Como nunca lo había hecho antes, uno de los ex jefes del Bloque
Central Bolívar de las Auc contó a VerdadAbierta.com los detalles de
cómo su grupo se tomó el Sur de Bolívar.
A mediados de los noventa, el Eln se sentía como en casa en el Sur de Bolívar. Secuestraba,asesinaba, extorsionaba a campesinos y comerciantes, y, de una forma u otra, mandaba y tenía arraigo en la población. Ante la ausencia del Estado ellos eran los que se encargaban de cobrar impuestos, impartir justicía y controlar el negocio de la coca.
Para Carlos Castaño, entonces jefe de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (Accu) se convirtió en una obsesión quitarle ese territorio a la guerrilla. Sabía que quien se quedara con el Sur de Bolívar controlaría el narcotráfico y se haría a una zona por donde podían conectar el Urabá con el Magdalena Medio, el Catatumbo y la zona de fronteras con Venezuela.
La guerra por el Sur de Bolívar, traería masacres, desplazamientos y el robo de grandes extensiones de tierras para el cultivo de narcóticos.
En 1997, Rodrigo Pérez Alzate alias ‘Julián Bolívar’, apoyado por comandos de las autodefensas de los hermanos Castaño y al mando de Salvatore Mancuso, incursionó en el Sur de Bolívar y en gran parte del Magdalena Medio, desplazando a la guerrilla y consolidando un nuevo brazo del paramilitarismo que se conocería a partir del año 2000 como el Bloque Central Bolívar (BCB).
En compañía de su hermano Guillermo Pérez Alzate alias ‘Pablo Sevillano’ y de Carlos Mario Jiménez alias ‘Macaco’ o ‘Javier Montañez’, ‘Julián Bolívar’ fue el cabecilla de esta incursión paramilitar que se financió con recursos del narcotráfico, la explotación del oro, el robo de combustibles y la extorsión.
Según cifras de organizaciones sociales de la zona, entre 1997 y 2002, el grupo de ‘Julián Bolívar’ fue responsable de 556 homicidios en el Sur de Bolívar, algunos de ellos en complicidad con miembros del Ejército. Según la Fiscalía, entre 1996 y 2005 más de 2.000 personas fueron asesinadas como consecuencia del conflicto armado. Fue tan cruel esta incursión, que el mismo Bolívar, en una de sus primeras versiones libres, reconoció que en Santa Rosa del Sur, Bolívar, las Auc compraron 685 ataúdes entre 1999 y 2005 para sepultar a sus combatientes.
Pérez Alzate ha confesado ante Justicia y Paz que el BCB cometió entre 2000-2004 más de 20 masacres en Santander en las que murieron como mínimo 77 personas (ver artículo). También ha reconocido por cadena de mando el asesinato del periodista Emeterio Rivas ocurrido en abril de 2003, cuatro meses después de que supuestamente el BCB había declarado un cese de hostilidades (ver artículo).
Tambiénestá acusado de ser quien ordenó el asesinato del sindicalista de Coltabaco Ciro Arias Blanco quien fue asesinado en Capitanejo (Santander) en marzo del año 2000. En Justicia y Paz ha reconocido los homicidios de varios sindicalistas de Barrancabermeja y Sabana de Torres (Santander). Por ejemplo, en enero de 2009 reveló que hombres bajo su mando recibieron una lista con nombres de miembros de la Unión Sindical Obrera (USO) para que fueran asesinados por sus presuntos vínculos con las Farc.
En versión libre también ha contado sobre la complicidad con funcionarios de ECOPETROL para el robo de gasolina del poliducto (ver artículo).
El BCB delinquió en municipios como Morales, Tiquisio, Arenal, Simití,
Santa Roda del Sur, San Pablo, Cantagallo, Barranco de Loba, Altos de
Rosario, Regidor y el Peñon, con la pretensión de estar combatiendo a
la guerrilla a la vez que fortalecía sus redes dedicadas al
narcotráfico.
El 31 de enero de 2006, 2.519 hombres y mujeres del Bloque Central Bolívar se desmovilizaron junto a ‘Julián Bolívar’ en Santa Rosa. En ese acto, el grupo entregó 1.386 armas, 140 mil municiones, 546 granadas, 15 radios portátiles y dos helicópteros.
En la cárcel de Itagüi, ‘Julián Bolívar’ le contó a VerdadAbierta.com su versión de la historia sobre el paramilitarismo en el Sur de Bolívar.
Algunas organizaciones han cuestionado las verdades de este comandante paramilitar (ver artículo) y también ha sido acusado por antiguos lugartenientes de haber continuado delinquiendo mientras se encontraba en su zona de concentración antes de la desmovilización (ver artículo).
Este paramilitar nacido en Medellín, estuvo acompañado durante la entrevista por alias ‘Bedoya’, quien fue su mano derecha durante la incursión del Bloque Central Bolívar en el sur de Bolívar.
Los inicios en las autodefensas
Verdad Abierta: ¿Cuándo y por qué ingresa a las autodefensas?
‘Julián Bolívar’: Éramos una familia de cinco hermanos nacidos en Medellín. Nos dedicábamos al comercio de confecciones, en el sector de Guayaquil, conocido como Pichincha, un sitio llamado el hueco. Ahí todos teníamos almacenes. Luego mi hermano mayor vendió los almacenes de él; nos quedamos Guillermo, Jaime y yo, y nos toco una época con la presencia de las milicias bolivarianas por todo este sector. Eso fue en 1991 o 1992 aproximadamente.
Estábamos obligados a pagar un impuesto a esas milicias. Eso se venía haciendo regularmente pues estábamos obligados a hacerlo, pero, de un momento a otro, empezaron a incrementar sistemáticamente las exigencias económicas. Para Guillermo y yo era imposible seguir cancelando eso, mi hermano Jaime hacia todo lo posible por cancelarlo pero Guillermo y yo decidimos vender los almacenes y nos fuimos para Montería. Mi hermano Jaime siguió insistiendo aquí. Y en el año 94 nos fuimos para Montería y allí montamos una fábrica de hielo y helado.
En el año 94 las milicias Bolivarianas asesinan a mi hermano Jaime porque él no fue capaz de cubrir las exigencias que le estaba haciendo la guerrilla en ese momento. Nosotros nos quedamos muy tristes con lo que sucedió y nos tuvimos que llevar a mi papá y a mi mama con nosotros para Montería. Trasladar inclusive los hijos de mi hermano, los tres hijos pequeños, uno de ellos recién nacido.
