La reciente ‘minga de liberación’ de esta comunidad indígena, incida desde el mes de noviembre, comprende la liberación y recuperación de la tierra de varios predios del norte del Cauca y de varias fincas ubicadas en la cuenca de los ríos Palo y El Guengue.
La negligencia del gobierno para solucionar las problemáticas que desde hace más de tres décadas vienen planteando frente a la ocupación de la tierra por parte de los proyectos productivos de palma y el desarrollo de la minería ilegal que se ha asentado en sus territorios ancestrales hacen parte de los reclamos de la comunidad indígena Nasa que protesta desde hace varios días sobre la vía Panamericana.
En esta ‘minga de liberación de la madre tierra’, como la llaman los nativos, participan los 20 cabildos Nasa, en conmemoración de los 20 indígenas asesinados en la Hacienda ‘El Nilo’, ubicada en el corregimiento El Palo del municipio de Caloto (Cauca), el 16 de diciembre de 1991 (Leer: “Esperamos que por fin se haga justicia”: indígenas Nasa) y honra a la memoria de otros 13 indígenas asesinados el 18 de noviembre del año 2001, por parte del Bloque Calima de las Auc, en Guandalay (Leer: La masacre de Gualanday)
Luz Eida Julicue, consejera del cabildo de Caloto, asegura que el Estado tampoco ha cumplido con las recomendaciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, desatendiendo las medidas de reparación y las garantías de no repetición, lo cual generó, entre otras cosas, la actual movilización.
Corinto y en el sitio de concentración ‘La Agustina’ sobre la vía panamericana, en la vía que de Santander de Quilichao conduce a Popayán, se registra la mayor tensión entre los indígenas y la Fuerza Pública. Hasta el momento los incidentes con la Fuerza Pública, que trata de impedir el bloqueo de la carretera, arroja tres personas heridas con arma de fuego y 43 lesionadas, 13 de ellos en estado de gravedad. Además, 9 miembros del Escuadrón Móvil Anti Disturbios (Esmad) se han visto afectados por los enfrentamientos.
Para entender las razones de esta ‘minga de liberación’ y conocer sus implicaciones y sus antecedentes, VerdadAbierta.com habló con Luz Eida Julicue, consejera del cabildo de Caloto y Héctor Fabio Dicué Rengifo, consejero de la Asociación de Cabildos Indígenas de la Zona Norte del Cauca (ACIN).
VA: ¿En qué consiste una ‘minga de liberación de la madre tierra’?
Se hace minga para el trabajo, el arreglo de vías, y se presenta como un mecanismo solidario de todo el pueblo indígena. En esta oportunidad, desde noviembre hemos venido recorriendo el territorio de la comunidad Nasa y decidimos, con la autoridad indígena, salir a exigirle al gobierno dos temas principales: el primero de ellos es que con nosotros nunca se ha hablado de la famosa reforma agraria, donde hoy en día los predios que tenemos no garantizan la subsistencia de cada una de las familias que allí habitan, somos 130.000 nativos y el promediode tenencia de la tierra es de menos de una hectárea por familia. La necesidad de la tierra es evidente, hay mucha población y muy poca tierra.
De otro lado, desde hace más de cinco décadas la propiedad de nuestros territorios ancestrales han sido concedidos para grandes hacendados y, recientemente, a proyectos productivos. Desde el Incora (hoy Incoder) se ha visto que no ha importado que la tierra sea ancestral, se ha concedido generando desplazamiento y daño colectivo.
VA: Los predios que actualmente están reclamando, como el caso de la finca Miraflores, están actualmente ocupados por empresas palmeras o por proyectos producticos del Estado. ¿Qué le están exigiendo al gobierno?
Lo primero que hay que mencionar es que el gobierno nos debe garantizar que nos regrese la tierra que nos ha sido expropiada durante más de 50 años que llevamos viviendo en conflicto. Que en casos como el de Miraflores se haga justicia. Esa tierra nos pertenecía, hacía parte de las propiedades priorizadas y, de un momento a otro, el Incoder dijo que no tenían plata, pasó un tiempo y la vendieron al actual propietario, que la tiene sembrada de Palma.
Por otra parte, cuando hablamos con el ministro Iragorri (Aurelio Irragori, de Agricultura) las buenas intenciones del gobierno quedan hasta que hablamos de la tenencia de la tierra. Como propuesta inicial les exigimos que nos regresen 20.000 hectáreas de reparación colectiva y ellos (el gobierno) solo ofrecen 3.000. Ya las comunidades no creemos en lo que se ha hablado y por ello no vamos a irnos de los territorios hasta que se concrete mediante el diálogo una interlocución directa con el gobierno.
VA: En lo trascurrido del año van 9 indígenas Nasa asesinados. ¿Tiene algo que ver con la oposición que han realizado a la minería ilegal y a la intervención del suelo?
No se ha logrado determinar quiénes han sido los autores de estos asesinatos, pero recientemente se han visto movimientos de personas armadas en vehículos en la zona norte en horas del día y de la noche, donde han dejado amenazas a nombre de las ‘Águilas Negras’ y ‘Rastrojos’, diciendo que somos los que impedimos el desarrollo económicos del país e invadimos las tierras de los ‘patrones’ que les dan trabajo. Mencionan también que se ven obligados a actuar contra nuestros actos de terrorismo.
Es una situación que uno no sabe ni de dónde son ni de dónde vienen, pero la verdad es que nos generan demasiada desarmonía en el territorio. Tanto la minería ilegal como el narcotráfico tienen rasgos similares en su manera de operar, lo primerio es que ambas violentan el territorio, dañando los recursos de la tierra.
