La huella del coronel (r) Jorge Eliécer Plazas Acevedo en Urabá

      
Este exoficial del Ejército no solo está relacionado con el crimen del humorista Jaime Garzón. Su paso por el Urabá antioqueño también dejó marcas de guerra en connivencia con grupos paramilitares, según lo han confesado exjefes de las Auc.

Corone (r) Jorge Eliécer Plazas Acevedo. Foto: archivo particular.El capturado excoronel del Ejército Jorge Eliécer Plazas Acevedo, conocido en el mundo del paramilitarismo como ‘Don Diego’, no solo tiene a cuestas responsabilidades penales en el crimen del humorista y periodista Jaime Garzón, y en la muerte de los investigadores del Cinep, Mario Calderón y su esposa Elsa Alvarado. Su paso por la Brigada 17 del Ejército, en el Urabá antioqueño, también dejó algunas huellas que ha sido destacadas por exjefes paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc).

Su impronta más pronunciada está relacionada con la Operación Génesis, ejecutada por tropas especiales de esa guarnición militar a finales de febrero de 1997 contra supuestas posiciones de la guerrilla de las Farc en una tupida zona selvática del departamento de Chocó, la cual fue adelantada de manera conjunta con hombres de las Autodefensas Campesinas de Córdoba de Urabá (Accu), quienes, además, les sirvieron de guías. (Ver: Doce paramilitares fueron guías del Ejército en la Operación Génesis: ‘el Alemán’)

En esa operación fue asesinado salvajemente el campesino Marino López Mena por un comando paramilitar. Por ese hecho, el 24 de agosto de 2012, fue condenado a 25 años de cárcel el exgeneral Rito Alejo Del Río, comandante en esa época de la Brigada 17 y superior jerárquico de Plazas Acevedo, quien para esa época era el Jefe de Inteligencia de esa unidad militar, conocida como B2. (Ver: El crimen que envió a la cárcel al ‘Pacificador del Urabá)

Además de ese cruento crimen, la operación Génesis generó uno de los mayores desplazamientos de población civil para esa época. Se calcula que por lo menos 4 mil personas salieron despavoridas de las regiones del Cacarica, Truandó, Salaquí, Jiguamiandó y Curvaradó, huyendo de los bombardeos de la aviación del Ejército y de las presiones por tierra de las tropas especiales y de los paramilitares de las Accu.

El abandono de esas tierras también produjo uno de los procesos de despojo más sofisticados de que se tenga noticia en el que participaron comisionistas, inversionistas y empresarios, respaldados por los paramilitares para desarrollar en ellas un ambicioso proyecto de siembra de palma de aceite. Por este caso ya hay algunas condenas. (Ver: “Palmicultores se asociaron para delinquir”: Juez)

En la Operación Génesis
Uno de los exjefes paramilitares que ha detallado las relaciones con Plazas Acevedo es Fredy Rendón Herrera, alias ‘El Alemán’, quien en diferentes momentos en los últimos siete años y ante diversas autoridades judiciales, ha hecho referencia a una reunión sostenida con Plazas Acevedo para discutir los pormenores de una gran operación militar contra facciones del Frente 57 de las Farc asentadas en la región del asentadas enel Bajo Atrato chocoano.

En ese encuentro, dado al parecer a comienzos de 1997, estuvo ‘El Alemán’ junto con sus compañeros de Accu, Elmer Cárdenas y Carlos Ardila, en la sede de la Brigada 17, con sede en Carepa, Urabá antioqueño. Allí, el oficial les explicó detalles de la operación que se realizarían por tierra y aire, con la participación de los batallones Fuerzas Especiales 1 y Contraguerrillas 35, y que atacarían facciones de la subversión en las zonas selváticas de Salaquí, Cacarica y Truandó y les habló de la necesidad de tener guías, dado que era un terreno selvático y necesitaban hombres con experiencia.

Una vez consultado el asunto con Carlos Castaño, jefe de las Accu para esa época, se dispuso de doce paramilitares para que se integraran a las fuerzas especiales del Ejército que iban a desarrollar la operación Génesis. La misión de reclutarlos le fue encomendada a un experimentado paramilitar llamado Julio Cesar Arce Graciano, alias ‘ZC’, quien seleccionó once hombres y con ellos se presentó a la sede de la Brigada 17, con sede en Carepa, Antioquia, y se puso a las órdenes del coronel Plazas Acevedo.