En vista de la situación ya la fábrica de hielo y helados no nos daba para el pago de los gastos de la casa de mi hermano el fallecido, de mi papa y de mi mamá. Entonces yo decidí empezar a comercializar ganado. Entonces viajaba al norte de Antioquia, a Yarumal, Valdivia, Puerto Valdivia y compraba ganado del que llaman de doble propósito. Luego, lo vendía en Planeta Rica y Caucasia. Así estuve por un periodo.
VA: ¿Y era común encontrarse a los paramilitares?
JB: Lo más normal, así como era común encontrarse guerrilla por todo lado. Yo viajaba cerca de Yarumal y me encontraba a los elenos; pero si me iba para Campamento me encontraba con el frente 36 de las Farc; si iba a Caucasia o a Taraza ya ahí me encontraba con las autodefensas. En esa época eran pequeños grupos de autodefensas regionales, muy personales de 15, 20 o 25 hombres.
Entonces me fui metiendo en el cuento, primero con labores de logística, conocí mucha gente en Yarumal y arranqué allí con un grupo en donde conocí a ‘Pantera’, ‘Tolima’ y ‘Bryan’. Fui haciendo mi grupito con la colaboración del comercio que me financiaba con algo mínimo: me daban 100 mil, 50 milo 30 mil pesitos. Y ayudando a pasar carros de contrabando sobre todo en las vías aseguradas por un reten que había de la Aduana ahí en la base del Ejército, en Yarumal. Entonces coordinaba cuando no estaban los de la base(Militar), pasaba los camiones y me regalaban de 200 mil a 500 mil pesos. De eso mantenía al grupo y fue creciendo.
Posteriormente, en 1997, en uno de mis viajes a Caucasia conozco a ‘Javier Montañez’, (‘Macaco’), quien estaba recién llegado del Putumayo, porque le había tocado salir volado de allá y había comprado unas tierras por el sector del municipio de Cáceres. El ya tenía un grupo de autodefensas, cuyos miembros en su mayoría era
gente de Caparrapí (Cundinamarca), y eran conocidos como los
‘Caparrapos’. De ese grupo hacía parte ‘J22’ quien después fue uno de
los comandantes de ‘Javier Montañez’.
Después fui organizando mi
grupo comprando armas. Tenía un muchacho que viajaba a
Panamá y me ayudaba a traer. Yo le recogía 2.000 dólares y el me
compraba fusiles hasta por 400 dólares, 300 dólares, cada uno. Fusiles de tres
guerras comprados en Centro América. Entonces yo me traía seis fusiles,
vendía tres y me quedaban tres para mi, para ese entonces ya éramos 30
hombres.
Con ‘Macaco’ hicimos buenas relaciones, pero hubo un problema: llegaron las ACCU (Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá) y cooptaron
todos esos pequeños grupos de autodefensas en el Bajo Cauca y quedaron
dentro de lo que se llamo las ACCU, Autodefensas Campesinas de Córdoba
y Urabá. Entonces empezó la distribución de los territorios: ‘Cuco Vanoy’ y sus autodefensas (esa época no era Bloque Mineros),
con dos o tres señores por los lados de Taraza, Puerto Valdivia y
Barro Blanco, que son corregimientos de por allá; ‘Macaco’ en
Piamonte hacia adentro; habían unas autodefensas en el municipio del
Bagre que eran comandadas por un muchacho ‘Danilo’ que manejaba hasta
cierto punto de Caucasia, y se fueron repartiendo los territorios para
que no fueran a haber problemas de jurisdicción.
VA: ¿Y su hermano Rodrigo Pérez (alias ‘Pablo Sevillano) ya estaba en las autodefensas?
JB: No, mi hermano estaba en Montería, mi hermano nada tenía que ver con ese cuento.
La entrada al Sur de Bolívar
VA: ¿Y cómo arranca el Bloque Central Bolívar?
JB: Después de esa orden de las ACCU ya conocí a Vicente Castaño (‘El profe’). Macaco ya se conocía con Vicente. Ellos convocan a una reunión por donde estaba Carlos y Vicente Castaño, en el Urabá Cordobés, cerca de Buena Vista y La 21.
En esa reunión le dicen a ‘Macaco’ y a otro paramilitar que le decían ‘Sebastián’, que tenían que aportar 350 hombres para incursionar en el Sur de Bolívar. ‘Macaco’ dijo que no podía porque su bloque era muy pequeño. Para esa fecha ya le habían entregado la zona de Bagre y Zaragoza porque el comandante, alias Danilo’, había sido relevado por malos manejos y atropellos contra la población civil. El casco urbano de Caucasia estaba manejado por ‘Cuco Vanoy’.
Entonces ‘Macaco’ se comprometió con 100 hombres para esta operación Bolívar. Luego me llevan a una reunión con un señor Manuel Enrique Barreto del Sur de Bolívar, que estaba hablando a nombre de unas comunidades. Gente que le había tocado abandonar sus tierras, sus propiedades sus bienes, por la persecución del Eln, les habían robado los ganados y después de haber acudido a todas las instancias de los organismos de seguridad no habían encontrado ninguna respuesta, entonces acudieron donde Vicente Castaño. Vicente fue el que organizó todo y en esa reunión me proponen a mí como coordinador, yo ni siquiera tenía entrenamiento militar. Cuando estuve con ‘Macaco’ me dedique a la logística: compra de víveres, compra de repuestos para automotores, medicina para los muchachos y esos detalles, buscar quien me vendía los camuflados y la munición, con el Ejército o con la Policía o con los de contraguerrilla de la Policía.
VA: ¿Y cómo fue la entrada Sur de Bolívar?
JB: El día que acepté, me presentan a alias ‘Ramiro Popeye’ y a alias ‘Gustavo’, que después pasó a ser ‘Gustavo Alarcón’ dentro Bloque. Ellos eran los comandantes militares. Craneo todo, me voy para la zona de ‘Macaco’ a mirar los que estaban cooperando. Él nombró un comandante alias ‘Peruano’ o alias ‘La Hiena’ por parte del Bloque Mineros.
Se pusieron unos camiones y arrancamos por carretera: pasamos por Caucacia (Antioquia), luego por un costado de Montería (Córdoba) y llegamos a Carmen de Bolívar (Bolívar), tiramos hacia Bosconía (Cesar) y bajamos hacia Curumaní (Cesar), luego Aguachica (Cesar), y de allí a San Martin (Cesar).
