Se trata de Édgar Eladio Giraldo, exmandatario del municipio de San Rafael, en Antioquia, condenado a 40 años de prisión por falsos testimonios en su contra rendidos por paramilitares desmovilizados. Murió el pasado 6 de diciembre en una cárcel mientras la Corte Suprema de Justicia resolvía su situación, tras recluido desde 2012.
“Tenemos una justicia paquidérmica. Como si fuera poco, no entendemos por qué los pobres, así sean inocentes, tienen que pagar injustamente cárcel sí o sí mientras los que tienen plata sí pueden pedir prebendas y los mandan para la casa. No entiendo eso”, se lamentó Nicolás Giraldo Morales, hermano de Édgar Eladio, quien rigió los destinos de San Rafael, Antioquia, en los períodos 2001-2003 y 2007-2011.
Según informó el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), Giraldo fue hallado sin vida en su celda del patio cuarto de la Cárcel de Mediana y Máxima Seguridad de Itagüí, Antioquia, la mañana del 6 de diciembre pasado. Su deceso, según el dictamen médico, obedeció a causas naturales.
Édgar Eladio murió esperando que la Corte Suprema de Justicia tomara una decisión de fondo con respecto a la pena impuesta por el Juzgado 11 Penal del Circuito Especializado de Bogotá con base en testimonios falsos aportados por exparamilitares quienes reconocieron, años después y ante estrados judiciales que, en efecto, mintieron en sus declaraciones para que se condenara al exmandatario.
“De hecho, hace dos meses la Corte había aceptado el recurso de revisión y ya había nombrado magistrado ponente. Es más: el miércoles 5 de diciembre se llevó a cabo una audiencia en Medellín donde la Fiscalía 5 de Falsos Testigos reveló más de 100 pruebas contra varias personas, además de los exparamilitares, que aportaron falsos testimonios en el juicio contra mi hermano”, agregó Nicolás, quien no ocultó su malestar por los tiempos en que opera la justicia en Colombia: “Nos quedamos esperando que la Corte resolviera esa situación y le diera la libertad a mi hermano”.
Desde el 2014, este portal le venía haciendo seguimiento a este caso. En marzo de ese año se reportó el rechazo de la comunidad de San Rafael a la sentencia contra el exalcalde. “Édgar Eladio es una persona muy querida en la población”, dijo uno de los pobladores. (Leer más en: Comunidad en el Oriente antioqueño, inquieta por condena a exalcalde)
Señalado por exparamilitares
El calvario para Édgar Eladio comenzó el 28 de febrero de 2014, cuando el Juzgado 11 Penal le impuso una condena de 40 años de prisión por los delitos de homicidio en persona protegida, desaparición forzada agravada y concierto para delinquir agravado, por hechos relacionados con la muerte y posterior desaparición del profesor Julio Ernesto Ceballos Guzmán y del soldado profesional Ángel Hipólito Jiménez.
Ambos fueron asesinados en octubre de 2001 por miembros del extinto Bloque Metro de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (Accu) en zona rural de San Rafael, un pueblo en el oriente de Antioquia bañado por abundantes cascadas y riachuelos. Luego fueron inhumados en una fosa común del vecino municipio de San Carlos. Las investigaciones preliminares no avanzaron como se esperaban y el caso fue archivado en 2002, pero fue reabierto en 2006 con base en nuevos testimonios.
Se trataba de versiones libres aportadas por exparamilitares postulados a los beneficios de la Ley de Justicia y Paz. Una de ellas fue entregada en 2009 a fiscales en este escenario transicional por Jader Armando Cuesta, alias ‘Medellín’, quien se desmovilizó en 2004 en Bugalagrande, Valle del Cauca, en las filas del Bloque Calima de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc), pero quien afirmó que para la época de los hechos delinquió en el oriente de Antioquia en el Bloque Metro de las (Accu). (Leer más en: La cuota de ‘HH’ en el exterminio del Bloque Metro)
Según declaró este exparamilitar, “el alcalde de San Rafael (Édgar Eladio) nos daba 30 millones de pesos mensuales, nos daba para los gastos y la logística, nos prestaba las volquetas para nosotros movilizarnos; estuvo cuando se planeó la masacre de Granada, porque él era el alcalde que tenía el contacto con el comandante de Policía de Guatapé y nos dejaron pasar unas armas que llevábamos para la masacre”.
Aunque la condena impuesta por el Juzgado 11 Penal fue ratificada por el Tribunal Superior de Cundinamarca en 2015, el salvamento de voto de uno de los magistrados de este Alto Tribunal, quien decidió oponerse a esta decisión, fue vital para darle un vuelco a todo el proceso.