En minería, cada retroexcavadora está avaluada en más de 400 millones, y son tres o cuatro trabajando con un draga día y noche, algo particular es que por donde llegan hay presencia del Estado y no ha pasado nada, acá no cogen al que viene a financiar sino al comunero trabajador. La pregunta es ¿quién financia y quién está de tras de todos esos recursos? No somos nosotros, no tenemos el dinero para hacerlo, pero a la hora de echar culpas nosotros somos los directos responsables.
VA: En ocasiones pasadas ustedes han detenido la maquinaria e impedido la continuación de le extracción de los recursos naturales, ¿Qué consecuencias les ha traído ese tipo de acciones?
Nosotros hemos pagado un alto costo por ejercer el control de nuestros territorios con nuestros bastones de mando y con la Guardia Indígena; funciona, eso sí, pero hemos pagado caro. Siempre se nos está violentando la Fuerza Pública o los paramilitares, y de ello dan cuenta los muertos y las personas que están en la cárcel.
Ha dejado mucho que pensar cuando en el norte de Cauca hay un alto número de miembros dela Fuerza Pública, como la Fuerza de Tarea Polo, la cual cuenta con 15.000 unidades, que tiene presencia en la región pero no ejerce control y, por el contrario, incrementaron los problemas sociales, como el caso del ataque a los dos compañeros del resguardo de Tóez, quienes a menos de 100 metros de los puestos de control fueron raptados, torturados y luego dejados en inmediaciones del municipio de Guachené. Esas han sido las consecuencias, si antes nos mataban por grupos, como en la masacre de ‘El Naya’, ahora es selectivamente.
VA: La disputa por el territorio en el Cauca no solo ha sido por parte de las comunidades indígenas, allí también juegan un papel importante el reclamo por pare de los campesinos y las comunidades afro. ¿Hay intereses encontrados? ¿Permanecen las disputas entre unos y otros?
Nosotros ya definimos, como comunidad, que donde estemos no se puede desconocer nuestra territorialidad y ancestralidad de los territorios. Hemos planteado a los campesinos que nos unamos y nos sentemos con el gobierno y los sectores de la palma para que parte de las tierras de ellos se destinen para nosotros. Sin embargo, hay choques entre nosotros.
El problema con los campesinos recae en que, por ejemplo, las 14 veredas de Miranda, las 44 veredas de Corinto y las 10 de Caloto estaban planteadas como Zonas de Reserva Campesina, pero son las mismas donde nosotros tenemos presencia, eso nos debe obligar a hablar para acordar unos mínimos de convivencia. En aras de la paz, nosotros hemos hecho muchos sacrificios, sería muy complicado seguirnos sacrificando más.
Nada ganamos que se firme un acuerdo de paz, pero que en la práctica se siga teniendo actores armados en el territorio, minería ilegal, el desconocimiento de las comunidades ancestrales y un sector industrial con ganas, cada día más, de expandir su frontera agrícola.
VA: La guerrilla de las Farc también ha sido uno de los actores en disputa del territorio, sin embargo, han declarado un cese unilateral al fuego ¿Se ha cumplido en sus territorios?
Nosotros decimos que no se ha cumplido porque hasta la semana pasada en varias veredas del municipio de Caloto hubo enfrentamientos entre la guerrilla y el Ejército, donde la comunidad quedó en medio del fuego cruzado. Ambas partes ingresaron a las viviendas de las familias violando los derechos humanos.
Ahora bien, consideramos que tampoco lo han cumplido los demás actores porque hay líderes que han sido asesinados, entonces esa situación nos preocupa bastante.
VA ¿Cómo recibiría la comunidad y el territorio una eventual desmovilización de las Farc?
Lo primero es que saludamos con la tarea de silenciar lo fusiles, que no solo sea las Farc sino también el Eln. En una eventual desmovilización, tenemos serias preocupaciones porque hay Nasas que han optado por la vía armada y han sido formados con ideas militares y guerreristas, que al momento de dejar las armas nos tocaría generar unas estrategias para reeducarlos con valores comunitarios y el respeto a la vida, para que lleguen a aportarle a la comunidad y no generar mayores tenciones.
La preocupación es cómo resocializarlos. Han sido ellos mismos los que en oportunidades anteriores han lanzado tatucos contra su propia población que han caído en las casas, o han asesinado a sus propios líderes comuneros. Todo el que regrese a la comunidad debe llegar a compartir nuestros valores, el cambio puede generar muchos traumas y eso es lo que más preocupa, que no se haga de verdad el cambio.
El proceso con los menores de edad que han regresado ha sido exitoso pero no se sabe cómo será con aquellas personas que tienen más de 25 0 30 años, ya vienen con un adoctrinamiento ideológico y político que va a complicar su cambio. (Leer: El regreso a casa de los indígenas Nasa que pasaron por la guerra)
VA: Finalmente, ¿cómo concibe la paz el pueblo Nasa?
Para el Nasa, la paz es vivir bien, esto se traduce en tener un territorio donde producir su comida y desarrollar sus actividades políticas, sociales y culturales. Nosotros tenemos como visión que todos los seres vivos tienen derecho a vivir, todos son seres vivos, la paz es vivir con los seres queridos y en armonía con la naturaleza, respetando los demás sectores que también cohabitan con el territorio.
Nosotros respetamos las demás expresiones culturales y sabemos que debemos convivir en el mismo territorio bajo el respeto, es por ello la importancia ahora del diálogo, no nos podemos seguir haciendo daño entre nosotros. Debemos de actuar en conjunto.