La Fiscalía la acusaba de conformación bandas criminales, desaparición forzada y desplazamiento. Un juez la absolvió y la dejó libre por falta de pruebas.
Neyla Alfredina Soto Ruiz fue liberada. Foto El Heraldo. – Sucedió en la república independiente de ‘La Sombrerona’ |
Un juez especializado ordenó la libertad de Neyla Alfredina Soto Ruiz, alias ‘Sonia’ o ‘La Sombrerona’, señalada de ser la jefa política de ‘Jorge 40’ en el Magdalena y a quien se le adelantaba un proceso por asesinato, desplazamiento, desaparición forzada, despojo y extorsión.
El fallo del juez de Santa Marta, absolvió a ‘La Sombrerona’ argumentando que la Fiscalía no presentó pruebas suficientes que comprobaran su participación en los delitos que se le imputaban.
Neyla Alfredina Soto Ruiz conocida con los alias de ‘Sonia’, ‘La Mona’ o ‘La Sombrerona’ es considerada como la pieza clave de la parapolítica en el Magdalena, ya que es señalada de haber organizado las reuniones en las que cientos de políticos de ese departamento firmaron los pactos de ‘Chivolo’ y ‘Pivijay’, en los cuales importantes políticos de la región consolidaron sus relaciones con las autodefensas.
La llamaban ‘La Sombrerona’, porque andaba siempre elegante con sombreros alones y revólver al cinto.
‘Sonia’, quien se había desmovilizado en Santafe de Ralito, había pasado de agache en los últimos años pese a tener en su contra varias investigaciones por delitos como concierto para delinquir, homicidios, robo de tierras y desplazamientos entre otros. Con su ayuda ‘Jorge 40’ controló la región, manejó la contratación en varios municipios, impuso alcaldes, concejales y diputados, incluso después de desmovilizado y ser extraditado ella seguía manejando los hilos políticos de los paramilitares en el Magdalena.
Soto Ruiz fue capturada por la policíael 17 de noviembre de 2008 en una finca de Sabanas de San Ángel, en Magdalena. En el momento de su captura, ante la unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía en Barranquilla, entre las víctimas del Bloque Norte, en su mayoría provenientes de la región de San Ángel y el valle del Ariguaní, existen más de 500 registros que la mencionan en denuncias por robo de tierras, homicidios, desaparición y desplazamiento.
En su momento alias ‘La Sombrerona’ fue señalada como responsable de la conformación de bandas criminales, desaparición forzada y desplazamiento y fue requerida por un fiscal segundo especializado de Santa Marta.
A pesar de que ‘Sonia’ se había desmovilizado con el Bloque Córdoba o Sinú-San Jorge, en enero de 2005, aparentemente siguió involucrada con actividades ilícitas en la región.
¿Quién es alias ‘Sonia’?
Neyla Alfredina Soto Ruiz, nació el 30 de mayo de 1945 en Cereté, Córdoba, donde estudió la primaria y el bachillerato. Luego se traslado a Magdalena y en 1961 se casó con el empresario del transporte Enoc Paternina.
Cuando su matrimonio terminó Soto se trasladó a Cartagena a estudiar Trabajo Social y fue contratada en Profamilia, entidad a la que estuvo vinculada durante diez años, al cabo de los cuales fundó su propia empresa en Córdoba.
A mediados de los años setenta constituyó la agencia de seguros Paso, Asesores de Seguros y CIA Ltda. Durante las dos décadas siguientes se dedicó a la venta de seguros de vida, capitalización y salud. Pero al cerrar la década de los noventa se fue de Córdoba y se instaló en Ariguaní. Allí la conocieron con otros nombres además del de ‘Doña Sonia’; le decían también ‘la Mama’, ‘La Mona’ o ‘La Sombrerona’.
Establecida en San Ángel, ‘Doña Sonia’, con su larga trayectoria en el trabajo con las comunidades, muy pronto fue acogida por las autodefensas del Magdalena como su gestora social. Informes de inteligencia de la época conocidos por VerdadAbierta.com la señalan de ser la encargada de presentar en sociedad a los nuevos jefes paramilitares cuando había un relevo.