Para ese momento, ya me había entrevistado con ‘Camilo Morantes’ (ver artículo). A Morantes lo conocí en las fiestas en San Rafael de Lebrija (Santander) donde él tenía su base y estaba bebiendo y tuve un problema con él, pero de todas maneras se solucionó.
Coordinamos y me dio un espacio para que acantonara las tropas ahí, y esperar a que llegara la gente de Urabá. Estando donde ‘Camilo Morantes’ noté que había mucha indisciplina. Me llené de temor de organizar un operativo militar allíí, cogí a los muchachos y me fui para donde ‘Juancho Prada’ en San Martín Cesar y el me cedió un sitio que se llama Barranca Lebrija, cerca al río Magdalena.
Ahí estuve organizando las tropas, esperando los camuflado, el armamento, la municiones, todo. Como no llegaba la gente, los muchachos se empezaron a desesperar, empezaron brotes de indisciplina, se estaban insubordinando. Ya habían pasado 3 o 4 meses desde que arrancamos.
Hablo con ‘Juancho Prada’ y le digo: ¿Cuánta gente me puede prestar? Me dijo que solo tenía 20 hombres. Entonces me prestó 20 hombres y un comandante que se quedo conmigo, que está aquí conmigo ‘Bedoya’, a quien en esa época le decían ‘Bryan’. Yo cojo los 20 hombres, ordene todo, arrancamos y dimos el primer golpe.
Eso fue en Cerro Burgos (municipio de Simití), entramos en chalupa de motor 200 y pasamos todo el río Magdalena.
En Cerro Burgos llegamos y habían unos milicianos, uno se nos metióen una casa y nos disparó con una escopeta, mató dos muchachos, pero los sacamos de allá y los dimos de baja. Ese día murieron él y otras dos personas, una mujer y un hombre. Eran elenos, milicianos, ese día iban de camuflado llevaban un radio, revolver, granadas y la escopeta. Eso fue el 11 de junio de 1998.
Aún no había llegado la gente de Urabá pero los comandantes si habían llegado, entre ellos ‘Ramiro Popeye’. Ellos me dicen que prefieren seguir para adelante, que si cuentan con el apoyo mío ellos avanzan, me puse a pensar y dije: háganle para adelante que el objetivo es el Sur de Bolívar.
Arrancaron por toda esa carretera de Cerro Burgos, a Simití y llegaron a un punto que se llama la ‘Y de Fontes’, que es un punto intermedio entre Santa Rosa del Sur y Cerro Burgos. Al lado izquierdo se cogía hacia San Blas. En ese recorrido se demoraron por ahí 15 días, tocaba con paso asegurado, cada rato los hostigaban, no se podían salir de la carretera porque en los lados habían minas quiebrapatas. De todo eso se dio cuenta la Policía de Simití, no coordinamos nada con ellos, pero ellos se dieron cuenta.
VA: ¿Y en el recorrido previó también la Policía no hizo nada?
JB: Había unos coordinadores, que eran los encargados de hablar con el comandante de policía, con el comandante de un reten: “Ahora háganse pa un lado que es que vamos para dentro”. Eso todo el mundo lo sabía.
En la región del Sur de Bolívar el BCB libró una guerra a muerte con el ELN y contra las organizaciones sociales y campesinas de la región. Archivo Semana. |
VA: ¿Dónde se instalan cuando llegan al Sur de Bolívar?
JB: Entonces llegamos a la ‘Y de Fontes’ y ahí instalamos nuestra primera base. Luego recibo la orden de avanzar hacia Micoahumado en Morales.
En ese momento éramos casi 100 hombres: los 70 que venían de Caucasia, 2 comandantes y los muchachos de confianza de ellos y los 20 que había pedido prestado a ‘Juancho Prada’; más o menos 97 hombres.
Lo primero que hicimos fue una operación hacia Micoahumado que tenía que salir en tres ejes: uno que empezaba más al norte del sur de Bolívar, por los Altos del Rosario; y otro que entraba por Arenales. Esos dos ejes comandados por Salvatore Mancuso o gente de Salvatore, porque toda la operación era dirigida por él. Los hombres míos y yo le teníamos que obedecer, es decir que estábamos bajo órdenes de Salvatore; incluso en esa primera incursión mi comandante inmediato era Salvatore no ‘Macaco’. Y por el otro, nosotros por Moralito y la Arcadia. Allí ya eramos mucho más de 300 hombres.
Llegamos a Micoahumado a finales de 1998, que era un nicho histórico del Eln. Los que llegaron primero iban al mando de alias ‘Noventica’ y otro comandante de Mancuso de quien no recuerdo el nombre.
Luego doy la orden de arrancar a San Blas, entonces ya me fui metiendo más de lleno, haciendo entrenamiento con los muchachos y empecé a leer todas las tácticas y estrategias del Che Guevara, Clausewitz, etc.
En San Blas encontramos sólo 5 o 6 personas; de esas recuerdo a un señor ‘Pata de Loro’ o ‘Pedro Mafia’ quien era el encargado comprar coca en el Sur de Bolívar para pagarle el impuesto al Eln. Allá entraba de vez en cuando el frente 24 o el 4 de las Farc. En la parte norte, por Morales, Arenal, Regidor, el frente José Solano Sepúlveda; Hacia Santa Rosa del Sur el frente Héroes de Santa Rosa; y en San Pablo y Simití la Mariscal Sucre.
VA: ¿Qué pasa en San Blas?
JB: Llegamos a San Blas y este señor se me presenta y me dice quien es, entonces yo reporto eso; ya el mando para esa época no era directamente Mancuso, sino ‘Macaco’.
Teníamos que organizar las cosas con las comunidades, el que iba regresando se le iba diciendo que la guerra no era con los campesinos, que la historia había que partirla en dos, antes y después de la llegada de la autodefensas, que lo que había pasado era un borrón y cuenta nueva, que nosotros les entendíamos que tenían que colaborarle al Eln, porque el Eln era la autoridad en el Sur de Bolívar. Entonces, poco a poco fue llegando la gente a San Blas.
VA: ¿Y cómo se llamaron esas autodefensas?
