El Dorado de ‘Macaco’ (Semana)

      
El extraditado jefe paramilitar Carlos Mario Jiménez habría tenido concesiones para explotar minas de oro. Ahora varias comunidades reclaman su propiedad y aseguran que les fueron usurpadas.

macoçacoCarlos Mario Jiménez, alias ‘Macaco’

Qué mejor negocio para un criminal que encontrar una fórmula mágica para legalizar sus capitales ilícitos. Ese habría sido el objetivo del recién extraditado jefe paramilitar Carlos Mario Jiménez, alias ‘Macaco’, cuando consiguió cuatro licencias mineras para explotar oro. Al ser esta una actividad poco controlada, ‘Macaco’ habría podido reportar que sus capitales provenían del producido de sus minas, sin que necesariamente fuera así.

Esta es una de las hipótesis que evalúan las autoridades sobre las actividades de la Sociedad Minera Grifos S. A. que fue identificada cuando despertaron sospechas los inusuales movimientos de dinero que había en sus cuentas. Por ejemplo, sus activos pasaron de un año a otro de 385 millones de pesos a 2.860 millones de pesos. Sus principales accionistas son la esposa del jefe paramilitar, sus dos hijos, sus dos hijastros y su hermano. Todos ellos están hoy incluidos en la llamada Lista Clinton, pues Estados Unidos considera que eran testaferros de ‘Macaco’. En este mismo sentido trabajan las autoridades judiciales colombianas.

SEMANA identificó que Grifos controló al menos cuatro minas: dos en Zaragoza, Antioquia; una en Barranco de Loba, y otra en Montecristo, ambas al sur de Bolívar, en un total de 2.494 hectáreas sobre las que tuvo contratos de concesión. Estos le fueron otorgados en 2004 y 2005, con vigencia de 30 años, por las secretarías de minas de las gobernaciones de Antioquia y Bolívar. Los responsables de estas dependencias coinciden en asegurar que sólo supieron que podía haber algo irregular cuando les anunciaron que la sociedad había sido incautada por la Fiscalía a finales del año pasado.

Cuando fueron desplazados los mineros artesanales, la empresa que llegó hizo millonarias inversiones en maquinaria. Luego de la desmovilización, los habitantes de la región se tomaron la mina

Lo increíble es que por lo menos en el caso del sur de Bolívar la aparición de la empresa de los familiares de ‘Macaco’ estuvo precedida por hechos de sangre que generaron varios desplazamientos, según confirmaron autoridades locales de Barranco de Loba.

“Mientras estuvo la guerrilla aquí todos sembrábamos coca pero luego llegaron los paramilitares y nos tocaba vendérsela a ellos. Por eso algunos se pusieron a barriguear la tierra (triturar la piedra y ponerle mercurio para buscar el oro) y ahí fue cuando encontraron la mina que llamamos La Gloria. Pero cuando empezó a producir, nos sacaron. Los de las AUC dijeron que iban a hacer un comité con todos nosotros, pero después nos echaron. Cualquiera que cogiera un pucho de tierra lo amenazaban. Trajeron gente de Caucasia y del Valle del Cauca”, dijo a SEMANA uno de los colonos de ese lugar.

Durante2005, los nuevos propietarios hicieron varias importaciones de maquinaria, según constató SEMANA en registros oficiales. Aunque no hay duda, por los testimonios de los habitantes, de que con estas herramientas se puso a producir a toda máquina, nunca se sabrá cuánto, pues no pagaron un solo peso de regalías al municipio.

Repentinamente las cosas cambiaron cuando comenzaron las investigaciones oficiales. En abril de 2007 Rosa Edelmira Luna, la mayor accionista de Grifos y esposa del jefe paramilitar, se acercó a la Fiscalía tras enterarse de que ésta la investigaba. Allí se defendió con el argumento de que se había separado hace años de ‘Macaco’, pero que no había disuelto su sociedad conyugal. Los investigadores no le creyeron y pocos meses después incautaron Grifos.

Pero este tiempo fue suficiente para que la empresa vendiera sus derechos sobre las minas. En Zaragoza se los cedió a un minero de reconocida trayectoria en la región. En el sur de Bolívar canceló una de las concesiones y vendió los derechos sobre la mina La Gloria a una empresa de Santander, por 2.500 millones de pesos. El representante legal de esta firma asegura que son compradores de buena fe y que no pudieron pagar todo el precio, pues Grifos desapareció. Efectivamente, en las oficinas de la Compañía en Medellín nadie atiende.

Con el anuncio de la desmovilización paramilitar, y tras saber de la incautación, los mineros de Barranco de Loba se tomaron la mina. Hoy un centenar de personas se rebuscan allí su fortuna, y le piden al gobierno que les entregue los títulos a ellos que eran sus ocupantes originales. El problema es que jurídicamente la mina tiene dueño.

No se explica cómo la situación llegó a este punto. No sólo es impresentable que pese a las denuncias de violaciones a los derechos humanos el gobierno de Bolívar haya entregado concesiones a firmas cuestionadas. Tampoco lo es que cuando las autoridades actúan sobre ellas, no tengan la capacidad para evitar que negociaran las minas, pues sin ellas, Grifos en la práctica es una empresa de papel. Que esto haya sucedido tiene más de un responsable, y sobre ello tendrán que trabajar quienes buscan verdad y justicia acerca de lo que pasó en la época en la que ‘Macaco’ controlaba estas regiones.

Publicado por SEMANA05/24/2008