#ResistiendoEnCuarentena. Abrimos este espacio para que víctimas y comunidades afectadas por el conflicto armado cuenten cuáles son sus necesidades y cómo lidian con la pandemia del Covid-19.
Por: Hernando González, líder campesino del Equipo de Comunicación Rural de Opds Montes de María
Desde que escuché un día por la radio lo del coronavirus, ya que en mi comunidad muchas veces la conectividad es difícil, y luego de pasados varios días bajé a un pueblito cercano y vi que lo que el Covid-19 se expandía por todo el mundo, pensé que eran dos cosas diferentes, pero luego pude averiguar que se trataba del mismo virus.
Desde ese día, mi cerebro no ha dejado de pensar en cómo proteger a nuestra comunidad campesina: pienso en mi vereda, luego en el corregimiento y en cada una de nuestras poblaciones. Donde vivo no hay hospitales, no hay puestos de salud y hay pocas carreteras. Pero teníamos que vender, como campesinos, nuestra producción en los mercados como el de Cartagena, donde hay un foco grande del Covid-19. Eso no me dejaba dormir tranquilo.
Sé que si llega a haber un caso, toda nuestra población campesina, lo más lógico, es que se contagie. Me puse triste, pero entendí que tenía que hacer algo. Lo primero que vi fue mi celular, compré un paquete de datos y empecé por las redes sociales a informar la gravedad del caso y que, como campesinos, tenemos que protegernos. Sacaba notas y hasta vídeos en mi perfil.
Fue algo maravilloso porque muchos de mis amigos me comentaban que ese era el camino, pero también entendí que muchos de nuestros compañeros y compañeras no tienen redes sociales y me tomé la tarea de hacer pequeñas reuniones en diferentes sectores socializando que era o que es el Covid-19, con amigos, con juntas de Acción Comunal y asociaciones campesinas, hasta que logré mi meta: que todo un corregimiento con sus veredas, llamado Santo Domingo de Meza, en El Carmen de Bolívar, hiciera cierres preventivos, controlando los carros y motos que a diario nos visitan. Esas medidas las logramos en consenso con todos los pobladores.
Logramos entender, además, la gravedad de la pandemia y que vivimos en un Estado cuya prioridad nunca ha sido el campo; que nuestra prevención no viene del gobierno nacional; que nosotros mismos, con la organización social campesina, creamos nuestra propia forma de gobierno comunitario, donde nuestra prioridad es escucharnos y actuar en consenso.
También entendimos que producimos el alimento fresco, sano, y que eso nunca lo ha entendido el gobierno nacional; sin embargo, tras el abandono histórico y en plena pandemia, los campesinos montemarianos seguimos de pie, produciendo sin ningún apoyo, y que hemos llevado también alimentos desde nuestras parcelas a familias vulnerable de las ciudades, una deuda histórica que tiene el gobierno nacional y un juicio moral con los campesinos.
Por eso mi misión es seguir, en cada una de las veredas y corregimientos, fortaleciendo los cierres preventivos, porque no queremos enfermarnos, queremos seguir produciendo comida.
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“Yo me encargo de informar de voz a voz todo lo relacionado con la pandemia”
La fuerza de la Guardia Indígena contra dos enfermedades: coronavirus y conflicto armado