JB: En el 98 y 99 éramos las Autodefensas del Sur de Bolívar. Ahí ya fuimos entrando en operaciones militares y se combatía a diario. Se organiza una clínica, una fábrica de camuflados, armería, escuela de entrenamiento que estaba bajo el mando de ‘Bedoya’, una emisora yfuimos ocupando territorios. El centro de operaciones era San Blas, la base principal donde yo permanecía. Le pedí a Castaño que relevara a ‘Popeye’ porque porque comenzó con sus irregularidades, robos y acciones de pillaje. Entonces, dejé a ‘Gustavo’ como comandante de todas esas estructuras.
Luego nos tomamos Monterrey (Simití) un sitio clave para las Farc. Puse un puesto de mando avanzado ahí con un señor Carlos, que todavía está vivo y va a ir a versión libre, un viejo ya de muchos años en la guerra. Y le íbamos ganando la guerra al Eln, pero comenzaron a reforzar todo ese grupo de guerrilla, empezó a llegar guerrilla del nordeste antioqueño y del Bajo Cauca.
Pero como ellos atropellaron mucho a la población,la gente se “mamó” del Eln; donde ellos(la guerrilla) hubieran sabido manejar o los hubieran manejado con tacto o con inteligencia allá no hubiera entrado ni autodefensas ni las fuerzas institucionales, eso era el nicho histórico de ellos. Muchos guerrilleros que eran oriundos de la región pasaron a hacer parte después de las autodefensas.
VA: ¿Y allí estaba el Coce del Eln?
JB: Los comandantes del Coce ya no estaban. El cura Pérez había muerto en el 97, Antonio García se había ido para La Bogotana, entre Norte de Santander y el Cesar, y Gabino si estaba allá, por la región de El Paraíso, de El Jardín, Vallecito hacia adentro, en un sito que se llama El Tamal, límite entre Antioquia y el Sur de Bolívar pero más hacia la Serranía. El campamento de Gabino estaba en línea recta del campamento mío a 6 kilómetros.
Inclusive un día hicimos la ‘Operación Vaca’, donde le cogimos todo el ganado a Gabino, como mil cabezas de ganado; los guías y los que mostraron el ganado eran que los que les cuidaban las reses, entonces empezó a volteárseles toda esa población al Eln en 1999. En ese momento el Eln y ya estaba en alianza con las Farc, pero pasó algo que creo que determinó la guerra en el sur de Bolívar: el secuestro del avión de Avianca.
El secuestro del avión de Avianca y la guerra del sur de Bolívar
VA: ¿Qué impacto tuvo el secuestro del avión de Avianca en la guerra en el Sur de Bolívar?
JB: El secuestro del avión en abril de 1999 nadie se lo esperaba. El Eln aterriza y bajan la gente por unos brazos del rio Magdalena. Cuando nosotros nos damos cuenta de eso yo digo: “se nos va a venir un operativo militar tremendo, señores aquí no podemos hacer nada”. Primero, la cantidad de guerrilla que había ahí era impresionante y segundo “por buscar a Juan encuentran a Pedro” y nos bombardean a nosotros. Entonces yo dije todo el mundo acá se recoge, se me visten de civil y se me reparten por los pueblos. Esa operación duró como 3 o 4 meses y se llamó la ‘operación Anaconda’ (abril-junio de 1999), al mando de la V Brigada del Ejército.
La gente del Sur de Bolívar decía : “pero qué bueno que se roben un avión así sea mensual a ver si vemos el Ejército, a ver si vemos las fuerzas institucionales”; que era la única forma en la que la veían. En el tiempo que estuve en el sur de Bolívar, de 1998 al 2001, sólo vi dos operaciones grandes donde hubo presencia del Ejército ocupando el territorio que fueron: la ‘operación Anaconda’ y ‘operación Bolívar’.
Con ese operativo me retiro un tiempo, saco unos días y me voy para Bucaramanga y allá me tenían enterado de todo. Y pasó la ‘operación Anaconda’ y la cantidad de guerrilla que murió en esa época fue impresionante. Eso determinó la guerra en el sur de Bolívar, fue un error estratégico del Eln impresionante.
Cuando ya sale el Ejército, entonces organizo a mi gente, me habían llegado más fusiles, había reclutado, los tenia entrenando en el bajo Cauca; y les meto un barrido impresionante, en donde los cogí desmoralizados y debilitados.
VA: ¿Y cómo regresa al Sur de Bolívar?
JB: Entonces nos tomamos El Paraíso, seguimos avanzando y controlando territorios. Por órdenes de ‘Macaco’, ‘Pata de Loro’ quedó manejando las finanzas, pero era un espía, que le contaba al comandante ‘Julián’ del Eln todos nuestros movimientos. Di la orden de darle de baja a ese señor, y ‘Macaco’ mandó a otra persona para que se encargara de las finanzas y la compra de coca.
Cuando estábamos en El Paraíso ya éramos tres frentes, ya se había llegado a Morales, a Arenal, a Regidor, a Altos del Rosario, a Pueblito Mejía, o sea ya era un ejército.
Eso coincidió también con la importación más grande de armas de las autodefensas (fusiles búlgaros) a cargo de Humberto Agredo, quien nos llevó las armas(ver documento). Fueron como 7.000 y en la otra fueron otro tanto. La ventaja de ese armamento es que era 5.56 y la munición la conseguíamos baratísimas. Después llegaron las PKM y fusiles AK 47.
Los intentos de despeje del sur de Bolívar y el avance paramilitar en el año 2000
VA: ¿Qué pasa en las autodefensas cuando se enteran de un posible despeje de la zona para negociar con el Eln?
JB: Me llama Carlos Castaño y me dice: “Julián hay algo gravísimo, prácticamente está acordado el despeje del Sur de Bolívar para el ELN; y me dice: eso no se puede jamás, otro Caguán pero aquí ya en el obligo del país, a una hora de la única refinería del país, donde quieran paralizar al país lo hacen, no lo podemos permitir”. Entonces llame en todas las comunidades, a lideres de distintas partes y en una hora ya los tenia ahí, y les dije: “señores está pasando esto, ¿qué vamos a hacer?, me dicen que hagamos protestas pacificas en los pueblos y saquemos pancartas diciendo que no queremos lo mismo de las Farc”.
Como a los 20 días volví a hablar con Castaño, y me dice que “aquí va tocar irnos a las vías de hecho”, y le respondí: la única que hay es que nos vamos a la troncal del Magdalena Medio y paralizar este país. Esa gente tenía toda la experiencia del mundo, ¿Quién les había enseñado?: el Eln. Y ellos mismos crean un comité de alimentación, de transporte, de medios de comunicación, y cito a la gente a las 8 am del otro día en la ‘Y de Fontes’, y llegaron como unas 1.500 personas.
