En Colombia, el rumor de que grandes empresas nacionales y extranjeras habían comprado grandes terrenos en zonas con un pasado violento para desarrollar sus proyectos agroindustriales era hasta hace poco eso, especulación. Durante cuatro meses, VerdadAbierta.com se dio a la tarea de investigar casos de haciendas con tales proyectos en los Llanos Orientales para conocer si, en efecto, pudieron tener un pasado de violencia, despojo a víctimas u otras irregularidades.
Hasta el 3 de enero de 2013, Puerto Gaitán y Mapiripán eran los dos municipios del Meta donde las víctimas estaban solicitándole a la Unidad de Tierras del Ministerio de Agricultura la restitución de la mayor extensión de tierras. La Ley de Víctimas de 2011, creó esta unidad para respaldar las reclamaciones de las víctimas de despojo durante el conflicto armado colombiano, que suman casi un millón de hogares. Para esa fecha, Puerto Gaitán, tenía 232 solicitudes por 126.000 hectáreas; y Mapiripán registraba 337 solicitudes de restitución por 169.000 hectáreas.
Luego encontró que precisamente en estos dos municipios, el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (Incoder) estaba investigando tres casos de posible acumulación tierras de forma irregular. Estos son: la compra de predios en Puerto Gaitán para desarrollar un complejo de producción de alimentos para cerdos, por la empresa La Fazenda, cuyos propietarios son reconocidos comerciantes y constructores nacionales; la compra de la finca sede de la Ganadería La Cristalina de propiedad de la familia del empresario de esmeraldas Víctor Carranza; y la compra de predios en Mapiripán para el desarrollo del cultivo de palma por la holding empresarial registrada en España, Poligrow.
Aún sin fallos definitivos al respecto, VerdadAbierta.com estudió los tres casos en profundidad. Analizó los títulos de las fincas; construyó una base de datos propia con la información que se derivó de consultar la tradición de los predios y los socios de la empresas en escrituras, registro de la propiedad y catastro; y la cruzó con bases de datos oficiales de desplazamiento forzado, despojo de tierras y registros de las confesiones de Justicia y Paz. También consultó información de organizaciones no gubernamentales especializadas en el registro de las víctimas.
Analizó investigaciones de la Fiscalía y de la Superintendencia de Notariado, y por supuesto, hizo las entrevistas de rigor con funcionarios públicos nacionales y locales. Viajó a las poblaciones donde están estos predios y allí recogió testimonios de ex propietarios y administradores de tierras en Meta, entre muchos otros testigos de la historia reciente, y preguntó a los actuales dueños. Este especial documenta en detalle los hallazgos de esta investigación.
En síntesis se encontró que las haciendas de los tres complejos agrícolas tienen un pasado turbulento que dejó muchas víctimas, y que hay indicios relevantes de que la acumulación irregular de tierras no fue lo único irregular en la compra de esos predios.
En los terrenos de La Fazenda, los paramilitares instalaron una base de entrenamiento y cavaron fosas para desaparecer a sus víctimas. En los de la Ganadería La Cristalina fueron asesinados líderes campesinos durante los años 80 y también hubo una base paramilitar. Y los de Poligrow habían sido abandonados por su dueño por presión de la guerrilla, pero por la extorsión guerrillera y luego de la incursión violenta de los paramilitares a la zona de Mapiripán, el dueño tuvo que huir y asegura que abandonó la tierra y no supo más de ella. Quedan dudas que las autoridades tendrán que investigar de si estas tierras fueron vendidas sin autorización del dueño, como éste asegura, o si la venta fue regular, como lo sostienen sus actuales propietarios. De todos modos el procedimiento para levantar las medidas de protección que había sobre estos predios para proteger a potenciales víctimas es cuestionable.
En este especial usted podrá conocer además las demandas que ha presentado el Incoder en todo el país por presunta acumulación irregular de tierras; podrá navegar por la elaborada documentación y testimonios de las historias de estos tres casos en Meta, y constatar cómo a los grandes proyectos productivos que hoy florecen allí, los antecedieron valles de lágrimas que nadie quiso ver.