La verdad sobre el secuestro

Colombia vivió un hecho histórico: ante magistrados de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), soldados, policías y civiles, víctimas del secuestro, hablaron cara a cara con siete exjefes de la extinta guerrilla de las Farc para expresar su dolor y exigir justicia. 

“En muchas ocasiones pensaba que era mejor morir y descansar. Porque las cadenas de la humillación amarradas al cuello, atadas a un compañero policial o del Ejército nos causaron la mayor de las humillaciones”, declaró una de las víctimas.

El coronel del Ejército Raimundo Malagón rememoró que la extinta guerrilla de las Farc lo aisló, lo amarró con cuerdas de nylon y alambres de púas, lo ató en árboles distantes entre sí y lo sometió a otros tratos inhumanos, tales como las “cadenas de la infamia”.

El docente y político Óscar Tulio Lizcano recordó con dolor que en sus ocho años de cautiverio les dio clase a los árboles “porque estaba solo y sin un salón de clases para poder interactuar y recuperar la palabra” y aclaró que lo hizo para no enloquecer.

Uno de los relatos más dramáticos fue el del policía Olmes Johan Duque: “Los días que estuve secuestrado sufrí golpes, sufrí violación, simplemente porque en un momento de combate contra el Ejército cayó una pareja sentimental de un guerrillero”.

“Mi papá no era un hombre adinerado y era un buen hombre y era el mejor papá del mundo, entonces, en realidad, ¿por qué lo secuestraron? ¿Qué políticos de la ciudad o del departamento del Valle del Cauca estuvieron involucrados?”, se preguntó el hijo de una de las víctimas.

Jonathan Mulford recordó que a sus 11 años de edad fue víctima de secuestro junto a sus tres hermanos, un primo y su madre, en el municipio de Plato, Magdalena. Tras pagar el rescate exigido —mil millones de pesos—, volvieron a la libertad.

“Yo me hago responsable aquí por haber apoyado esa política, por haber aprobado la política del canje y por haber estado de acuerdo con el secuestro como forma de financiación”, dijo ante las víctimas el exjefe de las antiguas Farc, Rodrigo Londoño.

El exguerrillero Pastor Alape admitió que generaron dolor en las personas que fueron reducidas a malos tratos y aceptó responsabilidad por la omisión en el control de la línea de mando que hubiese podido evitar crímenes de guerra y lesa humanidad.

“Hemos tenido víctimas que han llegado a contarnos que aún siguen pagando deudas que adquirieron para pagar el secuestro”, aseveró la magistrada Julieta Lemaitre, quien presidió la audiencia convocada por la JEP.