Allí agarro un megáfono animándolos y provocando la movilización. Los de San Pablo y Cantagallo taponaban en La Lisama; los de Santa Rosa, Simití y algunos de Morales taponaban en Aguas Claras, en Aguachica; entonces entre La Lisama y Aguas Claras taponamos por ahí unos 100 km. En esa primera marcha salieron por ahí unos 8.000 o 9.000 campesinos, durante 13 días. Hasta que enviaron al ministro de Gobierno, Néstor Humberto Martínez.
Entonces la primera propuesta es organizar un comité y se crea Asocipaz, a la cabeza de Celso Martínez, Carlos Galvis de Santa Rosa, un señor Rafael de San Pablo, Eliseo Acevedo también de San Pablo. En fin, todos los líderes y alcaldes apoyaron eso. La Policía y el Ejército feliz.
Con Asocipaz se consiguió unos recursos para pavimentar la carretera de Cerro Burgos a Santa Rosa, y el compromiso del Presidente y de su delegado de que jamás desmilitarizaría el Sur de Bolívar. Empezaron a hacer unos talleres de sensibilización, pero había conversiones secretas y eso todo se sabía. Entonces otra vez, como a los 2 meses, la gente otra vez para la calle y más motivada todavía porque les habían quedado mal. Ahí fueron 21 días.
Esa vez prácticamente se estaba quebrando el país. Pero, le cuento una cosa, llamaban de las empresas a los lideres: “vea yo tengo tantos camiones allá, por ejemplo de la Olímpica, con verduras que eso es perecedero, con un gusto se los entrego cómanse eso, pero no vayan a permitir eso jamás”; esas avícolas de Santander nos daban huevos, nos daban pollos; los carros de Alpina yogures y quesos.
Como al día 20 me llama Carlos Castaño y me dice: “Julián esto hay que levantarlo ya el país está quebrado, esto ya es antipatriótico”. Y le respondo: “comandante yo no puedo levantar esto, esto ya se me salió de las manos, esto ya cogió su propia dinámica”. La única manera que le vi de resolver eso fue cuando cogí tres líderes y les dije: “vea señores paren esto, ustedes no acatan esto y las autodefensas se van del sur de Bolívar, retiro todos mis hombres”. Entonces a las 11 de la noche ese día estaban circulando ya los carros.
El avance del Bloque Central Bolívar
VA: ¿Y la creación del BCB?
JB: En junio de 2000, Castaño me da la orden de crear un gran grupo de autodefensas en el Magdalena Medio, que agrupara todas las autodefensa del Magdalena Medio, que ojalá quedara la gente de Ramón Izasa, la gente de ‘Botalón’. Realmente no se pudo. Entonces lo organizamos nosotros con las Autodefensas de Santander que habían quedado luego de la muerte de ‘Camilo Morantes’.
Entonces organizamos el bloque, que en un principio se iba llamar Bloque Central Colombiano, pero quedo Bloque Central Bolívar (BCB), se convocaron a los distintos comandantes de Santander, Nariño -que ya estaba mi hermano en Nariño, él llego allá en el 99-, del Bajo Cauca y en una reunión en San Blas nació el BCB. Consideraba que lo más importante no era lo militar sino darle mucho significado y resaltar la parte política. Yo ya había conocido a Iván Roberto Duque ‘Ernesto Baez’, quien para esa época estaba en Cristales dando unas charlas con ‘Doble Cero’. Lo llame y el asumió la dirección política del Bloque y organizó la escuela de estudios superiores Fidel Castaño Gil. Esto fue en septiembre de 2000 y el BCB se constituye como tal en junio de ese año.
En enero de 2001, nuevamente empieza a sonar lo del despeje, entonces Iván Roberto se encarga de todo ese manejo. Se organiza el movimiento “No al despeje” y de ahí sale la idea de que ese movimiento social trascendiera a lo político y se nombra este señor Carlos Clavijo y a Carlos Galvis como segundo renglón (Ver artículo), para apostarle a la ruta del Senado. Se buscó una cámara en el Sur de Bolívar, pero no fue posible encontrar un líder que tuviera como fuerza, se busco una Cámara en Santander y no fue posible, y se apoyó como formula a la Cámara a Rocío Arias en Antioquia. Eso todo lo manejó Iván Roberto Báez.
Entonces, tengo algunas diferencias en el Sur de Bolívar y me voy a Santander, estaba muy interesado en la colaboración de Barrancabermeja, y le entrego el mando a ‘Macaco’. Él iba esporádicamente y se quedaba uno o tres meses. Me voy con la mayoría de mi gente y queda ‘Gustavo’ como comandante, pero también envían a ‘J22’, entonces había un mando compartido al mando de tres frentes: Combatientes de San Lucas, Vencedores del Sur y Libertadores del Rio Magdalena.
En el Bajo Cauca, el responsable de las operaciones militares era ‘J22’; en el sur de Bolívar queda ‘Gustavo Alarcón’; en Santander un muchacho que le decían ‘Felipe Candado’ y en Nariño ‘Pablo Sevillano’, mi hermano.
Yo tenía la responsabilidad en ese momento de Santander y el Sur de Bolívar desde la creación; Macaco tiene la responsabilidad del Bajo Cauca y mi hermano que era autónomo en el manejo de sus clientes.
VA: ¿Y qué pasa en Santander?
JB: Me voy de ahí y me quedo nada más con Santander. Llego y creo el frente Walter Sánchez en nombre de un peladito que me habían matado en el Sur de Bolívar; creo el Frente Fidel Castaño que era el que estaba incursionando en Barrancabermeja; organizo unos hombres y los mando hacia la Provincia Comunera y creo el Frente Comunero Cacique Guanentá; otra gente la envío hacia la Provincia de García Rovira y creo el Frente Patriotas de Málaga; otro frente lo envió para la Provincia de Vélez y creo el Frente Lanceros de Vélez y Boyacá.
Luego organizamos lo de Puerto Berrio y Yondó. En el año de 2001 el Bloque Central Bolívar asume el mando de esos frentes, entonces quedaron adheridos a la estructura que yo comandaba, el Frente Pablo Guarín en Puerto Berrio y el Frente Conquistadores de Yondó.
