En la información que ha trascendido sobre la inteligencia que se hizo de algunos magistrados, hay varias de las claves para entender el alcance del escándalo.
Completamente insatisfechos se declararon los magistrados de las Altas Cortes tras recibir el informe enviado por el gobierno sobre la inteligencia que organismos como el DAS y la Unidad de Inteligencia y Análisis Financiero (Uiaf) hicieron de algunos de sus miembros. Son siete las preguntas que hacen las Cortes: ¿Quiénes fueron las víctimas de las irregulares averiguaciones? ¿Quién las ordenó? ¿Por qué? ¿Con qué presunta competencia? ¿Durante qué lapso y qué procedimientos se hicieron? ¿Con qué cobertura? y ¿A quién o a quiénes les fueron reportados los resultados? El gobierno adujo que la información no se puede entregar por la reserva que tiene, por su carácter confidencial y por ser ahora materia de investigación. Sin embargo, en las versiones que de los hechos han dado los protagonistas del escándalo ya se encuentran algunas luces para saber qué fue lo que pasó.
Todo comenzó en Palacio
Las afirmaciones de la ex directora del DAS María del Pilar Hurtado a Semana y las declaraciones a la Fiscalía de su ex subdirector de Contrainteligencia Jorge Lagos, confirman que la investigación a las actividades de varios magistrados de la Corte Suprema nació de una solicitud del Palacio de Nariño. Hurtado le dijo Semana: “A mí en Palacio (Bernardo Moreno, secretario general) me plantearon la necesidad de verificar la relación entre el narcotráfico y la Corte Suprema de Justicia”. Lagos confirmó esa versión en la Fiscalía. Dijo que la instrucción que recibió de Hurtado era verificar “un posible viaje de unos magistrados con un señor llamado Ascencio Reyes”. Esas pesquisas arrancaron en noviembre de 2007. La investigación confirmó que hubo tal viaje en junio de 2006, y documentó el listado de pasajeros de los vuelos chárter que se hicieron. Para esto se envió una comisión del DAS a Neiva para confirmar los hoteles donde se quedaron los magistrados y quién pagó las cuentas.
La ruta de la información
Esa información fue compartida meses después con funcionarios de la Presidencia de la República, según Lagos: “La doctora María del Pilar me comentó que fuera a la oficina del Palacio a donde el doctor César Mauricio (Velásquez) para que le contara ese resultado. Estando en esa oficina llegó el doctor José Obdulio (Gaviria)”. Lagos agregó: “Le conté al doctor José Obdulio que había encontrado el vuelo. Los días que habían viajado. No recuerdo si se quedó con una copia del listado”. El mismo Lagos consideró el procedimiento como “un caso especial”. Llama la atención que los resultados de una investigación tan delicada y secreta del DAS sobre la presunta relación de magistrados de la Corte Suprema con un presunto narcotraficante, fuera entregada prioritariamente al secretario de Prensa de Palacio de Nariño y mostrada a José Obdulio Gaviria, consultor de una agencia de cooperación internacional. También genera inquietud que Gaviria, un particular, hubiera podido quedarse con una copia de una investigación de tal nivel de sensibilidad. Según le dijo Gaviria a RCN Radio, “era un asunto público” y a La FM le dijo que “entré, oí unos comentarios, e inmediatamente salí”. Gaviria dijo que tuvo una cita con los del DAS “para hablar sobre mi libro ‘Sofismas del terrorismo’ y el fenómeno de la llamada guerra política”.
La reunión de la foto
El ex director de Inteligencia del DAS Fernando Tabares dijo a la Fiscalía que una de sus tres visitas a Palacio fue con su jefa María del Pilar Hurtado y con Lagos a una reunión con el secretario general Bernardo Moreno; el asesor de comunicaciones Jorge Mario Eastman, y donde Gaviria también estuvo por un tiempo. Según Tabares y Lagos, el objetivo de la misma era confirmar si una foto que tenían los de Palacio correspondía a un personaje que causaba inquietud. La foto había sido tomada el día de la posesión del fiscal General, Mario Iguarán, en el Palacio de Nariño. La verificación de la imagen, según dijo Lagos en su declaración, habría sido entre el 23 y el 25 de abril de 2008. Estos días coinciden con la visita que el ex paramilitar desmovilizado alias ‘Job’ hizo a la Casa de Nariño para entregar supuestas pruebas de un complot de la Corte Suprema de Justicia contra el Presidente.