Todos los guías fueron incluidos en los equipos de militares que fueron transportados por aire y que viajaron hasta la zona del Salaquí el 24 de febrero de 1997, dando así inicio a la Operación Génesis. De acuerdo con la Orden de Operaciones N. 004, el objetivo era atacar las zonas conocidas como Tamboral, La Loma de Salaquí, Playa Bonita, Regadero, Caño Seco, Bocas de Guineo, Teguerré, Puente América, La Nueva y Clavellino.

Pero los compromisos con el Jefe de Inteligencia de la Brigada 17 no sólo implicaban el uso de guías paramilitares. De acuerdo con Rendón Herrera, con este oficial también se acordó que las tropas no entorpecieran el avance que llevaban las Accu hacia las mismas zonas donde se estaba realizando la Operación Génesis. Por estos hechos, el Estado colombiano fue declarado responsable por la Corte Interamericana de Derechos Humanos. (Ver: Estado no protegió a comunidades durante Operación Génesis)

Y es que justo el mismo día que el Ejército comenzó a penetrar la zona, las Accu iniciaron la que ellos llamaron la ‘Operación Cacarica’, una fase de su avance hacia el sur del Urabá chocoano a través del cual se pretendía hacer presencia en un amplio sector del Bajo Atrato, santuario del Frente 57 de las Farc. (Ver: El contubernio entre Rito Alejo del Rio y los paramilitares)

Hacia Mapiripán
Plazas Acevedo también ha sido nombrado por el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso. En audiencia de versión libre realizada ante fiscales de Justicia y Paz el 15 de enero de 2007 en Medellín, aseveró que para perpetrar las masacres de Mapiripan y La Cooperativa, Meta, en julio de 1997, contaron con su ayuda. (Ver: Mancuso señaló a general Del Río y a Víctor Carranza)

Según Mancuso, esa operación paramilitar fue organizada por Carlos Castaño, Carlos Mauricio García, alias ‘Doblecero’, y el coronel Plazas Acevedo. El comando armado del que se dispuso salió en dos grupos, desde Necoclí y Apartadó, y se trataba de hombres expertos en la guerra que enfrentarían en esa lejana región del suroriente del país a facciones guerrilleras de las Farc, pero acabaron masacrando a la población civil con el argumento de que, según inteligencia militar, eran “auxiliadores” de la insurgencia. Allí perdieron la vida por lo menos 49 personas.

“Un día que estoy donde Carlos le pregunto cómo hizo usted para mover esa gente hasta allá y me dijo: ‘fueron dos aviones que contratamos, eso hubo que hablar con la Fuerza Aérea para que no molestaran a esa gente, hubo que cuadrar aeropuerto, hubo que cuadrar a todos, para que la gente saliera y llegara sin problemas allá. Yo me reuní con el coronel Plazas y con el coronel Lino Sánchez para planificar la situación’”, evocó Mancuso ante los fiscales.

De Urabá a Bogotá
Otro paramilitar que ha hecho alusión a Plazas Acevedo es Diego Fernando Murillo Bejarano, alias ‘Don Berna’. Según este exjefe paramilitar, el entonces Jefe de Inteligencia de la Brigada 17 le colaboró a los sicarios de la banda La Terraza de Medellín en la comisión del crimen de los investigadores del Cinep Mario Calderón y Elsa Alvarado, perpetrado el 19 de mayo de 1997 en su apartamento del barrio Chapinero de Bogotá. (Ver: DAS e inteligencia militar fueron cómplices de los Castaño: ‘Don Berna’)

En versión libre rendida ante fiscales de la Unidad de Justicia y Paz los días 13 y 14 de febrero de 2012, desde su sitio de reclusión en una prisión de Estados Unidos, alias ‘Don Berna’ aseguró que los dos investigadores fueron asesinados porque Plazas Acevedo les suministró información sobre la supuesta militancia de ellos en un grupo guerrillero.

“Esta es una información que le llega a Carlos (Castaño) por inteligencia Militar, concretamente la pasa un coronel Plazas del Ejercito le decían ‘Don Diego’, que era el seudónimo”, relató Murillo Bejarano, y agregó: “él pasaba la información de que los esposos Alvarado hacen parte de la estructura del Eln y son los que manejan la parte Política y social”.