Después se crean las autodefensas en Risaralda, en el Eje Cafetero. Cuando empiezan los problemas con ‘Doble Cero’ y el comandante de las autodefensas allá en Caldas, que eran orgánicas del Bloque Metro, este comandante se distancia de ellos, busca la ayuda de ‘Macaco’ y con la intermediación de Iván Roberto Duque se logra que esas autodefensas pasen a hacer un frente adjunto del Bloque Central Bolívar.
Después, vienen los desordenes en el Caquetá, el mismo ‘Profe’ le propone a Macaco que se vaya para el Caquetá y asume también el mando allá (ver artículo). Posteriormente, cuando se inician las negociaciones, ‘Rafa Putumayo’ tiene problemas con Carlos, porque lo iba a matar, y ‘Macaco’ se interpone.
Para la negociación, las autodefensas del Putumayo quedan dentro de la mesa del BCB pero no dentro del Bloque. Después pasa eso con ‘Pablo Arauca’ (‘los mellizos Mejía’) y también se admite dentro de la negociación del Bloque Central Bolívar. Por eso la Fiscalía y mucha gente tiene la impresión de que esos dos bloque hacen parte del Bloque Central Bolívar. Hasta el año 2002 nada tenían que ver con nosotros, después para las negociaciones hacían parte de la mesa.
VA: ¿Y por qué el BCB en Vichada?
JB: Eso es otra historia. Llega un momento en que yo le digo a ‘Macaco’ que no soy capaz y que estoy pensando en desmovilizarme, la verdad es que si este proceso de negociación avanza, yo me desmovilizo. Me dijo: venga, vámonos hay unas tierras muy buenas que están vendiendo en el Vichada que eran muy baratas porque yo quiero adelantar -yo no sé quien le metió el cuento- un proyecto de repoblación del país. Entonces los mando cuanto antes para Vichada y allá compramos unas tierras por que yo quiero avanzar en un proyecto, primero que todo, un proyecto productivo para meter todos estos muchachos que no se vayan a quedar sin hacer nada. Y segundo, porque en esa tierra tan rica y tan productiva podemos hacer un macro-proyecto, si conseguimos ayuda del gobierno y si se nos prestan para este proceso de negociación que va a iniciar, entonces cogió toda esa gente, le metió una gente mas y para Vichada. Esa es la historia de esa gente.
VA: ¿En la estructura del BCB quien era ‘Sebastián Colmenares’?
JB: ‘Sebastián Colmenares’ era el primer tipo que le dicen inicialmente que se vaya con ‘Macaco’ a la operación Sur de Bolívar, pero desapareció, le quedó grande. No tengo idea en donde estará, hace muchos años que no lo veo, se que está vivo, a mí la Fiscalía me preguntó mucho por él, pero no tuve mucho contacto con él.
Narcotráfico y Fuerza Pública
VA: ¿Es cierto que el Bloque Central Bolívar nació de la compra de una franquicia por parte del narcotráfico?
JB: Yo no supe jamás que ‘Macaco’ haya pagado un peso por comprar hombres. Lo vi vendiendo propiedades para comprar armamento, porque es un tipo de autodefensas, así la gente piense que es uno de los narcos más narcos de este país, como lo pintaron. Porque aquí se buscan a uno de moda para ponerle la camiseta y él se la dejo poner. Jamás escuche del Bloque Central Bolívar de pagar una franquicia, de pagar tanto porque voy para el Caquetá, eso jamás, jamás.
VA: ¿Se dice también que el Bloque Central Bolívar fue el grupo que le acepta la apuesta a Vicente Castaño de llevar las autodefensas al sur del país, por ejemplo al Caquetá?
JB: No. Con el Caquetá yo nunca estuve de acuerdo. Eso fue un proyecto que manejó ‘Macaco’, porque la familia de su señora era del Putumayo y conocía algo de esas tierras por allá. Pero a mí me pareció una locura porque una cosa es pelearse con el Eln en el sur de Bolívar y otra era combatir con el ‘Mono Jojoy‘ y el ‘Negro Acacio’, contra un bloque como el Oriental que tenía 18 Columnas Móviles y 22 frentes.
Ese cuento es una locura y con unas Fuerzas Militares corruptas, porque así como las fuerzas militares eran nuestras aliadas en las cosas que hicimos, así eran en el sur con la guerrilla. Yo creo que eso obedeció más al temperamento de ‘Macaco’, que era un hombre muy entregado y cuando se proponía algo lo hacía. Fue circunstancial, no fue programado, de hecho los hombres que perdimos en Caquetá no los perdimos en ninguna parte, allá se perdió armamento y vidas. Hubo combates donde murieron más de 100 hombres, que en un combate de las autodefensas jamás sucedió eso.
VA: ¿Y en Nariño?
JB: Lo de Nariño fue una cosa distinta. Mi hermano no conocía nada de esto. Cuando llegó al Bajo Cauca donde Macaco, él me visita, lo conoce y se hace amigo de él. Y un día decide quedarse en las autodefensas.
Mi hermano conoce a un tipo que traía armamento de Panamá y se va a traer armamento con él. Luego conoce a Vicente y él le propone que se vaya con una gente de ‘Adolfo Paz’ (‘Don Berna’) para Nariño. Cuando eso arranca eso no era ni siquiera del Bloque Central Bolívar, ya después pasa a hacer parte del BCB.
VA: En cuanto al financiamiento del grupo ¿Cuál fue la relación entre el Bloque Central Bolívar y el narcotráfico? Mucha gente afirma que la expansión fue paralela al avance de los cultivos ilícitos.
JB: Al principio tuvimos unas diferencias con Carlos (Castaño) respecto a la forma de cómo se conformaban los frentes. ¿Pero dígame en que zona del país no había cultivos ilícitos durante el tiempo en que estuvimos inmersos en el conflicto y hasta hoy? Cuando ‘Macaco’ llegó al bajo Cauca no había cultivos ilícitos, había por los lados del río Ponce; de hecho en el Bajo Cauca, en la propia Caucasia usted ahí no encuentra cultivo, tiene que ir a Zaragoza, o a Tarazá, a la Caucana o Ituango para encontrarlos.
‘Macaco’ no propuso el Sur de Bolívar, a él le dieron una orden. Yo no conocía una mata de coca, jamás la había visto cuando llegue al sur de Bolívar. Yo me voy para Santander, y había cultivos ilícitos en Puerto Pinzón pero esa zona estaba al mando de ‘Botalón’.
