paz, junto con cientos de crímenes, que algunos jefes paramilitares se negaban a reconocer al inicio de las versiones libres, como el reclutamiento forzado de menores, las torturas y la sevicia que ejercieron con sus víctimas.
Muchas personas consideran que por contar estas verdades, el gobierno decidió extraditarlo a Estados Unidos para que responda por cargos asociados al narcotráfico ante una corte Nueva York. Cuando se supo de la posibilidad de ser extraditado, diferentes organizaciones de víctimas y de derechos humanos radicaron tutelas para evitarlo, situación que no pasó con otros jefes de las Auc.
Otras confesiones de ‘HH’
Gustavo Gallón, director de la Comisión Colombiana de Juristas, entidad que representa a víctimas de la masacre de Sabaletas, cometida por el Bloque Calima en la zona rural de Buenaventura, recuerda que “’HH’ se destacó positivamente por haber sido, tal vez, de los paramilitares que más revelaron detalles de sus delitos. Esa es la razón por la que en relación con su extradición, varias organizaciones de víctimas solicitaron, y nosotros también con ellas, que no se extraditara”.
Aunque algunos sectores señalan que la extradición fue una herramienta del gobierno para silenciarlo, ante la presión de las organizaciones de víctimas,el Ejecutivo decidió suspender durante cuatro meses la extradición para que Veloza avanzara en sus confesiones. Finalmente, fue enviado a Estados Unidos el 5 de marzo de 2009.
La fiscal que estaba encargada de judicializar sus crímenes cuenta que a raíz de la extradición se suspende el proceso, se vuelve paquidérmico y no avanza mucho. “Aunque había unos acuerdos con el gobierno americano de facilitar las versiones, se volvía muy complejo para nosotros darle la posibilidad a las víctimas, porque había que hacer transmisión a Medellín y de allí a diferentes puntos. Era complicado porque la señal de se caía acá o en Estados Unidos. Incómodo porque cuando iba a decir un nombre o algo importante, se caía la señal y dejaba la sensación en las víctimas o en sus abogados de que se quería tapar algo”.
Para las víctimas la extradición fue un golpe muy grande, porque ‘HH’ estuvo tres años sin rendir versiones libres. Y en un punto del proceso judicial, a la Fiscalía le tocó decidir si lo convocaba a versiones o a audiencias en el Tribunal, porque la justicia norteamericana aprobaba un tipo de diligencia. Sólo hasta diciembre de 2012 recibió su primera sentencia de Justicia y Paz, pese a ser de los primeros jefes con imputación de cargos: el tribunal de Bogotá lo condenó por crímenes en Urabá, entre ellos asesinatos de sindicalistas y miembros de la UP.
Sentencia de ‘HH’ en Justicia y Paz: Exterminio de la UP fue un genocidio político
“Siento que el gobierno nos revictimizó. Para el presidente Uribe fue más importante el delito de narcotráfico que los crímenes de lesa humanidad y no tuvo en cuenta a las víctimas”, dice Enrique Fernández, uno de los desplazados de la masacre del Naya, quien desde 2001 participa en cuanto proceso judicial existe, en busca de justica para su comunidad. “Llevamos años en este proceso y todavía no hay sentencias, ni se ha reparado a las víctimas. Parece que esto no tiene cuándo acabar”, agrega. Una líder de víctimas de Urabá, que pidió mantener en reserva su nombre, le dijo a VerdadAbierta.com que la extradición dejó los procesos en “ascuas”, y que pese a que Veloza fue “uno de los jefes que más verdades ha contado, al final hubo una verdad a medias”.
Por otro lado, Diego Arias, analista del conflicto armado y exdirector de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación en Valle del Cauca, considera que tras diez años de Justicia y Paz, se puede afirmar que ‘HH’ “fue funcional a una decisión superior de hacer un proyecto contrainsurgente; era un hombre que estaba convencido de una causa y fue funcional al proyecto paramilitar ligado a intereses de terceros”.
Además, pese a sus contribuciones con la justicia, considera que en el caso del Bloque Calima, se quedó corto al hablar sobre la clase dirigente que auspició su llegada a la región. “Siempre se quedó pendiente de que había más, muchos nombres y detalles de esa relación. Si es por eso, uno dice, lo que ha mencionado no es relevante. Casi que podría hablar de casos aislados vinculados a la agroindustria en algunos casos, a medios de comunicación y a otros, pero con lo que hay, no se podría decir que hubo una participación absolutamente decisiva de las élites de Valle del Cauca”, afirma Arias.
‘HH’ denuncia presiones de la Casa de Nariño“El Gobierno quiso callarme”: alias ‘HH’
Para Veloza, la extradición fue la única manera que el gobierno tuvo para atajarlo, pues previamente le había mandado razones para que no hablara de Juan José Chaux ni de Rito Alejo del Río. En su versión libre del 24 de septiembre de 2008, dijo que el abogado Óscar Iván Palacio y el secretario de prensa de la Casa de Nariño, César Mauricio Velásquez, le enviaron mensajes a través de la abogada Consuelo Parra para que no mencionara al exgobernador ni al general. “Ella lo que me dijo fue que yo tenía que entender que esto no eraun proceso jurídico, sino político”, declaró.
Más allá de las razones por las que fue extraditado, queda el sinsabor por la falta de resultados de la justicia para establecer si las afirmaciones hechas por ‘HH’ contra terceras personas sobre apoyos a los bloques Bananero y Calima son ciertas o no. De todas las personas que ha mencionado en sus versiones libres, sólo dos han sido condenadas (el general del Río por el asesinato de un campesino en Chocó y el exsenador Martínez) y otras cuantas fueron llamadas a indagaciones preliminares sin que se les abran investigaciones formales.