Una decisión llama la atención en el caso de Plazas Acevedo: su traslado, a comienzos de 1998, a la Brigada 13 del Ejército, con sede en Bogotá, una vez su mando superior, el general Del Río, fue nombrado comandante de esa guarnición. En esa unidad militar también se desempeñó como Jefe de Inteligencia, dependiendo nuevamente y de manera directa de Del Río, y al parecer no perdió sus supuestos nexos con grupos armados ilegales, fortalecidos en Urabá.

Por lo menos así lo dejó claro otro exparamilitar, Jesús Emiro Pereira Rivera, alias ‘Alonso’ o ‘Huevoepisca’, quien se desmovilizó con el Bloque Centauros de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc). Ante fiscales de la Unidad de Justicia y Paz declaró que la llegada a la capital de la República de facciones de ese grupo armado fue apoyada por Plazas Acevedo.

“Fue Rito que nos recomendó el coronel Plazas”, dijo. “Cómo éramos nuevos (en Bogotá), Rito Alejo me presentó”, precisó Pereira, quien aclaró, de paso, que conoció al exgeneral del Ejército a través de los entonces jefes paramilitares Freddy Rendón Herrera, alias ‘El Alemán’, y de Raúl Hasbún Mendoza, alias ‘Pedro Bonito’.

Alias ‘Alonso’ o ‘Huevoepisca’ acusó a al excoronel Plazas de la desaparición de uno de sus hombres, el paramilitar José Huber Coca Ceballos, alias ‘Camilo Coca’, quien operó por varios años en el Urabá antioqueño en el Bloque Bananero de las Auc bajo el mando de Hebert Veloza García y luego pasó al Bloque Centauros, donde se convirtió en el enlace con Plazas para intercambiar información de inteligencia, razón por la cual se reunían con frecuencia en la sede de la Brigada 13 y en el municipio de La Mesa, Cundinamarca, donde los paramilitares montaron una de sus bases de operación.

Los problemas entre ellos surgieron supuestamente porque al parecerel oficial usaba la información de inteligencia para coordinar secuestros y lucrarse personalmente. Justamente por uno de esos plagios y posterior asesinato, el del industrial Benjamín Khoudari, fue detenido y condenado a 40 años de cárcel. También fue encontrado responsable del secuestro de empresario Wilson Martínez, por el que fue condenado a 27 años de prisión. Por ambos hechos fue detenido y recluido en la Escuela de Artillería en 2003, de donde se fugó en 2003.

La orden de captura en su contra por el homicidio de Garzón fue emitida en octubre de 2012, un mes después de que un magistrado con funciones de control de garantías de Justicia y Paz en Medellín solicitara a la Fiscalía investigar los posibles nexos entre miembros del Ejército, la banda La Terraza de Medellín y grupos paramilitares, para organizar y ejecutar el asesinato del reconocido periodista. 

“Es claro también que ante la información que se ha obtenido de vínculos de miembros de las Fuerzas Armadas con algunos de los hechos que se han imputado es obvio, señor Fiscal, que deben compulsarse esas copias lo más pronto posible, si no se han hecho, a las autoridades competentes para que se inicien las correspondientes investigaciones en contra los funcionarios públicos en este caso miembros de las Fuerzas Armadas para que respondan si tienen que responder y aclaren su situación ante estos hechos”, dijo el magistrado en esa ocasión. (Ver: Ordenan capturar a coronel Plazas A. por asesinato de Jaime Garzón)

La semana pasada la Fiscalía General de la Nación había proferido una orden de captura internacional contra el excoronel Plazas Acevedo y había extendido la solicitud a la Interpol para que lo incluyera en la circular roja por el asesinato de Garzón.

Con su captura en San Martín, Meta, después de varios años de fuga, no solo se podrá conocer una versión más concreta de la muerte del humorista y periodista Jaime Garzón y de los esposos Mario Calderón y Elsa Alvarado, sino de sus nexos con hombres de las Accu en el Urabá antioqueño y del papel que pudo haber jugado su jefe por varios años, Rito Alejo Del Río, al lado del proyecto contrainsurgente que promovió Carlos Castaño y que tanta sangre derramó en el país.