No puedo negar que mientras estuve en el Sur de Bolívar jamás me financié de la coca; lo que no podía hacer era ir donde un campesino a quitarle 100 pesos de sus plantaciones, teniendo esa región llena de compradores de coca. Al comprador de coca era a quien le quitaba la plata para financiar mi guerra; los que tenían los laboratorios, me tenían que pagar para poner el semillero.
Y es que un grupo irregular ¿de qué se financia?, con la economía predominante en la región donde están, yono puedo llegar a pedirle a los campesinos del Sur de Bolívar que me den sus cultivos de papa, allá lo que hay son cultivos de coca o minas. Cuando me fui a Santander me financié de la gasolina: tenía ese tubito ahí que era como el banco mío; yo necesitaba comprar tres fusiles, les decía a los muchachos péguense de eso (del tubo) porque sabía que ahí tenía plata inmediatamente.
Entonces, una guerra se pierde o se gana de la siguiente forma: yo me quedo con la ética y la moral pero perdiendo la guerra, o la gano empleando varios medios; yo ya no me puedo zafar cuando estoy en una guerra y más teniendo un enemigo como el que teníamos nosotros que no tenía ninguna ética, ni ninguna moral, no escatimaba en nada (…) Y una guerra se gana con plata, vea al Eln fue muy moralista, ¿pero en que quedó el ELN?
Todo ejército, como el nuestro, como el de la guerrilla que perdura en el tiempo tiende a degradarse; ese fue uno de los motivos por el cual yo dije esto hay que pararlo, es que nos convertimos en una máquina de matar, en una maquina generadora de empleo que entregaba licencias para matar. Esos no fueron los principios por los cuales empuñamos un arma… Imagínese si no hubiéramos parado, no puedo imaginar cómo estaríamos ahora.
VA: Militarmente ¿Hubiera sido posible acabar con las autodefensas?
JB: No, y usted sabe cómo les esta yendo ahorita a las Fuerzas Militares; están muy poco motivados como para llegar y enfrentar a la guerrilla… pero es que la culpa no es sólo de los militares: aquí no había voluntad política para atacar la guerrilla. Aquí los responsables no son los militares, ellos son un instrumento más como lo éramos nosotros… para mí los mayores responsables de todo esto es la clase dirigente y política.
VA: Hablando del tema de militares, en el caso del Bloque Central Bolívar ¿Cómo se explica la relación entre paramilitares y fuerza pública? ¿Por qué se da?
JB: Eso es de la lógica misma de la guerra, eso es la naturaleza de la supervivencia. Yo estoy en una región rodeado de guerrilla y llega un ejército irregular a quitarme eso de encima y a darme un poquitico de respiro, yo no voy a atacar al que me está haciendo ese trabajo, me facilita las cosas.
Y es que nosotros llegamos a esos municipios, y la policía no salía de una cuadra y estaban advertidos, le mandaban la razón allá, “no salgan de esta cuadra porque si salen los matamos”; después llegábamos nosotros, liberamos eso y ellos ya no hacían sino beber relajados porque el trabajo estaba en manos de nosotros; entonces no sólo nos tocaba enfrentar el enemigo histórico por el cual nos habíamos visto obligados a empuñar un fusil sino que nos tocaba hacer las veces de policía, de alcalde, de inspector de policía… todo esos trabajos los hacíamos nosotros; a nosotros en esas regiones nos tocaba solucionar problemas hasta de matrimonio, infidelidad, de linderos, sucesiones, jueces, hacíamos de todo. En los pueblos no creían en las instituciones, era más efectivo el comandante ‘paraco’ que el inspector de Policía o que el Juez de un municipio de esos.
¿El país no sabía lo que estaba pasando en materia de orden público?, ¿no sabía lo que pasaba por ejemplo con Barrancabermeja? ¿Nadie sabía nada? ¡Que hipocresía tan impresionante!
Es que yo no nací asesino, a mi me hicieron asesino, y hay gente que le va gustando la cosa y se vuelve el más asesino de este país, porque ¿Esa fue la vida que escogimos nosotros?, pero es que ¿a quién le va gustar una vida de esas? la vida del paraco es muy berraca, la vida del guerrillero es muy berraca, la vida del soldado esa sí que es dura, y vea lo que les está tocando hoy: por nada los están metiendo a la cárcel.
Entonces, yo consideré que, dando el paso de la desmovilización y entregando el armamento, se iba a gestar el comienzo del fin de la guerra en este país… pero vea que miedo que venga una nueva generaciónde paramilitares sin ninguna ideología, sin ningún principio, sin ninguna causa. ¿Se imaginas lo que puede pasar? Mucho más violenta, mucho más criminal, más belicosa, traqueteando y todos matándose por un kilo de coca.
Desmovilización y rearme
VA: ¿Cuál es la explicación para el surgimiento de esa nueva generación de paramilitares?
JB: La culpa no es sólo del gobierno, el país entero dejo tirado este proceso, dentro de ellos los medios de comunicación… yo no estoy diciendo sáquenos de la cárcel, pero venga construyamos, construyamos escenarios de reconciliación, venga cojamos esos muchachos, venga trabajemos con ellos, venga desestigmaticémolos, hagamos más por este proceso, ¿cómo? Ahí tenemos todos los medios, ahí están todos los desmovilizados y es que el proceso no es sólo con los jefes.
VA: ¿Por qué cree que están matando desmovilizados?
JB: Los están matando porque muchos de ellos están ingresando a esos grupos, y otros que se están negando a ingresar, los están matando. Para mí es eso, no hubo asistencia por parte del Gobierno; el programa de reincorporación o reintegración no ha funcionado, tiene algunas cosas buenas, porque eso no lo podemos negar: hay mucha gente estudiando, o sea no todo es malo, pero hay mucho que componer, el programa tiene que llegar a todas esas regiones.
Paramilitares, políticos y empresarios
VA: En el caso de vínculos con empresarios y políticos, ¿Se sienten ustedes engañados? ¿Faltó mayor responsabilidad de aquellos que tuvieron vínculos con ustedes?
JB: ¿Nosotros engañados? no, están engañando a todo el país. El daño lo podemos sufrir nosotros de primera persona o en términos inmediatos, pero el daño real se lo están haciendo a todo el país. Hay gente que la guerra y el conflicto no la afecta, por el contrario la beneficia, y hay muchos empresarios que se benefician del conflicto.
