En esta nueva entrega de la serie documental “Extinción Nükak: La tragedia advertida”, se abordan los conflictos por el territorio, la ocupación de los colonos en el traslape de tierras, la presencia de grupos armados, los cultivos de uso ilícito, la deforestación y un sin número de afectaciones que genera la violencia estructural de un Estado ausente, una sociedad discriminadora y la violencia armada.
El territorio está vivo, es la madre, el equilibrio, la armonía y para los Nükak, siendo nómadas, lo es todo. El territorio y el movimiento. Para ellos, andar los caminos ancestrales de la selva es una forma de vida, es un inicio y un final, es una elección y una necesidad al mismo tiempo.
En una casa de palmas cruzadas, junto al fuego y bajo un cielo iluminado de estrellas Rosa dio a luz a su tercer hijo con Maicol. Nada es fácil en la selva, pero todo es maravilloso. El abuelo de la criatura es Weda Mamü, uno de los mayores del pueblo Nükak. Maicol explica, con el dominio del castellano que tiene, que aún le falta mucho conocimiento para ser un verdadero Nükak, un Nükak Baka.
Esta familia aún conserva un estilo de vida tradicional, a pesar de que su vivienda se encuentra a escasos metros de un carreteable que comunica las fincas campesinas en Caño Makú, una vereda a tres horas desde San José del Guaviare.
En un pequeño claro, abierto en el sotobosque y protegido del sol por el dosel de los grandes árboles, se encuentran los dos cobertizos hechos con hoja de palma bajo los cuales tres generaciones de Nükak duermen, cocinan y desarrollan su modo vida, aun estando entre los potreros en los que los “kawene” han convertido su territorio.
Ser nómadas, pero estar forzados al sedentarismo, confinados, por fuera de su territorio, en contacto con la población mayoritaria, tratando de sobrevivir en un mundo vertiginoso y consumista, es el espejo de la realidad en el que se miran hoy los Nükak. Una cultura en extinción, un conocimiento de la selva que se va desvaneciendo. Así que armonizar el territorio, lograr autonomía, fortalecer el gobierno propio, recuperar y fortalecer la cultura no sólo es un sueño y esperanza, sino que se constituye en una necesidad para la pervivencia de este pueblo ancestral.
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