En abril de 2016, este portal nuevamente volvió sobre el tema y se explicaron las falencias de los testimonios que entregaron los exparamilitares a partir de las inquietudes del magistrado Orlando Muñoz Neira que terminó siendo fundamental para darle un nuevo giro a un caso que parecía ya esclarecido. (Leer más en: Las mentiras que llevaron a la cárcel a un exalcalde)
El magistrado dijo haber encontrado serias inconsistencias en las declaraciones de alias ‘Medellín’, calificándolo incluso como “uno de esos desmovilizados de grupos de autodefensas, que, bajo la capa de Justicia y Paz, está dispuesto a utilizar, en forma ilegal, mecanismos de comunicación desde su sitio de reclusión, para hacer llamadas telefónicas y contactar, vía internet, a otras posibles víctimas con tal de vender su testimonio al mejor postor”.
Con este impulso jurídico, la Fiscal 5 de la Unidad de Falsos Testigos, Amanda Elena Cetina, decidió asumir el caso. Como parte de sus pesquisas judiciales, interrogó a varios exparamilitares postulados a la Ley de Justicia y Paz, quienes ratificaron las sospechas del magistrado: alias ‘Medellín’ o ‘Niche’ nunca delinquió en San Rafael.
Además, que la muerte del profesor y del soldado fue ordenada por alias ‘Julián’, hombre de entera confianza de Parmenio de Jesús Usme, alias ‘Parmenio’. En el crimen participaron alias ‘Cosecho’ y ‘Candado’, antiguos miembros del Bloque Metro. Ninguno de ellos vinculó a Jader Armando Cuesta ni a Édgar Eladio Giraldo Morales.
Esperando libertad
El exalcalde entonces comenzó a ver “luz al final del túnel” el 25 de abril de 2016, cuando el Juzgado Penal del Circuito Especializado de Medellín condenó a 60 meses de prisión a Jader Jader Armando Cuesta, alias ‘Medellín’ por los delitos de falso testimonio y fraude procesal. En otras palabras, el propio desmovilizado de las Auc reconoció en estrados judiciales que mintió adrede con relación a la participación de Giraldo Morales en la muerte y desaparición del maestro y del soldado profesional. Y que lo hizo porque políticos reconocidos del pueblo le pagaron para ello.
Con eso, según sus familiares, quedaba probada su inocencia y desde entonces comenzaron los trámites ante la justicia para que recuperara su libertad y su buen nombre. Las esperanzas crecieron mucho más hace dos meses cuando la Corte Suprema de Justicia aceptó el recurso de revisión del proceso.
“Pero la justicia aquí es muy demorada, todo toma tiempo. Nosotros estábamos esperando que el magistrado encargado del proceso de revisión avalara toda la documentación y los argumentos enviados por los abogados. Además, habíamos interpuesto una medida cautelar para que él pudiera asumir el proceso ya fuera con detención domiciliaria o con libertad condicional. El 12 de enero de 2019 iba cumplir siete años encarcelado”, explicó Nicolas Giraldo.
“Pero el detalle es que, hace dos años, cuando alias ‘Medellín’ aceptó que rindión falso testimonio y que indujo a la justicia a un error, ahí mismo, en ese momento, debió haber iniciado la revisión y no se inició por la lentitud de la justicia”, afirmó, por su parte, el periodista Óscar Castaño, quien conoció de cerca al exmandatario y acompañó el proceso a lo largo de estos años.
Castaño tuvo la oportunidad de entrevistar a Édgar Eladio el pasado 5 de diciembre al término de una audiencia en Medellín. “Sus palabras las redacté en una crónica que escribí, donde él dice: ‘Sólo sueño con que se haga justicia y me dejen en libertad (…) he sido objeto de un burdo montaje que me ha tenido preso, injustamente, por casi siete años de mi vida, necesito mi libertad para recuperar mi familia y ayudar a mi pueblo a salir adelante en sus sueños de desarrollo”.
Lamentablemente para él y su familia, murió en una celda, a la espera de justicia. Sus honras fúnebres se celebraron el pasado 7 de diciembre en el municipio de San Rafael. El exalcalde contó con el acompañamiento masivo de sus coterráneos.
Como mandatario, Giraldo Morales impulsó los llamados “Acuerdos Humanitarios del Oriente Antioqueño” en 2002, cuando 15 de los 23 alcaldes del Oriente antioqueño se reunieron con los diferentes actores armados de la región para bajarle intensidad al conflicto que vivían los municipios y salvar la vida de sus comunidades, acuerdos que le dieron vida al II Laboratorio de Paz del Oriente Antioqueño.
Pese a la muerte del exmandatario, el proceso por falso testimonio continúa. “La Fiscal 5 de la Unidad de Falsos Testigos ya inculpó a otras cuatro personas de aquí de San Rafael a quienes se les está tratando de comprobar el falso testimonio que rindieron contra mi hermano”, añadió Nicolás, hermano del fallecido alcalde, quien ahora aguarda porque se haga justicia y se recuerde a su hermano como un hombre que murió tratando de demostrar su inocencia.