Por la época en que esta mujer llegó a San Ángel, el jefe de las autodefensas en Córdoba, Salvatore Mancuso fue comisionado por los hermanos Carlos y Vicente Castaño para fundar el Bloque Norte en los departamentos de Cesar, Magdalena, Atlántico y la Guajira. Después de formado este grupo, ‘Jorge 40’ asumió el mando y en cinco años lo consolidó como uno de los más despiadados que haya conocido Colombia en la historia reciente del paramilitarismo.
Su arribo al Magdalena coincidió con las polémicas elecciones regionales del 2000, cuando dos centenares de dirigentes se reunieron en La Estrella, corregimiento de Chibolo, con el propósito de escoger candidatos a las alcaldías, concejos, asamblea y gobernación del Magdalena. De esa reunión surgió el polémico Pacto de Chibolo, que llevó a la gobernación al liberal José Domigo Dávila Armenta, detenido el 2 de diciembre por la Fiscalía investigado por el delito deconcierto para delinquir por haber firmado este pacto.
En ese ambiente de guerra irregular y hegemonía política apoyada en las armas, ‘Sonia’ desplegó sus dotes de trabajadora social. Hizo bazares y tómbolas con los que obtenía recursos para dotar los puestos de salud, reparar las iglesias y colegios, arreglar los parques y en general mejorar la infraestructura de lospueblos. En esa tarea la acompañaban las esposas de los ganaderos y de los políticos de los pueblos. “Gente buena, gente sana”, dijo hace poco ante un fiscal de la Unidad Nacional para la Extinción de Derecho de Dominio y contra el Lavado de Activos.
‘Sonia’ entró fácil en un territorio difícil gracias a su carácter fuerte y a su, según ella, liderazgo y trabajo intenso e ininterrumpido por el bienestar de las comunidades.
Pero, aunque no lo reconozca así, también debió ayudarle el hecho de que fuera cercana a los temidos –y en algunas partes, admirados – paramilitares. A los pocos meses de estar dedicada al trabajo comunitario fue citada por Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40 a la gallera del pueblo. Ese día el hoy extraditado jefe paramilitar le dijo que estaba muy contento con su trabajo, que eso era lo que él quería, que había que trabajar por las comunidades que tanto habían sufrido con la violencia guerrillera y por la confrontación entre paramilitares y guerrilleros.
En las primeras indagatorias tras su captura ‘Doña Sonia’ rechazó cualquier implicación como militante armada. Aseguró que nunca se vistió con uniformes privativos de las fuerzas armadas o que portara armas o que participara en actos armados y mucho menos haber sido quien ordenó matar a alguna persona. “Quien tenga pruebas que las muestre”, le dijo al fiscal sin pestañear. Tampoco reconoce haber tenido escoltas de la agrupación armada.
Sin embargo, varias fuentes le contaron a VerdadAbierta.com que Sonia fundó Mujeres de la Provincia, una especie de Ong que tenía contratos con varios municipios, pero que en realidad era una empresa fachada de los paramilitares que les permitía canalizar recursos y tener control sobre rentas públicas de varios municipios del Magdalena.
A pesar de todos estos señalamientos, incluso después de su captura, Mujeres de la Provincia tenía contratos vigentes para administrar dos hogares de Bienestar Familiar del Magdalena en Santa Marta en los que atendían a 270 niños de Sisben. VerdadAbierta.com pudo establecer a la fecha que Mujeres de la Provincia tuvo 11 contratos con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar entre 2004 y 2008 por un valor total de 1.319 millones de pesos.
A pesar de testimonios como este, ‘Sonia’ dice no haber tenido rango militar ni político, tampoco tenía sueldo porque no lo necesitaba. Pero lo más curioso es que tampoco sabía dónde tenía ‘Jorge 40’ el campamento en la región de ‘San Angel’ y dijo conocer todo el Magdalena. Tampoco le rendía cuentas ni le entregaba dineros a la organización.
Sin embargo, el mismo ‘Jorge 40’ reconoció en su primera audiencia desde Estados Unidos el lunes 15 de diciembre de 2008, que en septiembre del 2001, ‘Sonia’ era su mano derecha en asuntos políticos. Según palabras del propio paramilitar la envió en septiembre de 2001 para que “intercediera” a nombre de las Auc en las diferencias que se presentaban entre el concejo y la entonces alcaldesa de Fundación, Karelly Lara Vence.