Para ellos la guerra es un modus vivendi y hay políticos que consiguen más votos en un país en guerra que en uno en paz; porque son de esos que no tienen partido, ni color, ni patria, que con el de turno están y son muchos los políticos de este país que son así; con el de turno o con el que manda en la región,es que no sólo los paramilitares y las guerrillas se benefician de un país donde no hay estado: hay diferentes criminales y caciques políticos que quieren grupos armados, y esos políticos van por esos votos y si les toca hacerles la venia, la hacen; y si les toca hablar con este paramilitar aquí, y luego les toca con ese guerrillero ahí, por 100 o 200 votos, lo hacen, eso ha pasado siempre pero eso no aporta nada.
VA: Los políticos que mencionó ¿fueron parte del movimiento de autodefensas, fueron parte de ustedes?
JB: No, ellos no son de ningún movimiento, ellos son del de turno; creo tener la absoluta seguridad de que ninguno era ni guerrillero ni paramilitar…esos señores que están metidos en la Picota, en el congresito ¡qué paramilitares van a ser! Esos buscadores de votos, buscan es el bien de ellos y con el que sea, pero no les interesa sino el voto no más, pero de sentido social no saben nada.
Ley de Justicia y Paz
VA: Frente al actual proceso de Justicia y Paz ¿Qué tanta verdad cree que necesita el país?
JB: Yo creo que este país no aguanta con toda la verdad. Porque mire lo que está pasando, le doy un solo ejemplo: después de que Mancuso hablara algo de Juan Manuel Santos y de Francisco Santos, ¿Qué pasó?
Hace poco habló ‘Adolfo Paz’, Diego Fernando Murillo Bejarano, habló desde Estados Unidos sobre la operación Orión y habló del General Gallego, ¿Qué pasó?
Yo le digo una cosa, yo sé que tengo que decir parte de la verdad pero se también estratégicamente, como un hombre de guerra que fui, qué verdad no puedodecir, eso es muy personal de cada quien.
Y seamos realistas, póngase en la posición de nosotros. Raúl Hasbún lleva años pidiendo protección para su familia por la verdad que tiene que decir sobre los empresarios bananeros… más de un año… ya le amenazaron a la mujer, no le han dado nada.
VA: ¿Eso explicaría la extradición de ‘Macaco’ el año pasado?
JB: Sí. Si algunos están delinquiendo, y si tienen pruebas que las digan. Pero ¿los 13 o 14 que se llevaron estaban delinquiendo? eso es falso, era gente que estaba comprometida. Uno de ellos, Mancuso.
VA: ¿Qué tan buena o mala ha sido la Ley 975 para obtener verdad y justicia?
JB: La Ley puede tener cosas buenas, pero inaplicables. Primero es imposible que nosotros cumplamos con todo lo que nos exijan, imposible; le voy a decir de un caso no más. Ahora con la última jurisprudencia de la Corte se obliga a contextualizar los hechos, frente a las circunstancias, tiempo, modo y lugar; mejor dicho yo tengo que decir hasta que comió la víctima el día anterior.
En mi caso, llevo dos años haciendo de policía judicial, y no he salido de una oficina donde me meten toda la mañana para atender abogados que salen a investigar. Hay cosas que son imposibles saber y más si el comandante de esas zonas era autónomo. ¿Cómo vamos a hacer con eso? Así las cosas, nosotros no vamos a salir nunca.
VA: ¿Cuánto tiempo lleva en versiones?
JB: Llevo dos años y no voy ni en el 20%. Tengo más de 2.000 procesos. Diseñé un formato donde les pido a mis muchachos el hecho y la víctima y casi todos son N.N. dónde fue asesinado y el responsable y no más: no saben el motivo, y me dicen “no, pues las órdenes me las dio el comandante tal”, y lo que pasa es que al comandante lo mataron hace rato o no se presentó a audiencia, entonces ¿uno cómo va hacer?
VA: ¿Qué cree que va a pasar con este proceso de Justicia y Paz?
JB: Hay que ayudarle a la justicia en lo que más se pueda; el 90% de los hechos que nosotros estamos aceptando estaban antes archivados, estaban en la absoluta impunidad… yo creo que esto es muy bueno; hay mucha gente esperando respuesta sobre qué pasó, dónde y por qué; saber que pasó con ellos aminora un poquitico ese dolor, eso es bueno.
Los pocosque estamos comprometidos con este proceso no debemos desfallecer, debemos seguir, para sacar esto adelante. Para mí, el mero hecho de que estamos descongestionando la justicia, que el país le está llevando respuestas a muchas de las víctimas es gratificante a pesar de los ataques, a pesar de todo lo que uno tiene que pasar, las humillaciones cuando va a esas diligencias de versión libre. Ver a un familiar de una víctima tranquilo porque ya sabe que pasó con su ser querido; si estaba en alguna fosa, se le entregó el cadáver… eso es bueno, eso es lo mejor de todo.
VA: ¿Se arrepiente de algo?
JB: No me arrepiento de haber entrado a las autodefensas, me arrepiento de no haber regulado muchas acciones y de haber dejado que esa organización actuara sin ponerle los límites; es que para mí lo que me llevo a ingresar a las autodefensas fue bueno y fue justo, pero me deje llevar por esa espiral de violencia, tanto, que le perdí el control.
VA: ¿Se sorprende del tamaño que adquirió esa espiral de violencia y era consiente de su magnitud en esa época?
JB: Se involucró a mucha gente que no tenía mucho conocimiento y nada tenía que ver con la guerra; se cometieron muchas injusticias y eso es muy doloroso… murió mucha gente por cosas que no habíamos visto… es muy distinto que se muera el enemigo a que se muera un inocente.
VA: ¿Qué quisiera hacer después que arregle las cosas con Justicia y Paz y cumpla su pena?
JB: Si algún día recobro mi libertad, yo quisiera educar mis nietos ya que no pude educar a mis hijos y también reparar el dolor que les cause a mis hijos, porque sufrieron mucho.
VA: ¿Le tiene miedo a una posible orden de extradición?
JB: Ya le perdí miedo a eso, le tengo miedo es a no saber que va a pasar con mi familia cuando me extraditen; más que miedo por uno da miedo es por los familiares, todo va en contra de ellos, los ataques…son atacados hasta por los propios amigos. No es miedo a la extradición, o a la pérdida de libertad física, sino miedo por lo que vaya a pasar con ellos.
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