Según el comunicado de prensa de Palacio de la semana pasada, las inquietudes se habrían originado por “solicitudes de periodistas, particularmente de la revista Semana y el periódico ‘El Tiempo’, inquiriendo sobre las razones de la presencia del señor Ascencio Reyes en la Casa de Nariño”. Estas pesquisas, dice Palacio, se habían hecho “durante los últimos meses de 2007 y primeros de 2008”. En realidad, Ascencio Reyes y el viaje a Neiva de los magistrados sólo lo conoció la opinión pública el domingo 27 de abril, gracias a una coincidencia de publicaciones de El Tiempo y Semana, y a un comentario de la columnista Salud Hernández. El comienzo del artículo del diario capitalino dice al referirse a las sospechas sobre las actuaciones de Magistrados de la Corte Suprema de Justicia: “…Pero esta vez, la versión llegó a varios medios reforzada con documentos sobre cuatro vuelos chárter contratados para un homenaje al magistrado Yesid Ramírez, en el 2006; un video, incautado por el DAS en diciembre de ese año; y el nombre de Ascencio Reyes Serrano, opita muy cercano a la Corte y a la Fiscalía. ¿Con qué autoridad moral la Corte captura congresistas por recibir un boleto de las AUC si ellos convivían con un testaferro ‘para’, se pregunta uno de los denunciantes”.
Tan reservados
El 22 de abril de 2008 el DAS le pidió a la Uiaf información de inteligencia financiera de todos los pasajeros de dicho viaje, incluidos varios magistrados de la Corte Suprema. La respuesta se elaboró el 24 de abril y fuerecibida en el DAS el 29 de abril. Hay dudas sobre si algo de esa información llegó a manos diferentes a las que dictan los protocolos establecidos para el manejo de datos confidenciales como los solicitados. La inquietud surge de dos reuniones. Una de ellas fue la visita que dos funcionarios de la Uiaf hicieron a Palacio. Según Mario Aranguren, director de esa entidad, él autorizó la reunión en la que se compartió información clasificada porque allí estaba la directora del DAS. También estuvieron, según la Uiaf, Bernardo Moreno, José Obdulio Gaviria y el secretario jurídico de la Presidencia, Edmundo del Castillo. Aranguren dice que en ese momento sólo se compartió la información de Ascencio Reyes, en un momento en que la investigación sólo contenía el nombre de un magistrado.
La otra reunión fue en la Uiaf, cita en la que Aranguren estuvo con uno de sus asesores, y por el DAS estuvieron tres personas: María del Pilar Hurtado, Alberto Lagos y Rafael Humberto Monroy, quien era el enlace entre ambas entidades. Lagos le dijo a la Fiscalía que en esa reunión se habló de la información de varios magistrados, y que Aranguren quedó de enviársela directamente a la directora del DAS. Esto último contradice lo que Hurtado ha dicho en los medios, de que sólo conocía de la investigación de Ascencio Reyes y la de un magistrado.
Según Lagos, en el convenio entre la Uiaf y el DAS, hay una cláusula donde las “partes se garantizan mutuamente la confidencialidad de la información reservada”. Por eso, genera preguntas que se hubiera compartido con funcionarios de Palacio. Curiosamente, es la misma reserva que aluden tanto el DAS como la Uiaf a la petición del Comité Interinstitucional de la Justicia para no entregarle información sobre la investigación que afectó a algunos de los magistrados. Tal vez por esta razón, las Cortes volvieron a exigirle al Presidente respuesta a sus preguntas, y un pronunciamiento sobre las que consideran “anomalías realizadas contra magistrados de las Altas Cortes y sus familias”.
Publicado por Semana 24/05/2009 Edición 1412